viernes, 29 de agosto de 2008

ORQUÍDEAS EN TAYACAJA


En Tayacaja (Huancavelica) vive una orquídea llamada Inkill por los lugareños. La encontramos en un bosque de neblina de la zona de Huachocolpa. Estamos hablando de lugares solo frecuentados por el recio hombre andino, muy alejados de todo punto contactado por el "país oficial". Es por ello que estos bosques no están protegidos, es decir, no constituyen zonas reservadas, a pesar de que albergan una rica flora y fauna.

Solo para mencionar algunas especies, en Huachocolpa habita el oso de anteojos (Tremarctos ornatus), el venado gris (Hippocamelus antisensis), aves, reptiles: en cuanto a flora, allí se encuentran el cedro (Cedrella sp.) el romerillo (Podocarpus sp.) y una abundante vegetación epifitica entre las que se cuentan orquídeas de diversos géneros. algunas realiento fascinantes. Estos bosques son el hábitat de una especie endémica peruana el Inkill, Sobralia altissima D.E. Bennett & Christensen sp., por sus cualidades también conocida como la reina del genero Sobralia.

El Inkill es la orquídea más alta del mundo; su nombre deviene del latín. altus, en el grado superlativo, significando muy alto, en referencia a la larga caña que caracteriza la planta: una planta medida registro 13.40 metros de alto.

Amaru, este hermoso y remoto bosque de neblina, esta ubicado en la parte oriental de la provincia de Tayacaja. Llegar allí demanda llevar a cabo la siguiente ruta: desde Huancayo se viaja siete horas por tierra, luego hay que hacer una caminata de ascenso de seis horas, mas dos horas de una caminata horizontal. "Aquicito nomás". Este viaje permite descubrir los mas diversos pisos ecológicos existentes en los Andes.

Una nueva, ardua caminata de dos días nos permite llegar al poblado de Huachocolpa (a 2.907 metros de altitud). En los alrededores de otro pueblo cercano, llamado Tauribamba, allí avistamos por primera vez la orquídea Inkill, caída en el camino barroso de arcilla; una flor grande de intenso color fucsia, muy consistente al tacto. De reanudarse la caminata hacia la ceja de selva, se atravesara trochas en medio de precipicios profundos. En un lugar llamado Purecyacu, se puede ver en carnavales, mujeres del lugar llevando un sombrero adornado con la flor antes vista. Quien escribe estas líneas, hizo la ruta descrita y al llegar a inicio del bosque de Amaru, encontró a una señora que traía puesto un soberbio sombrero coronado con distintas flores de orquídeas, entre ellas la fucsia de flores grandes inkill, pero también, la "tres veces bandera peruana" Maxillaria pyhala Bennett & Christensen sp. identificada así en honor al señor embajador de Finlandia. Mikko Pyhälä, gran conservacionista, que apoyo la expedición científica de la zona; por ultimo, Oncidium ionodon. La señora sin saberlo lucia en su sombrero dos especies de orquídea nuevas para la ciencia.

Ya sabemos ahora que a explorar el bosque de Amaru (voz quechua que significa serpiente, en alusión a la proliferación en esta zona de grandes serpientes, en el pasado), encontraremos una gran diversidad de orquídeas: 39 géneros hasta hoy descubiertos dan la idea de la variedad y cantidad. Además, en Huachocolpa se ha descubierto una nueva especie de ave en el mundo: el Matorralero de Anteojos Negros (Atlapetes melanops). Estamos en una de las regiones económicamente mas pobres del Perú: sin embargo, paradójicamente es un espacio natural que cuenta con estos extraordinarios bosques, habitados por una rica diversidad de especies. Tayacaja debe ponerse en el primer plano de la atención del país por muchas razones que tiene que ver con los recursos con que cuenta, al lado de los mas graves indicadores de pobreza de todo nuestro territorio. Mientras tanto, las mujeres de Huachocolpa seguirán adornando sus sombreros con especies de orquídeas para el mundo aun desconocidas.
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Extraído de http://www.minelinks.com/peru/orchids_es.html, bajo el título original de "Las orquídeas del Perú".

lunes, 25 de agosto de 2008

ESCRITORES DE TAYACAJA

Visión permanente del hombre y del mundo

Un caso singular de entrega a la obra propia y a la divulgación de la creación ajena es el de los escritores nacidos en la provincia de Tayacaja, cuya virtual tradición literaria se vertebra desde 1926 con la publicación del libro Los espejos envenenados de Serafín Delmar.

