viernes, 14 de noviembre de 2008

POSTALES DE TAYACAJA II


JOSE MARÍA ARGUEDAS EN PAMPAS

Un amor en Chalampampa

Los recuerdos de José María Arguedas en Pampas, capital de la provincia de Tayacaja, datan del año 1928. Tenía entonces 17 años y cursaba el tercero de secundaria en el Colegio Santa Isabel de Huancayo, en circunstancia en que su padre decide ejercer la profesión de abogado en Pampas. En la Parte II, Viajes, de Los ríos profundos, narra sus vivencias en esa ciudad. En un pasaje de matiz sentimental nos hace saber de la existencia de una joven alta, de ojos azules, a quien le brindaba serenatas interpretando huaynos que “jamás se habían oído en el pueblo”. La identidad de la joven merecedora de elogios y serenatas, que en calidad de primicia ofrecemos, sería María Jesús Olano de 25 años de edad y vivía en una tienda frente a la capilla María Auxiliadora del histórico barrio.

Artículos en Argentina

Esa preciso señalar que durante su estadía en Pampas, Arguedas se interesa vivamente por las fiestas y costumbres de la provincia conforme lo acreditan los artículos “El Layka” (Brujo) y “La fiesta de la cruz” (La cruz de Pampas) ambos publicados en el diario La Prensa de Buenos Aires (Argentina) en 1941 y 1943, respectivamente. Complementa esta apreciación la interpretación de la canción “Trilla de arvejas en Pampas”, grabada en el casete Arguedas canta y baila editado por el Centro de Folklore que lleva su nombre. Esta producción tiene una presentación cuya autoría corresponde al charanguista Jaime Guardia.

Un gran amigo de Arguedas

La relación de José María Arguedas con Pampas y toda la provincia fue a través del vínculo amical con el notable folklorista y estudioso de las tradiciones huancavelicanas don Sergio Quijada Jara nacido en el fundo Magdalena (Acostambo).

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ANTONIO RAIMONDI EN COLCABAMBA

El sabio italiano Antonio Raimondi visitó Colcabamba el año 1866. Ofrecemos sus apreciaciones: “El pueblo de Colcabamba se halla situado en una quebrada que baja al río grande de Mayoc. Su temperamento es delicioso, pues no se siente ni frío ni calor. El pueblo es pequeño., Sus casas forman una callejuela con acequias. Tiene una plaza de regular tamaño que está adornada en su centro por un hermoso y añejo cedro. La iglesia está muy desmantelada, principalmente en su interior. Colcabamba no carece de recursos; si sus habitantes fueran algo más activos, podrán holgar en la abundancia, pues esta población cuenta con hermosos terrenos cultivables y con bastante agua. Esta corre por dos acequias y sólo se emplea para el regadío, porque tiene mal sabor por la cal y óxido de fierro en disolución que contiene, materias que va depositando y que originan una especie de tufo, semejante al de Huancavelica, que sirve como piedra de construcción. En esta agua, todas las materias que caen, como hojas, ramas, etc., se cubren en poco tiempo de incrustación calcárea. En Colcabamba se cultiva maíz, cebada, trigo, etc. También hay alfalfa, pero este forraje no es muy abundante”.

Imagen fotográfica: Teófilo Hinostroza, fotógrafo tayacajino (Colcabamba)

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EDUCADORES Y VECINOS NOTABLES DE SALCABAMBA

El año 1895 se registra en Salcabamba la presencia de distinguidos educadores Isabel Belledonne, Carlos Prialé, María Gurmendi, Felipe Guerra, Guillermo Rebagliatti y Manuel Sarmiento, oriundos de Huancayo, Lima y Concepción, respectivamente.

Entre los vecinos notables Matías Arana, José Monge, Francisco Santibañez, Pío Serpa, Mariano Valdez, Claudio Herrera, y Federico Gálvez.

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HOMENAJE A “CHOYO” MONGE

El destacado profesional tayacajino Gustavo Córdova Valenzuela escribió hace tiempo un preciso y precioso texto en homenaje a “Choyo” Monge que debió salir en algún boletín que preparaba un grupo de pampinos. En mis continuas pesquisas documentales encontré una copia de este valioso testimonio de dos carillas y cuarto. Ofrezco el último fragmento:

“Choyo Monge, guitarrero insomne de los zapatos polvorientos. Bohemio impenitente de la chompa interminable, chalina al viento cantando libertad. Asoma al espacio y escucha el canto andino de tus hermanos en la quietud de la noche estrellada proclamando tu recuerdo”.

Nota. El nombre del inolvidable “Choyo” es Fernando Monge Palma (No Monge Arana como figura en el testimonio) por si alguien tiene el documento y quisiera difundirlo).

Carlos Zúñiga Segura
(De: Historia de Tayacaja (Inédito)

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