viernes, 26 de junio de 2009

FUGA CHILENA POR TAYACAJA


LA FUGA DE LA EXPEDICION CHILENA POR TAYACAJA

Luego de vadear el río Mantaro el día 15 de noviembre (1882), los chilenos continuaron su marcha hacia el interior de la provincia de Tayacaja, ocupando primeramente el pueblo de Churcampa, saqueándolo e incendiándolo. Luego de permanecer durante un día continuaron su marcha hacia el norte, donde fueron acosados por guerrilleros que se habían organizado para la resistencia por iniciativa de un hijo del pueblo churcampino de recordada memoria, Don Abdón Yangali Oré.

Lo mismo se hizo con el pueblo de Locroja, acaudillado por el campesino Comandante Guerrillero Santos Jampato donde lograron atacar la división expediciónaria chilena en su ruta hacia el pueblo de Paucarbamba.

En este pueblo también fueron atacados por las guerrillas que habían logrado forjarse por acción decidida del pueblo combatiente, destacando entre sus organizadores los comandantes guerrilleros Domingo Cabrera, Segura, Gálvez, Durand Serpa, Cebrián, entre otros, que cohesionaron a los pobladores de Tayacaja desde el pueblo de Anco hasta Chinchihuasi, es decir ambos extremos del curso del río Mantaro, por la Peninsula de Tayacaja.

Un hecho saltante de la heroica resistencia contra los invasores chilenos en Tayacaja, aconteció en el pueblo de Tocas donde un sacerdote de nombre anónimo, quien encabezaba las guerrillas de su zona, ofrendó su vida como lo relatan las mismas fuentes chilenas de guerra, al decir: “En todo el trayecto tuvimos que sufrir ataques enemigos. En Tocas, un fraile andaba con ellos con un crucifijo en la mano, exhortándolos a la defensa, no bien vio que los nuestros avanzaban, fue el primero en volar, pero el Teniente Ferrari le dio el alcance y de un hachazo, con su sable lo abrió en dos partes. El crucifijo se encuentra en poder del Capitán Barahona.”

“Siguió la lucha con un cañoneo a los defensores de Tocas. Las granadas y metrallas reventaban en los grupos de indios, porque tuvieron éstos que retirarse a otros puntos donde las granadas no pudieran saludarlos cariñosamente”.

Día 18 de noviembre, “Día 18 a las 3 pm, se puso en marcha la división teniendo que andar por caminos sumamente malos; pero no había remedio; era necesario hacerlo así para evitar pérdidas de vidas. Aún no concluía de desfilar la división cuando ya se comenzó a ver indios en las alturas haciendo disparos pero en el acto las compañías de descubierta los contestaron y huyeron como de costumbre, quedando de ese modo burlados sus planes de ataque. Pero si no hubiera estado al mando de la división, el coronel Urriola, que conoce ya la manera de pelear de los indios , estoy seguro que hubiéramos tenido que lamentar muy sensibles bajas. Después de caminar muy bien la tropa llegamos a Paucarbamba a las 7 pm.

Día 29 de noviembre, Urriola en su parte de guerra dice al jefe de las fuerzas sureñas, muy sintético: “Desde Huanta hasta Huancayo hemos encontrado a la indiada sublevadas, y el paso de la división ha sido una serie de encuentros sostenidos en las alturas para la que se destinaba diariamente y por turno un batallón de infantería. Dios guarde a usted. Martiniano Urriola”.

Autor: Tulio Carrasco
En: "Cronología de Huancavelica"
Volumen I, Páginas 342-343

martes, 23 de junio de 2009

184º ANIVERSARIO DE PAMPAS


El pasado 21 de junio de 2009, se conmemoró el 184º aniversario de creación política de la provincia de Pampas Tayacaja. Por ello, el blog saposaqta, le rinde un homenaje en video, donde se muestran algunas imágenes del valle de Pampas en la actualidad.


jueves, 18 de junio de 2009

DANZA PAWAY


DANZA PAWAY O CARNAVAL DE TAYACAJA (por José Oregón Morales)

1.- Introducción

La presente danza pertenece al distrito de Salcabamba ubicada en la parte central de la provincia de Tayacaja en el departamento de Huancavelica. Se encuentra a 448 kms de Lima, a 216 de Huancavelica, a 139 kilómetros de Huancayo y a 69 kilómetros de la capital provincial, Pampas.

