martes, 30 de diciembre de 2008

ANECDOTAS DE DON PABLO MONGE


Don Pablo Monge era un personaje al que se le atribuyen una serie de anécdotas tradicionales de Pampas, que son contadas hasta la fecha por personas de la edad de oro que peinan canas y están en la tercera dentición. Y es que este personaje ha existido en la vida real, era dueño del fundo Pariacancha que queda cerca de Mantacra y estaba directamente vinculado a Pampas ya que todos sus parientes eran personajes que habitaban en la ciudad y constituían una de las familias más importantes de la zona; era frecuente el dicho:

“Pampas, trampas, cuentos, chismes, Monges, Sánchez”

En aquellas épocas, todos los personajes principales eran hacendados, el que menos tenía siquiera su pequeño fundito y se dedicaban en su mayoría a la siembra de productos de pan llevar, algunos a la pequeña ganadería lanar y vacuna y los que poseían sus tierras en las quebradas sembraban caña de azúcar y se dedicaban a la producción de aguardiente de caña. La industria que hizo famosa a Pampas fue la producción de jamones, que eran muy cotizados en el mercado internacional; entre los principales productores de jamón tenemos a los Pacheco, los hermanos Minaya, los Torres, los Guerreros y algunos más. Por esa razón se conoce a los pampinos como kuchimichi lo que equivale a decir “pastor de cerdos”, aunque a la fecha ya se ha modernizado el término y se dice: “porcinólogo”. También abundan los sapos en mi querida tierra, por lo que nos dicen saposaqta ó “guiso de sapo”. Verdaderamente Pampas ha perdido su prestancia y hegemonía en la producción de los deliciosos jamones; los chanchos criollos de abundante carne y poca grasa aún existen, y lo que ha sustituido a los jamones es el tradicional kuchikanka, que es un delicado manjar para los paladares más exigentes.

Cuentan los tradicionistas de aquellas épocas, cuando “amarraban a los perros con salchicha”, los hacendados se pasaban visitándose de hacienda en hacienda para jugar rocambor, y que los cumpleaños duraban siete días que eran: antevíspera, víspera, día, joroba, corcova, respinguete y andavete. Los homenajeados tenían que prepararse con meses de anticipación, ya que tenían que albergar a un ejército de personas que llegaban a caballo y con sus asistentes.

Volviendo a lo nuestro, hemos podido recopilar algunas anécdotas del popular señor Monge que a continuación vamos a narrar, algunas en quechua, ya que nuestro bilingüismo serrano es tradicional y nuestro idioma nativo es el más dulce y expresivo para quienes tenemos la suerte de conocerlo

LIOS CON EL SUBPREFECTO

En una oportunidad, don Pablo tuvo la necesidad de ir a Pampas y lo hizo cabalgando en su hermosa mula blanca. Ya en el pueblo, dejó su cabalgadura en el establo y se fue a su alojamiento. La llegada de nuestro personaje fue inmediatamente conocida por el Subprefecto, que no le tenía simpatía por su carácter voluntarioso y burlón, y quiso jugarle una broma pesada. Y mandó cortar las dos orejas de su mula favorita. Al poco rato el pongo puso en conocimiento de su patrón la pérdida de las orejas de la mula, y éste, sospechando que el Sub Prefecto tenía que ver con el asunto, mandó cortar los belfos de un hermoso potro que guardaba la autoridad en el mismo establo.

Al día siguiente se encontraron en el establo y se produjo el siguiente diálogo:
¡Buenos días señor Sub Prefecto! ¿Cómo amaneció el día?
No tan buenos para usted señor Monge, porque mire usted, las orejas de su mula han desaparecido.

¡Pobre animal! Efectivamente le robaron las orejas, y se ve tan graciosa que hasta su potro se está riendo a carcajadas: mire usted como muestra los dientes.

El Sub Prefecto se puso verde de cólera al ver a su potro favorito en esa condición.

Y lo expulsó de la ciudad con estos términos:

¡Usted queda expulsado de la ciudad de Pampas! ¡Usted nunca más beberá el agua ni pisará la tierra de esta ciudad, mientras yo siga de Sub Prefecto!

Ante tal determinación, el don Pablo no tuvo mas remedio que retirarse a su hacienda, donde estuvo prácticamente recluido muchos meses. No podía viajar a la ciudad para alternar con sus parientes y amigos, dándose una canita al aire en una noche de bohemia o un emocionante partido de tresillo. Hasta que un día tuvo la necesidad de visitar nuevamente la ciudad, pero ante la amenaza del Subprefecto: “no pisará la tierra ni beberá el agua de Pampas”, mandó cargar doscientas llamas con la tierra de su hacienda y unos diez burros con agua, también de su hacienda, y, desde la entrada de la ciudad, sus pongos lo precedían haciendo una alfombra de su tierra para que él camine sobre ella, y así pasó por la puerta de la subprefectura: caminando sobre su tierra y bebiendo su agua. De esa manera cumplió el castigo de la autoridad: no pisó la tierra ni bebió el agua de Pampas.

CAPA DE LOS CHANCHOS

En otra oportunidad, una de las hermosas marranas que criaba el señor Monge lo premió con una camada de doce cerditos y la mayoría de ellos eran machos. A los tres meses los cerditos son ya maltones y se les denomina urucuchi, es necesario emascularlos o mandarlos castrar o capar a fin de tranquilizar sus ímpetus para que empiecen a engordar. Por esa razón es que un día, su esposa le dijo:

Pablo kuchichanchiktam capachiwaqña (Pablo, ya debes hacerles capar a nuestros chanchitos).
Ari, kunan punim kapachimusaq. (Si, hoy mismo los haré capar).

Dicho y hecho, tomando al pie de la letra la palabra “capar” de “capa” ó prenda de vestir antigua, el bendito Pablo, hizo cortar una hermosa lona que tenían para el secado del maíz y mandó confeccionar doce capitas con las que vistió a los marranitos.

PRUDENCIA

Don Pablo Monge llevaba una vida despreocupada, un tanto desordenada, muy libertina, llena de invitaciones, jaranas, fiestas y en fin, la vida fácil de las personas de aquellas épocas, que poseían bienes y querían vivir la vida intensamente. Un día su esposa lo hace reflexionar y le dice muy cariñosamente Pablo, tú llevas una vida muy desordenada, es tiempo de que vivas ya con Prudencia.
Bueno hija, así lo haré.

A los pocos días, don Pablo Monge desapareció misteriosamente de su fundo y nadie sabía de su paradero, pues había fugado con rumbo que él solo conocía. Hicieron indagaciones, lo buscaron por todas partes, pensaron que le había sucedido lo peor; en fin, un mar de lágrimas su esposa e hijos, hasta que un día recibieron la noticia de que el famoso Pablo estaba conviviendo por los parajes de Izcuchaca con una bella damisela que se llamaba Prudencia. Cuando la esposa le recriminó su infidelidad se justificó diciendo:

Me dijiste muy claramente que vaya a vivir con Prudencia y te hice caso, pues me has encontrado viviendo con ella.
PREOCUPADO

En otra ocasión en que la esposa de don Pablo se hallaba con los dolores del parto esperando de un momento a otro la llegada del nuevo vástago. La casa hacienda era una loquería; las comadronas encargadas del parto daban una serie de órdenes. Calentar el agua, preparar los pañales y demás necesidades del recién nacido. Asistir a la parturienta y todo lo necesario en esos casos, pues en aquella época no había médicos ni enfermeras y eran ellas, las comadronas, las que atendían los partos. Eran unas señoras que poseían muchos conocimientos tradicionales del oficio. Mientras ocurría todo esto, nuestro personaje se había acomodado en su sillón predilecto para dedicarse a la lectura de un libro clásico. Una de las comadronas, al ver la aparente tranquilidad y sangre fría del esposo de la parturienta, le increpa en los siguientes términos:

Señor Monge, imaynataq qam haukalla tiyachkanki, warmikiñataq nanaywan wachakuchkan. (Señor Monge, ¿Porque está sentado tranquilamente mientras que su mujer está sufriendo los dolores del parto?)

Imatataq ruranayta munanki señora. (¿Y qué quiere que haga yo señora?)

Wakin qosakuna hinam kawaq, preocupadom purinku (debes ser como otros maridos que andan preocupados)

¿Imam chay “preocupado” kay? (Qué es estar “preocupado”)

Yakuta timpuchin, sabanata maskamun, pañalta qorqomon baúlmanta, yaykunku wasiman, lloqsenku wasimanta, chaymi “preocupado” kay. (Hacer hervir el agua, buscar las sábanas, sacar los pañales del baúl, entrar y salir a cada rato de la casa, eso es estar “preocupado”.

Todas estas críticas lo escuchó serenamente, le dio las gracias a la señora por las reflexiones que le había dado y todos estos sabios consejos se los guardó para el futuro.

En aquella época no existían las distracciones que hoy conocemos, mucho menos en la chacra, pues las únicas que había eran la caza de perdices, palomas, vizcachas o venados, lo cual se realizaba con bastante frecuencia. La única distracción de los varones era la de aumentar la población, pues los condones se utilizaban solo en “ciertas ocasiones”, cuando el fruto prohibido era prohibido de veras y la mayoría de edad se alcanzaba recién a los 21 años. No tardó mucho la señora en ponerse nuevamente en “estado interesante” y repetir la escena del parto del año anterior. Esta vez se le veía al señor Monge en unos apuros terribles; comenzó a subir y bajar como loco por las escaleras, abrió los baúles y desparramó toda la ropa blanca y los pañales, prendió fuego a la cocina que casi provoca un incendio, salía corriendo y regresaba corriendo atropellando a su paso todo. Ante esta situación irregular la misma comadrona que había atendido a su esposa anteriormente lo increpó diciendo:

!Señor Monge, imataq sucedesunki, locoyarunkichu! (¡Qué le sucede señor Monge, se ha vuelto usted loco!)

Ama fastidiawaychu señora, llumpa llumpay preocupadom kakuchkani. (No me fastidie usted señora, que estoy muy preocupado).

