viernes, 20 de febrero de 2015

LA CAPILLA MARIA AUXILIADORA DE PAMPAS




COLOCACIÓN  DE LA PRIMERA PIEDRA DE LA CAPILLA “MARIA  AUXILIADORA”

Los tayacajinos residentes en distintas ciudades del país y el extranjero, vivimos momentos de intenso fervor religioso, especialmente puestas de manifiesto en el fervor y la devoción por la Virgen Purísima patrona de Pampas. Festividades en la misma ciudad capital de la Provincia, en Lima, Callao, Pucallpa y Huancayo son demostraciones de la fe permanente, que permite asimismo, lazos de  confraternidad, amistad, con la consiguiente participación de ideas en torno al progreso de la tierra donde nacimos.

En ese entendimiento, consideramos preciso dar a conocer las fechas y circunstancias en el proceso de edificación de nuestros templos, para afianzar así nuestra fe. Por ello, hoy, en la tribuna de Saposaqta,  tratamos el tema de la colocación de la primera piedra de la capilla María Auxiliadora, que se levanta en el barrio tradicional de Chalampampa.

Sucede que la Iglesia Matriz “San Pedro” había sufrido grave deterioro en los muros y el techo, y por lo tanto no podía oficiarse ninguna ceremonia religiosa; por ello, se decidió la construcción de la histórica capilla de Chalampampa.

Fue en  los primeros días de julio de 1926 en una emotiva ceremonia con participación en los discursos del Reverendo Padre Fr. Miguel Torre delegado del Obispo Diocesano, el doctor Celso S. Abad Arana en representación del Presidente de la República Augusto B. Leguía, la Vicepresidenta de la Asociación Católica de Señoras Raquel García de Quijada, cuando se colocó la primera piedra en el solar ubicado entre los jirones Grau y La Mar.

Entre los asistentes se encontraban las autoridades, vale decir, el señor Alcalde, Subprefecto, Diputado Regional, Juez de Primera Instancia y distinguidas damas, vecinos y alumnos de las escuelas de la localidad.

La señora Raquel García de Quijada manifestó en su discurso “En este acto que es de comunión espiritual intensa y de saludables trascendencias, sentís seguramente en lo más íntimo del alma el dolor que ofrece el Templo de Dios en esta ciudad, que precisa repararlo para que sus muros sagrados, convertidos en soberbia fábrica moderna, perpetúen al excelso Dios de las Misericordias.

Para que este propósito, que es nuestra incesante aspiración, sea una realidad, el deber de afianzarlo nos mueve, gracias al óbolo público y al esfuerzo de todos los que luchan al amparo de la égida sacrosanta de la Religión, a  erigir una Capilla bajo la advocación de María Auxiliadora, que ha motivado esta actuación solemne por su significación espiritual.”

Desde entonces, el paisaje espiritual de la provincia cobró renovados matices de fervor y entusiasmo, nacidos desde lo más profundo del ser, de modo tal que podamos afirmar que Tayacaja no es solo una provincia, es un sentimiento.

Carlos Zúñiga Segura
Colaborador exclusivo de Saposaqta

jueves, 12 de febrero de 2015

LOS CORTAMONTES



Una de las costumbres más tradicionales del Carnaval es la yunza o cortamonte como se le llama. Una fiesta de alegría, baile y diversión. Pero hay una corriente que plantea, con mucha razón, que esta costumbre es la depredación de nuestros pocos árboles que quedan en nuestros terruños. Lo ideal sería el plantamonte, es decir que por cada árbol derribado se restituya plantando diez arbolitos para el futuro. Esto ya lo había planteado la recordada cantante ayacuchana Nelly Munguía hace algunos años en su campaña por la reforestación de la Madre Naturaleza. (Blog Saposaqta)

Bienvenidos los carnavales de tierra adentro!! al compás de melodías, danzas y canciones jubilosas, pasadas de talco o harina en la cara, chisgueteos de algún perfume, encadenamientos con serpentinas de colores, juegos y frases de insinuación amorosa, y algún remojón jovial. Pero nunca agresivos globazos de agua y menos aún virtuales asaltos para embetunar a inermes transeúntes y pasajeros en vehículos, como en algunas urbes, comenzando por Lima.

En torno al árbol adornado con frutas, pañuelos, serpentinas y otros adornos que expresan la alegría de vivir, bailemos cantando a los cuatro vientos huaynos, wifalas, chutaychutas, chimayches, huaylarsh, pumpines, matarinas y huayllachas, entre otras manifestaciones que afirman nuestra cultura, muchas veces negada por la alienación extranjerizante.

Desbordante mixtura de inmemoriales tradiciones andinas y europeas, los carnavales tienen algo de cuestionables en los clásicos cortamontes. Pero esta debilidad es perfectamente superable con la plantación y el cuidado obligatorio de 5 a 10 arbolitos por cada ejemplar maduro que se corte para replantarlo en la fiesta.

