lunes, 29 de septiembre de 2008

PURUN HUAYTA


Jatun Pampa o Pampas, capital de la provincia de Tayajjasa o Tayacaja encierra un precioso drama amoroso ocurrido en tiempo de los españoles.

En la salida de esta ciudad rumbo a Huancayo, inmediatamente después del cementerio, se inicia una senda estrecha en la falda del cerro. Al borde del camino existían una casa y varios caserones que según versiones añejas construyeron los españoles para ejercer su dominación. Desde allí como de un atalaya podíase dominar toda la hermosa pampa que entonces se denominaba Jatun Pampa. Asimismo se podía observar la sección Obrajería que existía en las pampas de Quesera y Pamuri.

Relatan los mayores que por esas lugares vivía el capitán Lagos, jefe español que había quedado al frente de su guarnición, cuando pasaron hacia el Cusco por el Camino del Inca que atraviesa precisamente el valle de Pampas y que sube por la rinconada de Atocc.

El lugar por donde se estacionó Lagos se llama PURWAY en la actualidad, pero ese nombre está adulterado, pues data a raíz del siguiente drama:

Existía en esos parajes una aclla o escogida a quien sus admiradores la llamaban PURUN HUAYTA o sea la flor mas fraganciosa y pura. Su corazón pertenecía desde la infancia al ágil y valiente KUSICHE, testigo de sus alegrías y penurias….

El capitán Lagos quería a todo trance interponerse en esos amoríos y burlarse de Purun Huayta procurando hacerla suya. Ella huía como tierna y delicada “taruca”, ligera y grácil como el viento, no permitiendo aceptar ni siquiera una mirada para conservar su alma blanca de fraganciosa flor silvestre.

Las artimañas que tejía el español no surtían efecto hasta que un día resolvió hacerla detener encerrándola en una de sus habitaciones para consumar su apasionado deseo. Pero, al menor descuido de su victimario se fugó la prisionera para, unos instantes después estar ya coronando las alturas de Colesniyocc al lado de su amado indio.

Lagos, loco de rabia montó a caballo y por datos de serviles pongos dio con la pareja por la zona de Sumaccpampa, que ahora se conoce con el nombre de Sumabamba. Y comenzó a chicotear y reventar en el cuerpo de Kusinche las duras riendas (correas de cuero). La lucha era desigual; el indio tratando de quitar la cuerda se balanceó en el aire y cayó de espaldas en el pedregoso camino mientras el caballo lo atropellaba despiadadamente.

Entre tanto Purun Huayta trataba de ganar la quebrada para ocultarse. El capitán, dejando exánime al indio a la vera del camino, siguió tras de su presa, llegando al cabo a dominarla y arrancar la promesa de vivir siempre a su lado.

Llegados luego a Purhuay y mientras Lagos ordenaba que desensíllenla caballo, la escurridiza india nuevamente desapareció sin que el despechado capitán pudiera explicarse. Y como no cedían sus pies para huir lejos por el desfallecimiento de su cuerpo, escogió una roca cercana y se arrojó sobre un monte de cactus espinoso. Así la encontraron pendiente de los brazos de un cactus.

A los dos días de esa tragedia hallaron el cadáver del fornido Kusiche en idéntica posición, con los brazos en alto como implorando venganza por el injusto martirio. De aquí también el nombre quechua legendario del cactus “awaccollay” que quiere decir, el patíbulo de los amantes.

A raíz de este drama, apareció en quechua, el siguiente canto lastimero:

Sumacc pampay yana puyo
Utccay utccay pakaikuway
Yanallaywan lluptirjusacc
Sumabambaywaylla ichu
Simichallanman sullaykamuy
Yanallaymin wañuchkanña
Sumacc pampay chiri wayra
Utccaymanña pukuykamuy
Yanallaywan lluptinaypacc

Traducción:
Negras nubes de Pampa Hermosa
Apresuraos a ocultarme
Para huir con mi amada
Cimbreantes pajonales de Sumabamba
Echad vuestro rocío a los labios
De mi negra que sedienta se muere
Aires fríos de Pampa Hermosa
Soplad, soplad con premura
Para que con mi amada escapar pueda.

Desde entonces Purhuay ha sido lugar tenebroso, al extremo que un solo viajero dudaba atravesar el camino, lo mismo que por esas gélidas pampas de Sumabamba donde creen muchos pobladores haber escuchado en altas horas de noches con estrellas, alaridos espantosos de varón torturado, y gritos y gemidos suplicantes de mujer joven desesperada por el dolor….
.......................
Narración de Sergio Quijada Lara, tomado del libro Literatura de Tayacaja de Carlos Zúñiga.
Imagen: "Sumaq Warmi", óleo del pintor huancavelicano Luis Quispe Leyva "Quispekani"

viernes, 26 de septiembre de 2008

POESÍA QUECHUA ORAL


LA TRANSMISION DE LA VISION INDIA Y LA VISION MESTIZA EN LA POESIA QUECHUA ORAL

Tenemos aquí una apreciable colección de versos quechuas orales, recopilados por Carmela Morales Lazo y traducidas al español por José Oregón Morales, provenientes en gran parte de la sierra centro sur del país.

Estos cantos, transcritos unos de versiones orales, y otros creados o reelaborados por la misma recopiladora, muestran los cambios y modificaciones que vienen ocurriendo en la poesía quechua de los últimos tiempos. Desde luego, lo primero que sorprende en estas composiciones es la continuidad vital de expresión poética pre-hispánica y, al mismo tiempo, las transformaciones que se operan en el contenido, lenguaje, estilo, y en la misma función que originalmente cumplían. Se comprueba aquí como la canción quechua tiene una extraordinaria capacidad, se supervivencia mediante la adaptación, la metamorfosis y la modernización de su forma y espíritu.