Aquí nacieron los hermanos Bolaños Diaz (Delmar y Petrovick), quienes asumen el movimiento vanguardista, la poesía social, el cuento y la novela proletaria, y editaron las revistas Flechas, Trampolín, Timonel, Hangar y Rascacielos, además de colaborar activamente en Amauta de José Carlos Mariátegui.

Sergio Quijada Jara, en la línea de Arguedas, rescata y difunde con fidelidad los frutos de la sabiduría andina a través de sus libros memorables, entre ellos, Estampas Huancavelicanas.

El escritor y periodista Antonio Muñoz Monge, por su parte, funda y dirige las revistas “Coliseo” y “Festival”, dedicadas al folclore y a las instituciones provinciales; asimismo, José Oregón Morales funda el grupo de arte Tuky para difundir las costumbres y rituales que él rescata y preserva para las novísimas generaciones.

En esa misma admirable asunción de la vocación creadora se sitúan Horacio Monge, César Rodríguez, Zeín Zorrilla, Dida Aguirre, Néstor Taipe, Miguel Martínez Bernardo, Carmela Abad Mendieta, Carmela Morales, Pelayo Lezama y Juana Abad, escritores nacidos en Tayacaja y cuyas obras han merecido el reconocimiento de la crítica nacional e internacional.

Este hecho significativo no solo se traduce en los espacios de la literatura, lo es en el arte, sin duda gracias al ejemplo cardinal del maestro Daniel Hernández, fundador y director de la Escuela Nacional de Bellas Artes nacido en la modesta aldea de Urpay, en el distrito de Salcabamba.

Pintores como Damian Guerrero, Julio y Emilio Cámac, Elias Latoure Zúñiga y César Yauri, valor de la plástica nacional, consolidan esta saludable realidad cultural, que bien dice cuanto hay que trabajar en el Perú para crear espacios culturales y hacerlos perdurar a través de obras que son finalmente el mejor testimonio.
Si como dice Miguel Hernández: "Los escritores son viento de pueblo. Nacidos para pasar soplando a través de sus poros y conducir sus ojos y sentimientos hacia las cumbres más hermosas”, los escritores tayacajinos están vinculados a su tierra con una clara visión universal en el destino solidario del hombre.

Artículo publicado en el Diario La República (21 Feb.1995)
Por Carlos Zúñiga Segura, escritor y poeta tayacajino.

jueves, 21 de agosto de 2008

DÍA MUNDIAL DEL FOLKLORE


Por Antonio Muñoz Monge
Escritor y periodista tayacajino
El 22 de agosto de 1846, el anticuario inglés William Thoms, bajo el seudónimo de Ambrosio Merton, publica una carta en la revista The Atheneum, (El Ateneo) de Londres, donde por primera vez se utiliza la palabra Folklore, (compuesta de dos vocablos ingleses, Folk, que significa pueblo y Lore, saber, conocimiento).

Desde entonces la palabra ha recorrido todo el mundo y ha servido para recordarla cada 22 de agosto, poniendo a la palestra el riquísimo conocimiento popular en sus múltiples manifestaciones, como la música, el canto, literatura oral, culinaria, vestimenta, etc.

En 1964, el escritor y antropólogo, José María Arguedas escribe cinco artículos bajo el título, ¿Qué es el Folklore?, en la revista “Cultura y Pueblo”, órgano de la entonces Casa de la Cultura. Muy didácticamente y con su característico lenguaje sencillo, explica los fundamentales conceptos de esta disciplina, que hoy (22 de agosto) recordamos en ocasión del Día Mundial del Folklore.

