miércoles, 27 de julio de 2016

LOS INSTRUMENTOS MUSICALES DEL SANTIAGO





La tradicional Fiesta del Santiago del mes de Julio, celebrada en la provincia de Tayacaja, es la fecha de la marcación del ganado mediante cintas de colores colocadas en las orejas de los animales. Mientras los concurrentes bailan al son de cornetas de cacho o aluminio llamados waqra pucus, los invitados disfrutan bebiendo el warapo de la caña traída de pequeños fundos lejanos, o los diferentes preparados de la caña, como el “upito” hecho a base de kiwicha, brebaje muy temido por conocedores.

También en este valle todavía, por suerte, la fiesta es acompañada por un instrumento muy peculiar llamado longor o lluncur como se le conoce en el oriente tayacajino.

Justamente queremos mostrar en esta pequeña nota, los diferentes instrumentos usados en esta Fiesta del Ganado y los pastores, como decía el estudioso tayacajino Sergio Quijada Jara,

EL LONGOR O LLUNGUR

El Longor o lluncur es un instrumento de viento, confeccionado con una caña especial que crece solo en lugares determinados de la provincia. Para tocarlo se necesita bastante destreza, energía y fuerza. Su sonido, al escucharlo muy cerca o a lo lejos, trae a la memoria vivencias y recuerdos inolvidables
El Longor es el viento del Santiago. Su intérprete es el campesino de los distritos ubicados en el nor oriente de la provincia de Tayacaja: Salcabamba, Surcubamba, Huachocolpa y Tintaypuncu,
Dicho instrumento se obtiene de un carrizo llamado MAMAC. En la época prehispánica de este grueso carrizo también se fabricaban armas para la lucha cuerpo a cuerpo. Por ser un instrumento típicamente nativo, el longor fue prohibido durante la extirpación de idolatrías, porque era utilizado en fiestas paganas.

Felizmente los pobladores de estas zonas, han logrado conservarlo. Y dominan el instrumento por tradición. La música es creada por el pueblo y enriquecida por la vida diaria del campo. Esta fiesta de homenaje al ganado tiene una antigüedad de siglos.

LA TINYA

Sin el pequeño tambor llamado “tinya” no hay Santiago. Puede haber trago, coca, orquesta, ganado, abundancia, pero si no hay Tinya no hay Santiago.

Este Tambor tan humilde, hecho con cuero de gato o carnero, es un instrumento poderoso cuando se trata de hacer Santiago. Basta aguzar el oído para saber donde hay Santiago.

En ningún momento cesa la Tinya.  Dura hasta el fin de las octavas y las octavillas. Así ha conseguido un lugar de honor en la fiesta campesina más importante del ganado.

La Tinya incita además al canto, el quechua, la risa, y el amor  Las letras parecen de carnaval al que no conoce Santiago. La mayoría de las canciones son de autor anónimo.

Las que cantan son solo mujeres de voces agudas. Pero después de un momento se abre un nuevo horizonte de música, con la Tinya como si fuera un dulce corazón que pone el ritmo al Santiago.

Otro instrumento que todavía conserva vigencia es el “Waqrapucu”, instrumento construido con cuernos o cachos de ganado vacuno. El instrumento es circular de dos o tres vueltas, y los “tocadores” son expertos en arrancarle melodías agudas y graves acompañando a la cantoras que entonan canciones  de agradecimiento a la Pachamama por su protección al ganado.

Todo este gran acontecimiento festivo se puede gozar todavía en Tayacaja, aunque la penetración del Santiago huanca ha sido fuerte. Un Santiago que rompe todo lo hermoso de esta fiesta,  sin respetar lo tradicional. Incluso, el uso de orquestas con saxos y clarinetes desdicen a esta fiesta costumbrista. Esa penetración del Santiago huanca donde las mujeres emiten gritos y frases burlonas y groseras, los brazos en alto de las y los bailarines de una comparsa, hacen que esta manifestación huanca sea peligrosa por tergiversar lo auténtico y hermoso del Santiago tayacajino.