La recopilación de Carmela Morales sin ser exhaustiva, tiene un enorme interés literario, cultural y social, porque nos permite estudiar las variaciones temáticas y estilísticas del discurso poético, el sentido de la evolución ideológica del mestizaje y el surgimiento de una nueva sensibilidad étnica.

La mayoría de estos cantos quechuas han sido recogidos en el distrito de Salcabamba y en la provincia de Tayacaja, departamento de Huancavelica.

Salcabamba es un poblado eminentemente agrícola y ganadero, aislada de las grandes ciudades. En este pueblo se conserva casi intactas muchas canciones, fiestas, costumbres y variados ritos agrarios y ganaderos tradicionales, como se ha podido ver en los recientes trabajos de Néstor Taipe.

Texto de Manuel J.Baquerizo
Universidad Nacional del Centro. Huancayo Perú



TIPAKI TIPAKI (versión en español)
Confrontación – Confrontación
Carnaval del distrito de Ahuaycha

En el morro de Ahuaycha una botella vacía
en el morro de Acraquia una botella vacía
¿con que cosa tuya vamos a confrontarnos?
¿con que cosa tuya vamos a preguntarnos?

Conmigo nomás nos confrontaremos,
conmigo nomás nos preguntaremos
en la plaza de Pampas nos preguntaremos
en las calles de Pampas nos confrontaremos

En la rinconada de Pillo hay un pez piedra
en el “Río Opa” hay un pez madre
¿de qué nomás estas llorando?
¿por cuánto estás sufriendo?

Como tú, yo también estoy llorando.
como tú, yo también estoy entristecido,
mi mala suerte mira mirando,
mi mala vida cuenta contando.


SEMBLANZA DE CARMELA MORALES LAZO

Nació en el distrito de Salcabamba (Tayacaja), el 16 de julio de 1934. Además de escritora es artista, compositora y estudiosa de nuestro folklore. En 1964 publica “Cuando canta la tierra”, recopilaciones de canciones populares de la Región Central del Perú. Directora de música y danzas en el elenco teatral del Instituto Superior Tecnológico Mariscal Cáceres de Huancayo, profesora de danzas en la Universidad Nacional del Centro y fundadora del Grupo de Arte Tuky en 1971. Ha publicado la obra teatral “Yaucupacuy” (Warma ccorccoy) en 1973.
Manuel Baquerizo dice de ella, “En la región de Huancayo y Tayacaja, la mas visible exponente de la canción mestiza, posiblemente sea Carmela Morales Lazo, cantante, bailarina, y autora de teatro”.

FUENTE: “Literatura de Tayacaja” (Carlos Zúñiga Segura)
Ediciones Capulí Lima 1995

lunes, 22 de septiembre de 2008

TIPAKI TIPAKI


1. "Tipaki Tipaki / Confrontación-confrontación"

(carnaval del distrito de Ahuaycha)
Carmela Morales Lazo

Ahuaycha moccopi vacio botella
Acraquia moccopi vacio botella
imayquihuanmi tipanarikusun
imayquihuanmi tapunarikusun.

Ñoccallayhuancca tipanarikusun
ñoccallayhuancca tapunarikusun
Pampas plazapim tapunarikusun
Pampas callipim tipanarikusun.

Pillu cuchipi chocces challhuacha
opa mayupi maman challhuacha
imallamantam huaccallachkanki
jaykallamantam llakillachkanki

Ccam ccinam ñoccapas huaccallachkani
ccam ccina ñoccapas llakillachkani
mala suertiyta ccahua ccahuaykuspa
mala vidayta yupa yupaykuspay.

En el morro de Ahuaycha una botella vacía,
en el morro de Ahuaycha una botella vacía.
¿Con qué cosa tuya vamos a confrontarlos?
¿Con qué cosa tuya vamos a preguntarnos.

* De Canciones quechuas (Tayacaja, Perú, 1992, ms.), la recopilación y/o creación corresponden a Morales, la traducción a Oregón y la selección a M. Lienhard.
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Del artículo: Cinco canciones contemporáneas quechuas
Carmela Morales Lazo
Grupo de Arte "Tuky", Huancayo, Perú
José Víctor Obregón Morales
Colegio Santa Isabel, Huancayo Perú.
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Publicado en: Revista de crítica literaria latinoamericana. Año XIX, Nº 37. Lima, 1er semestre de 1993; pp. 125-130.
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Imagen: Cuadro del pintor tayacajino César Yauri "Ronda de Ahuaycha"

viernes, 19 de septiembre de 2008

LA POESÍA ORAL


Sergio Quijada Jara, nació en Acostambo, distrito de Tayacaja en 1914, y fue el primer recopilador de la cultura popular y uno de los iniciadores de la literatura narrativa de la región central. Tuvo el gran acierto de mostrar el paisaje y el entorno social, a través del relato y el cuento; y de recuperar la tradición nativa del pueblo, mediante la compilación de cuentos, leyendas, canciones y la descripción de las costumbres del mundo andino.

El mejor trabajo de Sergio Quijada Jara es, sin duda, Canciones de ganado y pastores. Este libro fue editado en 1957, pero ya estaba concluido cuando se efectuó el Primer Congreso Internacional de Peruanistas, en 1951. En esa oportunidad, Quijada Jara conoció a Paul Rivet, lo mismo que a Jesús Lara, Jorge A. Lira, Morote Best y otros investigadores del folklore que asistieron al Congreso. Es allí donde adquirió verdadera noción de la importancia del trabajo que venía realizando. Y fue entonces también que comprometió a Paul Rivet para que le escribiera el prólogo del libro.