Sus danzas son interpretadas por los elencos folclóricos de las universidades nacionales y extranjeras y por lo centros culturales de los lugares más recónditos de la patria.

2.- Antecedentes históricos de la Danza

El mes de febrero, de acuerdo al calendario nativo, era dedicado a las festividades de LA GRAN MADURACION que se celebraban en todos los pueblos del mundo andino con las denominaciones de CACHUA, PAHUAY y TIPAKI. Paralelamente en Europa se realizaban las festividades de CARNAVALES.
Carnaval significa exceso de placeres carnales; es el nombre que se dio a las fiestas en honor al dios Baco o Dionisios, dios de la borrachera en la antigua Grecia, celebraciones que se fueron extendiendo por el mundo.

En el caso específico de Tayacaja los PAHUAY y TIPAKI de sus diversos pueblos ahora son conocidos como: Carnaval de Lauca, Carnaval de Ahuaycha, Carnaval de Acraquia. También hemos denominado CARNAVAL DE TAYACAJA a una misma manifestación practicada en las comunidades campesinas de Lauca, Acobamba, Ayaccocha, Putu Orcco, Palca, Istay, Quishuar, Carampa, pertenecientes al distrito de Salcabamba, cuyo auténtico nombre es PAHUAY. Tenemos noticia que en pueblos de la provincia de Tayacaja, especialmente en la parte nororiental como Rocchac y Surcubamba también es practicada esta costumbre.

3.- Origen de la Danza

Etimológícamente “Cachua” es un término quechua que significa bailar dando vueltas y PAHUAY significa salto, que es la figura común de baile de las danzas de la temporada en los pueblos de Tayacaja

4.- Mensaje o Contenido

Económico: La estrategia vital que tienen las faenas comunales para la consecución de obras que beneficien a todos los miembros de una comunidad. Entre ellas, el cequia allichay (arreglo de la cequia) para proveer de líquido vital para la alimentación y para el riego de las sementeras. Construcción de los puentes, locales comunales, escuelas, arreglo de los caminos, etc.

Político: Todo se realiza con el liderazgo del Varayoq de la comunidad y su esposa en quien se centraliza la voluntad popular. La organización es de su entera responsabilidad, la centralización de la “derrama” para la masiva distribución entre todos los pobladores. La supervisión de que las obras sean óptimamente culminadas.

Social: Las labores desplegadas por todos y en beneficio de todos es la base para la unidad de los integrantes de la comunidad, fortalecimiento de sus lazos de reconocimiento social como entres vitales y solidarios. El compartir de la olla común en la plaza, el baile general de niños, jóvenes y mayores sin discriminación de ninguna clase refuerza los sentimientos de identidad con sus pueblos, con sus costumbres

El nombre de la provincia de TAYACAJA, está compuesto por dos voces quechuas TAYA: variedad de arbusto aceitoso que sirve para preparar la tocra y para hacer madurar la qora; y QASA: acantilado. Es decir acantilado de la taya.

El nombre del distrito de SALCABAMBA, proviene de dos voces quechuas SALLQA, nombre de una variedad de muña que sirve para sazonar las sopas, y BAMBA, que significa al otro lado del río. Es decir la banda de la sallqa.

5.- Características

Evolución Todo el vestuario tanto de varón como de mujer es occidental. Las letras de las canciones se han mestizado con castellano y temas muy españoles, asimismo la interpretación musical que se hiciera con pinkullo y canto de las pasñas, se ha incrementado con la incorporación de nuevos instrumentos musicales como el waqra corneta, violín, rondín, clarinete, saxo.