La palabra folklore, ha venido resultando una forma de sello, con el que se marca o distingue las diversas manifestaciones del saber tradicional de las clases populares. Saber tradicional que se aprende mediante la explicación oral irregular, la que utiliza el pueblo que no ha recibido instrucción escolar o que es analfabeto.

Ellos explican las enseñanzas comunes a viva voz y en cualquier momento del día. Así, señalan cómo deben y pueden hacerse ciertas actividades, de qué modo debe comportarse el hombre en diversas circunstancias, cuál es el origen de las cosas, etc. Esta sabiduría tradicional que sobrevive en el pueblo la estudia el Folklore.


Pero el folklore, según la definición, no puede existir sino en los pueblos que poseen dos clases de habitantes, “ según su grado de conocimiento del mundo y su facilidad para fabricar cosas útiles”: una capa “superior”, que ha llegado al colegio y universidades y que por lo tanto posee el conocimiento científico y el pueblo que solo domina el conocimiento tradicional. El pueblo inventa al oído su música, el culto “inventa” música después de haber estudiado este arte.

Como consecuencia de que la Etnología y Antropología, tocan campos del folklore, éste es considerado como encargado de estudiar solamente la literatura oral: mitos, leyendas, cuentos y las artes directamente relacionadas con ella: la música y la danza.

Como el pueblo no sabe leer ni escribir, inventa relatos y los narra y así, satisface su afán de poder recrear y explicarse el universo que le rodea.

Así mismo, el folklore ha demostrado que no existe diferencia entre el proceso de creación de la literatura oral y el de la literatura escrita. La intención y su desarrollo son los mismos. Por otro lado, para el folklorista o el antropólogo, el cuento oral es una fuente de conocimiento del modo de ser de cada pueblo.

El cuento oral o folklórico, aparece para recrear y para hacer resaltar las normas que se deben respetar o para criticarlas. Fundamentalmente, es un documento de valor no solo literario, artístico, sino social, etnográfico, por eso, como dice José María Arguedas, “resulta peligrosísimo alterar esos cuentos con la pretensión de mejorarlos o “adornarlos”. Quien introduce detalles de su invención comete pecado muy grave contra el patrimonio de nuestro pueblo.

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Imagen 1: Víctor Humareda. "El baile de la tijeras". Dibujo a carbón.
Imagen 2: Retablo de Eleudora y Mabilon Jimenez.

lunes, 18 de agosto de 2008

EL YACU LEON O NUTRIA


El distrito de TINTAYPUNCU, pertenece a Tayacaja y está ubicado en la parte oriental de la provincia. Posee en su área, hermosos bosques con una fauna silvestre en peligro de extinción. Este distrito distante a unas siete horas aproximadamente de la ciudad de Huancayo y a una altura de 2600 m.s.n.m. posee un excelente clima, produciendo en las partes bajas un café orgánico de calidad superior.

En los años 90 se desataron lluvias torrenciales en toda la zona andina del Perú, como consecuencia del fenómeno del Niño, el mismo que causó cambios climáticos que alteraron el ecosistema de la zona, apareciendo una extraña flora y fauna en el lugar.

En este contexto, existen versiones que en el año 1990 se capturó una nutria en el cause del Huanchuymayo, exactamente en Puerto San Antonio. Los lugareños la llamaron YACU LEON por su aparición en escorrentías de los ríos, aunque ignoraban de qué especie se trataba.

El pasado mes de junio del 2008, se capturó una de estas nutrias de manera fortuita y accidental, según refiere el profesor Juan Taboada Méndez, ecologista autodidacta y profesor de Ciencias Sociales en el Colegio José Gálvez de Tintaypuncu. Él nos comentó que gracias a esta captura se ha podido determinar los lugares en que habita este mamífero. Estos son los ríos Imaibamba, río fronterizo que separa Tayacaja con Huanta, el río Huanchuymayo, y el Cedromayo. Igualmente se le ha avistado en ríos que bajan de las alturas de Tintaypuncu y en San Antonio, en el distrito de Salcahuasi.