Artículo: Manuel Suárez Flores
Fotografía: Teófilo Hinostroza

domingo, 24 de julio de 2016

ORIGEN DE LA FIESTA DEL SANTIAGO




La región central peruana tiene su fisonomía especial, su característica peculiar en cuanto a costumbres, creencias, fiestas, supersticiones se refiere; porque todavía se mantiene en muchos pueblos todo ese matiz de emociones populares, con mas nitidez y pureza que en otros. En cuanto a las fiestas, sobre todo a los bailes, por influencia de otras importadas se ha ido perdiendo o fusionándose en forma tal que no han conservado en su primitivo estado.

El 25 de julio de cada año, se realiza la fiesta del santiago, fiesta que no es sino del ganado de los pastores, teniendo como base la superstición de considerar al TAITA HUAMANI, como dios y señor de los cerros.

Conviene describir un poco acerca del origen de esta fiesta. Podríase tal vez adelantar en decir que no la han introducido los conquistadores españoles, sino mas bien a la venida de éstos los indios trataron de seguir festejando a sus animales bajo la advocación del apóstol Santiago. Decimos esto porque si es verdad que en lugares mas cercanos a las grandes poblaciones, por ejemplo Huancayo, los nativos veneran a este apóstol encendiéndole ceras en la víspera de la fiesta y conservando la imagen en bulto, en muchos casos con su típico caballo blanco, con su sombrerito de vicuña y ponchito que muy bien ha estudiado, desde el punto de vista de la historia, el acusioso investigador y diplomático Rafael Heliodoro Valle.

En cambio en otras comarcas, pueblos o comunidades de Tayacaja, también festejan con el nombre de Santiago pero lo que mas les interesa es realizar la “pagapa” u ofrenda que le deben rendir al cerro mayor, o a la tierra, porque aún obran con criterio panteísta pensando que dentro del cerro o en el fondo de la tierra está el TAITA HUAMANI o TAITA ORCCO, o señor de los cerros que no es sino un hombre alto de dientes de oro, que usa botas y que reside en un suntuoso palacio, cuyos designios a favor o en contra depende de la forma cómo los moradores de dicha comunidad se comportan con él.

Para el etnólogo José Matos Mar es interesante el estudio de esta fiesta ganadera porque a través de ella se puede percibir claramente la persistencia de los elementos culturales antiguos, conocer cómo en el proceso de transculturización se han fusionado las formas culturales indígenas y alienígenas, cómo han buscado una nueva configuración que está dando por resultado un mestizaje que caracteriza la nueva cultura.

Se conoce con el nombre de “herranza”, continúa Matos Mar, a la fiesta que se realiza anualmente para marcar el ganado, costumbre introducida por los españoles; cada dueño debe poner con un hierro caliente sus iniciales en el anca de las reses; es la señalización de la propiedad individual. Los antiguos peruanos no conocieron esta forma de marcar sino otra: hacer una señal en los auquénidos, los únicos animales por ellos conocidos, que consistía en colocar lana de colores (cintas) en las orejas cortadas.

Esto hace pensar que nuestros aborígenes dedicaban determinados días del mes de julio a festejar a sus animales y pastores después de las cosechas de sus productos. A estos indicios de la última clasificación social -casi parias- que pasaban y pasan su vida cuidando y pastando el ganado de sus patrones en las punas y en algunos lugares inhóspitos y como lenitivo a su dolor y angustia, el día de Taita Huamani o Santiago obtenían y obtienen estos, como regalo de fiesta algunas prendas indumentarias de inmediata necesidad: ojotas, lliclla, manta, etc.

Como un ablandamiento a su tragedia esperan con ansias el 25 de julio por ser tanto su fiesta y la de sus animales a los que están intimamente ligados de alma y corazón. En esta fecha experimentan las dolorosas gotas de sus sentimientos a través de las letras de los cantos que el ingenio de sus mentes creadoras han tejido con exquisita sensibilidad, recogiendo el maravilloso encanto de bello colorido poético, el eco de la misma naturaleza que convertidos en emotivos poemas sirven de solaz a sus almas nobles y puras como las aguas de sus puquiales.

Autor: Sergio Quijada Jara
Fuente: Extracto literalmente tomado de "Taita Shanti fiesta del ganado y pastores" (separata).
Revista Hispanoamérica de Literatura Nº1, Lima, Mayo de 2002.

Imagen: Filmacion documental en Yananyac (Surcubamba) Tayacaja