Semejanzas y diferencias: Mientras que en el valle de Pampas se da mayor importancia al amor en sus contenidos, en Salcabamba el tema del trabajo y la solidaridad común toman mayor vigencia. Ambos tienen la sátira y burla fina como característica común.
Los instrumentos musicales son también diferentes, mientras que en el Valle de Pampas se utiliza mucho el rondín, en Salcabamba toma prioridad el violín, el arpa y el saxo.

Expresión afectiva: Los contenidos de sus canciones expresan una invocación a la amistad y trabajo solidarios en trabajos comunitarios. Defensa del ser amado ponderando sus virtudes y minimizando sus defectos. Respeto a las autoridades locales Sátira de fino humor al coterráneo, al cura y al sacristán. Nostalgia por la fiesta que se acaba.

Escenario de la danza: Son los parajes donde se realizan las faenas comunales y plaza de la comunidad y de la capital del distrito.

Estrato social de los danzantes y músicos. Pertenecen a los sectores más pobres y olvidados del país: los campesinos.

6.- Estructura coreográfica

Pasos relacionadoss con las actividades comunales de la población, como el apilado de leña, y diversiones como el champa ticray o el zapateo del pukllay.
Igualmente los movimientos reflejan actividades relacionadas al trabajo comunal.

7.- Personajes
· Principales. El Varayoq y su esposa. El pueblo en general.
· Intermedios. El Teniente gobernador, los abanderados.
· Secundarios. Campo de vara.

8.- Vestimentas
A excepción del seccoy (ojotas) todas las demás prendas son de influencia occidental.
Características. Las vestimentas son muy pobres. En la actualidad, se viten de la bondad humana. Los jóvenes asisten a las festividades con indumentarias cada vez más occidentales: damas con pantalones y blusas modernas. Varones con pantalones y casacas a la moda. Ambos con zapatillas.

La típica vestimenta es la siguiente:

DAMAS. Sombrero negro, azul o marrón al estilo "moda" con pliegue en la copa, lliclla de castilla color amarillo, rojo o anaranjado con ribetes de seda, monillo o chaqueta de color amarillo, rojo, verde con fruncidos encajes de seda y adornos de gredas doradas, falda negra con ribetes de terciopelo, fustán de bayeta con ribetes de seda y tejidos de cocadas en sus bordes, manta tayacajina, zapatos negros de cuero modelo rostro bajo.

VARONES. Sombrero negro estilo alón. Camisa lana de bayeta o lanilla. Delantal tejido en "kallhua".Chumpi o faja. Pantalón negro de bayeta. Seccoy (ojotas de cuero). Manta de lana.

9.- Implementos
Herramientas: Azadón, azuela, hacha, pico, lampa.
Armas.
Instrumentos musicales: Rondín, violín, clarinete, saxo, arpa. Uno de los anotados, hay oportunidades en que logran conformar un conjunto de tres músicos: arpa, violín, clarinete.
Simbólicos: las banderas peruanas.

CANCIONES DEL PAHUAY O CARNAVAL DE TAYACAJA

CHAMPA TICRAY
Autora: Carmela Morales Lazo.

Papa mundaypim en el pelado de papas
ñoqa kuyarqayki yo te adoré
Pullitunakuypim en la golpiza
ñoqa kuyarqayki yo te adoré
Amamá taytallay no pues padre mío
Llakichihuankichu no me harás entristecer
Amamá taytallay no pues padre mío
huaqachihuankichu no me harás llorar
Uyachanninqa su carita
Qachachapas kachun que este sucia no importa
Chaquichanninqa sus piecitos
Carcachapas cachun que esté mugres no importa
Vicuña chalichanmi su chalina de vicuña
Honrataqa qochkan le está dando la honra
cuerucha zapatunmi su zapatito de cuero
Honortaqa qochkan. Le está dando el honor.
Traducción: José Oregón Morales