Canciones de ganado y pastores es el más extraordinario trabajo de transcripción y recopilación de la literatura oral que se haya ejecutado en el país. Tiene un valor inmenso, no sólo para los estudios folklóricos sino también para la lingüística, equiparable a los cancioneros de Alfonso Carrizo y Carlos Vega. Desde los señeros ensayos de Vienrich no se había vuelto a efectuar una obra de esta naturaleza. Únicamente instituciones, como el Centro Bartolomé de las Casas o el Instituto de Pastoral Andina del Cusco -que cuentan con equipos de investigadores y gozan de financiación económica- han podido emprender recopilaciones más sistemáticas y rigurosas. Canciones… es obra de una sola persona; y un documento folklórico de primera mano, que tiene el valor de permitir el conocimiento "del alma india" señala Paul Rivet (p. 11)

"En el transcurso de diez años - declara el autor - hemos ido recogiendo en forma paciente, de labios de los mismos paisanos" (p. 28). En el "reconocimiento" cita en forma genérica los nombres de todas las personas que le sirvieron de informantes. En su mayoría, las canciones pertenecen a la provincia de Tayacaja, particularmente a los distritos y anexos de Pampas, Salcabamba, Salqawasi, Huachocolpa, Ñahuimpuquio y Acostambo. Sólo una pequeña parte corresponde al valle del Mantaro.

El autor clasifica este material con un criterio taxonómico simple: canciones de animales (camélidos, vacunos, aves e insectos), canciones de plantas, canciones de amor y de dolor, y cantos de fiestas de Santiago. Estos últimos son generalmente de tono crítico y contestatario, si así puede decirse; léanse sino estos ejemplos:

Señora patrona, maytaq chukuchay
señora patrona, maytaq zapatuy,
orqopi paraptin purimullani
kichkata mituta sarukullaspay.
Patronay, patronay
miserable patrona
lechillayki niptiypas
misiypaqmi ninki
suerollayki niptiypas
allqoypaqmi ninki. (p. 174).


Filológicamente, lo más valioso del libro está en la trascripción de los cantos en su propia lengua. La cual es acompañada de la versión española, hecha por el autor, quien no siempre se ajusta fielmente a la materia: Quijada como Vienrich vacila muchas veces entre ofrecer una traducción puntual o una recreación que conserve, en lo posible, la calidad literaria de la canción. Desde el punto de vista documental, claro está, interesa más la primera; pero, artísticamente, preferimos la segunda. La muerte sorprendió al autor, cuando se encontraba revisando la traducción para unificarla bajo un solo criterio, con mirar a una nueva edición. Cabe ahora esperar que alguna entidad haga suyo el caro propósito de Quijada Jara de reeditar esta obra, hace tiempo agotada. Con toda seguridad, es la compilación más rica y apreciable de la literatura oral, transcrita y publicada a mediados de este siglo, tan importante como las Azucenas quechuas. No en vano, la aprovechan ampliamente los antólogos de poesía quechua, muchas veces sin reconocer su deuda con el autor. La utilizó Alejandro Romualdo, en Poesía aborigen y tradición popular (1984); Edmundo Bendezú, en Literatura quechua (1980), editada en la colección Ayacucho de Caracas; y Rodrigo Montoya et al; en La sangre de los cerros (1987), entre otros más.

Este libro muestra la preferencia de Quijada Jara por las canciones y los poemas quechuas. En cambio, dedicó menos espacio al relato oral. En Estampas huancavelicanas solamente registra siete cuentos. A diferencia de Pedro Monge, que se especializó en la recopilación de narraciones orales de la región (Cf. Cuentos populares de Jauja, 19), Quijada Jara eligió la poesía y la descripción de las fiestas y costumbres, en una suerte de tácita división del trabajo.

Fuente: Folklore: Bases teóricas y metodológicas.
Galdo Gutierrez, Virgilio; Morote Best, Efraín; García Miranda, Juan José; Flores Lizana, José Carlos; Mayorga Sánchez, Manuel; Sabogal Wiesse, José; Vergara Figueroa, Abilio; Baquerizo, Manuel; Gonzáles, Enrique.
Lima: Comité permanente de conceptualización del folklore - Universidad nacional San Cristóbal de Huamanga. UNSCH - Lluvia, 1991

martes, 16 de septiembre de 2008

LUCERO

Saposaqta, en su afán de difundir la narrativa tayacajina actual, presenta en esta oportunidad el cuento corto "Lucero" de Herman Canales, el cual forma parte del libro Pampas de leyenda, del mismo autor.


LUCERO

Buco, era un familiar muy cercano y amigo. Un personaje tranquilo, modesto, introvertido, criaba en su fundo “Valiana” una pequeña ganadería de vacunos criollos, y entre ellos destacaba un hermoso toro juguetón que lo había criado desde que nació, ya que la madre del becerro había muerto al tenerlo. Buco tuvo que conseguirse un biberón y alimentar a su mascota hasta que pudiera valerse por sí mismo; lo adiestró para que jugara con una capa y lo toreaba en la pampa arrancando los aplausos del público, que consistía en curiosos y amigos que se daban cita para ver como el émulo de Manolete hacía una serie de suertes con la capa. El torito era limpio y respondón, de color enteramente negro con una mancha blanca en la frente, por cuyo motivo le habían puesto de nombre “Lucero”. De buena alzada, de unos 300 kilos de peso y, según los entendidos, de muy buenos “pitones”. Todo el pueblo estaba enterado de las habilidades del animal como toro de lidia, y por esa razón ya era costumbre verlo en las improvisadas plazas de toros, pues los organizadores de las tardes taurinas lo alquilaban para amenizar los eventos taurófilos.