El profesor Juan Taboada es un infatigable luchador porque se declare zona de reserva ecológica a los bosques de Tintaypuncu. Les toca ahora a las autoridades municipales y regionales tomar cartas en el asunto y asumir esta tarea, exigiendo al flamante Ministerio del Ambiente que preste toda la atención debida a los bosques de Tintaypuncu, por la gran riqueza ecológica que encierra el lugar.

Cabe destacar que el profesor Juan Taboada es además un investigador de la narrativa oral de los pueblos, habiendo publicado una basta selección de temas desde el año de 1997 en que ganó los Juegos Florales de Poesía en la ciudad de Huanta con su poema “Niño Amaru”. Luego vendría “Tijeras Mágicas y Desafiantes” el 2003, ”Antologías Libres” el 2004, “Historias Mitos y Leyendas en Tayacaja” el 2006, “Huantanquichu” en enero del 2008.
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Entrevista para el blog al profesor Juan Taboada, agosto 2008, Pampas.
Las fotos corresponden a la nutria encontrada este año.

miércoles, 13 de agosto de 2008

SERGIO QUIJADA: LA COCA EN LAS COSTUMBRES INDÍGENAS


Sergio Quijada Jara (1914-1990) tiene una obra intelectual valiosa, que lo hace acreedor al reconocimiento y alabanza de todos nosotros. Por eso, el mejor homenaje que se le puede rendir hoy, es releer, ordenar y evaluar todo lo que ha escrito, a lo largo de media centuria.

Según el registro de Alberto Tauro del Pino (Enciclopedia Ilustrada del Perú, Lima, 1987), el autor nació en Acostambo, provincia de Tayacaja, en 1914; estudió Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde se recibió de abogado, en 1945. Desde entonces, ejercía la profesión en la ciudad de Huancayo.

En Sergio Quijada Jara hay que admirar a uno de los primeras recopiladores de la cultura popular de nuestra región, siguiendo el noble ejemplo de Adolfo Vienrich; y también a uno de los iniciadores de la literatura narrativa. Tuvo el gran acierto de mostrar el paisaje y el contorno social, a través del relato y el cuento; y de recuperar la tradición nativa del pueblo, mediante la compilación de cuentos, leyendas, canciones y la descripción de las costumbres, como se puede ver en sus primeros libros.

EL RITUAL DE LA COCA

En 1950 Quijada Jara publicó un libro, La coca en las costumbres indígenas (Lima, 1950; 2da. ed., Lima, 1982, 88 pp.), donde describía, con encomiable detalle, los ritos nativos en los que la coca tiene un papel determinante. La obra apareció cuando estaban en plena boga las tesis abolicionistas de Gutiérrez Noriega y de las Naciones Unidas. Empero, no tuvo la fuerza argumental suficiente para contrarrestar tan errónea como desafortunada campaña.

El trabajo apenas logró circular entre los folkloristas, como un dato empírico, pero no como un tema de estudio y reflexión. Era la época del funcionalismo, no lo olvidemos.

Con este libro, Sergio Quijada Jara se anticipó largamente en el descubrimiento del valor ritual, cultural y antropológico de la coca, tema hoy bastante estudiado por los científicos sociales. Aleccionado por Estanislao López Gutiérrez -quien había observado, con mucha agudeza, en El alma de la comunidad, el papel ritual de la coca-, el autor expone los empleos que tiene la llamada hoja sagrada en la vida cotidiana del campesino. Los cuales son incontables.