PAPITAS VERDES

Don Pablo mandó sancochar unas papitas nuevas. Eran de una variedad especial que producía su fundo, e hizo preparar el famoso qapchi, a base de queso recién cuajado con huacatay, cebollitas chinas, ají, sal y aceite. E invitó a las principales autoridades de Pampas a degustar la exquisitez del potaje. Les agradó mucho a los asistentes del banquete, tanto que el Juez de Primera Instancia se le acercó y le dijo:

Sus papitas muy exquisitas señor Monge, quisiera que tuviera a bien venderme don sacos de estas “papitas verdes” para enviar a mi familia en Lima, usted páseme nomás la cuenta.

Encantado señor Juez, no faltaba más, en una semana tendrá su pedido en su casa, pues tengo que hacerlas preparar.

Así lo hizo; mandó preparar las “papitas verdes”: extendió dos sacos de papas al sol para que se pongan verdes, lo que en la sierra llamamos qoyo, y una vez que estuvieron verdes, mandó encostalar dos sacos y envió tres costales a la casa del Juez con una nota que decía: “Señor Juez: le envío los dos sacos de papitas verdes que me solicitó y de mi parte adjunto un saco de papitas nuevas que se servirá usted a nombre mío”.

El Juez quería dos sacos de papas nuevas o recién cosechadas y por decir “nuevas” dijo “verdes”, lo que aprovechó don pablo para jugarle otra broma pesada a la Autoridad.


Cuento de Hernán Canales
imagen: Óleo de Carla Chávez Keller

viernes, 26 de diciembre de 2008

COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

La casa de Pampas Tayacaja, de las hermanas Franciscanas Misioneras del Niño Jesús se inició el 3 de marzo de 1956, siendo su primera superiora sor Hortencia, acompañada de sor Emilia, sor Raquelina, y sor Adelina. Todas ellas fueron recibidas en Pampas por la señora Rafaela Velarde viuda e Pacheco, y su hermana sor Beatriz del Sagrado Corazón.

La primera piedra de la casa tuvo por padrinos a don Raúl Martínez Zuzunaga y a la señora Rafaela Velarde, quien donó el terreno y fue benefactora. Cuatro años después se bendijo la casa “San Rafael”, al igual que las aulas del colegio, y cuatro años mas tarde se bendijo la capilla. En aquel tiempo las Hermanas Franciscanas regentaron una escuela primaria y el Colegio “Nuestra Señora de Lourdes”.

Dirigieron las madres superiores siguientes: sor Hortencia Pomponi, sor Bernarda Ceriotti, sor Liboria del Prete, sor María Celina Rivero, sor Dionicia Piras Foi, sor Chiarella Bruni, sor Margarita Hernandez, quien gestionó la nueva infraestructura del plantel, y sor Nelly.

Durante el gobierno de Alberto Fujimori, en la década de 1990, se les entregó una nueva y moderna infraestructura para el colegio Nuestra Señora de Lourdes de Pampas.

De: Historia de Huancavelica (Tomo II, pg 207). Federico Salas Guevara-Schultz. Primera Edición. Lima, noviembre 2008.
Imagen: Fachada actual del colegio Nuestra Señora de Lourdes.

martes, 23 de diciembre de 2008

GASTRONOMIA DE TAYACAJA


Por la variedad de sus climas Tayacaja es una provincia rica en verduras, papas, ocas, mashua, exquisitos choclos, alcachofas, hierbas aromáticas, etc. En sus extensos pastizales se alimenta el ganado vacuno, ovino, caprino, y porcino, que nos dará luego de su preparación, exquisitos potajes, preparados por las expertas manos pampinas.

Su plato bandera es el “Cuchi Kanka”, buscado por forasteros de todo lugar, el cual es distinto al asado de otras provincias vecinas. Es un plato obligado en el desayuno, especialmente acompañado de una sabrosa salsa de cebolla y un plato de cancha, para rematar con un sabroso café.

Otros platos son el “Mondongo” y el “Chupe Verde”, este último es especial para reparar una noche de farra y bohemia. Después de saborear este plato, el cuerpo experimenta una felicidad sin límites. Igualmente se toma acompañado por un plato de cancha de maíz tayacajino. Dentro de estos deliciosos caldos y zumos está también el “Patachi”, el caldo de gallina de corral al estilo tayacajino.

Recordamos también los sabrosos chicharrones de chancho, acompañados de la gran variedad de papas y choclos cultivados en la provincia. De la misma manera existe una delicia muy popular en la población: el recordado “Chuno Pasi”.
Y no olvidemos a nuestros animalillos menores como el cuy, del cual podemos deleitarnos con diversidad de platos como el cuy chactado, el picante de cuy en salsa roja con maní, el cuy booster, etc.

Otro recordado plato es el QAPCHI a base de queso, huacatay y chikchimpay, acompañada de su papa sancochada y una porción de ají.

Entre los postres tenemos la mazamorra de calabaza, el timpuchi, los mantecados, el pan de maíz, la jallulla.

Veamos las imágenes siguientes extraídas del documental “Tayacaja”.

sábado, 20 de diciembre de 2008

UNA MIRADA A LA MUERTE

Es el cementerio, lugar donde se guarda aquello que es muy difícil de olvidar, sin embargo he pensado que la indiferencia es tan mezquina como la misma mentira del oportunismo, que solo cuando exige un interés se acude a ello. Mi pequeño relato no tiene que envidiar en lo absoluto al indiferente, mi sola intención radica en presentarles una especie de documental de algo que va rumbo a la desaparición, sin embargo, es preciso plasmarlo en un texto nada muy diferente.

Vagaba yo cuando ya declinaba el día en el ocaso. El sol apenas aparecía en un lienzo dorado aislado de nubecillas que se tendían como agitados muy suavemente por una y otra ráfaga viajera del viento, anunciándose la cercana sombra en las montañas del occidente, cuyas sólidas rocas sirven de balcón para los ojos observadores del visitador, un cuadro prominente y de excelsa belleza del valle pampino. A esa hora se alistan a dormir las penas y los olvidos en el Campo Santo de Chalampampa.

Andaba entre espacios confundidos, entre tumbas desordenadas y nichos opacados por un cierzo nebuloso, como quien cuenta los rastros de quienes yacen eternos entre mohos, arbustos y helechos que se impregnan en las lápidas de diversa naturaleza como si guardaran el calendario del olvido para recordar al bien querido que descansa si en paz o profanado su eterno sueño por una visita piadosa.

Advertido por el chasquido de una ave agorera me tope con algo no común por su forma y singular naturaleza, celosamente escondido, hallé un túmulo misteriosamente monumental resistiéndose a las inclemencias del tiempo, allí donde el viento de la tarde eternamente lo azota despiadado, allí donde la lluvia nocturna chorrea como exprimir su existencia y el candente sol calcina la memoria de sus letras escondidas sin sentir el ruego que perennice su existencia.

Me acerqué con sigilo y me impactó la fecha que rezaba desde hace más de un siglo atrás…”10 de Julio de 1898”. Más de cien años de existencia y parecía que nadie había advertido tal milagrosa antigüedad. El olvido indiferente opaca la mente de quienes diario visitan el santo lugar. No son sólo mis ojos que han viajado por allí, o mi mente sola que esté iluminada por tal impresión; más que eso, me llamó la atención por la gran riqueza literaria que versa en sus cuatro ángulos.

Pero este anta de forma cúbica engorrada por una pirámide regular hexagonal, hecho de tierra roja cocida con el mismo calor del sol que hasta hoy destruir no puedo; concluye con una pestaña finamente perfilada entre el cuerpo principal y la pirámide final. Un evidente monumento en memoria a la muerte.

La lápida principal de mármol antiguo, protegida por barrotes enmohecidos por el tiempo, muestra una figura original. Es un pequeño ángel que se posa con una corona sobre una niña, mientras ella yace aguardada celosamente por la madre llorosa. Una escena copiada de la divinidad. En esa cara principal, tan elocuente, reza la siguiente inscripción:

M. CLEMENTINA) (E. PACHECO)

“Tierna hija y flor perdida.
¿Cómo no llorar en tumba desierta
cuando el fiero destino solo de tres
arrebató impío de nuestro seno?
Velad por nosotros y E.P.D.

Pampas, Julio 10 de 1898

M.P. M.A.V.

Ciega es mi mente para merecerle un análisis literario confiable; sin embargo entiendo que el espíritu de resignación intolerable de sus autores no disimulan el amor que escribe con llanto de dolor mezclado con odio a la muerte impía que sin diferenciar la edad ni balancear el gran amor paterno, arrebatan sin aviso alguno al ser más querido.

Lejos estoy de deducir que si fue única hija que florecía en el altar de los brazos de sus padres, fue segada para adornar el altar divino. Aún así, no deja de ser cruel el beso felónico de la muerte, más si corta las esperanzas amorosas y ahoga en llanto el hogar adornado por la sonrisa de una hija. Lo que si puedo asegurar es que el amor es implacable como el mismo monumento que el tiempo y el olvido no han podido doblegar

La esperanza que transgrede con fe el espacio y el tiempo, se torna febril cuando se deposita en el altísimo al encargar una plegaria de “Velad por nosotros” y la dicha que en suma se consuela con el deseo de E.P.D. Obvio está que esta dulce niña de Dios Goza, desde hace más de cien años.

La tumba desierta es el destierro a un lugar solitario y vacío donde yacen los muertos, por eso quedan tan solos por siempre. Ese solo pensar desgarra un llanto insostenible más cuando la actitud protectora de los padres no hace renunciar al natural cuidado de los hijos, si son niños en gran razón.