Cuando salía el animal al ruedo, se paseaba campante por toda la plaza sin que ningún aficionado a la tauromaquia se atreviera a torearlo; el toro desafiante embestía furiosamente a todo ser que se movía, provocando gritos de entusiasmo o de temor, en todo caso. El público asistente siempre estaba a la espera de que algún par de imprudentes se animaran a lucir sus dotes de “mataor” y fueran cogidos, para de esa manera comentar que “la corrida fue muy buena, pues hubo dos muertos”. Parece que antaño, la cantidad de difuntos en las corridas era garantía de la bondad de estos eventos. En cualquier caso, el animal regresaba vivito y coleando y sin sufrir rasguño donde su dueño. Las grandes tardes taurinas, que se organizaban en las fiestas de enero, eran precedidas por dos días de recepción de toros: el primer día en el barrio de Ccaruaturco, y al día siguiente en Chalanpampa, donde los “obligados” donaban un hermoso toro al Mayordomo de la Fiesta, y además de donar el toro, tenían que armar su kiosco donde ofrecían refrescos, chicha y cerveza a los amigos y allegados, y cabalgaban en briosos corceles de paso, enjaezados con elegantes arneses y pellón sampedrano, luciendo su vestimenta de chalanes que ostentaban muy orgullosos en esa única ocasión. Después de los dos días de recepción de toros, se programaba una tarde taurina, se improvisaba una plaza de toros cercada de vistosos palcos que cada familia mandaba construir y, con un programa especial en el que salían hasta veinte toros de “lidia”, tendenciosamente dedicados a las entidades públicas, principales autoridades y personalidades de la localidad. Estos toros eran bautizados con nombres muy pintorescos o estrambóticos, según las características del personaje, y muchas veces se aprovechaba esta costumbre para aludir en forma sutil y disimulada al “homenajeado”. Las divisas o enjalmas eran artísticamente confeccionadas y donadas por las principales damitas de la ciudad, así que los jóvenes que pretendían llamar la atención de la dama de sus sueños, tenían que quitar la divisa amarrada al lomo del toro; de esa manera demostraban su arrojo y valentía y guardaban la prenda como un trofeo de valor sentimental. Mayormente las corridas eran solo con personas aficionadas al toreo, ya que llevar a un torero profesional se hacía muy difícil.

Fue en una de las tantas del 20 de enero que los organizadores de la corrida de toros tomaron contacto con un personaje muy popular de la época, y a quien le pusieron el apodo de “Guaracha”, por su afición al popular baile. Este personaje, al emigrar a la capital en busca de nuevos horizontes y un futuro mejor, se aficionó a los toros, y formó con algunos compañeros una cuadrilla de novilleros que realizaban sus faenas en provincias. Tenían sus reglamentarios trajes de luces y, por supuesto, se habían convertido en auténticos profesionales del arte taurino. Pues bien, nuestro amigo “Guaracha” fue contratado para la gran corrida de toros en honor a la Virgen Purísima, Patrona de la ciudad de Pampas, y como no existen toros de lidia y había que salvar el espectáculo, “Guaracha” se contactó con Buco y le alquiló a su engreído “Lucero”, asegurándole al propietario que nada malo le ocurriría a su querida mascota. Llegado el momento de soltar al famoso toro, “Guaracha” le salió al encuentro vestido con traje de luces, empezó a torearlo y todos los pases que hizo le salieron magníficos; el público muy entusiastamente gritaba un ¡0lé! a cada pase que daba: Una vez que terminó la primera parte, o sea el primer tercio, mandó tocar con un músico la trompeta anunciando el segundo tercio. Salió luego premunido de sus banderillas y acribilló al pobre animal con tres pares, y todo el pueblo veía con admiración que la corrida era de verdad, por primera vez en su historia. Después de la faena de los banderillazos hizo tocar nuevamente la trompeta, para tomar la muleta y seguir con el tercio reglamentario, a lo que el noble animal respondió maravillosamente. Se arrodilló, hizo la “suerte de Procuna” y finalmente, en un arrebato de entusiasmo, pensando tal vez que se hallaba en una plaza de toros de España o por lo menos en Acho, le dio la estocada al animal matándolo en el acto y limpiamente. Hizo una faena completa, como para ganar el Escapulario de Oro de la Feria del Señor de los Milagros, cortando orejas, patas y rabo. Fue largamente ovacionado y cargado en hombros; mientras tanto, los amigos de Buco, al ver que el animal había sido sacrificado, fueron con la noticia donde el dueño del toro contándole minuciosamente todo el episodio y la muerte gloriosa de su fiel mascota.

Buco, al escuchar la noticia, montó en terrible cólera y se fue a buscar al torero para matarlo. “Ojo por ojo, diente por diente, vida por vida”, pero no logró cumplir su cometido, pues el Cordobés pampino había sido advertido que el dueño del animal lo buscaba no precisamente para felicitarlo por su magistral faena. Ante este peligro, “Guaracha” tuvo que huir por los arrabales para refugiarse en las alturas de Yarqakancha, de donde tomó un vehículo hasta llegar a Lima. La corrida de toros fue inolvidable para muchos, especialmente para Buco y Guaracha; el primero, que buscaba con furia homicida al asesino de su torito, y el segundo, por haberse consagrado en una inolvidable tarde taurina en Pampas.

