domingo, 29 de junio de 2008

LOS 'TAPADOS' DE JUNIO


Cuenta la historia del Perú, que cuando el Inca Atahualpa había sido tomado prisionero por las tropas españolas en Cajamarca, se dio la orden a todo el Imperio Inca que se envíe todos los objetos de oro y plata para el rescate del soberano. Estos objetos, joyas, coronas, brazaletes, cadenas, utensilios, debían ser enviadas inmediatamente para llenar el cuarto (habitación o celda) donde el Inca se encontraba prisionero.

Desde todos los confines del gran Imperio del Tawantinsuyo salieron caravanas llevando tan preciada carga con dirección a Cajamarca. Los cientos de kilómetros hacia el destino, entre punas, valles, ríos y quebradas, vieron pasar a estas caravanas conformadas por llamas y alpacas. Su pesada carga en el duro camino, muchas veces venció a estos animales y no hubo más remedio que enterrarlos con su preciado tesoro a lo largo del camino de los incas con la esperanza de recuperarlos algún día. Dicen los historiadores que se dejaba una seña para ubicarlos posteriormente.

También cuenta la historia que siglos después, durante la invasión chilena al Perú, los hacendados de la costa y sierra al enterarse de la noticia, procedieron a esconder sus riquezas en lugares diversos de su entorno, poniendo a buen recaudo el fruto de sus años de esfuerzo. El lugar del escondite fue mantenido en el más completo secreto de familia. La ocupación de los invasores sureños duró muchos años, lo suficiente para que estos jefes de familia pasaran a mejor vida llevándose el secreto a la tumba.

Al pasar de los años se tejieron infinidad de historias de familias que se enriquecieron de la noche a la mañana al encontrar estos tesoros escondidos.

En Tayacaja se cuenta que en los meses de junio suele aparecer en la noche de San Juan una llamarada o fuego en chacras, campos desolados o casonas antiguas. Quien tenga este encuentro con esa señal, será un afortunado porque el lugar guarda en sus entrañas preciados tesoros.

La explicación científica de la aparición del fuego en un lugar determinado se debe a la expulsión del antimonio y del fósforo del interior de la tierra, que al ponerse en contacto con el oxígeno de la superficie, se convierte en una llamarada azul. Nos preguntamos de dónde sale el antimonio y la respuesta es sencilla: antiguamente la acuñación de monedas de oro y plata llevaba como metal adicional el cobre y el antimonio para darle las características físicas adecuadas a tan preciada moneda; al permanecer las monedas encerradas en cajones o bolsas de cuero por muchos años, con la humedad o la presencia del agua, reaccionan químicamente y expulsan el antimonio en forma de gas que al contacto con el oxigeno del medio ambiente reacciona con una llamarada azulada.

Igualmente los auquénidos que sucumbieron a lo largo del camino y fueron enterrados con su tesoro en las espaldas, también dieron el mismo resultado. Los huesos de estos animales contienen a parte de calcio y magnesio, el preciado fósforo.

Pero ¿por qué en junio, y no en noviembre o diciembre, ocurren estos fenómenos? Hay una explicación científica para esto.

En la sierra, los meses de lluvia son generalmente, entre diciembre y abril. Esto hace que las aguas de lluvia penetren a la superficie de la tierra hasta cierto límite y se mantenga húmeda. Posteriormente vienen los meses de mayo, junio y julio que son secos en la sierra. Tiempo suficiente para que los tesoros escondidos reaccionen químicamente y expulsen al fósforo y antimonio de sus entrañas, produciendo el fuego tan preciado en las noches de San Juan.

En las zonas de Huancavelica, Ayacucho y Junín lo conocen como “tapado” o “entierro”. La ruta del camino de los Incas que va desde el Cusco hasta Cajamarca, por donde transitaron las caravanas con los preciados tesoros, son las más indicadas para encontrar estos botines del rescate de Atahualpa. Asimismo las casonas viejas de la sierra son lugares aparentes para encontrar los “tapados” de los hacendados y ricachones de la época de la invasión chilena de fines del siglo XIX.

Con el avance de la tecnología, los buscadores de estos tesoros ya no esperan la noche de San Juan. Vienen con toda una parafernalia computarizada para detectar la presencia de metales enterrados a poca profundidad. Suerte a los buscadores de tesoros escondidos en los andes peruanos. (MSF)

lunes, 23 de junio de 2008

LA LEYENDA DEL PANRARAN YACU


“Mitos y leyendas del agua en el Perú” es el nombre de una publicación producto de un concurso nacional escolar del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), llevado a cabo en marzo del 2007. Su publicación y difusión forma parte de la Iniciativa Cultura del Agua en el Perú, emprendida por este ministerio, con el apoyo del Programa de Agua y Saneamiento del Banco Mundial.