Es una buena razón para inmortalizar este epitafio cargado de una expresión literaria profunda y nacido de un alma noble y virtuoso…

Hacia el este, por el orto, lado con el que saluda a la primera luz del alba, escrito sobre el estucado de yeso ya carcomido por el tiempo o desgastado por los ojos lectores del sol inexpresivo; logré descifrar entre letras entrecortadas, ya borrosas en la superficie áspera desblanquecida, el contenido de esta inspiración:

“Te lanzaste en raudo vuelo de mis brazos a la mansión dichosa, desde allí más que un pequeño consuelo me envíe la madre piadosa”

No carece de ritmo, más aún es rica en rima perfecta y una métrica casi exacta. De hecho está que un especialista en literatura podrá ver la precisión, sometiéndolo al análisis propio y deducir mi coincidente apreciación.

De algo si estoy seguro; que, el “raudo vuelo” es preciso tratándose de la temprana muerte de una niña de tres años que está cobijada en los brazos queridos de los padres y que por el quicio de la muerte fue destinada a la mansión dichosa que es el atrio de Dios; es pues la muerte de un ángel, y no hay duda que un ángel pertenece al reino celestial.

Es esa mansión dichosa donde mora la madre piadosa, madre de Dios que es la intercesora de las almas que aún transitan en el valle de sinsabores de la vida y es suficiente un ápice de consuelo siquiera para quien sufre de impotencia, de dolor y desgarro desesperado, luego de haber perdido al ser más querido y para siempre.

Es un cuarteto nacido de lo más profundo del sentimiento que a pesar de los años fluye como torrente fresco e incesante de la poesía.

Todavía indecisa pintaba la luz trémula del sol en la tibia tarde que arrebataba ya el frío. En las crestas de las montañas que todas las tardes hospedan al astro rey se dibujaba la soledad cual oropéndola desvaneciendo su vivo esplendor, con cuya luz casi gris para mis ojos pude notar que ese occidente gozaba casi eternamente del mensaje y la poesía ofrecida con entusiasmo de recordar la muerte del día en ese espacio pasajero, hasta el siguiente día; consecuencia de la ley cósmica. Esta es una tercera inspiración, aún más latente y piadosa que reza así:

“Tu muerte prematura cambió mi ventura por que tú, tierna criatura bajando a la sepultura arrancaste con amargura mi felicidad futura”

Es la mano de un corazón que se lanza a una plegaria con la ardiente fuerza de un deseo que no se consume, si no, en la inspiración del autor. La rima y el ritmo son perfectos, acercándose mucho a la métrica, propia de la poesía clásica. Hace más de cien años no se conocía la poesía moderna; pero el lenguaje del sentimiento transita permanente en el latir del doloroso pecho perforado por la pérdida prematura del ser querido que de hecho sega de porrazo toda la felicidad venturosa que a la par se duermen para siempre en una sepultura. La ventura repentina arrastrado por la muerte causa dolor y amargura, frustrando planes de felicidad y esperanza que marcan el norte de un futuro porvenir de una familia que se entusiasma con los hijos por verlos felices. De hecho está, que la felicidad es pleno éxito cuando se es feliz y se hace feliz a los demás.

Es esto una muestra intangible de que los hijos si estamos preparados de alguna forma para enterrar a los padres, como si fuera una ley natural; pero muy difícil que los padres estén preparados para enterrar a los hijos. El dolor que es mayor en la adversidad. No resulta ser normal.
He visto llorar padres con insostenible dolor por la pérdida de un hijo; también resistir con suma valentía el avatar de la resignación, que con gesto consolador llega al semblante como si fuera un paño de lágrimas.

La cara que da hacia el sur es un respaldo de resignación, para marcar la trascendental desgracia; mas para perennizar el día de la muerte sosegado por la expresión esperanzadora de “mejor vida”, pues en este valle de penas y lágrimas bíblicamente descritas es también una marca de toda una vida de sabores y sin sabores.

Se notaba ya con los pliegues que se derramaba con la sombra en el solitario cementerio una última lápida improvisada en el yeso; más aún conservada que las otras. Decía con cara que da hacia el sur el siguiente epitafio:

“Pasó a mejor vidael 10 de julio de 1898. Le dedicamos este pequeño monumento que perpetuará su memoria” VMP ----- MAV

Cierto es que por lo menos hasta hoy está perpetuando su memoria; cien años de soledad y olvido enmohecido por el tiempo y el viento fatigado llega chamusqueado a coronar con un soplo a este pequeño monumento que para mis ojos es el más grande de todos los que allí se erigen, por su resistencia indoblegable al avatar del tiempo y el gran significado de su poesía.

Dos cosas he sabido conjugar en esta visita; el tiempo y la poesía, de hecho está que existen monumentos más antiguos y de noble belleza, pero no para el cementerio de Chalampampa, más si se conserva pese a su rústica performancia para esta época y pintado por una singular inspiración poética.

No soy especialista en arquitectura, mucho menos en literatura, sin embargo mi modesto pensar me exige relevar algo significativo, más aún, si sobrevive la poesía en medio de la muerte.

Es preciso manifestar que no hay peor olvido que aquello que no se quiera recordar. El paso del tiempo es solo consecuencia de la ley cósmica; es muy cierto que muchas veces con sus manos marca el signo de muchos acontecimientos; pero no para los ojos que advierte lo que es trascendente a la luz de la cultura y la historia sobre los que se sostiene un pueblo.

Trascender es penetrar hacia la distancia, extenderse comúnmente en lo bueno, trasluciendo y divulgando sustancialmente los efectos de alguna cosa que produzca consecuencias de transformación; es precisamente penetrar en lo oculto, averiguar y comprender que estas acciones despierten interés de observar lo circundante y meditar ante el por que y para que de las cosas.

Todo tiene su razón de existir, y mejor si el tiempo lo conserva. Se edifican monumentos cuando marcan en el tránsito vital, obras o sentimientos de común causa, como perennizar la propia existencia e inmortalizar al mortal. Radica en ello la trascendencia del deificado mas si desempolvamos lo que es y será valioso para la cultura de un pueblo.

eso se trata este pequeño comentario; hallé entre la muerte algo que a muy pocos apasiona, la poesía; si es atrevimiento, pues a ese nivel será el cuestionamiento, creyendo siempre en la existencia de mejores ojos que observen, mentes que analicen o espíritus más sensibilizados de los que deberé aprender.

Trasladarse imaginariamente a través de un análisis de acciones que cuentan con más de cien años de soledad, no es tarea fácil, volver el tiempo mediante la inspiración y para la inspiración, me permitió observar este monumento al que considero de gran importancia. Si vas al cementerio de Chalampampa, visita este lugar, es muy mágico y triste a la vez, pues se está desperdiciando algo valioso…

Autor: Prof. Miguel Ángel Alarcón León
De: Cuentos Andinos y Poesías
Edit. Set. 2008

viernes, 12 de diciembre de 2008

HISTORIA DE LA HACIENDA SAN JUAN DE PILLO


Si bien en la provincia de Huancavelica, la hacienda “Pachacclla” de Federico Salas Guevara Alarco estaba considerada por aquel entonces como la de mayor proyección ganadera de la zona, en el mes de setiembre de 1949, llegó a Pampas Tayacaja, un personaje que en la segunda mitad del siglo, llegaría a desarrollar la ganadería lechera, mas sobresaliente del departamento. A la edad de 24 años NAPOLEON BAZO SANTA MARIA se hizo cargo de la hacienda “San Juan de Pillo”.

Esta hacienda que cuenta con títulos que datan de 1725, fue rematada por el Santo Tribunal de la Inquisición en vista de una deuda que su propietario original tenía con esta institución colonial, adquiriéndola el español Manuel Bañón. Su posterior propietario fue don Vitervo Hostas, hasta los tiempos en que su nieta, Rosa Hostas de Flores Araoz, la vendió a la sociedad conformada por don Benjamín Roca y don Arturo Bazo. En 1937, la hacienda de 10,000 hectáreas fue adquirida por la señora Elvira Santa María, viuda de Bazo Velarde y fue su hijo Napoleón, quien le dio el impulso y la fama a nivel nacional.

Napoleón Bazo Santa María lleva en la sangre la tradición ganadera. Su padre Juan Bazo Velarde, había estado dedicado al negocio de ganado primero en “Corpacancha”, por espacio de 14 años, luego en “Antapongo”, por 10 años, y posteriormente en “Hatun Huasi” y “Río de la Virgen”, hasta el momento de su muerte acaecida en 1935. Napoleón, por su lado, se había profesionalizado en zootecnia y ganadería en Wyoming, Estados Unidos.

Lo resaltante de esta ganadería es que en los siguientes cuarenta años logró obtener por catorce veces el premio “Presidente de la República”, un concurso nacional ganadero que se desarrollaba en diferentes departamentos del Perú donde acudían ejemplares selectos de diferentes criadores establecidos a lo largo y ancho del país. La característica más importante es que los vacunos de raza “Brown Swiss”, logrados en San Juan de Pillo, eran vendidos en las diferentes ferias ganaderas con la garantía de fertilidad y aclimatación a la altura, gracias a un continuo y paciente trabajo de selección y genética que difícilmente fue igualado por otros criadores. Caso similar ocurría con el ganado lanar de raza “Corriedale”.

La producción de leche, quesos y mantequilla complementaba con éxito la venta de reproductores, convirtiendo a la Negociación Bazo Velarde en una empresa lider y admirada por sus resultados. Sin embargo no estaría ajena a los cambios políticos del país y sus actividades se verían seriamente afectadas por la Ley de Reforma Agraria como se podrá apreciar mas adelante.

Durante los primeros años 1950 – 1955, Napoleón Bazo se integraba a la sociedad pampina, todavía soltero y participaba activamente del acontecer social, deportivo y de desarrollo de la zona. Era presidente de la Liga de Futbol distrital en la que competían diferentes equipos entre los que estaban el “Deportivo Impuestos promovido por la Caja de Depósitos y Consignaciones, el equipo “Daniel Hernández”, el equipo de “San Juan de Pillo” y el equipo de “San Pedro”. Entre los jugadores de la época se encontraban Luis “Lucho” Monge, el fiscal Victorio Rosas Benavides, “Bebe” Belledone, Rubén Mendieta, Américo Monge, Lorenzo y Fidel Artica, Tovar, Napoleón y Jorge Bazo, entre otros. Un organizador y promotor de los encuentros era don Gustavo Gamarra.
Todavía no había “Estadio” y gracias al tractor de Napoleón Bazo y al trabajo de nivelación con teodolito de Rodolfo Tramontana, se emparejaron los estadios de Pampas y Acraquia. Los recuerdos de Napoleón se refieren a un famoso albañil. Don Feliciano Peña, quien prácticamente era contratado por la mayoría de vecinos que buscaban mejorar sus viviendas y con mucho cariño se refiere al farmacéutico don Hipólito Martínez (Don Hipo) y su esposa doña Rosario Valenzuela, quien no solo era boticario, sino además se veía obligado a recetar, con acierto, medicamentos, a falta de médico en la ciudad.