Muchos años después, nos encontramos con “Guaracha” en su recreo-bar, al que había bautizado con el nombre de “Pampas”, y entre bromas y chascarrillos se nos ocurrió preguntarle por la memorable tarde taurina de la cual había sido protagonista, y él, evocando con aire nostálgico su pasada gloria, nos confesó que había procedido mal, pero lo emocionó tanto encontrar un magnífico ejemplar de toro de lidia, que se olvidó de las promesas y toreó hasta las últimas consecuencias. De tarde en tarde tenemos la oportunidad de alternar con el amigo “Guaracha” y recordar a Buco, a Pampas y a Lucero.

SERIE: ESCRITORES TAYACAJINOS
Del libro: “PAMPAS DE LEYENDA”
Autor: Hernán Canales

viernes, 12 de septiembre de 2008

PARROQUIA DE SAN PEDRO DE PAMPAS TAYACAJA (segunda parte)

MANIFESTACIONES RELIGIOSAS

Templo de la jurisdicción parroquial
Con el paso de los siglos, se edificaron iglesias y “capillas” a imitación de los templos coloniales, nacieron fundamentalmente por exigencias del culto o como testimonio de fe. Ellos son muestra de la cristianización de sus gentes, del amor Jesucristo, a la Santísima Madre, la Virgen María, y a los santos.

En toda la jurisdicción parroquial, las capillas construidas posteriormente a la colonia superan las 120. Fueron construidas por los propios hacendados o por las autoridades y comuneros, que es el caso de la gran mayoría de las capillas edificadas.

Denominamos capillas a aquellas cuyos tejados, actualmente están cubiertos de calamina, de tejas de arcilla o de cemento, con muros habitualmente o mayoritariamente, de tapial o de adobe, recubiertos con yeso o cemento al menos en la parte frontal.

Las capillas poseen varias imágenes, según las advocaciones propias de cada comunidad. Siempre hay una cruz o varias, con diferentes advocaciones: Santa Cruz de Purhuay, Santa Cruz de Pamuri. Los comuneros construyeron la mesa del altar, unos pequeños retablos de yeso o cemento. Los cielos rasos y techumbres están cubiertos con carrizos y con yeso “quincha”. La gran mayoría de estas capillas carecen de bancas y campanas. La ornamentación y objetos de culto son escasos. Por el contrario, las cruces y las imágenes de la Virgen del Perpetuo Socorro son suficientes.

La arquitectura de estas capillas resulta, en la gran mayoría, la excepción de algunas del valle, rudimentaria, sencilla y elemental, al haber sido construidas por artesanos de la comunidad. El espacio interior, de casi todos, no supera los cien metros cuadrados, con una altura de 4 a 6 metros. Merecen destacarse por la proporción de la estructura arquitectónica, por los materiales empleados y por el buen acabado, las capillas de Ahuaycha, Acraquia, Purhuay, María Auxiliadora de Chalampampa, Daniel Hernández, Pampa Blanca, Atocc, Santa María, Allpahuasi, Santa Rosa, Pamuri y Dos de Mayo, ubicadas todas ellas en el valle de Pampas.


Vida Sacramental
No quiero concluir sin antes hablar de la vida sacramental puesto que en todo intento sobre la historia y vida de una parroquia, por mas sencilla que esta sea, se debe tratar el tema.

En el archivo de la parroquia de San Pedro de Pampas, se conservan los libros sacramentales desde inicios del siglo XVIII.

Realizamos la siguiente exposición sirviéndonos exclusivamente de aquellos conservados en los archivos de la parroquia de Pampas.

a.- Bautismo
Los libros parroquiales más cuidados junto con los de matrimonio, son los de bautismo, puesto que los sacerdotes fueron celosos a la hora de dejar constancia de sus actos.

Del análisis de estos, se aprecia que el número de bautismos aumentó con el transcurso del tiempo. Ciertamente existen años en que las cifras se disparan considerablemente con respecto a las anteriores en la misma década. La razón es muy sencilla: es por las misiones populares o por las salidas más frecuentes a recorrer las viceparróquias.

La administración se realizó fundamentalmente en los domingos, las fiestas populares y de grandes concentraciones. La edad de los bautizados osciló desde los pocos días de nacido hasta varios años. La administración normalmente fue masiva, excepto en los casos de emergencia que se realizó al instante y con las rúbricas mas elementales. Actuaron como ministros ordinarios los párrocos y en épocas de misiones, los misioneros, tanto obispos como sacerdotes.

b.- Confirmación
No existe un libro específico para anotar los confirmados hasta comienzos del siglo XX.

Administraron el sacramento de la confirmación los obispos de Ayacucho y de Huancavelica, monseñor Fidel Olivas Escudero, monseñor Alberto Dettman Aragón, Carlos María Jurgens Byrne, monseñor Florencio Coronado Romaní y monseñor William Dermott Molloy Mc Demon. También la administraron algunos sacerdotes delegados de los obispos.

La mayoría de los obispos confirmaron en la iglesia matriz de Pampas. A excepción de monseñor Florencio Coronado Romaní, quien confirmó en casi todas las viceparróquias.

Los sujetos receptores de este sacramento fueron desde los niños de pecho hasta los adultos. Desconocemos cual fue en cada momento la preparación próxima o remota para la recepción, aprovechando, eso si, la presencia del obispo en visita pastoral o misión popular.


