viernes, 3 de marzo de 2017

DANIEL HERNÁNDEZ UN DISTRITO SINGULAR



El distrito de Daniel Hernández, creado por Ley 12529 del 9 de enero de 1956, es uno de los distritos de la provincia de Tayacaja, ubicada a poca distancia de la capital provincial, su jurisdicción abarca 106.92 km2  de extensión superficial, con una población de 10,180 habitantes,(INEI 2015).
Sin duda, el lugar más característico de este distrito es el vecindario familiar y cariñosamente denominado Carhuaturco, donde hasta los años 70  desde inmediaciones del Mercado actual, hasta los límites con Allpahuasi, congregaba a moradores vinculados por lazos familiares muy cercanos, pero también a ciudadanos con quienes existía relaciones amicales verdaderas, formando una sociedad solidaria, reciproca e integrada.
Situación que en las últimas décadas ha experimentado cambios radicales con la masiva afluencia de nuevas humanidades, estimulados por diversas razones, perdiéndose con ello, la mística e identidad originaria del querido y añorado barrio de Carhuaturco y su entorno.
Realidad inevitable como históricamente suele ocurrir en las sociedades de la época, en el que unos salen y otros llegan, en una suerte de inadvertidos remplazos, añadiendo otro sabor y estilo a la combinación innata de influencias pampinas en el distrito, dando lugar a una mixtura nueva sin consonancia, ajena a la popular reputación de origen de los Carhuaturquinos hospitalarios, generosos, festivos y amigueros, y por añadidura siendo lo más irónico que en el calendario cívico del distrito, al parecer no existe ninguna fecha en que se rinda homenaje al prestigioso tayacajino  Daniel Hernández Morillo, a pesar de que el distrito ostenta el nombre de este ilustre personaje. Un verdadero contrasentido, que debería ser enmendado perentoriamente.  
Sin embargo, más allá de los contrastes causados por la realidad  señalada, en Daniel Hernández continúan incólumes los parajes, las colinas, los villorrios asentados dentro de su ámbito geográfico y, como no, los recuerdos de aquellas épocas de hermandad, familiaridad y autentica amistad, de las tardes peloteras en Álvaro Pampa, de las noches de jarana y serenata, de aquella juventud impetuosa, destacando los familiarmente denominados Intocables por su excepcionales dotes para el pugilismo y la pelea limpia, de la fiesta de la Cruz con los tradicionales Kirmas, del Santiago genuino y, entre las tradiciones y costumbres que recuerdo, la festividad a San Martin de Porres en el mes de noviembre,  quedando solo la añoranza lejana de aquel Carhuaturco amigable y magnánimo.
No obstante los imponderables anotados, agravados por el masivo y desordenado crecimiento urbano que no solo compromete importantes áreas con alto potencial agrícola, sino que la deformación del valle afecta seriamente el ecosistema mismo; considero oportuno recordar que, Daniel Hernández como continuación del valle de Pampas Tayacaja, tiene ahí sus atractivos como La Colpa con el manantial de agua mineral al que se le atribuyen hasta propiedades medicinales, Viñas, la quebrada de Atocc con su camino y vestigios Incas, las elevaciones de Uysus, Allpahuasi, Pampa Blanca, Rundo, Ayaorco, los guindales de Pacamarca, entre los que repaso mentalmente, lugares recomendables para visitar en pos de quietud y a la vez  para practicar el ocio productivo, imitando el puro estilo de los griegos.
MAGNO GUTIÉRREZ ENRÍQUEZ