Otra anécdota interesante se refiere a la construcción de la carretera de Pampas a Acostambo, la de mas largo tiempo de ejecución, obra que era utilizada en la promesa de todos los políticos que querían llegar a diputados en el Congreso de la república. En esa época trabajó en la obra el ingeniero Ricardo Herrera Monge. Además se contruyó el Hotel del “cojo” Calderón en la Plaza Principal, en donde se rociaba con agua e colonia a todos los visitantes ilustres de la ciudad.

Napoleón Bazo se casó con la señora Gabriel Costa y tuvieron por hijos a Napoleón, José, Ana Gabriela, Fernando, y Delia María. Todos ellos en la actualidad siguen vinculados a los derivados de la leche, establecidos ya en la capital de la República, pero convencidos que la habilidad, capacidad, creatividad y eficiencia fue adquirida en “San Juan de Pillo”, Pampas, tras largos años de intenso trabajo y esfuerzo.

Del Libro “HISTORIA DE HUANCAVELICA” (Tomo II, pgs. 171 - 172)
Autor: Federico Salas Guevara Schultz. Primera Edición. Lima, Noviembre 2008

jueves, 4 de diciembre de 2008

POSTALES DE TAYACAJA IV


Crónica desde Matibamba

Aquí en Matibamba el paisaje trasciende historia. Recordemos que en 1566 don Crisóstomo de Hontiveros era dueño de la Encomienda y que un grupo de mitimaes cayampis plasmaron en este siento, páginas del que dan cuenta las crónicas ubicando a Matibamba “a cuatro jornadas de Pampas”. No olvidemos que aquí los alambiques destilan el mejor aguardiente de la región y antaño la hoja de coca era de primera calidad.

La magia de los nombres

Tayacaja no es solo una provincia, es un sentimiento, por ello al pronunciar el nombre de nuestras estancias sentimos una inmensa alegoría interior. Tocllacuri, Ñahuinpuquio, Alfapata, Quishuar, Antavirus, Mashuaillo, Occoro, Huallhua, Tucuma, Allpahuasi, Atoc o Quintaojo. ¡Qué belleza de nombres de auténtica visión poética!


Nuestros artistas

Tayacaja tiene grandes exponentes en la música andina. Gustavo Córdova Peralta “El chutito de la radio” cuya travesía difundiendo lo nuestro se inicia el año 1934 en Radio Huancayo e integrando “Los zorzales del ande”, luego en Lima en las radios El Sol, Atalaya, San Cristóbal, Santa Rosa, América, Nacional, y finalmente en Radio Luz (Av. Tacna donde antes funcionaba Canal 2 y Radio Victoria). Recuerdo que en la cabina de esa emisora tuve la suerte de hablar con él y entregarle una pequeña nota que escribí destacando sus brillantes cualidades humanas y profesionales.


Junto a él podemos mencionar a Victoria de la Cruz a quien vi en la Peña Hatuchay del jirón Trujillo; a don Bony Zuasnábar que cantaba huaynos y mulizas en Huancayo. Y en la línea criolla está Rafael “Fito” Ríos considerado como el “mejor requinto del Perú” integrando famosos tríos o acompañando a la inolvidable Lucha Reyes.

“Ondas Isabelinas” creación de un tayacajino

El 3 de julio de 1916 –hace 92 años- se fundó la revista “Ondas Isabelinas” del Colegio Santa Isabel de Huancayo cuyo primer número tenía 4 páginas. El director del plantel era entonces Enrique Arnáez Naveda que llegó a desempeñar el cargo de vicerrector de la Universidad San Marcos. Protagonista de este acontecimiento cultural fue César Edmundo Monge Sánchez en su calidad de fundador y primer director de la revista.

Isabel de la Peña de Calderón

Hace 90 años, el 2 de julio de 1918 nació en Anco nuestra notable educadora tayacajina, quien llegó a ocupar el cargo de Directora General del Ministerio de Educación con rango de viceministra. Estudió en el Colegio Miguel Grau (Magdalena del Mar) fundado por Esther Festini de Ramos Ocampo. En este plantel doña Isabel fue alumna, auxiliar, profesora y directora. Siempre atenta a los acontecimientos culturales nos acompañó en las presentaciones de nuestras modestísimas obras “Cielo de fiesta en Tayacaja” y “Literatura de Tayacaja”.

Despedida de Matibamba

Ahora, extasiado con el rumor del río, escucho el casete “Carnaval de Salcahuasi” (grabado en el campo) ¡Qué emoción! hasta parece que danzan en la carretera Diego Auquinivin, Lázaro Yupa Inga Vacachi, Mamaytilac, Curambayo y los gentiles de Alfapata. La noche se hace presente y dejo que hable el corazón, pues, hoy que recuerdo tiernas vivencias, en mi corazón está tu nombre flor de lucero, bella pampina, mágico aroma de amor primero.

Carlos Zúñiga Segura

jueves, 27 de noviembre de 2008

RAYUSCCA

RAYUSCCA

Por las alturas de Mashuayllo hay un pueblito que se llama Jatunpampa, que quiere decir pampa grande; por ese lugar hay un camino que conduce a Chinchipampa; aquel viene desde Chanti y pasa hasta Tucuma. Hace muchos años fue un sendero guijarroso, bordeado de espinos y abismos extravagantes con rumbo sinuoso, paso obligado para los habitantes del lugar. Desde sus crestas visibles y altas grietas se divisa las profundidades de la quebrada del río Huanchuy como una hilacha que después de estrellarse de peña en peña va a dar entre las turbias aguas del Mantaro.

El viento tibio más ágil deja oír por instantes el rumor del río y se eleva sutilmente hasta alcanzar lo más fragoso de la cordillera de las montañas, llevando consigo la niebla hasta coronarlos con nubecillas aisladas durante el día, tan afanoso cual sube y baja. Ya en las tardes las cumbres se tornan grises y el frío es intrépido, la niebla densa penetra hasta los rincones más escondidos de las casas y el suelo es húmedo que rápido levanta los mohos en las piezas y el óxido en los metales.

En las épocas de invierno serrano, el viento zumba y silba en el ichu; en turbiones cae el fuerte aguacero y los relámpagos iluminan intensos el horizonte. Cuando es más intensa la lluvia, la chispa eléctrica con eficacia llega a la tierra frecuente con estruendoso ruido, haciendo de la tempestad un ambiente lúgubre y funesto, obligando a los lugareños a esconderse en sus casas. Las noches se tornan lóbregas y las espesas nieblas envuelven todo, que no permite abarcar la mirada a un metro; todo se torna tenebroso; los granizos chancan musicalizando los tejados y las goteras monótonas de los aleros forman torrentes turbios formando aniegos en los desniveles del camino.

En el tramo del camino entre Jatunpampa y Chinchipampa, hay un lugar, ahora funesto, entre rocas enormes y arbustos del lugar. Hace algún tiempo atrás una joven pareja de casados, que tenían un pequeño hijo como de cuatro abriles; asentaron sus vidas en ese lugar; habían heredado una parcelita de terreno de sus ancestros, hicieron una casita pequeña debajo del camino. Era una casita solitaria, la única en el lugar construida con mucha esperanza; empezaron a cultivar sus tierras y a la par criar una vaquita, dos cabras y un carnero. Cada vez que bajaban al pueblito, en las tardes los veían volver casi entre dos luces, llevando al niño de la mano rumbo a su casita solitaria, dando venias atentas a quiénes se cruzaban en el camino; era una pareja muy misteriosa poco sociable.

En una de esas noches que dicen de los difuntos; las cumbres se encendían con los relámpagos, las nubes negras lloraban en turbiones y cada vez era más fuerte la lluvia. El tronar de los rayos era más intenso y continuo como si la artillería del cielo hubiera encendido el fuego de la guerra y cobrar vidas en venganza. El viento huracanado recogía el lúgubre aullido de los perros y se dilataba temblando entre los roncos rigores del cielo; todo parecía avizorar un funesto presagio. Los niños trémulos se aferraban a sus "cawitos" y los ancianos sentían caer el cielo – Nunca ha pasado esto -- decían mirándose tras la tenue luz de las velas – Es castigo de Dios por culpa de ese Leupucha que se metió con su prima no más -- murmuraban otros.

El “ataque” se hacía interminable cuando al dar la media noche, todo lentamente volvió a la calma, alejándose los truenos como un tropel de llamas sobre el cielo oscuro hasta dejar solo el sonido monótono de las goteras cercanas que herían los oídos. Todos quedaron dormidos como entumidos por el susto.

La mañana siguiente los pacíficos pobladores recibieron la alarmante noticia de un madrugador labriego; pálido y como fuera de si llegó al caserío, manifestando la tragedia de la pequeña familia que ya no es; el padre muerto, la madre muerta, el pequeño hijo muerto también, habían sido fulminados por un destructor rayo. De la pequeña casita quemada aún humeante; se levantaban negras las ruinas de los muros; había sido consumido por el fuego. Enterraron los restos calcinados de los pobres desdichados que vivían cual parias, y desde esa inolvidable tragedia bautizaron a ese tétrico lugar como Rayuscca – Lugar donde cayó el rayo.