Estado espiritual de las almas
Acerca del estado espiritual de la parroquia, no existe libro alguno que los describa. No obstante, hay algunas referencias tangenciales sobre la recepción del sacramento de la comunión y penitencia con ocasión de las misiones populares, así como existen algunas notas en los libros de actas de las asociaciones piadosas, por ejemplo, la cofradía de Nuestra Señora de las Nieves, organizaba el sacramento de la unción para los enfermos y los ancianos. También queda constancia documental como, a mediados del siglo XX, proliferaron las sectas protestantes.

En los últimos quince años la atención espiritual en la parroquia de Pampas ha ido ascendiendo poco a poco, cuyos frutos son ocho seminaristas mayores; uno de ellos recibió la ordenación sacerdotal en el año 2000; doce chicas en distintas congregaciones de vida contemplativa y activa; grupos juveniles y de adultos; un gran numero de acólitos, que son la cantera de las vocaciones sacerdotales, y recientemente se cuenta también con miembros voluntarios de Cáritas parroquial.

A pesar de todo, por lo agreste de la geografía y porque la mies de estas tierras es tan espesa, la atención espiritual no es suficiente, pues faltan segadores en el campo del Señor.

Artículo: “Parroquia San Pedro de Pampas Tayacaja”
De: Flores Flores, Roosvelt
En: “La evangelización en Huancavelica”
Autor: Polo Rubio, Juan (Ed, 2003)

Imágenes:
Iglesia San Pedro de Pampas
Capilla de Purhuay
Capilla María Auxiliadora de Chalampampa

miércoles, 10 de septiembre de 2008

LA PARROQUIA SAN PEDRO DE PAMPAS TAYACAJA (primera parte)

MARCO POLITICO DE LA PROVINCIA DE TAYACAJA
La provincia de Tayacaja se encuentra ubicada en la parte nororiental del departamento de Huancavelica, a 3,263 metros sobre el nivel del mar.

Tiene como límites el departamento de Junín por el norte y oeste; por el sur a la provincia de Huancavelica; por el este, a los departamentos de Junín y Ayacucho y la provincia de Churcampa.

Su capital es la ciudad de Pampas, un valle de 15 Km. de largo y 2 Km. de ancho, distante 69 Km. de Huancayo, 147 Km. de Huancavelica, y 379 Km. de la capital, Lima. Tiene una extensión superficial de 3,724.56 Km. La provincia, según el censo demográfico de 1993, cuenta con una población de 108,774 habitantes, y la ciudad de Pampas con 9,849 habitantes.

Rastreando las fuentes históricas, hemos encontrado en distintos documentos datos que confirman la presencia de Pampas Tayacaja, por las cuales podemos constatar que estas tierras forman una de las provincias más antiguas del Perú.

El primer dato está fechado el 18 de junio de 1594, donde figura Lázaro Yupa Inca Vacachi, indio latino (sic), como gobernador y cacique principal. Se mencionan, así mismo, a los indios antiguos y principales viejos, Simón Apo Vayani, Carlos Sullca Ynga Ruco y Andrés Chulupanqui. Rubríca el documento Alonso de Camoral, escribano de su Majestad. (1)

El segundo testimonio data del 4 de agosto de 1717 y contiene la petición de Diego Auquinibin, cacique y gobernador de los pueblos de Pampas y Colcabamba, para que se practique la medición de sus propiedades. Lleva la firma del licenciado don Diego de Torres y Zúñiga, cura y vicario de dicha doctrina, y de los testigos Tomás de Anaya Romero, Juan Bueno Périz Tinoco Arias y Francisco Solano Gomero. (2)

En tercer lugar, Cosme Bueno en su obra Descripción de los pueblos del Perú, publicada el año 1760, afirma que Pampas pertenece a Huanta. Y en el Almanaque y guía e forasteros escrito por Gregorio paredes en 1810, menciona ya a Tayacaja como perteneciente a la intendencia de Huancavelica. (3)

El origen de la palabra Tayacaja proviene de dos voces quechuas: TUYA que significa arbusto, de la familia de las sinanterásias, al que los indígenas dan el mismo empleo que al inciemso y CCACCA que significa abra, quebrada o cerro. Unidas estas dos voces TAYACCACCA vendría a significar quebrada de la tuya. (4)

Con la promulgación de las ordenanzas y la creación de las intendencias y partidos del virrey Agustín de Jáuregui, el 28 de enero de 1784, aparece Tayacaja dentro de la intendencia de Huancavelica, conformada por cinco curatos, equivalentes a distritos: Mayocc, Paucarbamba, Colcabamba, San Pedro de Pampas y Huaribamba.

En enero de 1825, Simón Bolivar da un decreto que anexa el departamento de Huancavelica al de Ayacucho, quedando Tayacaja incorporada a la prefectura de Huamanga. Permanece en esta condición hasta la promulgación del decreto supremo del 21 de junio de 1825, por el que se convoca a elección de representantes para el congreso general, que debía instalarse en 1826. Y este decreto supremo es la primera referencia histórica legal que ha servido para determinar al 21 de junio de 1825 como fecha de creación política de la provincia de Tayacaja.

LA PARROQUIA SAN PEDRO DE PAMPAS
La parroquia de San Pedro de Pampas (Tayacaja) es conocida desde los inicios del siglo XVIII. Esta parroquia y toda la zona formaron parte de la diócesis de Ayacucho hasta el año 1944.