Quijada se limita a dar algunas muestras, las suficientes para llegar al convencimiento de la entrañable función que poseía esta planta en el mundo andino. El auto comienza mostrando la función de la coca en el trabajo. De acuerdo con su información, ella sirve de reconstituyente de las energías físicas perdidas, e incluso de sustituto del alimento, según creencia extendida. Pero, por encima de todo, dice, la coca es un medio de concertar las diversas relaciones de trabajo colectivo, como el ayni y la minka.

Por otra parte, en las faenas difíciles y arriesgadas -digamos, abrir una zanja, para un cimiento o un canal-, es necesario ofrendar antes a la tierra una hoja o un puñado de coca, a fin de preservarse del daño. En el viaje, la coca ayuda a aliviar el cansancio y también pera adivinar la perspectiva feliz o adversa, y propiciar un viaje venturoso, mediante la paga (el jachulajay) a la montaña, a la cueva o al río.

Muchos años después, Catherine A. Wagner ha hecho el análisis sistemático de estos mismos ritos (Cf. "Coca y estructura cultural en las Andes peruanos", Allpanchis, núm. 9, 1976) y Baldomero Cáceres ha ofrecido un resumen del estado de la cuestión, en Prejuicios y versión psiquiátrica del coqueo andino (1985). El uso de la coca en la medicina popular, podría haber dado lugar a un inacabable repertorio de fórmulas, pero el aula se limita a reseñar algunos casos, acompañándolos de informes sobre investigaciones científicas que justifican esta práctica racional.

Destaca asimismo la función de eje social que la coca tiene en los matrimonios, velorios y "lavatorios". Y el papel central que juega en la representación mágico-fiscalizadora, en la fiesta del ganado, llamada quintuy coca, cuyo sentido profundo y milenario es propiciar la reproducción del ganado; y hacer el registro de los animales por parte del propietario, en su sentido más moderno. Teniendo la coca tanta importancia en la vida social, obviamente debía ser motivo predilecto de la poesía y de las adivinanzas.

En los capítulos respectivos, Quijada Jara ofrece un conjunto de composiciones en versión original quechua y la traducción correspondiente al español, realizada por el mismo autor, con bastante libertad. En las textos incluidos, se advierte que algunos son de creación o reelaboración última y que sus autores anónimos estuvieron ya muy influidos por la cultura dominante. Así lo revela la interferencia del léxico español, notoriamente profusa en algunas canciones.

El mismo huayno "Coca quintucha", que, según el autor, "tiene paternidad de siglos" (p. 49), delata que es de elaboración colonial o, tal vez, republicana. Sería, por eso, interesante, analizar en qué medida las composiciones citadas expresan el sentir originario del pueblo andino.

Ya nos ha prevenido José María Arguedas que el "sentimiento cósmico de la soledad", por ejemplo -que aparece en algunas cantos quechuas, como el mencionado-, tiene data muy reciente y corresponde a los campesinos desarraigados de su medio. Pero, no es éste el lugar para ocuparnos del asunto.
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FUENTE: Manuel J. Baquerizo: "SERGIO QUIJADA JARA Y LA CULTURA POPULAR ANDINA"

viernes, 8 de agosto de 2008

DANIEL HERNANDEZ


El ilustre caballero de la plástica nacional

Tayacaja* vio nacer el primero de agosto de 1856 a Daniel Hernández Morillo, hijo ilustre de esta tierra y maestro de la plástica peruana. Su extensa obra aplaudida en Europa y en América, destaca por su estilo equilibrado y preciosista, que hace gala de un excelente oficio academicista, y de una ejecución inspirada en lo romántico y lo neoclásico.

Fue hijo del acaudalado español José Leocadio Hernández, propietario de tierras en Huancayo y Huancavelica, y de la dama peruana Doña Basilia Morillo. A los 4 años se traslada a Lima, y diez años después recibe su primera formación del maestro italiano Leonardo Barbieri. De esta época realiza una copia de "La muerte de Sócrates" de Jacques-Louis David, obra que le valió el reconocimiento por parte del gobierno de Manuel Pardo, obteniendo una beca de estudios a Italia. Estando ya en Europa el compromiso de subvención fue cancelado y el artista tendrá que solventarse pintando cuadros de género y retratos. Esta faceta de Hernández es poco conocida y refleja su gran voluntad de continuar luchando por proseguir en un mundo artístico tan difícil como el europeo.