Cuentan los pobladores de Jatunpampa, que cada vez que se producen similares tormentas, ven pasar en la noche por el camino con paso monótono, a una pareja de esposos llevando de la mano a un niño, en medio de la lluvia insaciada camino a Rayuscca, gimiendo cantos fúnebres en las noches de Todos los Santos…

Miguel Ángel Alarcón

Imagen: "Tormenta", óleo de Beatriz Colmenares.

sábado, 22 de noviembre de 2008

POSTALES DE TAYACAJA III


Nota inicial. Las Postales (resúmenes del libro inédito Historia de Tayacaja) que se difunden en Saposaqta corresponden a la amistad y generosidad de Manuel Suárez y su sentimiento compartido por nuestra tierra.

Ricardo Palma y Tayacaja

El gran tradicionista Ricardo Palma tuvo presente a Tayacaja en sus tradiciones, artículos periodísticos y en varios de sus libros. Veamos:

En La zamacueca política (Periódico político, popular, joco-serio) correspondiente al año 1859 le dedica unas líneas a don Andrés Álvarez Calderón Senador por Tayacaja.

¡Vaya unos labios cerrados

y un voto abierto para el Gobierno!

¡Qué mudez tan elocuente!.

En el libro Semblanzas. Lima 1867 Palma se refiere a don Enrique Lara Diputado por Tayacaja:
Se calza muy bien el guante

y llega al sí natural:

para ser representante

esto es mas de lo esencial.

En el libro Supersticiones de los peruanos dice Ricardo Palma: “Sobre estas costumbres, en que andan mezcladas por igual las prácticas gentilicias y las cristianas, -dice el autor- que presenció lo siguiente en un pueblo (Pampas) de la provincia de TAYACAJA”.

“Una viuda, joven y hermosa, a los cinco días de muerto su marido fue llevada por sus parientes al río y obligada a bañarse desnuda en presencia de ellos. A esto llaman los indios purificación, y después de ella, la viuda queda expedita para contraer nuevo enlace. Complemento de la purificación es una orgía, en la que la mujer llega a pertenecer a tres hombres, de los que uno representa al Padre Eterno, y los otros dos a San Pedro y San José. Después de purificada así, es seguro que encontrará nuevo marido”.

ANALES DE LA INQUISICIÓN

En el capítulo correspondiente a La Segunda Inquisición Palma da cuenta del castigo que le impuso la Santa Inquisición al “presbítero don Eugenio Jaime que fue denunciado en Tayacaja, en 1802, por haber dicho que no incurría ni en pecado venial el que no asistía a la publicación de los edictos generales del Santo Oficio. Varios hay, después, delatados por el mismo delito”. El castigo en estos casos consistía en recibir azotes en paseo público.

De: Historia de Tayacaja (Inédito)
Carlos Zúñiga Segura

martes, 18 de noviembre de 2008

TURISMO EN TAYACAJA

La provincia de Tayacaja cuya capital es la ciudad de Pampas, es un territorio fuertemente accidentado, ubicado entre las cordilleras occidental y oriental de los Andes en la región central del país. El punto mas alto se encuentra en los cerros de Azapara con 4874 m. mientras que el más bajo, queda en el fondo del valle del río Mantaro con solo 911 m.s.n.m. de modo que el relieve máximo es de cerca de 4000 m. Esta gran diferencia de nivel determina una variedad de climas, desde el frígido propio de las altas montañas, hasta el templado de los valles andinos y el semitropical de ceja de selva.

Es en esta zona maravillosa que podemos encontrar lagunas, cataratas, cuevas, terrazas donde el hombre ha impregnado su conocimiento para convertirla en un destino turístico.

Desde la llegada a la ciudad de Pampas el viajero podrá apreciar lugares bellos como el Gran Parque Ecológico situado en el barrio de Chalampampa, el centro recreacional de Pillo, el mirador de la ciudad ubicada en el legendario cerro San Cristóbal, cataratas en Huachocolpa, Colcabamba y Acostambo, la Central Hidroeléctrica Santiago Antunez de Mayolo, conocida como la Central Hidroeléctrica del Mantaro, la obra mas grande de la ingeniería peruana, el Museo en Colcabamba, un hermoso puente colgante en Chiquiaq hecho por los lugareños de la zona.

Pintura rupestre en Quishuar, y zonas de restos pre-incas en Acostambo, Terrazas en Paltarumi, Artesanía en Huaribamba, y el distrito de Huachocolpa. guarda en su territorio recursos turísticos importantes para disfrutar del ecoturismo y del turismo de aventura donde se encuentra el bosque de Orquideas de Amaru, con las de cien variedades de estas bellas flores. Igualmente conocerá las danzas típicas, y todo el hermoso folklore de Tayacaja en su recorrido por esos lugares.

SAPOSAQTA te invita a visualizar el video que justamente nos trasladará a estos bellos parajes, tomado del documental “Tayacaja” realizado por la Municipalidad Provincial de Tayacaja.

Primera parte:


Segunda parte:

viernes, 14 de noviembre de 2008

POSTALES DE TAYACAJA II


JOSE MARÍA ARGUEDAS EN PAMPAS

Un amor en Chalampampa

Los recuerdos de José María Arguedas en Pampas, capital de la provincia de Tayacaja, datan del año 1928. Tenía entonces 17 años y cursaba el tercero de secundaria en el Colegio Santa Isabel de Huancayo, en circunstancia en que su padre decide ejercer la profesión de abogado en Pampas. En la Parte II, Viajes, de Los ríos profundos, narra sus vivencias en esa ciudad. En un pasaje de matiz sentimental nos hace saber de la existencia de una joven alta, de ojos azules, a quien le brindaba serenatas interpretando huaynos que “jamás se habían oído en el pueblo”. La identidad de la joven merecedora de elogios y serenatas, que en calidad de primicia ofrecemos, sería María Jesús Olano de 25 años de edad y vivía en una tienda frente a la capilla María Auxiliadora del histórico barrio.

Artículos en Argentina

Esa preciso señalar que durante su estadía en Pampas, Arguedas se interesa vivamente por las fiestas y costumbres de la provincia conforme lo acreditan los artículos “El Layka” (Brujo) y “La fiesta de la cruz” (La cruz de Pampas) ambos publicados en el diario La Prensa de Buenos Aires (Argentina) en 1941 y 1943, respectivamente. Complementa esta apreciación la interpretación de la canción “Trilla de arvejas en Pampas”, grabada en el casete Arguedas canta y baila editado por el Centro de Folklore que lleva su nombre. Esta producción tiene una presentación cuya autoría corresponde al charanguista Jaime Guardia.

Un gran amigo de Arguedas

La relación de José María Arguedas con Pampas y toda la provincia fue a través del vínculo amical con el notable folklorista y estudioso de las tradiciones huancavelicanas don Sergio Quijada Jara nacido en el fundo Magdalena (Acostambo).

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ANTONIO RAIMONDI EN COLCABAMBA

El sabio italiano Antonio Raimondi visitó Colcabamba el año 1866. Ofrecemos sus apreciaciones: “El pueblo de Colcabamba se halla situado en una quebrada que baja al río grande de Mayoc. Su temperamento es delicioso, pues no se siente ni frío ni calor. El pueblo es pequeño., Sus casas forman una callejuela con acequias. Tiene una plaza de regular tamaño que está adornada en su centro por un hermoso y añejo cedro. La iglesia está muy desmantelada, principalmente en su interior. Colcabamba no carece de recursos; si sus habitantes fueran algo más activos, podrán holgar en la abundancia, pues esta población cuenta con hermosos terrenos cultivables y con bastante agua. Esta corre por dos acequias y sólo se emplea para el regadío, porque tiene mal sabor por la cal y óxido de fierro en disolución que contiene, materias que va depositando y que originan una especie de tufo, semejante al de Huancavelica, que sirve como piedra de construcción. En esta agua, todas las materias que caen, como hojas, ramas, etc., se cubren en poco tiempo de incrustación calcárea. En Colcabamba se cultiva maíz, cebada, trigo, etc. También hay alfalfa, pero este forraje no es muy abundante”.

Imagen fotográfica: Teófilo Hinostroza, fotógrafo tayacajino (Colcabamba)

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EDUCADORES Y VECINOS NOTABLES DE SALCABAMBA

El año 1895 se registra en Salcabamba la presencia de distinguidos educadores Isabel Belledonne, Carlos Prialé, María Gurmendi, Felipe Guerra, Guillermo Rebagliatti y Manuel Sarmiento, oriundos de Huancayo, Lima y Concepción, respectivamente.

Entre los vecinos notables Matías Arana, José Monge, Francisco Santibañez, Pío Serpa, Mariano Valdez, Claudio Herrera, y Federico Gálvez.

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HOMENAJE A “CHOYO” MONGE

El destacado profesional tayacajino Gustavo Córdova Valenzuela escribió hace tiempo un preciso y precioso texto en homenaje a “Choyo” Monge que debió salir en algún boletín que preparaba un grupo de pampinos. En mis continuas pesquisas documentales encontré una copia de este valioso testimonio de dos carillas y cuarto. Ofrezco el último fragmento:

“Choyo Monge, guitarrero insomne de los zapatos polvorientos. Bohemio impenitente de la chompa interminable, chalina al viento cantando libertad. Asoma al espacio y escucha el canto andino de tus hermanos en la quietud de la noche estrellada proclamando tu recuerdo”.

Nota. El nombre del inolvidable “Choyo” es Fernando Monge Palma (No Monge Arana como figura en el testimonio) por si alguien tiene el documento y quisiera difundirlo).

Carlos Zúñiga Segura
(De: Historia de Tayacaja (Inédito)

lunes, 10 de noviembre de 2008

DANZAS DE TAYACAJA



Las danzas andinas son una parte muy importante de las ceremonias en las cuales se venera a la madre tierra. En las comunidades andinas las fiestas han conservado su significado ritual. Música y baile no solo representan la solidaridad del pueblo con su tierra, sino expresa también la unión de las comunidades andinas

Siendo la danza un producto de cultura, cada comunidad ha encontrado y desarrollado formas características de expresar esta relación, así, para los pueblos andinos, se dice que el factor mas importante que se destaca en su danza es el contacto pies-tierra. Este contacto que revive la relación del hombre con su medio y que se resuelve en la dedicación agrícola, lo que le permite concebir explicaciones, concepciones y mitos acerca de la fecundidad, la reproducción, la maternidad y el protectorado de la tierra.

