jueves, 22 de agosto de 2013

NUEVA PUBLICACION LITERARIA






MEMORIAS DE UN MATAMOROS, PAMPINO POR RATON Y MATALOROS

Aparece un nuevo libro en el firmamento de Tayacaja. Esta vez bajo el sugestivo título de “Memorias de un Matamoros, pampino, por ratón y mataloros”. Su autor pone ante nuestros ojos, un libro de relatos y vivencias en la ciudad de Pampas, su terruño,  donde recuerda con mucha nostalgia su infancia en el seno de un hogar de clase media, con personajes del entorno familiar que los describe con nostalgia, como tratando de retornar a ese dulce mundo que le tocó vivir.

Se trata de Ronald Matamoros Sánchez, quien a partir de este libro, pasa a integrar un naciente grupo de escritores tayacajinos que, a través de sus relatos, trasladan a los lectores a ese universo construido con recuerdos y evocaciones.

“… vienen a mi mente, recuerdos desde muy niño, cuando saltaba de la cama muy temprano, para salir corriendo hacia las chacras y el campo, siempre con un jebe y su callampa, para hacer puntería y cazar pajaritos, en un ambiente de olores a tierra húmeda, el rocío de las flores y la yerba fresca, contrastando con los rayos de sol que aparecían entre los cerros y los eucaliptos…”

Sus relatos tienen un circuito muy familiar, donde describe con nostalgia a su abuelo materno don Mariano Sánchez Bernal, compartiendo momentos de alegría en familia, prodigando caricias y mimos, contando cuentos e historias interminables.

“… continuamente, mi abuelo me paseaba por el jardín de la casa, llevándome de las manos, cargándome, acariciándome, posándome en sus rodillas, sentado en una silla de madera, y siempre tenía al costado un perro de gran tamaño, celoso guardián llamado “Hualco”. Como no voy a recordarlo, tenía tres o cuatro años de edad,  me decía mi “chutito”, y ese es el más grande y creo único recuerdo que tengo de papá Mariano…”

Sus relatos por momentos se tornan tiernos y mágicos, por la ternura y el amor a Pampas, donde la evocación a sus primeros años nos conduce a ese mundo que cada uno de nosotros tenemos.

“… de mis primeros años recuerdo muy poco, pero lo importante era el cariño que me prodigaba mi abuelo Mariano y mi tía Mayita, quienes eran los que me engreían. Recuerdo mis años en el Jardín de la Infancia de Pampas, me acuerdo de las monjitas, los juegos y desayunos de pan con mermelada, de mis estudios en la Escuela Pre Vocacional 521 de Pampas, de mi profesora Isaura, del profesor Pedro Gómez Muñoz, recuerdo gratamente los juegos con trompo, luego hacer volar cometas, también los carnavales, las fiestas en la casa  por los cumpleaños de algunos familiares, la fiesta de enero, las navidades, entre otras cosas…”

La presencia de su señora madre es constante en cada capítulo del libro. Los recuerdos de la educación recibida por ella son importantes para el autor. Era la guía de su hogar, el personaje central en su vida, y sus recuerdos y evocaciones son constantes a lo largo de estos relatos cuya locación es la ciudad de Pampas Tayacaja. 

“… todos los días pienso en la mamá Adelina “gringa” Sánchez, a quien la recordamos por hermosa, culta, honesta, sencilla, laboriosa. En los momentos difíciles o felices siempre me encomiendo a ella…”

Esta es la primera producción de Ronald Matamoros Sánchez. Más allá de connotaciones de escuela o estilo literario, su narración nos describe situaciones y acontecimientos de su entorno. Una primera parte se sitúa en Pampas, su terruño, continuando con recuerdos y vivencias de sus estudios superiores, para luego lograr su carrera profesional, igualmente matizada de relatos vividos en los lugares que le tocó vivir.

“… Para poder escribir, tenía tantas ganas de hacerlo y no se daban las condiciones. Fue en el 2012 que empiezo a escribir refiriéndome a los hechos vividos, mis recuerdos, mis sueños y nostalgias, penas y alegrías recordando lo vivido y hecho por mi madre. Con mi relato dios quiera que entiendan el mensaje, sus hijos, sus familiares, amigos, paisanos y alumnos…”

El Blog Saposaqta saluda pues, esta nueva publicación, y así seguiremos apoyando nuestra literatura tayacajina como lo hemos venido haciendo con los nuevos narradores que siguen y seguirán apareciendo en el firmamento.

Blog Saposaqta

Equipo de redacción

lunes, 12 de agosto de 2013

PUCHKA: ARTE ANCESTRAL DEL HILADO


A través del hilado ancestral denominado Puchka, las mujeres de nuestros pueblos andinos demuestran sus habilidades y destrezas especiales, en tanto expresión de su sensibilidad espiritual, sustentada fundamentalmente en las enseñanzas recibidas de sus abuelas y madres, respectivamente.

Es preciso señalar, que el arte de la Puchka, es ejecutada mayoritariamente por mujeres; sin embargo,  la presencia de varones en menor escala, le confiere un panorama singular. A los ejecutantes hombres se les denomina JariPuchkajMachaj.

Por constituir un legado ancestral y ser expresión viva del arte genuino, es imperiosa la tarea que debemos asumir  en revalorar esta cultura costumbrista, a fin de que no desaparezca del escenario integral identitario de nuestras comunidades. En esta perspectiva,  son imperiosas las acciones que debemos asumir sea institucional o personalmente, es decir,  convocar concursos  a nivel de pequeñas comunidades y regionales, procurando la participación de nuestras jóvenes como ejecutoras y la supervisión de los mayores para no alterar su autenticidad.

En el desarrollo de este arte ancestral  se utiliza el Puchkatullu o Huso,  de aproximadamente 15 a 30 centímetros obtenido del tallo de laChecchira y su grosor deberá corresponder a la mano de la tejedora a fin de que la habilidad no tenga tropiezos o cauce malestar.

La  otra pieza importante es el Piruro o rueca que le confiere el peso necesario al huso o puchkatullu. Esta pieza redonda con un hueco en medio se obtiene de la madera denominada  Llamapañahuin. En ocasiones se utiliza en reemplazo del anterior la pieza denominada Checco que viene a ser de piedra pulida o preparada a propósito. Complementa las herramientas la llamada Callapa u horquilla que sirve para envolver la lana.

El arte de hilar la puchka  se inicia con el vellón de  lana obtenido de oveja, llama, paco, alpaca o vicuña. El procedimiento de limpiar la lana o quitar los elementos ajenos impregnados en el animal durante el pastoreo se denomina Escarmentar y su ejecución debe ser minuciosa, por lo tanto lenta.

A continuación se ahueca el vellón y estira hasta formar un ovillo suelto que permita holgura en el hilado. Estirando uno de los extremos de la lana se debe dar dos vueltas alrededor del huso que será sujetado por la mano izquierda en tanto que la derecha va estirando la lana escarmentada al hacer girar el uso. En esta ejecución, entre las yemas de los dedos pulgar e índice se ejerce fuerte presión para que el huso gire en el aire haciendo fibra, mientras que con la otra mano se va confiriendo delgadez al hilo. Este hacer mágico es una expresión de arte.

Es evidente que en el constante girar del huso la lana se convierte en hebra retorcida, fina y grosor constante gracias a la destreza de la hiladora.


Autor: Carlos Zúñiga Segura
Colaborador exclusivo de Saposaqta
Imágen: Manuel Suárez Flores