En Roma, durante una década estudia on Fortuny. Su paleta adquiere una gran gama cromática, efectos de luz y la pincelada rápida, características de su producción pictórica. Conoce a artistas como Villegas, Pradilla y Jiménez Aranda que influenciarían en su obra.


Posteriormente, en 1883 se traslada a París donde permanecería por 35 años. Va asimilando las obras de estilo Rococó de pintores como Fragonard, Nattier, Van Loo, Wattteau, pintura aristocrática, voluptuosa y elegante. En esta época sus tipos femeninos se van refinando, obras tituladas como las “perezosas” pertenecen a este periodo, donde representa a mujeres descansando que proyectan gran sensualidad. El artista se complace en recrear las sedas, los almohadones y la piel tersa de las mujeres haciéndolo con gran maestría, llegándosele a conocer en Europa como uno de los mejores pintores de desnudos femeninos.

Como miembro de la Sociedad de Artistas Franceses, exhibió en el Salón Anual de dicha institución, considerada en ese entonces de muy difícil y riguroso acceso, por su severo dogma academicista. Sin embargo, tuvo una amplia y triunfal acogida en los siete años que se presentó. Por su célebre cuadro La Perezosa, fue premiado con la Segunda Medalla en el Salón de París de 1899.

En esta estadía, Daniel Hernández por sus méritos llegó a ser Presidente de la Sociedad de Pintores Españoles residentes en París. En esa época era considerado en los salones y concursos como pintor español, debido a su herencia paterna. Solo a partir de 1905 se le nombrará como pintor peruano. En la Exposición Universal de París, con motivo del cambio al siglo XX; le fue otorgada Medalla de Oro por su cuadro “Amor Cruel” que le valió, además, la condecoración de la Legión de Honor en 1900.


A partir de esos años comienza una prolifera carrera, Hernández fue declarado Honoris Causa, en todos los salones, alcanzando renombre en los círculos académicos europeos. Nuestro artista trabaja también como ilustrador, autor de reclames y decorador, ilustra el Balzac de Arte publicado en Nueva York, adquiere fama y prestigio, sus cuadros alcanzan enormes precios y su obra se instala en las colecciones de museos de Munich, Madrid y Paris.

Mientras tanto en Lima, la ausencia de una academia oficial de enseñanza de las artes plásticas, es el clamor de la critica periodística y de las clases medias. El gobierno de José Pardo anuncia su creación y la dirección de la misma se la encomiendan a Daniel Hernández. Sería el pintor y diplomático Enrique Domingo Barreda el encargado de realizar las gestiones en Europa para invitar al artista huancavelicano. Así, Hernández volvería al Perú a fines de agosto de 1918, a bordo del vapor Urubamba. Había partido a Paris en el siglo XIX, y volvía a Lima en el siglo XX.
El 28 de setiembre de 1918, se funda oficialmente la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), Hernández se convierte en su primer director. El artista se convierte de esta forma en el puente institucional entre el mundo europeo y del mundo de dentro: el del Perú.

Hernández prefirió regresar a la patria cuando se hallaba gozando en Europa de un triunfo merecido. Este hecho es comentado en la Revista Variedades: “Lección de patriotismo que nos da el maestro de dejar la posición que ocupa en los verdaderos centros de arte para venir a servir a la patria y trasmitir sus conocimientos..”[1]

Al frente de la ENBA tuvo un trabajo duro y paciente, el local no reunía las condiciones suficientes para su adecuado funcionamiento. A pesar de ello y de la fama que lo precedía, inculcó en sus alumnos el valor de la libertad académica: “...nosotros guiamos, corregimos, pero no imponemos facturas y escuelas(...) quiero que cada uno conserve su manera de sentir y de ver”[2] . Ello queda patentizado en la obra de sus discípulos como Vinatea Reinoso, Sabino Springett, quienes formados por el maestro siguieron sus propios derroteros artísticos.