Volvamos al carnaval con cortamente en los pueblos típicos, no en las grandes urbes turísticas, donde las comparsas, los muñecos y las coplas adicionales tienen triple motivación: recreativa, cultural y comercial.

Llegado el día, vemos pasar bailando y echando prosa a un varón que lleva del brazo a su pareja y sobre el hombro, un hacha. Va a tumbar un árbol silvestre para replantarlo en el escenario de la esperada yunsa (sierra central), huachihualito (Ancash), umbisha (selva), o tumbamonte en todo el país.

Antes de levantarlo en el centro del ambiente multitudinario, la familia del mayordomo lo adorna con frutas y otras golosinas, globos, pañuelos, serpentinas, prendas de vestir y hasta objetos de plástico (otra contaminación).

Para incentivar a los ánimos, el árbol es bautizado con la “picardía” de siempre: “Te espero en el suelo”, “No te vayas por las ramas”, “Túmbame si puedes” o “No tiembles al tocarme” por ejemplo.

Luego se desata la danza en ronda alrededor del árbol, mientras las parejas, hacha en mano, se van turnando en tratar de tumbarlo.

Ante cada golpe malevo, uno, dos o tres, lo reglamentario, saltan las lonjas del tronco. Después el hacha pasa a la siguiente pareja y así sucesivamente, mientras la música, los licores y las canciones hacen el frenesí colectivo. Cada una llega bailando con la íntima esperanza de tumbar el árbol y asumir la mayordomía para el nuevo año.

Hasta que con la caída del árbol, llega el clímax de la fiesta.

Nadie podrá negar que el carnaval genuino es recreativo y bello, no obstante tiene su connotación pagana. Sin embargo ahora más que nunca, necesitamos restablecer el dialogo amable e inteligente con la Madre Naturaleza, urge que el Estado, concretamente los ministerios de Agricultura y del Ambiente, normen el tradicional cortamente para hacerlo racional y no depredar la precaria vegetación arbórea.

Fuente: Revista Agronoticias Nº 340 Enero-febrero 2009.
Autor: Antonio Muñoz Monge


lunes, 9 de febrero de 2015

LA FIESTA DE ENERO EN OTROS LUGARES






La Santísima Virgen Purísima Patrona de Pampas tiene como día central de celebración el 20 de enero de todos los años en su ciudad natal. Cada año esta tradicional fiesta congrega decenas de pampinos venidos de lugares diversos. Pero los residentes en Lima, Huancayo, Pucallpa, y hasta en la ciudad de New Jersey en Estados Unidos la celebran y la recuerdan en fechas próximas al día central.

La celebración en la ciudad de Lima data desde principios de los años 70 en que un grupo de fieles quisieron recordarla con una Misa en su honor. Dicen que fue allí que surgió la idea de hacerlo al siguiente año también y varios paisanos  prometieron colaborar con algún detalle para esta celebración, y así se hizo costumbre y tradición. Año tras año la cosa fue mejorando, incluso con procesión incluida a la Virgen por alrededores del templo donde le celebraban la Misa.

La colonia de pampinos fue creciendo en Lima y la Fiesta de la Virgen se realiza una semana después que en la ciudad de Pampas. Cada enero es la fecha de reunión de los paisanos en Lima y es la Virgen quien logra juntarlos, muchas veces por única vez al año, y esta celebración en Lima ya tiene unas cuatro décadas aproximadamente de festividades. 

Todo pampino residente fuera de su terruño anhela retornar en enero a Pampas, y si las circunstancias son desfavorables se tiene la Fiesta a la Mamacha muy cerca a su lugar. Este es el caso de residentes pampinos en los distritos cercanos al Callao, es decir, San Martin de Porras, Los Olivos y el mismo Puerto marítimo, quienes tuvieron la idea de celebrarla “ellos también”.

Y así ya han pasado buenos años y los residentes del Callao, como así se denominan, también le celebran la Fiesta a la Santísima Virgen Purísima Patrona de Pampas. Lo hacen de lo mejor posible, con su tradicional procesión, una buena banda y orquesta, y luego, nuestro plato bandera, como así lo llaman ahora, que no debe estar ausente en este banquete y reunión de paisanos;  nos estamos refiriendo al sabroso cuchikanca, saboreado y elogiado por propios y extraños quienes califican a su protagonista, el chancho, cerdo, cuchi, porcino, marrano, o como lo llamen, como su mejor presentación.

Por motivos de la inseguridad ciudadana y lo peligroso de la provincia constitucional, han optado los últimos años  en hacerlo en el distrito de Santa Anita logrando buena acogida entre los paisanos. Lugar de fácil acceso, bastante movilidad, parqueo seguro, y muchas cualidades más.

Febrero ha sido el mes escogido para la celebración a la Mamacha Purísima por los residentes del Callao, y prometen poner todo su esfuerzo, devoción y empeño para brindar a la colonia pampina el mejor programa festivo a su santa Patrona.

MASUFLO