El libro recoge los 50 mejores trabajos escritos por estudiantes de educación primaria y secundaria, provenientes de 21 regiones del país. Se trata de mitos y leyendas que forman parte de la tradición peruana y que han sido transmitidos de generación en generación de forma oral y/o escrita.

Entre los 5 ganadores figura “La leyenda del Panraran Yacu, recopilación original de una fuente oral de comuneros de Huaribamba, Tayacaja, que aquí se los presentamos.


La leyenda del Panraran Yacu

Muchos años atrás en la comunidad andina de Tapuk, todo era prosperidad, tenían siembras, animales y las tierras producían en abundancia. Es que existía una gran cantidad de puquiales que abastecían de agua, para que pudieran regar sus campos y criar sus animales.

Dicen que a un lugar donde Tayta Wamany producía agua, nadie podía acercarse por ser un lugar sagrado y aquel que intentaba aproximarse era encantado. Por eso, nadie se acercaba a Jatun Puquio (el gran puquial), que brindaba sus aguas cristalinas a todos los demás puquiales y desde allí alimentaba a Tapuk.

Una tarde, don Faustino retornó de la ciudad, de un viaje que lo había convertido en una persona prepotente y egoísta, que desconocía y se burlaba de la fe del pueblo; desde entonces decía que en la ciudad nadie creía en tonterías y vivían de lo mejor, que se alimentaban de cosas ricas, se vestían con lindos trajes y no utilizaban velas sino hermosas luminarias de electricidad; e incluso, decía, el agua salía dentro de las casas. Gritaba a los cuatro vientos que si sembraban e ingresaban a
esos lugares sagrados, no pasaría nada, y que todas las riquezas siempre han existido y existirán.

"El problema –decía- es que somos unos ociosos y no queremos explotar la naturaleza. Por eso, les digo, comencemos a cultivar todas las tierras y verán que no pasa nada".

Efectivamente, sembraron cuanto pudieron y cosecharon como nunca. Luego, aumentaron sus siembras, cosechando en grandes cantidades. Pero, luego de cinco años de explotar, a pesar de las siembras y el trabajo, la tierra ya no producía como antes, los puquiales se habían secado. Todos se lamentaban de haberle obedecido a don Faustino, quien se había suicidado sintiéndose culpable de la desgracia.

Tapuk se convirtió en un pueblo abandonado, las personas iban a diferentes lugares en busca de mejores condiciones de vida y los que se quedaban, tenían que trasladarse a lugares muy distantes para conseguir agua. Es que ya no había agua. A las primeras horas del día, salían con dirección al único puquio distante a más de dos horas de camino. Cargando sus porongos de barro se trasladaban en búsqueda de agua. Los hombres realizaban todo un viaje, solo para abastecer de agua en casa, mientras que las mujeres cocinaban y hacían la limpieza. Los animales se morían de sed y hambre, si no eran llevados de manera especial al puquio para que tomen agua.

En Tapuk, ya solo dependían de las lluvias para sus siembras. Uno de los ancianos de la comunidad pidió una reunión para solucionar el problema causado. Efectivamente, se reunieron en la plaza principal para escuchar al anciano. Fue cuando dijo: "Hermanos comuneros, durante mucho tiempo he observado cómo maltratamos a la madre naturaleza y nadie se ha atrevido a reparar esos daños. En estos últimos cinco días, sueñoo que Tayta Wamany, las plantas, los animales y el agua me hablan con mucho dolor y lágrimas sobre el maltrato que hemos causado y piden el arrepentimiento de todos para que ellos vivan y también nos den vida. Es muy urgente, llevar la ofrenda al cerro sagrado para poder recuperar la riqueza".

-- Ja, ja, ja, Eustaquio, uno de los comuneros rompió en carcajadas, O sea, nosotros vamos hacer lo que un anciano soñó. No se pasen, si para eso nos reunimos es una pérdida de tiempo.

-- ¡Un momento! -respondió el anciano- acaso no somos conscientes del daño causado a la naturaleza, así como nosotros tenemos vida, también ella tiene vida, por lo que pido, por favor, formemos un grupo de personas con fe sincera, para dirigirnos al lugar sagrado y hacer los pagos o nos arrepentiremos.