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

Imagen: Inictel
Autor: José Oregón Morales
Artículo editado por Saposaqta

martes, 9 de junio de 2009

TAYACAJA Y LA POBREZA EXTREMA


Son conocidas las altísimas cifras de pobreza y pobreza extrema de la región Huancavelica, así como los bajos índices de desarrollo humano de sus distritos, y especialmente de la provincia de Tayacaja. Es por ello que presentamos un artículo de investigación del reconocido periodista Angel Páez, en el cual grafica la dramática situación de miles de pobladores de los distritos más pobres de Tayacaja, cuya pobreza es estructural, sin que autoridades centrales y regionales puedan hacer algo para cambiar esta realidad.


Pobres entre Sendero y el narcotráfico

Tintay Puncu es uno de los distritos más pobres de Perú, según la recién difundida evaluación del estatal Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), que investigó las condiciones de vida de la población en 1.832 de esas jurisdicciones. Esta localidad se ubica en la provincia de Tayacaja, en la región surandina de Huancavelica.

Noventa y siete por ciento de los 8.511 habitantes de Tintay Puncu viven en condiciones de pobreza, y 92,3 por ciento en extrema pobreza. Es también un punto obligado de los narcotraficantes tanto para el ingreso de insumos químicos utilizados en el procesamiento de clorhidrato de cocaína como para sacar la droga del área de influencia del valle de los ríos Apurimac y Ene, conocido por sus siglas VRAE.

Pobladores del distrito y de otros aledaños, ante la escasez de empleos, se transforman en "mochileros" que sacan a cuestas la droga del VRAE por caminos secretos para eludir el control de las fuerzas de seguridad. Otros se dedican al cultivo ilegal de hoja de coca. Los distritos adyacentes al VRAE son escenario del conflicto entre los remanentes senderistas y las fuerzas del gobierno participantes en la contrainsurgente "Operación Excelencia". Eso quedó en evidencia el 10 de octubre, cuando se registró en Tintay Puncu una emboscada guerrillera que acabó con la vida de 12 soldados del ejército y dos civiles.

Los otros distritos cercanos al VRAE que figuran entre los 10 más pobres del país son San Antonio de Antaparco (97,9 por ciento de la población vive en la pobreza), Salcahuasi (Tayacaja) (96,5), Anchonga (96,1), Surcubamba (Tayacaja) (95,8) y Chinchihuasi (94,9 por ciento), todos pertenecientes a la región de Huancavelica.

El gobierno de Alan García desplegó en 2007 el Plan VRAE, agresivo programa económico, social y militar para acabar con el narcotráfico en el valle. Pero los seis distritos más pobres de Huancavelica no están comprendidos en la estrategia porque geográficamente son aledaños al VRAE y no figuran en los ubicados en los valles productores de cocaína.

El 14 de noviembre de 2007, un grupo senderista atacó la comisaría del distrito de Huachocolpa (Tayacaja), en Huancavelica, que sirve como vía de acceso al VRAE. Los insurgentes mataron al comisario y se llevaron un cargamento de droga que la policía se había incautado. De los 4.900 habitantes de Huachocolpa, según INEI, 93,5 por ciento viven en pobreza y 77,9 por ciento en extrema pobreza. Pero este distrito [tampoco] está integrado al Plan VRAE de lucha contra la pobreza.

Si algo explica que Tintay Puncu, Surcubamba, Salcahuasi, San Antonio de Antaparco, Anchonga, y Chinchihuasi se encuentren entre los 10 distritos más pobres del país es que estas localidades son víctimas de la injusta distribución del presupuesto que asigna el Estado peruano a Huancavelica.

Según el Ministerio de Economía y Finanzas, en el año que pasó el distrito de San Antonio de Antaparco recibió una transferencia de 280.000 dólares, 0,33 por ciento del presupuesto de toda la región de Huancavelica. O sea, 91 dólares para cada uno de los 3.055 habitantes del distrito, 97,9 por ciento de los cuales viven en la pobreza. La situación es similar en el resto de los 10 distritos más pobres de Perú.