En 1951, siete años mas tarde que el departamento de Huancavelica fuese elevado a la categoría de diócesis, el obispo redentorista Carlos María Jurgens Byrne, segundo obispo de Huancavelica, convocó a un sínodo diocesano, celebrado del 16 al 18 de noviembre en la iglesia catedral, donde dividió el territorio diocesano en una rectoría de cinco vicarías foráneas, quedando la vicaría foránea de Tayacaja con sede en Pampas, compuesta de siete parroquias: Santiago de Anco, Santiago Apóstol de Colcabamba, San Miguel Arcángel de Churcampa, Santa Ana de Huaribamba, San Francisco de Asís de Paucarbamba, Virgen del Rosario de Salcabamba y San Pedro de Surcubamba.

La fe de las tierras tayacajinas, sembrada desde el Cuzco, Ayacucho y Huancavelica, hunde sus raíces casi profundamente como los mismos comienzos de la evangelización del nuevo mundo.

Las Ordenes misioneras, - franciscanos, dominicos, jesuitas, redentoristas…- desde el primer momento de su asentamiento en Ayacucho y Huancavelica evangelizaron por estas tierras, como queda constancia en multitud de ocasiones por la iconografía de los templos coloniales. (7)

Se conservan los libros sacramentales desde la fundación de la parroquia: de defunción desde el año de 1735; de matrimonios desde 1784; y libros de distintas cofradías: San Pedro, patrón del pueblo, del año 1702; corpus Christi de 1705; Nuestra Señora de la Nieves de 1729; Nuestra Señora de la Concepción de 1745 y las Benditas Animas del Purgatorio de 1812.

Referencias bibliográficas
(1) Zúñiga Segura, C., Literatura de Tayacaja. (Lima, 1995) pág. 5
(2) Ibidem, pág. 6.
(3) Ráez, N., Monografía de la provincia de Huancavelica. (Huancayo, 1995) pág. 97
(4) Ibidem, pág 98.
(5) Revista mensual Expresion Municipal Nº 3 (Pampas, 1998) pág. 8
(6) Geografía del Perú, Libro Nº 24, Anuario geográfico departamento de Huancavelica, 1990.
(7) Polo Rubio, J.J., Lircay y Nuestra Señora del Carmen. En "Revista Limense", 3 (1998), págs. 372-373.

Artículo de Roosvelt Flores Flores
En: La evangelización en Huancavelica. Polo Rubio, Juan (Ed)
Zaragoza: Diócesis de Huancavelica - Gorfisa, 2003

viernes, 5 de septiembre de 2008

POESIA EN TAYACAJA


A continuación una muestra de la poesía tayacajina, expresada en algunos de sus más representativos exponentes.

SERAFIN DELMAR
Reynaldo Bolaños Díaz es el verdadero nombre de Serafín Delmar, que nació el 6 de abril de 1901 en la Hacienda Colca (Tayacaja) y muere en Chile en 1980.Ha publicado: Los espejos envenenados (1926), El derecho de matar (1926), Radiogramas del Pacífico (1927), El hombre de estos años (1929), El año trágico (1933), Itinerario de un condenado (1940), La tierra es el hombre (1942), Sol, están destruyendo a tus hijos (1942), Los campesinos y otros condenados (1943), Tiempo de odio (1943).

Hermana
La luna se paseaba en tus ojos
frente a la media noche
de donde saltó la mañana
eras un pedazo
de cielo caído en el campo

en tus brazos azules agitaba
un pájaro su canto desnudo
que fresca vino la vaquera
a ordeñar una estrella que
se dormía hasta la madrugada

el sol lamiendo la hierba recién
despierta
en la acequia se estiró como un silbido

cuando fuimos corriendo por la
mañana con los dedos mojados de
escarcha
un niño pastaba el canto de los jilgueros.

JULIAN PETROVICK
Es hermano de Serafín Delmar y su nombre verdadero es Oscar Bolaños Díaz. Su lugar de nacimiento se afirma como ocurrido en Huancayo; sin embargo en la obra Cielo de Fiesta en Tayacaja, se afirma que nació en nuestra provincia de Tayacaja, según testimonio de un familiar cercano en el año de 1903 y su muerte se produce en Lima en 1978. Ha publicado libros: Cinema de Satán (1926), Naipe adverso (1929), La isla y los trabajos (1944), La paloma asustada (1966), Dirigió con su hermano y con Magda Portal las revistas Hélice, Iniciación, La voz de Sicaya.

El poema de las lejanías
Hermano, toma todos los poemas que quieras
presiento que mañana podré ofrecerte
el perfume de la tierra
en amapolas y en zorzales,
las espigas doradas entronarán canciones del campo.
Otras miradas perforarán los muros de la soledad
para jugar los naipes morados del destino.
he recuperado la alegría en los bosques
para hacer mis canciones,
no siento el olor de los geranios
y las flores de habas que perfuman la soledad
en cuyos anillos se sienten prisionero el viento de frutas.
El viento de frutas es el aliento de nuestro pueblo
por eso saqué mi pañuelo
a empaparlo en el viento.
Tengo el perfume de los campos y los bosques
para mis cantos
como los trigueros y los gorriones
van perfumando el espacio,
al otro lado de la soledad
con sus cantos que deshojan pétalos de flores simples.

HORACIO MONGE PINEDA
Nació en Pampas en el año de 1927. Participó en los Primeros Juegos Floreales del Centro, organizados por el Ateneo de Huancayo en 1948 con el poema Quenas presentado bajo el seudónimo de Sumacc Pahuac Centi. Ha publicado Quenas en 1973. Sus poemas aparecen en las revistas Peneca (Chile), Rojo y Negro (Argentina), en periódicos y revistas nacionales

El Santiago
Por las noches de julio jaranero
el persistente ritmo de las tinyas,
enlaza sus rumores con el longor
que llora sobre el viento… los rebaños
pacientes van por los senderos mustíos
donde medran el Sankar y las salvias;
Y al impulso de chicha y huaccaycholo,
van los pastores taconeando el suelo
que agita, tras los urpus provisores,
a las mozas que ríen y que esperan…

Es el Santiago, eclosión del campo
Que imprime en cada pecho una alegría,
vibrando en el Harawi quejumbroso….