En silencio, se agruparon diez personas. Curiosamente eran los mayores y en ese instante partieron al lugar sagrado llevando frutas, coca, quinto, dulces, vino, cigarro y un conjunto de yerbas aromáticas. A la medianoche llegaron al lugar indicado, rezaron con devoción, al tiempo que realizaron las ofrendas respectivas.

Ya al amanecer retornaban al pueblo, cuando un sonido tenebroso se escuchó en las montañas ¡Panraran! ¡Panraran! Los pobladores salieron de sus casas despavoridos, gritando a grandes voces ¡Panraran yacu tujyaramun! ¡Panraran yacu tujyaramun!, buscando refugio. Momento en el que llegó el anciano pidiéndoles calma, que eso era normal, porque Tayta Wamany había aceptado la ofrenda y ese sonido significaba que el agua había reventado en todos los puquiales y el agua del río nuevamente bajaba cristalino y abundante. La riqueza y la felicidad habían retornado a Tapuk. A partir de ese momento, rinden culto y respeto a la naturaleza, porque si no, no volverán a escuchar un ¡Panraran!

Fuente oral: Comuneros de Tapo, Huaribamba, Tayacaja, Huancavelica.
Escolar: Antony Romero Chávez, 12 años, Huancayo, Junín.
Asesor: Moisés Lizárraga Torpoco.
Publicación del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento “Mitos y leyendas del agua en el Perú: recopilado por escolares peruanos para las generaciones presentes y futuras”. Editado por el Programa de Agua y Saneamiento del Banco Mundial. Lima, marzo de 2007

jueves, 19 de junio de 2008

TAYACAJA DE ANIVERSARIO


Este 21 de junio, Tayacaja celebra el 183º aniversario de su creación política, y por ello reponemos un interesante artículo de Carlos Zúñiga Segura que SAPOSAQTA publicó el año pasado titulado "Cielo de fiesta en Tayacaja". Además algunas imágenes de Pampas hoy.

CIELO DE FIESTA EN TAYACAJA
(Publicado en SAPOSAQTA el 12 de noviembre de 2007)

Tayacaja registra su presencia en la historia nacional desde tiempos inmemoriables, fijando en el pulso de sus signos y aromas la inteligencia y voluntad de sus hijos. En esta perspectiva, si asumimos una serena y atenta mirada a todas las formas de la experiencia humana podemos constatar su textura espiritual, trascendiendo nítidamente desde los periodos pre incas hasta nuestros días.

Transitar por el historial de Tayacaja nos ocuparía mucho espacio, por ello, esta crónica la hemos estructurado a base de fragmentos, procurando contribuir a un mayor o menor conocimiento del suelo donde nacimos o que aprendimos a querer de modo tal que podamos valorar y difundir el legado generacional de quienes a su tiempo de protagonistas privilegiados marcaron referentes para los epígonos o continuadores de ese proceso en el que ninguno de nosotros puede quedar al margen, en la medida que el pulso del pueblo se refleja en el paisaje interior de los hombres y mujeres de Tayacaja.

En los tiempos del Tahuantinsuyo los chasquis cumplían importantes misiones como todos sabemos y entre los que llenaban de complacencia al inca por sus brillantes condiciones se encontraban los chasquis de nuestra región, denominados precisamente Tayaguaman o Ayacondor.

En 1582 Tayacaja figura en la denominada “Cabeza de su Majestad” conforme lo acredita la obra “Tasa de la Visita General” de Francisco Toledo.

El repartimiento tenía entonces 4600 habitantes de los cuales 799 eran indios tributarios, 263 viejos e impedidos que pagaban tributos, 987 mozos menores de 17 años y 2638 mujeres de toda edad.

Este índice sufre unan descenso en el siglo XVII según informe de Vásquez de Espinoza, quien informa que la población llegaba a 2255 de los cuales 396 eran tributarios, 169 viejos, 510 muchachos y 1180 mujeres.

En documento redactado en Pampas el 18 de junio de 1594 ante el comendador Gabriel Solano de Figueroa designado por García Hurtado de Mendoza Virrey Gobernador y Capitán General de estos reinos y provincias del Perú se reconoce y legitima a Lázaro Yupa Inga Vaccachi gobernador y cacique principal de Pampas desde tiempos inmemoriables. Se menciona entre las propiedades: Mayoc, Occoro, Mitopampa, Colcabamba, Sumabamba, Mantacra, Mashuayllo, Luicho, Pamuri, Rundomarca, Mino y otros parajes.