Salcahuasi obtuvo en 2008 nada más que 633.000 dólares (0,73 por ciento del presupuesto), Surcubamba, 826.000 (0,95 por ciento), Tintay Puncu, 839.000 (0,96 por ciento), y Anchonga, un millón de dólares (1,22 por ciento). En promedio, la inversión estatal por habitante en esos distritos no supera los 100 dólares al año.

"Es incomprensible que seis de los distritos más pobres del país, escenarios de episodios de violencia y zonas de influencia del narcotráfico, no estén incorporados al Plan VRAE", dijo a IPS al consultor internacional Jaime Antezana, experto en estudios sobre violencia política y drogas.

"Dada la extrema pobreza de los distritos de Huancavelica en las vías de acceso al VRAE, los pobladores consideran natural la presencia del narcotráfico en la zona. Incluso se suman a las actividades de las organizaciones criminales porque no tienen otra opción", explicó.

"Son distritos pobres histórica y estructuralmente. No se podrá derrotar al narcotráfico si no se acaba con los siglos de miseria, exclusión y desigualdad en esa zona", apuntó Antezana, coautor del ensayo "Narcotráfico: amenaza al crecimiento sostenible del Perú".

Narcotraficantes captan a jóvenes de los distritos más pobres de Huancavelica para convertirlos en "traqueteros" --acopiadores de droga-- y "mochileros" --transportadores de droga e insumos químicos--, a quienes les pagan en dólares, indicó el experto.

"Excluir de los programas de lucha contra la pobreza a esos distritos, que además son los más míseros del país, es como castigarlos por el simple hecho de ser pobres", dijo Antezana. "Lo que se necesita es un programa con un presupuesto autónomo y exclusivo para el VRAE y las zonas aledañas, que incorpore a todas las localidades afectadas por el narcotráfico y el senderismo", recomendó.

Por Ángel Páez
(Agencia IPS)
Tomado de:

miércoles, 3 de junio de 2009

PABLO LIZARBE (cuento)

PABLO LIZARBE

I

Allá por los finos paisajes del ancestral villorrio donde aún pululan los espíritus vivos de mis antepasados, como nota genuina de permanencia que matiza la memoria; entre el fresco aroma de los maizales de la temporada y las cosechas agostinas del lugar; nacen historias de personajes que marcaron acciones en la memoria con singular característica como la de don Pablo Lizarbe.

Era un lugareño de prominente nariz aguileña y algo corva; unía sus cejas despobladas de negro pelo, hasta terminar en nivel agudo en la delgada comisura de sus labios. La onda cuenca de sus ojos albergaba sus párpados rugosos cuyas pestañas escasas disimulaban el matiz rojizo de su córnea que avizoraba el arrebato de muchos sueños y sus andadas de noctámbulo. Su entrecana cabellera contorneaba la pálida frente sin arrugas, su tez blanca poblada de escasas barbas era sombreada por un grasiento sombrero de lana descolorido que casi nunca abandonaba su pequeña testa.

Pablo era un personaje vulgo en la zona de mediana talla y macilenta contextura; de día y noche, en el frío y calor, estaba embozado con un poncho negro. Vivía cerca a los altares del gran Uysus, una humilde mujer tenía por compañera.

Todas las mañanas pasaba don Pablo por el sendero guijarroso entonando su preferida canción santiaguera cual muletillo – cerrojoy…, cerrojoy…-- en cualquier época del año. Sus pequeñas parcelas de terreno tenían dos visitas, siembra y cosecha, nunca el resto del trabajo, era de los que solía decir a los chiquillos del lugar; -- Si apuntas con el dedo al arco iris, se te pudre la mano --- y los chiquillos tenían miedo. También solía decir, -- si apuntas con el dedo a la calabaza, esta se pudre —curiosas supersticiones.