Pero, Daniel Hernández no solo se dedicó a la docencia. Realizó a su vuelta a Lima, hasta su muerte en 1932, todos los cuadros que se esperaban de él, desde la figura ecuestre de Pizarro que paso a adornar el Palacio de Gobierno, hasta el retrato de la esposa del Presidente Leguía, así como otras notables damas limeñas, siendo el genero del retrato una de sus especialidades. Los temas históricos tampoco los dejó de lado, tal es el caso de la “Capitulación de Ayacucho” (1924) conmemorando el centenario de tan ilustre hecho, el cual no obedecía a ningún encargo oficial.

Se puede finalmente concluir que Daniel Hernández no fue sólo grande en el sentido artístico, sino también grande en sensibilidad y amor a la patria. Dejó sus triunfos personales, su vida cómoda parisina para dirigir la primera academia oficial de arte del Perú, en medio de las dificultades burocráticas y económicas que dicha institución demandaba. Pese a todo, introdujo en el país el oficio pictórico, dicto normas técnicas y formó cauces para la creación artística, dejando expresar a sus alumnos su propia personalidad. Demostró en todo momento su calidad de maestro, que a pesar de las situaciones adversas siguió manteniendo hasta el final de sus días el espíritu de clase de los más ilustres caballeros que supieron dejar huella en la historia.



[1] Revista. Variedades, 6 de abril de 1918.
[2] Revista. Variedades, 18 de Diciembre de 1920.
* En el artículo original dice "La ciudad de Huancavelica vio nacer..."

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Artículo de Lic. Alba Choque Porras
Publicado en Revista Oropesa. Año I, Nº 2, pags. 24-25, 2006. Huancavelica, Perú
Tomado de memoriasdelarte.com

lunes, 4 de agosto de 2008

JARJARIA (QARQACHA)

El jarjaria tiene algunos puntos en común con la uma: es un ser de este mundo, es antisocial, se transforma de noche. Pero los relatos de brujas apuntan sobre todo a mostrar en acción un ser ligado a las fuerzas ocultas de la naturaleza mientras que el jarjaria está generalmente ligado al incesto. Ha tenido relaciones sexuales con un pariente o puede ser también el cura que tiene relaciones con su sirvienta. Son pues castigados de «esta vida», personas castigadas por Dios durante la vida y que de noche se convierten en animal y asustan a la gente. Generalmente se convierten en llama, aunque también pueden convertirse en algún otro animal domestico (con exepción del cordero, ya que este es un «animal puro»), o en alguna deformación zoológica: burro con cuernos, llama con dos cabezas, mitad hombre mitad llama, etc.

El grito del jarjaria es aterrador. Se parece a una risa que queda expresada con la onomatopeya jar-jar-jar, de donde viene el nombre. Los perros reaccionan aullando, ladrando o bien atacando valientemente, mientras que los hombres se aterrorizan y a veces se ponen a rezar. Para atacar al jarjaria hay que hacerlo en grupo y lacearlo con una cuerda, generalmente hecha de lana de llama. El crucifijo es una gran protección, lo mismo que todo objeto de metal como las hachas, picos, barretas. El grupo intentara coger al jarjaria y esperar que tome en el día su forma original para conocerlo y hacerle pasar vergüenza. Muchas veces ofrecen riquezas a cambio de que los suelten, ya que ellos también conocen los subsuelos.

La historia de los jarjaria tiene un mensaje moral evidente: evitar el incesto. Sin embargo, hay que entenderlo dentro de las relaciones de reciprocidad propias de la comunidad andina; no hay que entenderlo en el sentido de una moral puritana individual; es porque las relaciones sexuales entre parientes cercanos amenazan el orden social, son peligrosas y producen espanto y repudio. En efecto, la organización de la comunidad sobre la base de las relaciones de reciprocidad supone que las leyes de parentesco y alianzas posibles entre familias sean perfectamente definidas y respetadas.