Hemos mencionado a Luicho para remontarnos al año 1630 y fijar la existencia de San Juan de Luicho o Luicho Pampa a 22 Km. al este de Pampas que viene a ser digamos la primera ciudad donde existía una iglesia construida antes de 1600 por los indios yungas.

Otro dato interesante constituye la presencia de nuestros pregoneros o lectores e bando. La historia registra dos nombres fundamentales Poñahuac Llamarcay y Pedro Martínez Gamarra a quien Melchor Astete corregidor y Justicia Mayor de San Pedro le comisionaba dar pregones en San Cristóbal de Occoro.

El 4 de agosto de 1717 Diego Auquinibín presenta documentos y testigos ante el licenciado Diego Torres y Zúñiga cura, vicario, subdelegado del señor don Pedro Chávez Caballero de la Orden de Alcántara y legitima su titulo de cacique y gobernador de Pampas y Colcabamba.

El 11 de Abril de 1828 se eleva a la categoría de Villa al pueblo de Pampas “teniendo en cuenta las vejaciones que sufrió la tropa española durante la guerra de la independencia en el pueblo de Pampas, capital de la provincia de Tayacaja. Y por los servicios prestados al Ejército Libertador en su tránsito de Junín al glorioso campo de Ayacucho”.

Un documento del 10 de marzo de 1886 nos informa respecto a los integrantes del Concejo Provincial: Alcalde Mariano Martínez, Teniente Alcalde Luis Zúñiga, Síndicos e inspectores Isidro Sosa, Juan Zúñiga, Emilio Dancuart, Gregorio Monge, Vidal López, Adolfo Dancuart, Andrés Talavera, Pedro Acevedo, Julián Valenzuela, Eloy Peña, Rosendo Fernández, Maximiliano Mendoza.

Iniciando 1900 señalamos que en Pampas existían dos escuelas. El de varones tenía como preceptor a José Vega y el de mujeres a cargo de Rosa Bravo y existía asimismo un colegio particular con 25 alumnos a cargo de Pedro Padilla. En 1905 Pampas tiene dos escuelas de varones una de niñas.

La municipalidad pagaba el alquiler de los locales a un costo de 4 soles mensuales. Una estaba dirigida por Víctor Zúñiga y su auxiliar Vidal Guerreros ganando treinta y diez soles respectivamente.

Por Real Ordenanza del 28 de enero de 1782 Agustín de Jáuregui trigésimo tercer virrey crea las Intendencias conformándose así los Partidos.

Huancavelica está integrada por Angaraes, Castrovirreyna, Tayacaja y Huancavelica cercado. Esta conformación es realizada por Teodoro de Croix 34 Virrey del Perú sucesor de Jáuregui desde el 6 de abril de 1784. La organización que rige esta disposición se publica el 1 de julio de 1784. Tayacaja tiene 5 doctrinas: Mayoc, Paucarbamba, Colcabamba, Pampas y Huaribamba.

El 21 de junio de 1825 por Decreto Supremo se convoca a elecciones para representantes al Congreso General, asimismo se establece el número de representantes de cada provincia de modo explícito. Entre los 7 departamentos figuran: Ayacucho conformado por Huamanga, Anco, Huanta, Cangallo, Lucanas, Parinacochas, Andahuaylas, Huancavelica, Angaraes, Castrovirreyna y Tayacaja. Esta convocatoria eleccionaria señala asimismo que las provincias mencionadas deben celebrar como fecha de su creación política el 21 de junio.

Representante al Congreso fue designado Ramón Vianderas.

La provincia de Tayacaja muestra su cielo de fiesta el 21 de junio de todos los años estemos donde estemos su nombre es el río interiorizado cuyas tensiones o hilos conductores constituyen en su florecimiento el abrigo de todos nuestros afectos.

PAMPAS HOY














lunes, 16 de junio de 2008

MAMAPAPA


Cuenta la leyenda que el primer don que el Dios Wiracocha entregó a Manco Cápac y Mama Ocllo —los fundadores del Tawantinsuyo— fue el secreto del cultivo de la papa, para que ellos pudieran sostener la formación y posterior expansión del imperio.

Así los incas, conjugando toda la sabiduría de las culturas pre existentes, pudieron desarrollar el mayor tesoro agroalimentario del Perú y hoy cuarto del mundo.

Luego, para los europeos, tal como la palabra Xauxa (Jauja) fue sinónimo de país maravilloso, saludable, placentero; el lento descubrimiento de los valores de la papa fue otra gratificación; tanto que —inicialmente y en su propia tierra— ellos lucían una flor de papa en la solapa, como símbolo de distinción. Y ahora los europeos consumen más papa que los peruanos, para vergüenza nuestra.