Su audacia mal empleada, le permitía ser el contrabandista de alcohol más arriesgado del lugar; era experto en el oficio, pues nadie de la zona se atrevía alquilar acémilas para tal ilícito afán; sin embargo, nuestro personaje no veía imposibles para cometer sus fechorías. Aprovechaba de la complicidad nocturna para robar con sigilo, algunos burros del lugar, mientras los dueños dormían y luego refundirse en las profundidades de las quebradas hacia los destiladeros de caña. Los contrabandos nocturnos le permitían trasladar regulares cantidades de alcohol y llevarlos al depósito del viejo Monge, principal acopiador en el pueblo. Era un hombre robusto de canosa cabellera, sus ojos orientales refulgían una mirada rojiza propia de los desvelos y noches de borrachera sin final, pues vivía en un ambiente de alcohol; sus compoblanos le correspondían con cierto temor por su carácter de bravucón e irreverente, claro, aparte de alcoholes, no sabía otra cosa más. Pero, don Pablo solía zaherirle en más de las veces y al escape le insultaba – Cullcu ñahui machu – Cuando regateaba el precio o no quería asumir una deuda; sin embargo tenía que olvidar, de lo contrario perdería a su mejor proveedor.

Si no amanecían los burros en sus corrales, los vecinos ya sabían quien se los había llevado.

Para don Pablo, la vida seguía en curso sinuoso de aventuras noctámbulas, asechado por su propio temor de verse acorralado en el riesgo de caer abatido en su afán ilícito. Eran testigos los burros ajenos que hurtaba en préstamo, siempre rumiando su canto preferido que acompañaba su soledad en esas rutas agrestes como solo los hay en el corazón de los andes peruanos, en noches lóbregas y otras de luna, igual; conocía como el zorro su camino.

II

Esther era una doncella de la comarca, seguramente de dieciséis abriles, tenía dos trenzas largas de color castaño, las mejillas de color rosa suavemente desvanecido, pintadas por el rubor y casi siempre jugaba en sus labios cariñosos una sonrisa casta que revelaba su inocente felicidad difícil de ocultar. Sus ojos anchos, orlados de pestañas largas, expresaban diáfanas miradas de inocencia pero leales al color de su raza; blanca la tez y de cuello virginal del que pendían para colgarse a través de sus hombros, un pañolón de moza cubriendo en un ángulo parte de sus bustos pronunciados cual volcanes a punto de estallar, hasta acabar en su cintura. Esther usaba faldas hasta la pantorrilla; sus piernas blancas relucían en su andar de ritmo andino.

Era su padre, don Víctor Betalilluz; un hombre rubicundo y bonachón, muy serio y de poco hablar, vivían en una casa grande y antigua rodeado de maizales. En su corralón aledaño ramoneaban algunos caballos rapados de crin y cola, correteaban potros y algunos burros viejos se sometían a la meditación, enralecidos por el carguío y la crueldad de sus arrieros. Don Víctor era chucarero, amansaba las acémilas del valle y las haciendas de la región, muy conocido y recomendado por todos, hombre de respeto y de decisiones firmes. El pastoreo de los ganados que poseía era trabajo de Esther en los terrenos de Aguidawayqo.

III

Un día de esos en que don Víctor andaba ocupado en su oficio de domador, retornó de la hacienda San Lorenzo luego de dos días y solo encontró en casa a su esposa, consternada y sumida en una preocupación profunda, los menores hijos llorando la ausencia de Esther, nadie sabía de su paradero. Turbado, montó la noble bestia, fiel compañera de sus viajes, que con escorzo elegante, partió en un salto al sentir en sus ijares el agudo punzón de las espuelas. Andó preguntando de casa en casa y a quienes se encontraba en el camino; sus ojos precisaban una acerba mirada y su seño fruncido avizoraba una irremediable ira cada vez que vanas eran sus averiguaciones.

No tardó en resolver su infausta motivación; alguien le dijo que: -- Anteayer en la tarde conversaba con Pablo Lizarbe mientras pastaba sus animales – justo coincidía con el día de la desaparición.