En la danza andina esta voluntad se hace presente cada vez que el danzante la ejecuta y la decisión de actualizarla está siempre latente, porque representa la decisión colectiva, ya que, como todo ser, tiende a la exploración de su libertad.
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Imagen 1: "Trillay Huaylas" de César Yauri
Imagen 2: "Ronda de Ahuaycha" también de César Yauri

Veamos un video que recopila las danzas más importantes de la provincia tomado del documental “Tayacaja” con la producción, dirección y edición de Ricardo Eufracio Peña.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

POSTALES DE TAYACAJA



Hace 150 años, en 1858 el sabio italiano Antonio Raimondi visita por primera vez la provincia de Tayacaja. Sus impresiones son: “El pueblo de Pampas es algo grande, sus casas están blanqueadas y los techos están cubiertos generalmente de tejas, sus calles empedradas tienen una angosta vereda y en muchas hay una pequeña acequia en el centro. Las mujeres llevan un gran sombrero de paño azul oscuro o negro forrado en su parte interior con paño rojo y cuando saludan, en vez de decir buenas tardes o noches dicen Ave María”.

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El censo realizado el año 1876 en la ciudad de Pampas arroja los siguientes resultados: Blancos 979 hombres y 983 mujeres; indios 2,376 hombres y 2,523 ,mujeres; negros 13 hombres y 11 mujeres; mestizos 438 hombres y 488 mujeres; extranjeros 4 (italianos).

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Iniciando el año 1900 en Pampas existían dos escuelas. El de varones tenía por preceptor a José Vega y el de mujeres a Rosa Bravo. Existía asimismo, un colegio particular con 25 alumnos a cargo de Pedro Padilla. En 1905 ya funcionan dos escuelas de varones y una de niñas. La municipalidad pagaba el alquiler de los locales a un costo de 4 soles mensuales. Una estaba dirigida por Víctor Zúñiga y su auxiliar Vidal Guerreros quienes ganaban treinta y diez soles, respectivamente.

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En 1630 se reconoce a San Juan de Luicho o Luichuspata (ubicado a 22 kilómetros al Este de Pampas) como el más antiguo pueblo inca de la región. De su pasado milenario quedan muros, pasadizos, vestigios de canales de regadío, una pared alta y larga que al parecer es uno de los flancos de la iglesia que construyeron los indios yungas mitimaes aproximadamente el año 1,600.

Cuando un huayco destruye las bocatomas en 1686 el principal Luis Siniguaman decide vender encomendando a Pedro Martínez Gamarra a fin de que alzando vara de Real Justicia fuera a dar nueve pregones a San Cristóbal de Occoro y otros nueve pregones en otras tierras, siendo designado para ello J.Poñahuac Llamarcay indio pregonero, antecesor histórico de “ Lacha” Martínez, quien pregonaba los bandos en las calles de Pampas.

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En julio de 1924 el Presbítero Domingo A. Verástegui encontrándose en Ahuaycha escuchó asombrado esta canción en quechua:

Mi madre me dio a luz
diciendo
mi hijo es lluvia y nube
para llorar como la primera
y andar como la segunda.

De: Historia de Tayacaja (Inédito) / Carlos Zúñiga Segura
Imagen: "El fotografo del parque" de la pintora alemana Christine Rosenthal

viernes, 31 de octubre de 2008

PRODUCCIÓN AGROPECUARIA EN TAYACAJA



Tayacaja es una provincia poseedora de climas variados lo que convierte sus pisos ecológicos en terrenos apropiados para la agricultura y para la ganadería. Esto se puede ver en estas tierras por la abundancia de la ganadería, la crianza de cerdos, la producción de truchas en piscigranjas, la crianza de animales menores como el cuy, la producción de miel de abeja, y la gran variedad de papas (300 especies).

Igualmente la producción del maíz de buena calidad, la producción de maca en zonas de baja temperatura, la producción de frutales, y plantas aromáticas, la producción de alcachofas y otros productos de gran demanda.

(imagen: "Arando" de Gladys Almadoz)

A continuación, extracto del documental “Tayacaja” dirigida y producida por Ricardo Eufracio Peña.


martes, 28 de octubre de 2008

POEMA A PAMPAS

VALLE PAMPINO

Nativo valle de belleza prodigiosa,
tallado en el yunque de la meseta andina,
tan orgullosa como tu progenie pampina,
despiertas todos los días muy afanosa.


Reposa en tu seno cual agónica serpiente,
el legendario y eterno Río Tonto
como esperando el invierno para de pronto,
rehuir de su misterioso canto silente.


Enmudecen propios y extraños,
contemplando tan incomparable belleza,
que Divinas manos minió con destreza,
perennizándolo a través de los años.


Tus ígneas tardes de diáfano colorido,
tienden el nimbo terso de estreno,
buscando para dormir en el seno,
de tu oscura red de astros encendido.


Desde tus villorrios ricas tradiciones,
renacen entre voces y cantos;
santiagos y carnavales de saltos,
son tus renuentes diversiones.


Pampas, querida tierra mía
cuna de amores y noches sin final,
enarbolo tu nombre tan original
entre notas de canora melodía



Autor: Prof. Miguel Ángel Alarcón León
De: Cuentos Andinos y Poesías
Edit. Sept. 2008
Segundo Lugar en Concurso Provincial de Poesía de la Municipalidad de Tayacaja, año 2004

viernes, 24 de octubre de 2008

UBICACIÓN DE TAYACAJA






Pampas es la capital de la provincia de Tayacaja, se ubica en la margen derecha del río Opamayo, a 3,269 m.s.n.m. y tiene las siguientes coordenadas geográficas: Longitud: 74º 52’ 16’’ Oeste de Greenwich, Latitud: 12º 24’ 20’’ Sur.

Tayacaja tiene una superficie de 3370.6 Km2. De acuerdo al Censo del año 2005, Tayacaja tiene una población de 104,378 habitantes (INEI), y una densidad de 31 hab/km2. La distribución de habitantes por distrito es la siguiente:
Acostambo: 5072 hab.
Acraquia: 5061
Ahuaycha: 5939
Colcabamba: 21593
Daniel Hernández: 9745
Huachocolpa: 3761
Huaribamba: 7962
Ñahuinpuquio: 2599
Pampas (capital): 12269
Pazos: 7985
Quishuar: 1023
Salcabamba: 5415
Salcahuasi: 3811
San Marcos de Rocchac: 3101
Surcubamba: 5098
Tintay Puncu: 3944

El área de la provincia de Tayacaja es un territorio fuertemente accidentado que se encuentra entre las cordilleras Occidental y Oriental de los Andes, en la región central del país. El punto más alto del área se encuentra en los cerros de Azapara con 4,874 m. de altitud, mientras que el más bajo queda en el fondo del valle del río Mantaro, en la parte nororiental con solo 911 m.s.n.m.; de este modo el relieve máximo es de cerca de 4,000 m. Esta gran diferencia de nivel determina una variedad de climas, desde el frígido propio de las altas montañas, hasta el templado de los valles andinos y el semitropical de ceja de selva.

Gran parte de los poblados y comunidades de la provincia tienen acceso a tres pisos ecológicos (frío, templado y cálido), condicionando la variedad de la producción agrícola desde tubérculos andinos, cereales, leguminosas hasta plantaciones de frutales y caña de azúcar. Sin embargo, algunos poblados tienen control predominante sobre tierras frías donde las condiciones ecológicas sólo favorecen el pastoreo y en menor escala la agricultura, y otros sobre tierras templadas y/o cálidas, los cuales están más íntimamente asociados con la agricultura. Igual variedad presenta la ganadería. Crían auquénidos, ovinos, caprinos, porcinos, vacunos, équinos, cuyes y aves.

Pampas es una de las ciudades más importantes de la región central del país. Cuenta con hermosos atractivos como la Plaza principal, la iglesia San Pedro, el Parque Ecológico de Chalampampa, el Ovalo de Rumichaca, la Alameda Grau, el Mirador del Cerro San Cristóbal entre otros. Cada 21 de junio alberga a todas las autoridades y pobladores de Tayacaja para celebrar la fecha de su creación política.

Tayacaja cuenta con exquisitas riquezas turísticas, naturales y culturales que se refleja en los hermosos parajes que se encuentran en la provincia. Cuenta con 16 distritos con variados climas por su ubicación en distintos pisos ecológicos.

Son famosos los carnavales de Ahuaycha donde se danza el tipaki tipaki, los caminos del inca y la ciudadela de Ayaorcco en el distrito de Daniel Hernández, las verdes y hermosas campiñas en Acraquia, la Central Hidroeléctrica del Mantaro y la Represa de Tablachaca en Colcabamba, que además cuenta con hermosas cataratas y restos arqueológicos, o en el distrito de Pazos considerado como la cuna de las papas nativas, contando además con cuevas con pinturas rupestres formando un milenario circuito turístico.

Igualmente el distrito de Acostambo, tierra del escritor Sergio Quijada Jara, cuenta con las cataratas de Paccha, la cueva de Tambo Machay y rocas con restos de fósiles marinos. Destaca Salcahuasi por su variado paisaje de montañas y bellas colinas, y la riqueza de su folklor propio del lugar.

Casi todos los distritos de Tayacaja guardan restos arqueológicos de importancia como Quishuar, Ñahuinpuquio, San Marcos de Rocchac, Salcabamba, y Surcubamba. También se pueden apreciar hermosas lagunas como la de Huari en San Marcos de Rocchac, y la laguna de Ocllacocha en Huaribamba.

