sábado, 27 de diciembre de 2014

BOX EN PAMPAS


“MORISQUETA”
Allá por los años de mil novecientos cincuenta y tantos, arribó a la bella  ciudad de Pampas un personaje de estatura mediana, porte atlético a pesar de los años, con una calvicie avanzada y cuya principal característica era un  tic nervioso que consistía en guiñar  un ojo y voltear la cabeza hacia un lado por cuyo motivo obtuvo el significativo sobrenombre de “Morisqueta”.

Mientras transcurría el tiempo, nos enteramos que el sujeto de marras era un boxeador retirado y que quería formar una academia de boxeo,  para cuyo objeto solicitó licencia al Alcalde para utilizar el local de la municipalidad y de esa forma  armar su ring de box de acuerdo a los cánones de ley. Obtenida la licencia, invitó a la juventud a inscribirse y tuvo muchos discípulos que quisieron emular a  Mauro Mina  en el difícil deporte del box. Fueron largos días de entrenamiento  a los discípulos, con calentamientos, trotes, salto de sogas y técnicas de ataques y defensa en el  difícil y viril deporte del  boxeo...

Entre los alumnos que más destacaba había  un joven de 20 abriles, de talla regular, cuerpo atlético, nariz prominente y un moño curioso, cuyo sobre nombre era “Dondeloro”. Este personaje que era miembro activo de la juventud pampina, se caracterizaba por tener una magnifica voz para cantar rancheras y huapangos, emulando a Migue Aceves Mejía que lo imitaba perfectamente hasta en los falsetes, por ese motivo era muy solicitado para llevar serenata a las bellas pampinitas de la época.

Hasta que llegó el día de presentar al público los avances de los discípulos de “Morisqueta” y para ello, nuestro entrenador  programó  una exhibición de box entre el instructor y el alumno más aplicado que justamente era “Dondeloro”. Había un lleno total en el patio de la municipalidad y los contrincantes hacían sus últimos movimientos de calentamiento.

 En seguida se produjo el ingreso de Kid “Dondeloro” que fue ovacionado multitudinariamente, se dio una vuelta por el Ring y luego a su esquina, seguidamente fue el ingreso de “Morisqueta” imbuido por un  protector de boxeo que ocasionó críticas por los entendidos, por lo que no tuvo más remedio que quitarse el protector. El torneo fue pactado en 10 rounds de tres minutos por uno de descanso. 

El primer round fue de reconocimiento,  con conatos de ataque y danzando, en el segundo ínter cambiaron algunos golpes y el tercero un  poco más, en cuarto round el pugilato se encendió y hubo un intercambio de golpes por parte de los dos púgiles, que se daban golpes fuertes y la exhibición pasó a ser una demostración de golpes demoledores que el ´árbitro tuvo que parar la exhibición y dar por finalizada el torneo pactado.

Fue una experiencia muy interesante para los pampinos y los primeros pinitos de boxeo y la primera vez que se inició la práctica del deporte de box  impartida por un boxeador profesional, el famoso y nunca bien ponderado “Morisqueta”.

Autor: Hernán Canales Acevedo
Colaborador de Saposaqta



sábado, 13 de diciembre de 2014

LOS ELECTRICISTAS DE PAMPAS




Transcurría la maravillosa década de los años 60 en la ciudad de Pampas Tayacaja, la población en su mayoría aún permanecía ligada a su pueblo, muchas familias tenían a sus hijos estudiando en Huancayo y algunos, en la ciudad capital. Por esta razón tan importante que algunos padres estaban pensando dejar Pampas para establecerse en otras ciudades a pesar que esta terrible idea los ponía tristes y melancólicos. Tener que alejarse del pueblo que los había visto nacer, crecer, era bastante fuerte. Pueblo de sus padres y abuelos. Luego de haber formado una familia tener que emigrar a otras ciudades por el “bien” de los hijos era un gran sacrificio.

Pero Pampas seguía careciendo de los servicios básicos como la luz, el agua, y los buenos colegios, y  las universidades más importantes estaban en Lima. En nuestra región había que conformarse con Normales o Institutos superiores donde solo había la especialidad de educación, y nuestros hijos aspiraban a otras profesiones.

Pampas vivía en un atraso con respecto a ciudades de la zona central del país. Solo la Plaza de Armas estaba pavimentada gracias a las gestiones de alcaldes intrépidos de la época. Estaba en construcción una Planta de Tratamiento de Agua Potable moderna con pozas de decantación y sedimentación, contando con un laboratorio para análisis de las cualidades del agua y su respectivo tratamiento químico.

También contaba con una “Planta eléctrica” situada a poca distancia del Instituto Agropecuario, allá por Viñas, cuyo funcionamiento estaba sujeto a la cantidad de agua que le alimentaba una cascada en los tiempos de lluvia. Esto quería decir que su funcionamiento era restringido. Solo había fluido eléctrico a partir de las seis de la tarde  cortándose a las 11 de la noche, mientras la ciudad quedaba en tinieblas. Solo las noches con luna, alumbraba las oscuras calles de la ciudad. Muchas noches a falta de fluido, las pocas tiendas que acostumbraban atender hasta casi la media noche, abastecían de unas velas de cera para iluminar su noche y cuyo precio era de veinte centavos la unidad.     
         
La población en general vivía optimista y alegre con la construcción de la Central Hidroeléctrica del Mantaro que ya estaba en ejecución y justamente el bunker principal del proyecto funcionaba en el barrio de Daniel Hernández, en lo que después se convertiría en el Cuartel del Ejército Peruano.

