La Fiesta de Enero es la fiesta tradicional del pueblo pampino y que se festeja en el mes de enero con un programa ya
establecido por la tradición: se inicia
el 10 de enero con la recepción de la
banda de músicos y la orquesta en el puente de Rumichaca y luego siguen las novenas.
Cada Novenante se hace cargo de las atenciones
a la concurrencia desde el desayuno, del arreglo del trono de la Virgen, luego el banquete
general para luego asistir a la Santa Misa en la iglesia Matriz con la
asistencia de todo el pueblo, y finalmente
la quema de cohetes y castillos, elevación de globos aerostáticos y fuegos
artificiales, degustando los ponches, los calientitos o la refrescante cerveza para
luego gozar de la verbena popular al son de la orquesta típica y la banda de músicos hasta altas horas de la noche.
Al día siguiente viene el huma qampi o cura cabeza, que consiste
en un desayuno a base de yaku chupi con abundante queso y huevos para luego preparar
los ánimos para la siguiente novena que tiene las mismas características, y así
hasta la octava novena. La ultima novena
o Remate, sobresale de las ocho anteriores por su magnificencia, el Novenante tiene que ofrecer una atención especial a los asistentes y debe de quemarse muchos
fuegos artificiales y ofrecer lo mejor
de sus posibilidades.
Luego prosigue el día central que es el 20 de
enero, que se inicia con la Misa de Bendición y la Procesión de la efigie de la
Virgen por las principales calles de la ciudad y luego un banquete general ofrecido
por el Mayordomo a todo el pueblo
para concluir con la fiesta de ese día
en la plaza principal, con la quema de chamiza en las cuatro esquinas de la
plaza de armas, los runa toros con sus cohetes y buscapiques, los
cohetes y luces de bengala y los vistosos fuegos artificiales que deleitan la vista al
compás de una marinera , y finalmente se
inicia el baile general con los músicos y la orquesta típica culminando con una borrachera pantagruélica.
Seguidamente se festejam tres días de
recepción de toros en los barrios de San Cristóbal, Qarhuaturku y Chalampampa,
son los toros que ofrecen los “Obligados”, quienes mandan construir un kiosco donde invitan
cerveza o aguardiente de Chiuror o Llaqato y
vestidos de chalanes, con sombrero a la pedrada, pañuelo de seda y
poncho de vicuña y montados sobre un
brioso corcel de ´paso llano, hacen halar un toro o torete para ofrecerle al
Mayordomo.
Luego de la Recepción, se realiza la corrida de toros, mientras arman
la plaza de toros, con sus palcos y burladeros, el mayordomo y su comitiva
recorre la ciudad con la banda de músicos para recoger las enjalmas y divisas
confeccionadas por las bellas damitas de
la ciudad, estas enjalmas o divisas más tarde, serán colocadas sobre el lomo de los feroces
cornúpetas y los Romeos procuraran hacerse de dichas prendas para tener el
recuerdo de su ser amado, mientras que los astados, después de dar algunas
vueltas por el ruedo, regresan a su rebaño sanos y salvos.
Finalmente, como colofón, llega el día del jalapato. El padrino
tiene que buscar un pato macho blanco y viejo,
lo adornan convenientemente con papel crepé y cintas de colores, luego le hacen
beber al pato una porción de aguardiente y así borracho, lo cuelgan al animal
de las patas en una especie de arco de
futbol previamente construido, luego se presentan los chalanes y empiezan con la barbarie: pues estos tienen que pasar por debajo del arco y tratar
de decapitar al animal utilizando la
mano. El chalán que logre arranchar la cabeza del pato, será el padrino del año
siguiente.
Este salvajismo se practicaba hasta hace algunos años, actualmente esta bárbara costumbre se ha
humanizado y los patos ya no” pagan el pato” de la fiesta, actualmente se cuelga un pato
de peluche y la cabeza es suplantada por cintas, donde se establece la donación
que deben hacer los chalanes, el que
saque la cinta que diga mayordomo es el que organizara el jalapato del año
siguiente.
Luego de 15 días,
culmina la fiesta dedicada a la Patrona de la ciudad con la despedida a la banda
de músicos y orquesta en el mismo puente de Rumichaka
con la consiga que el año próximo será mejor la festividad y culmina con un watankama.
Hernan Canales Acevedo
Colaborador de Saposaqta