Y si se trata de belleza, está el distrito de Huachocolpa, el cual guarda en su territorio recursos turísticos importantes ligados al ecoturismo y al turismo de aventura, encontrándose en este distrito el Bosque Amaru, considerado el paraíso de las orquídeas. Uno de los distritos del nororiente de Tayacaja es Tintaypuncu, considerado la reserva ecológica de Huancavelica, famoso por sus hermosos parajes y bosques naturales, donde albergan animales en extinción como el oso de anteojos o la nutria.

A continuación un video donde se describe en imágenes, la belleza de la provincia de Tayacaja.




Los datos del video en: http://es.youtube.com/watch?v=P18Zbsd6VsY

martes, 21 de octubre de 2008

SAPOSAQTA: PRIMER AÑO


Hace un año nacio Saposaqta, apelativo tradicional de los nacidos en Pampas Tayacaja. Nuestro objetivo es difundir el arte, el conocimiento y la cultura de Tayacaja publicando diversos artículos, que –en un inicio- ya existían, y solo necesitábamos agruparlos en este blog. Luego fue surgiendo la necesidad de la creación propia, así como la investigación más acuciosa. Es así que en todo este año hemos podido mantener actualizado el blog.

Nuestro agradecimiento a todos los que colaboran con el blog y hacen posible la renovación constante de este espacio virtual, así como los que han sabido valorar este esfuerzo.

En este segundo año, esperamos profundizar en las investigaciones sobre temas poco conocidos de las diversas expresiones artísticas de Tayacaja. Asimismo presentaremos obras de la literatura tayacajina, tanto de sus representantes ya consagrados como de los que recién empiezan. Es por ello, que Saposaqta (es) será un medio para la difusión, y lo que buscamos es precisamente que la mayoría conozca más acerca de todo el acervo cultural de Tayacaja.

Hoy publicamos un resumen del artículo que presentamos el año pasado titulado: “El Sapo en la Cultura Andina”. Creemos que su lectura nos permitirá conocer aspectos importantes sobre este batracio muy común en Tayacaja.

EL SAPO EN LA CULTURA ANDINA

Visión y Función del Hamp’átu [Sapo] en la Cultura Indígena Andina: Una Lectura de Simbologías y Significados.

Al sapo en el ande, lingüísticamente los quechuas, denominan como hamp'atu (sapo), y éste es un batracio que goza de muy buena estimación, porque, en la visión de la cultura andina, tiene un significado simbólico, cuya lectura la podemos hacer a partir de seis aspectos:

Primero en el campo de la representación espacial, el sapo simboliza a la Pachamama (Madre Tierra). La madre tierra es simbólica y mitológicamente es representada por tres animales, el sapo, el lagarto y el puma.

Por lo tanto, la representación mitológica del sapo es de reproductor, por simbolizar a una de las deidades andinas de máxima potencialidad reproductiva como la tierra.

Existen testimonios que dan cuenta que el sapo vive dentro de la tierra y que solo salen cuando es tiempo de lluvias, para cuidar las chacras, porque es el espíritu de la misma Pachamama (Madre tierra).

Esta expresión que nos hace el runa indígena andino no es otra cosa que producto de la capacidad de observación de la conducta del batracio, y realmente tiene el sapo una capacidad de resistir un período de hibernación prolongado dentro de la tierra, para salir en temporadas propicias como cuando es tiempo de lluvias.

Por lo tanto, el sapo en los andes, es un símbolo de la tierra que participa activamente en los procesos de producción de los frutos de las chacras, es decir esta articulado al proceso de trabajo campesino a modo de un potencial hortelano, con la misión de cuidar el fruto que da la Pachamama (Madre Tierra). Por esta razón que el sapo es objeto de ofrendas rituales y representaciones en monumentos, como las halladas en algunas localidades o ciudades como Oruro en Bolivia, Pampas en Tayacaja (Huancavelica) Es también representado en los tejidos tradicionales como en Taquile.

Segundo: El sapo oníricamente representa “qollqi” (dinero), es decir, el runa que sueña con muchos sapos, es porque va ha tener dinero.

Si el sapo es representante de la Pachamama, la que alimenta a sus hijos runas con sus hierbas, sus frutos y su carne, con su agua y sus materiales, también en construcción de sus viviendas para el abrigo de sus hijos, es lógico pensar que toda riqueza para nuestro sustento viene de ella; también la plata y la suerte, especialmente en el negocio. Todos estos aspectos a las claras nos muestran que el sapo en la cultura andina es motivo de reverencia ritual y simboliza a la Pachamama como riqueza y bienestar económico.

Tercero: En la dimensión ritual, el sapo es uno de los inspiradores y motivadores rituales que se distribuye y se difunde a nivel latinoamericano, así por ejemplo, en el Santuario de la Virgen de Copacabana, en ese lugar en la festividad del 5 de Agosto, los peregrinos adquieren el sapo con fines benéficos, como tener bienes duraderos, plata o dinero, trabajo, el sapo es confeccionado de arcilla o de piedra envuelto con serpentina y por lo general es atado a un objeto pequeño de la figura votiva.

Cuarto: El sapo interviene a través de su actitud, como uno de los indicadores de la conducta del tiempo, es decir como un agente meteorológico, en la que los runas andinos se fijan con mucha atención para programar sus actividades y labores cotidianas en su chacra.

Por estas razones el sapo se presenta al runa andino como un agente sagrado inspirador de una fuerza simbólica y su eficacia ritual para la producción en los procesos de la economía andina.

Quinto: El sapo en el sistema médico indígena andino tiene presencia de dos formas: a.- Como medio negativo, porque es portadora de brujerías, por lo general lo usan para representar a la misma víctima. b.- Como medio benéfico o positivo, el sapo en el sistema de la medicina indígena andina, interviene como remedio en los procesos de terapia. Como se puede observar, el sapo es un medicamento, pues se le usa para frotaciones corporales. Estas frotaciones se le denomina como “limpia”, o “muda”, que tienen la función de ser profilácticos – ordenadores, y tienen la función de succionar la enfermedad.

Sexto: El sapo simbólicamente es integrante de la constelación de nubes oscuras de la astronomía de los indígenas andinos quechua hablantes contemporáneos. El éxito de los cultivos, y con ello la supervivencia de las comunidades indígenas andinas, depende de la interpretación correcta no solo de algunos indicios aparentes tales como el volumen de lluvias, temperatura y patrones eólicos, sino también de aquellos mensajes más sutiles trasmitidos día y noche por los cuerpos celestes. Por consiguiente los runas proyectan la figura y forma del hamp’atu [sapo] sobre las estrellas en el ordenamiento de estrellas en constelaciones.

Finalmente, un dato que alarma, durante mis últimos trabajos de campo, vengo recolectando información que sostiene, que el sapo esta desapareciendo. Esta información primero la hallé en Llalli, Melgar – Puno, luego en Santa Rosa, Melgar – Puno. Así también en las comunidades indígenas andinas de Yanaoca, Canas – Cusco. Ahora en las comunidades indígenas andinas de Pampas, Tayacaja – Huancavelica. Hallamos la misma información de la desaparición del sapo, en Huamanga – Ayacucho y finalmente en las comunidades indígenas del Pitumarca, Canchas – Cusco.

En Pampas provincia de Tayacaja en Huancavelica, lugar considerado zona ecológica del sapo y a la que la municipalidad le hizo incluso un monumento, allí también registramos que los sapos están desapareciendo, la razón nos dice una enfermera de Tayacaja, se debe a que se esta usando o se ha abusado de mucho componente agroquímico que afectó el organismo de los sapos. (Pampas, Tayacaja – Huancavelica 12 de Junio de 2006).

FUENTE: "Volveré" Revista Electrónica de la Universidad Arturo Prat de Chile. Nº 24 Marzo de 2007, Año IV.
AUTOR: Efraín Cáceres Chalco, Antropólogo y Comunicador Social
Versión Editada por SAPOSAQTA

viernes, 17 de octubre de 2008

Sergio Quijada - Recopilaciones

Dos audios inéditos, recopilados por Sergio Quijada en la década de los 60, de propiedad de la familia Quijada Jara, cedidos gentilmente para este blog.

MEMORIA DE UNA PASION


Existe un desconocimiento prejuicioso sobre la manera de ser del poblador andino, a quien generalmente se le considera parco, huidizo, melancólico, patéticamente triste. Sin embargo, el humor andino posee una especial e ingeniosa ironía, una enjundiosa manera de utilizar las palabras, de entregarles una intención juguetona, fundamentalmente cuando se habla en quechua, que es riquísimo en recursos metafóricos, en sugerencias y sobreentendidos.

Ejemplo de lo que afirmamos son los trabajos del gran estudioso de nuestra cultura popular Sergio Quijada Jara con sus adivinanzas e insultos en quechua, su trabajo Lenguaje del trago publicado en 1965. En 1944 entregó su fundamental libro Estampas Huancavelicanas, hermoso y vital compendio del espíritu de este pueblo, con sus fiestas, costumbres, leyendas. En 1955, La coca en las costumbres indígenas, reivindica la hoja sagrada.


Luego vino en 1958 su monumental trabajo Canciones del ganado y pastores, con prólogo del insigne americanista francés Paul Rivet, quien escribió emocionado “Estos 200 cantos en quechua, son una gran contribución al folclor, a la lingüística y al conocimiento del alma india. Dos años después, su libro Cantuta flor natural del Perú, exterioriza su gran amor por esta flor símbolo patrio, que cultivaba en su huerto familiar.

Artículo de Antonio Muñoz Monge en el diario La Primera del 15 de octubre del presente, con ocasión de inaugurarse una exposición fotográfica en su homenaje (del 15 al 30 de octubre en la galería Yachay de Independencia - Lima). Esta exposición reúne fotografías de su archivo personal y se presentan en formato ampliado. Esta es una oportunidad de conocer aspectos claves de su vida y obra. (Fin)


Sirley Ríos Acuña es historiadora del arte y curadora de la muestra. Ella escribió respecto a Quijada Jara lo siguiente: “Uno de los intelectuales más representativos del siglo XX en la sierra central del Perú fue don Sergio Quijada Jara, quién asumió la defensa y revaloración de la cultura popular andina a través del registro escrito, fotográfico y sonoro de las diferentes manifestaciones del patrimonio cultural material e inmaterial. Fue un incansable viajero y cronista de su época. Este ilustre abogado, asentado en la ciudad de Huancayo, dedicó su vida a investigar los diversos aspectos artísticos y culturales del ámbito rural y citadino, principalmente de Junín y Huancavelica, las zonas donde transcurrieron sus vivencias. Su aporte se encuentra en sus escritos donde recopiló las informaciones de los propios protagonistas y plasmó sus reflexiones teóricas en un momento en que no se valoraba la cultura popular andina. Esto lo hace merecedor de innumerables reconocimientos.”