El viejo Betalilluz rasgó las sospechas de que realmente, Esther había sido objeto de un rapto, se indignó más aún al resistirse en creer por ese inusual atrevimiento de cómo un vetusto, macilento, endeble y remedo de hombre tan feo había osado en seducir a una niña tan hermosa, no había duda que su inocencia había cegado la razón. La rabia le subía despacio, despacio, y un silencio muy huraño le lastimaba el alma. Adormecido por la ira y el pensamiento viajero, posó sus sentaderas en la cabalgadura y partió con ágil trote por el sendero guijarroso que cubría la cuesta.

El desagravio le hacía pensar con violencia, pues, era de esos hombres serios que infundían respeto y temor, con aires de terrateniente, y quienes osaban faltar su honor, caro pagaban su pecado, hasta con la muerte.

Al llegar a media cuesta, tomó rumbo hacia la izquierda; ruta que lleva a Qasapata y no tardo en llegar a la casa de Pablo; por el mismo patio pasaba el camino. El potro jadeante y trémulo hizo sonar sus cascos herrados en el patio empedrado; sus belfos espumantes, clavado en sus pecho hizo sonar como dos rebuznos.

Una mujercita humilde, salió de la cocina y al ver al temerario visitante tuvo por segundos una sensación escalofriante, pues no sospechaba el motivo de la visita. El viejo jinete con su voz ronca y violenta preguntó: -- ¿Dónde está tu marido? – La campesina innocua sin saber nada de nada, dijo: “que estaba escondido por la leva en los altos de la casa”. (Antes la gendarmería del estado, reclutaba gente para el servicio militar obligatorio, visitando de casa en casa; se iban a caballo por las comunidades y arreaban atados a jóvenes y adultos para encerrarlos en los cuarteles.)

IV

Los altos de la casa de Pablo, tenía un solo acceso, por dentro de la sala se colocaba una escalera y se entraba por una abertura, allí solía guardarse las cosechas del año, muchas veces de escondite servía. Llevado por su astucia había jalado la escalera para que su mujer no subiera, y solo tiraba de una soga para alzar la comida.

El viejo Betalilluz al saber del escondite, sin apearse empujó la antigua y pesada puerta de aliso, los goznes y ejes enmohecidos rechinaron, acarició las crines y el cuello aterciopelado; y el noble bruto con las orejas tendidas entró en la sala con jinete y todo. Éste se puso de pie sobre la cabalgadura y metió cuerpo por la abertura y sus sospechas se confirmaron; Pablo tenía escondida a Esther en esa pocilga.

La furia incontenible se desató para ensañarse con el atrevido cholo; le prendió por los pelos y lo aventó al primer piso, una vez abajó le cortó la piel a fuetazos con el zurriago del caballo hasta hacerlo sangrar. Pablo gritaba mil perdones, pero la ira ensordeció la razón y siguió arrancándole la piel a chicotazos. La crueldad se apoderó del viejo Betalilluz, sus ojos se desorbitaban como de un toro iracundo – Amaña – se desesperaba la mujercita. No obstante, descalzó sus pies y atándolo con una cuerda las manos juntas lo arrastró con el caballo cuesta abajo por el sinuoso y pedregoso camino hasta la pampa ante el estupor de los vecinos; semimuerto y sangrante soltó la soga; lo envolvió de una mirada sórdida, lanzó un escupitajo, se dio la vuelta, y se marchó en su caballo de ancas relucientes por el camino polvoriento.

Fue santo el remedio; Pablo no volvió a sus andadas, mucho demoró en recuperarse, de alguna forma quedó tullido, y se aferró a la vida a lado de su humilde mujer, que supo perdonar…

Esther, para nublar la deshonra y la vergüenza ante los compoblanos, fue enviada a la capital y olvidó su terruño.


De: Cuentos Andinos y Poesìas
Autor: Miguel Angel Alarcón León
Edición: Setiembre 2008