El hecho es que hoy gracias a los inmemorables trabajos de domesticación, propagación y conservación realizados por varias generaciones de antiguos peruanos; al esfuerzo de nuestros primeros estudiosos científico-técnicos y al Centro Internacional de la Papa (CIP), con sede en Lima — existen registradas 4,400 variedades del tubérculo en el banco mundial de germoplasma, de las cuales 2,700 (61%) son netamente peruanas.

De estas montañas nativas —poco aptas para la agricultura— nació la papa, para convertirse —junto con el arroz, el trigo y el maíz (también de origen peruano)— en uno de los cuatroalimentos básicos de la humanidad.

Sin duda, este prodigio altoandino ha llegado hasta nosotros y a todos los confines del planeta, merced a la creatividad, la eficiencia y el trabajo solidario de nuestros antepasados preincas e incas, en el manejo inteligente del ecosistema, los recursos naturales y particularmente la biodiversidad, como base de la agricultura más avanzada del mundo antiguo.

La relación del hombre andino histórico con el medio ambiente siempre fue de respeto y agradecimiento, como lo demuestran numerosos ritos que subsisten invictos hasta hoy.

Por ejemplo, en algunas comunidades del Cusco, como las de Pacariqtambo (“posada del amanecer”), Paruro, lugar de donde salieron —tras descansar— Manco Cápac y los hermanos Ayar para fundar el Ombligo del Mundo, “el proceso de asignar las tierras de papas comienza con una asamblea del pueblo, durante la cual cada casa familiar es elegible para recibir los lotes asignados ayllu por ayllu”.

Desde luego, no faltan discusiones. El Dr. Luis Millones, en su libro “El mundo ceremonial andino”, dice: “En 1982, la batalla ritual entre mitades tuvo lugar el 23 de febrero; la redistribución de las tierras comunales de papas empezó aproximadamente un mes después. En 1988 la batalla ritual ocurrió el 16 de febrero y la redistribución y el arado de los campos comunales de papas se llevó a cabo a inicios de marzo”. Ritual siempre acompañado por las danzas de la kashwa (baile propiciatorio).

Asimismo, en la concepción aymara, la papa tiene vida y, por lo tanto, siente y necesita cariño y mucho cuidado. Por ello, el campesino de esa etnia altiplánica “cría” a la papa como si fuera una hija, brindándole nutrición y abrigo: buena preparación del terreno, abonamiento orgánico, aporque y otras labores culturales. Además, él bebe y brinda con ella a través de las “chuwas” y “challas” (platos de barro). También la “despioja” mediante el deshierbo, cuida de su salud con “despachos” (ofrendas y rogativas) a los apus y la hace participar en las danzas, cargándola como a un bebé. En fin, el campesino aymara hace todo cuanto puede para agradarle mejor y demostrarle afecto. Al mismo tiempo, como signo de reciprocidad, también la papa “cría” a los hombres, ofreciéndoles su tierna pulpa como alimento y, por consiguiente, levantando su espíritu. Así nos cuenta el libro “Ayllu y Papas” de Néstor y Walter Chambi.

En los pueblos del valle del Mantaro, el “Huaylarsh” es el baile símbolo de la agricultura. Los pasos de esta danza evocan a los movimientos que hace el campesino cuando siembra, cosecha y realiza otras faenas con la papa. Por ejemplo, el paso de la “Estaca tacay” simula el clavar de la chaquitaclla para abrir el hoyo donde la mujer colocará la semilla de la papa. Asimismo, el “Mojapampa” simboliza al momento en que las mujeres ponen las semillas en los hoyos y las cubren moviendo la tierra con los pies. Igualmente, están: el “Kullpa jupillay”, faena de varones y mujeres para deshacer los terrones, con un zapateo fuerte; el “Akshu tatay”, arrimado de tierra para dar mayor soporte a las plantas tiernas, a cargo de los varones, y el “Ashmi”, faena similar al aporque.

Son numerosos también los cantos folclóricos alusivos a la papa. Dentro de este marco, destacan tres huaynos registrados en el libro “La sangre de los cerros”, de los hermanos Rodrigo, Luis y Edwin Montoya Rojas. Ellos; son “Papa tarpuy” o siembra del tubérculo; “Papa pakchay” o aporque del cultivo y “Papa quray”, o deshierbo y desinfestación del papel.