Mientras tanto la población vivía con una pequeña planta hidroeléctrica cuyo funcionamiento estaba sujeto al clima y a dos personajes que hicieron historia en la ciudad de Pampas. Se trataba de Matos y Chinchay, trabajadores responsables de poner en funcionamiento la planta eléctrica a las seis de la tarde, para luego apagarla a las once de la noche diariamente, de lunes a domingo, con lluvia o sin lluvia.

Estos ilustres personajes eran muy amigos del dios Baco. No perdían ninguna oportunidad de encoger el codo. Muchas veces se les “pasaba la mano” y se quedaban a medio camino rumbo a la Planta eléctrica retrasando el encendido de la luz. Otras veces, para beneplácito de los bohemios, la ciudad permanecía con luz eléctrica durante muchas horas más de lo establecido hasta que Matos y Chinchay dejaran a los amigos que los habían “distraído” en su camino rumbo a cumplir con sus diarias funciones.

Entre muchas anécdotas contadas por los testigos de aquella época, recuerdan que una “importante” jovencita cumplía sus añorados quince añitos. Sus queridos padres habían gastado todos sus sacrificados ahorros en brindarle  la mejor fiesta del pueblo a su única y cotizada hija. La casa estaba adornada desde muy temprano, los padres nerviosos y emocionados esperaban el momento. Ya el conjunto musical había arribado de Huancayo y la gran comilona esperaba solo la orden para que los potajes sean  servidos y distribuidos. Solo faltaba el encendido de las luces en la ciudad a las seis de la tarde por estos benditos personajes de nuestro relato.

Y pasaban los minutos, después de las seis de la tarde, las sombras de la noche habían cubierto ya la ciudad. Los invitados con sus mejores atuendos  y provistos de linternas empezaban a llegar a la gran fiesta. Los padres nerviosos, pensando en lo peor, enviaron en una moto hasta Viñas al mayor de sus hijos en busca de Matos y Chinchay, retornando con la triste noticia que la planta eléctrica se encontraba todavía bajo siete llaves. Fue en estas circunstancias que entre los mismos invitados se armaron  comisiones para ir en busca de estos personajes por toda la ciudad, de cantina en cantina. 

Se dice que recorrieron la ciudad de norte a sur y de este a oeste, no se les escapó ninguna cantina, bodega o hueco acostumbrado a acoger a estos personajes. La historia cuenta que Matos y Chinchay fueron encontrados alrededor de las nueve de la noche, completamente ebrios, y fueron convencidos para proceder a encender la Planta eléctrica a esa hora de la noche. 

Luego de este incidente la fiesta pudo realizarse con normalidad, incluso las luces permanecieron para beneplácito de los concurrentes hasta las seis de mañana como una retribución de Matos y Chinchay a tan grave falta cometida.

Pasaron muchos años para la terminación de la Central Hidroeléctrica del Mantaro “Santiago Antúnez de Mayolo” (octubre de 1973), para que la ciudad de Pampas cuente con energía eléctrica las 24 horas, pero los pobladores recuerdan con nostalgia aquellas noches “sin luz” en la ciudad, no olvidan las lámparas Coleman que solo algunos comercios “de la plaza” tenían y la mayoría de las familias tenían que recurrir a las “ceras” o velas para iluminar sus noches de soledad pampina.

Texto: MASUFLO

viernes, 5 de diciembre de 2014

CELEBRACION A LA VIRGEN EL 8 DE DICIEMBRE






Las celebraciones del 8 de diciembre en Pampas en honor  a la Santísima Virgen Purísima, Patrona de Pampas,  traen a mi memoria, inolvidables recuerdos de mi niñez.

Aquella fiesta celebrada por los sectores campesinos principalmente cada 8 de diciembre congregaba a comunidades campesinas del valle de Pampas.

Recuerdo mucho a uno de sus principales personales de esta fiesta: el Saqra Capitan, personaje que era utilizado como burla a los conquistadores españoles, por su vestimenta y sus movimientos torpes que “querer” imponer la ley entre los concurrentes. Eran días de alegría, luces, cohetes, faroles de colores,  bandas musicales que daban alegría a estas celebraciones en el pueblo.

Los músicos que acompañaban al Saqra Capitan eran incansables en su labor,  conformada por tres personajes muy singulares que tocaban  una tarola que redoblaba incansablemente su repiquetear, un bombo y una trompeta con una  marcha que la repetía todo el santo día.

Incluso el tayta Padre celebraba la misa en quechua para los feligreses que abarrotaban la iglesia aquel día central de la Inmaculada Concepción o de la Virgen Purísima. Luego la procesión era acompañada por los fieles por la Plaza del pueblo, donde las mujeres cubrían su rostro con mantas de colores y profundo respeto.

Hoy en día continúan aquellas celebraciones en Pampas, pero sin el colorido de aquellas épocas pasadas,  seguramente por la llamada “modernidad” que muchas veces cambia o modifica la tradición ancestral.

Desde hace dos años los residentes pampinos de la ciudad capital, celebran en esta fecha del 8 de diciembre a su Patrona la Santísima Virgen Purísima, en el local institucional de Carapongo. Los Mayordomos de turno inician la mañana con una misa y procesión con asistencia de los invitados y allegados, para luego de concluida la ceremonia religiosa, dar rienda suelta a la alegría, al reencuentro de paisanos, a la degustación de sabrosos porcinos traídos especialmente de Pampas, al son de huaynos entonados por bandas y orquestas, recordando a la tierra que nos vio nacer.

Texto: Saposaqta
Fotografía: Archivo de Saposaqta