La producción intelectual de Sergio Quijada se dio a conocer en libros, folletos y artículos periódisticos publicados en el Perú y el extranjero. La mayor parte de sus escritos estaban dedicados a las manifestaciones culturales consignadas por entonces dentro del folklore. Sus estudios sobre el folklore tuvieron acogida entre quienes defendían el indigenismo y en nacionalismo, y sentarían las bases para el desarrollo teórico y metodológico de esta disciplina (Sirley Ríos).

martes, 14 de octubre de 2008

EL GALGO DE UYSUS


Saposaqta presenta esta vez una obra nueva en el género narrativo. Se trata de un cuento de Miguel Ángel Alarcón León (40). Él es pampino de nacimiento, profesor de Matemática y Física, graduado en la Universidad Nacional del Centro del Perú, y actualmente se desempeña como especialista en Educación de la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) de Tayacaja. Alarcón publicó en 1986 un poemario titulado “Amor en primavera”. En setiembre de este año publicó su libro “Cuentos Andinos y Poesías”, del cuál extraemos “El galgo de Uysus” donde se aprecia su capacidad narrativa, la misma que describe la historia con un lenguaje sencillo y profundo en contenido.

EL GALGO DE UYSUS

De cualquier parte de Pampas, si elevas la mirada hacia el norte, observarás un alcor de singular performancia, parece un picacho, concluye en una puntita, y hasta alguna vez confundieron con un volcán; ese cerrito que a la distancia se ve, se llama Uysus. Por sus al rededores en las partes bajas bufandean lugares como Ccasapata, Qonchapallana, Pueblo Libre, etc.

Uysu, para los quechuas, es el codo que forma el mango de la chaquitaclla en su parte más alta. Los antiguos lo llamaron así, por tener el cerro la forma de codo; pero castellanizado lo llamaron Uysus; pareciera tocar el cielo. Por su singular forma se ve cual atalaya, del que se domina todo el valle y hasta se controla la imagen del majestuoso Yanapadre; en cuyas laderas reposa el ancestral e inolvidable Viñas. Los antiguos pobladores ocuparon las zonas más altas en su propósito de controlar sus ganados y siembras; de ese modo, también no eran vulnerables a las inundaciones y huaycos, además infranqueables para las épocas de guerra.

Al caer el imperio Wari en los albores del siglo XII D.C.; los Chancas entraron en apogeo; poblaron principalmente las regiones de Apurímac, Ayacucho y gran parte de Huancavelica. A diferencia de los waris que tuvieron ciudadelas; los Chancas vivieron en pequeñas comunidades proliferadas en las partes más altas de los lugares que estaban bajo su dominio; tenían dos jefes de comunidad, uno para la época de paz y otro para la guerra; tal es así que en su intento de querer expandir sus dominios hasta la región Cuzco, fueron derrotados en una cruenta batalla por los Quechuas; quienes al mando de Pachacútec sometieron todos los dominios Chancas, desapareciendo para siempre esta cultura en los epílogos del siglo XIII; cuando en el viejo mundo, La Santa Inquisición hacía de las suyas.

En Uysus existen vestigios de pobladores antiguos; hay ruinas de construcciones circulares de piedra y barro; tan igual que en Ayaorcco; cuevas donde sepultaban sus muertos en las partes inaccesibles, con restos humanos y de vasijas de barro; hasta un enorme molino de piedra; posiblemente de la Cultura Chanca. Los lugareños que tientan llegar a esos lares, hacen sus pagas para evitar los daños y rendir pleitesía al Apu, dios tutelar de la cultura andina. Al llegar los españoles, lo consideraron como dominio de los gentiles y para librar al gran Uysus del espíritu de los demonios, obligaron a muchos indios de la zona y a fuerza de sometimiento hicieron colocar una enorme cruz de madera en la misma cumbre como señal de aplastamiento, un dios sobre otro. Hasta hoy los pobladores de Hualhuayocc veneran cegados por la fe católica y levantan todos los años llevados por los quirmas a tan accidentado lugar como prueba de fe, valor y fortaleza.

Entre esos riscos cubiertos de espinos, charamuscas, tayas, cactus y abundante ichu que han cubierto casi por completo las ruinas; se chamuscan muchas historias y cuentos repletos de tetricidad y aventuras como la que sucedió hace algunas décadas atrás, cuando por entonces las cosechas de cebada, trigo y otros cereales se hacia mediante el pisoteo de baile, llamado Huaylas de trillar; hombres y mujeres de toda edad se reunían en las noches de luna y bailaban sobre el producto tendido en las pampas preparadas especialmente, llamadas “eras”; cantando los festivos jarawis y calentados por algún licorcito de la zona.

Era una de esas noches de plenilunio, el viento de la tarde otoñal había dejado límpido de nubes el cielo andino; en esa cumbre cubierta de frío serrano se habían apagado los trinos y encendido los grillos. A lo lejos se oían uno que otro alarido monótono traídos por alguna ligera ráfaga de viento viajero que se perdía en las crestas de los abismos del gran Uysus.

Todo estaba en calma, los jóvenes iniciaron con la faena de trillar la cebada del viejo Abraham; los varones provistos de palos curvos para golpear la cebada y las mujeres con unas horquetas para voltear la paja. El silenció se alejó del lugar por los cantos y jarawis propios de la costumbre ancestral, se formaron las rondas y todos a triscar. La noche estaba despierta en aquel pequeño lugar del planeta; el disco plateado de la luna se arrimaba hacia el cenit borrando cada vez más la pálida sombra de las montañas orientales. Los macctas seguían con su faena infatigable y las pasñas cantaban hasta ronquear sus gargantas que solo se remediaban con un trago de caña.

Era preciso un descanso, todos se pusieron a picchar su coquita, entre risas y chascarrillos; en un instante el silencio empezó a reinar, sin presagiar que a esa hora de la noche, cuando la luna ya se colgaba en lo más alto de la bóveda estrellada, se oyó de pronto por las crestas de Cullcusmoqo un silbido agudo y profundo que hizo resonar a los cerros con su eco; todos estremecidos empezaron a temblar por el extraño y horrible chiflo que por los oídos penetraba hasta sentirlo en la médula de los huesos; el aire empezó a zumbar y chocar estrépitamente contra el tejado de las casas y como en fracción de segundos desapareció. De pronto y ya más cercano se levantó un alarido tremendo que parecía un grito de dolor arrancado de las entrañas de la humanidad con horror, hasta formar los ecos lastimeros en las montañas. Los perros de las casas aledañas al camino saltaban en jaurías a destrozar al “viajero”, pero extrañamente volvían a sus casas gañendo como si pegados por una pedrada. El ambiente se tornó tétrico, nadie decía nada, sus cabellos estaban hirsutos de horror; en unos instantes todo pareció animarse, pero con un movimiento galvánico que imprime a la muerte contracciones que parodian a la vida y como si entre sueños se volviera a la calma; todos se miraron unos a otros – imataq chayqa- ¿Qué cosa es eso? – se decían; mezclando sus sentimientos entre asombro y horror observaban atónitos la entrada del camino que sigue a Cheqchecancha a pocos metros de la “era”, separado por una acequia.

Una vez calmado el ambiente, comenzó a oírse un acorde lejano de pisadas sigilosas que pudiera confundirse con el zumbido del aire; pero que cada vez se hizo más perceptible y apareció tras una sombra, una silueta casi inofensiva de un enorme perro galgo de color negro; sus largas orejas y colgantes era vistoso a la luz lunera; detuvo por un instante sus patas largas y continuó misteriosamente su camino después de echar una mirada brillosa. Teodomiro; el de la barba roja, se levantó como impulsado por un resorte, cogió su palo curvo y se fue tras el “animal” ante la mirada atónita y espantada de los trilladores.

En el recodo del camino ya estaba por alcanzar a la enorme “bestia” para golpearlo, cuando éste se detuvo; empezó a sentir temor el osado gañán; pero su miedo luchaba aún con su valentía de ebrio, se acercó más, pero, fue grande su horror al ver el rostro del “galgo”, sus blancos colmillos sobresalían de sus descarnadas mandíbulas, de las oscuras cavidades de los ojos de su calavera brillaba una extraña luz de fuego y tenía un olor nauseabundo. Sus nervios saltaron por una emoción tétrica, chocaron sus dientes, le asaltó un temblor corporal imposible de controlar, hasta sentir un frío profundo que caló sus huesos, con violencia latió su corazón y al zumbar agudamente sus oídos, cayó a tierra sin conocimiento y no vio más…

Al ver que Teodomiro no volvía, sus compañeros llenándose de valor fueron en su búsqueda y hallaron tirado en el camino sin conocimiento, pálido y botando espuma por la boca sumido en un delirio profundo. Le acudieron con los auxilios primeros, pero se recuperó de los delirios al cabo de unos días.

La noticia se supo en todo ese lugar; pues al día siguiente encontraron por el camino, muchos perros mordidos el cuello por enormes colmillos, desde entonces los lugareños temieron por los perros finos y es costumbre hasta ahora por ese lugar no criarlos. Si vas por Qasapata solo encontrarás en todas las casas, perros chuscos dedicados a la ovejería…

Autor: Prof. Miguel Ángel Alarcón León
De : Cuentos Andinos y Poesías
Edit. Septiembre del 2008

Imagen: "Isla de perros", óleo de Fernando Aceves Humana