Aquí una hermosa estrofa propia del deshierbe de la papa, en tonada de harawi: “Luego de haber llegado/ he deshierbado a mi madre papa / con un peine de oro / con un peine de plata....”

Lamentablemente, todas estas milenarias expresiones de la cultura asociada a la papa, el agro y la sacra correspondencia del hombre rural con la naturaleza, están languideciendo en el Perú —dizque— moderno. Tanto que ni siquiera el Estado, en pleno Año Internacional de la Papa, ha sido capaz de mirar a este prodigio agrocultural más allá de su utilidad netamente comercial.

Ante ello, quienes nacimos con la papa, aprendimos a dejar el seno materno gracias a su pulpa nutricia y jamás podemos vivir sin ella, tenemos que rescatar, cultivar y propagar la inmensa sabiduría que atesora la memoria colectiva de nuestros Andes, hasta que todo el mundo entienda que papa no es sólo un comestible, sino Mamapapa: Madre del Perú Agroalimentario, culturalmente hablando, de cuyos senos inagotables hoy mama todo el planeta.

Antonio Muñoz Monge
Revista Agro Noticias
Edición Nº 332
31 de mayo de 2008

sábado, 7 de junio de 2008

LA HISTORIA DE UN HUAYNO: TRENCITO MACHO


PAULINO TORRES TORRES, afamado compositor tayacajino, trabajó durante años como profesor primario en lejanas comunidades. Por los años de 1970 enseñaba en el NEC 28 del distrito de Salcabamba, cuando le tocó, como el resto de profesores, el turno de llevar documentación pertinente, hasta la capital del departamento, la ciudad de Huancavelica. Después de caminar durante horas por Rocchac, Potrero, Matibamba y otros caseríos, se embarcó en un vehículo hasta la ciudad de Huancayo, para luego tomar el vagón rápido a Huancavelica.

Llegó a la Estación cuando los pasajes se habían agotado. Solo le quedaba tomar el tren macho “que salía cuando quería y llegaba cuando podía” Paulino estaba apurado. El viaje duró mas de nueve horas. En ese largo tiempo, escuchando el movimiento de la vieja máquina del tren, fue tarareando al compás del silencio y el traqueteo pensando en su destino: “trencito macho huancavelicano” Es así como nace este huayno cantado como nadie lo podido hacer, por Leonor Chávez Rojas “Flor Pucarina”.

Aquí la letra de este legendario huayno:

Trencito macho huancavelicano
pituchayquita tocaycapullahuay
porque ya me voy a tierras extrañas
llevando el quipe de mis esperanzas

Huancavelica tierra del mercurio
despedillahuay taita dios sutimpi
a donde vaya no podré olvidarte
en mi corazón estarás presente

Fuga:
Jampas sutipi trabajamullasaq
causaspalla cutimullasaqmi
trencito macho en caso me dejes
tendré que partir por la carretera

Adios nillahuay Villa de Oropesa
kay sonqollaypi siempre llullasqaiqui
ripucuchkani, pasaqcuchcan nimñan
kay tren machuwan tajraj tajraj nispa

El llamado Tren Macho de Huancavelica, se empezó a construir en el año de 1915 por la compañía American Bridge, cuyo destino proyectado era la ciudad de Ayacucho.

En plena construcción del ferrocarril, el abogado huancavelicano Celestino Manchego Muñoz inició una dura batalla en el parlamento con el fin de convencer al gobierno de aquella época, que era mas importante, transportar minerales como el oro, plata, cobre, plomo, zinc, cinabrio, etc. para enriquecer al país que algunos frutillos de Ayacucho como lúcuma, tunas, pacaes, paltas, etc.

Su gestión tuvo eco de los gobernantes y la línea férrea cambió de rumbo hacia la “Villa Rica de Oropesa”.

Tiene un recorrido de 128 kilómetros entre Huancayo y Huancavelica pasando por pintorescos lugares. En su ruta de viaje podemos apreciar bruscos cambios de paisajes por quebradas y hondonadas, pasando por puentes y hermosos pueblitos como: Huayucachi, Acostambo, Tambillo, Izcuchaca, La Mejorada, Acoria, Yauli etc. Igualmente traspone 38 túneles. En sus inicios hubieron muchos deslizamientos de tierras por lo que dificultaba el cumplimiento de un horario. Por esta razón se decía que el tren macho “sale cuando quiere y llega cuando puede”.

Artículo de Antonio Muñoz Monge, publicado en la revista "Festival", julio de 2005.