Jarjaria es el nombre más castellanizado, que se le da en Paltamarca del Mantaro, Tayacaja y Huancayo.
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Tomado de:

domingo, 3 de agosto de 2008

RELATO FANTÁSTICO

Es impresionante ver cómo la vista panorámica de Pazos es rodeada de sembríos de papas y el bosque de piedras. Lo más curioso es una de las piedras que se encuentra ubicada al final del distrito de Pazos, “Jatun ja-ja” (piedra grande) banco de los demonios.

Así la denominaban los pobladores antiguos. Es un relato que toda la gente de Pazos siempre recuerda. No se sabe cómo ni cuando surgió, solo que de generación en generación va quedando este relato un tanto fantasioso pero muy atractivo.

Durante el Incanato, los viajeros descansaban en un lugar llamado Shuyo ja-ja, donde había una cueva. Ahí los caminantes dormían pero antes hacían un pago especial de oro y plata, para quedarse a dormir sin ningún problema.

Esta cueva cuidaba muy celosamente las reliquias que dejaban los viajeros. Pero sucedió un día que cayó un rayo muy fuerte y la cueva fue afectada destruyéndose toda la peña, y como existía una inmensa cantidad de oro, plata y cobre que eran cuidadas por unas culebras de colores que brillaban con el reflejo del sol, luego todo apareció completamente expuesto.

Después de lo sucedido, aquella misma noche, los demonios llevaron sus cosas a Jatun Ja-Ja, peña que se encontraba frente a Shuyo Ja-Ja. Las culebras se convirtieron en personas y llevaron todas sus cosas muy apresuradamente para que la gente no las vea, y así no roben sus riquezas.

Desde ese día estas peñas se comunican de noche, y los demonios van y vienen de ambos lugares.
Un día una pastora que iba cuidando a sus animales al lado de la peña, mientras entonaba algunos cánticos del Santiago, ve que se abre la puerta de la cueva; sin dudarlo la pastora ingresó encontrándose con toda una ciudad llena de riquezas, con un palacio hermoso.

Un mayordomo fue el que la recibió y la condujo hacia el castillo donde se encontraba el rey. A su ingresó el rey exclamó estas palabras de bienvenida: “¡Ud. es pura e inocente!, por eso la dejamos entrar a nuestra ciudad”.

Sin embargo, resulta que la pastora estaba desesperada por salir de este lugar donde se encontraba con sus animales y dijo: “¡Me quiero ir, mis animales ya deben estar haciendo daño a las papas!”, pero, el Rey no quiso soltarla porque quería que ella fuese su esposa. La pastora se negó y le rey le dijo: “Si te quedas tendrás todo, si te vas lo perderás todo, incluso a tus animales”.

Fue más el susto de la pastora que salió corriendo echando gritos, quedando su imagen grabada en una piedra. Por ello, en los meses de junio y julio, desde las cercanías, a eso de las 6 de la tarde la gente comenta que se escuchan unos ruidos de música de Santiago, cantados por una mujer que además lo acompañan sonidos de la tinya y el jungor, y son acompañados además con algunos guapeos, característicos de este baile [del Santiago].

También esta historia ha dejado una indicación del tiempo sobre la agricultura. Se dice que el primero de agosto, si cae una nubosidad encima de la piedra será un buen año para la cosecha, y que en todo el año habrá abundancia de alimento para toda la población.

NOTA: En la foto se aprecia la imagen grabada de la pastora que escapó de la cueva.

Artículo de Elena Romero y Smith Castro. Recopilación del año de 1993 basada en una entrevista al ex alcalde don Benancio Gutierrez Romero (+). Publicado el 29 de enero de 2007 en el sitio web de ERTIC con el título "Dos peñas que se comunican".