Es el himno
que sube por las lomas y quebradas
uniendo con su abrazo
de música ferviente
todos los pueblos de esta tierra fuerte,
que amalgama el verdor de sus campiñas
con voz de sus ritmos santiagueros…

CESAR RODRIGUEZ GALINDO
Nace en Pampas el 6 de mayo de 1928, estudiando en la GUE Santa Isabel de Huancayo y en el Colegio Guadaluoe de Lima. Los estudios superiores los cursa en la Universidad San Agustín de Arequipa. Desarrolla labor periodística en el Diario La Prensa de Lima. y publica su primer libro de poemas Pinceladas Líricas en 1987.

Evocación pampina
Desde la cumbre granítica
del coloso San Cristóbal
te doy el abrazo telúrico
¡ Pampas ¡ mi tierra bendita.

Preciada joya sin parangón
que la patria guarda celosa
en el cofre cordillerano
de nuestra sierra central

Pueblo viril e indoblegable
gran imperio energético
tus campos en floración
semejan lienzos divinos
pintados por el creador
en horas de inspiración

Cuán maravillado contemplo
en su filosófico discurrir
a nuestro añorado Opamayo
que se retuerce soberbio
cual serpiente gigantesca,
brindando perenne la bondad
de sus aguas vivificantes
que harán florecer eternas
sus fabulosos jardines
orgullo del paraíso pampino

En su rostro multicolor
se encuentran engarzados:
Rundo, Pampablanca, Colpa,
Santa Rosa, Viñas, Ahuaycha,
Chalampampa, Purhuay, Pillo,
Como piedras preciosas
de una corona imperial.

¡Pampas! Tierra bendita
mi corazón transido de pasión
te ofrenda galanas sinfonías
con tus latidos emocionados;
mis ojos azorados al contemplarte
se nublan con sinceras lágrimas
como testimonio de gratitud
por el reencuentro acariciado.

CARLOS ZUÑIGA SEGURA
Nace en Pampas en junio de 1942. En 1975 funda Ediciones Capulí y la revista de poesía La Manzana Mordida. Ha publicado Primer destino (1966), Gracias amor (1973), Inauguración de la ausencia (1979), Imperio del azr (1986), y sucesivamente las antologías: Poemas para niños, Cerezos en flor, Poesía amorosa, El mar en la poesía peruana, Cielo de Fiesta en Tayacaja, Imagen y presencia de Daniel Hernández. Primer lugar en los Juegos Florales convocados por la Municipalidad de Ica (1988), Literatura de Tayacaja (1995), Literatura de Junín (2006).

Capulíes maduros
Cuando visito una ciudad nueva
me gusta caminar
escondido en la pupila de un ave errante
descubrir misterios
y abrazar confidencias
en la frescura de los verdes campos
donde retozan los amantes

Protegido por la noche
buscar una mujer para amarla
hallarla y perderla desesperadamente
en el laberinto de la pasión
con mis eternas obsesiones
alojadas en sus párpados
estallando como lenguas de fuego

Jamás escuchar juramentos
al imperio del sol
inventar recuerdos
al encanto de la lluvia
desconocer itinerarios
y vivir como si pudiera
quedarme para siempre

Así me siento feliz
en la memoria de las calles
en el garabato de la piedra anónima
en la risa que anida capulíes
para reanimar al sol que dormita
en ociosas altitudes.

CARMELA ABAD MENDIETA
Nació el año de 1948. Licenciada en la Universidad del Centro del Perú en la especialidad de Lengua y Literatura; egresada de la Facultad de Antropología de la misma Universidad. Actualmente se desempeña como docente en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzman y Valle. Ha publicado en 1994 el poemario Bajo la sombra en flor (La Manzana Mordida Nº42)

Trigueñas con ojos de tiempo
En el pueblo la gente avanza
Sin prisa de viento
Camina con una sonrisa
En el pueblo
hay trigueñas con ojos de tiempo
y mestizas que calzan el tiempo
en una sonrisa,
el mediodía destila ternura de muña
y la tarde color malva rosa
envuelve en dulzuras
mis sueños de niña

Seis
Nací en mayo
y la cosecha del maíz
se quedó en mis ojos
mis manos que arrancaban
palomas a las tardes
se agitaron cansadas
por no encontrar sus nidos
en el quishuar
que daba sombra a nuestra casa

DIDA AGUIRRE GARCIA
Nace en 1953. Egresa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos como Licenciada en Trabajo Social y en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega opta la maestría en Administración del Trabajo y Relaciones Laborales. Ha publicado Arcilla en 1989 y El canto de los cobres (1991)

Upa Mayu
Tú, que por quebradas y pampas
navegas
con tus piececitos desnudos,
con los manantiales
y la lluvia
a flor de piel
solito
te asomas
desde los rincones oscuros
con nuestras
lágrimas visibles
de la mano,
mosca azul, ojos de oro

que vas oliendo la muerte
con el upa mayu
vas
caminando de pueblo en pueblo
nuestro nombre
y nuestras huellas
en el hervor del río
levantando
por eso
inmensamente te remontas
con todos los ríos
gritando,
a ti
que te dicen Upa Mayu.

Fuente: Zúñiga Segura, Carlos. Literatura de Tayacaja. Ediciones Capulí, 1995.