viernes, 31 de octubre de 2008

PRODUCCIÓN AGROPECUARIA EN TAYACAJA



Tayacaja es una provincia poseedora de climas variados lo que convierte sus pisos ecológicos en terrenos apropiados para la agricultura y para la ganadería. Esto se puede ver en estas tierras por la abundancia de la ganadería, la crianza de cerdos, la producción de truchas en piscigranjas, la crianza de animales menores como el cuy, la producción de miel de abeja, y la gran variedad de papas (300 especies).

Igualmente la producción del maíz de buena calidad, la producción de maca en zonas de baja temperatura, la producción de frutales, y plantas aromáticas, la producción de alcachofas y otros productos de gran demanda.

(imagen: "Arando" de Gladys Almadoz)

A continuación, extracto del documental “Tayacaja” dirigida y producida por Ricardo Eufracio Peña.


martes, 28 de octubre de 2008

POEMA A PAMPAS

VALLE PAMPINO

Nativo valle de belleza prodigiosa,
tallado en el yunque de la meseta andina,
tan orgullosa como tu progenie pampina,
despiertas todos los días muy afanosa.


Reposa en tu seno cual agónica serpiente,
el legendario y eterno Río Tonto
como esperando el invierno para de pronto,
rehuir de su misterioso canto silente.


Enmudecen propios y extraños,
contemplando tan incomparable belleza,
que Divinas manos minió con destreza,
perennizándolo a través de los años.


Tus ígneas tardes de diáfano colorido,
tienden el nimbo terso de estreno,
buscando para dormir en el seno,
de tu oscura red de astros encendido.


Desde tus villorrios ricas tradiciones,
renacen entre voces y cantos;
santiagos y carnavales de saltos,
son tus renuentes diversiones.


Pampas, querida tierra mía
cuna de amores y noches sin final,
enarbolo tu nombre tan original
entre notas de canora melodía



Autor: Prof. Miguel Ángel Alarcón León
De: Cuentos Andinos y Poesías
Edit. Sept. 2008
Segundo Lugar en Concurso Provincial de Poesía de la Municipalidad de Tayacaja, año 2004

viernes, 24 de octubre de 2008

UBICACIÓN DE TAYACAJA






Pampas es la capital de la provincia de Tayacaja, se ubica en la margen derecha del río Opamayo, a 3,269 m.s.n.m. y tiene las siguientes coordenadas geográficas: Longitud: 74º 52’ 16’’ Oeste de Greenwich, Latitud: 12º 24’ 20’’ Sur.

Tayacaja tiene una superficie de 3370.6 Km2. De acuerdo al Censo del año 2005, Tayacaja tiene una población de 104,378 habitantes (INEI), y una densidad de 31 hab/km2. La distribución de habitantes por distrito es la siguiente:
Acostambo: 5072 hab.
Acraquia: 5061
Ahuaycha: 5939
Colcabamba: 21593
Daniel Hernández: 9745
Huachocolpa: 3761
Huaribamba: 7962
Ñahuinpuquio: 2599
Pampas (capital): 12269
Pazos: 7985
Quishuar: 1023
Salcabamba: 5415
Salcahuasi: 3811
San Marcos de Rocchac: 3101
Surcubamba: 5098
Tintay Puncu: 3944

El área de la provincia de Tayacaja es un territorio fuertemente accidentado que se encuentra entre las cordilleras Occidental y Oriental de los Andes, en la región central del país. El punto más alto del área se encuentra en los cerros de Azapara con 4,874 m. de altitud, mientras que el más bajo queda en el fondo del valle del río Mantaro, en la parte nororiental con solo 911 m.s.n.m.; de este modo el relieve máximo es de cerca de 4,000 m. Esta gran diferencia de nivel determina una variedad de climas, desde el frígido propio de las altas montañas, hasta el templado de los valles andinos y el semitropical de ceja de selva.

Gran parte de los poblados y comunidades de la provincia tienen acceso a tres pisos ecológicos (frío, templado y cálido), condicionando la variedad de la producción agrícola desde tubérculos andinos, cereales, leguminosas hasta plantaciones de frutales y caña de azúcar. Sin embargo, algunos poblados tienen control predominante sobre tierras frías donde las condiciones ecológicas sólo favorecen el pastoreo y en menor escala la agricultura, y otros sobre tierras templadas y/o cálidas, los cuales están más íntimamente asociados con la agricultura. Igual variedad presenta la ganadería. Crían auquénidos, ovinos, caprinos, porcinos, vacunos, équinos, cuyes y aves.

Pampas es una de las ciudades más importantes de la región central del país. Cuenta con hermosos atractivos como la Plaza principal, la iglesia San Pedro, el Parque Ecológico de Chalampampa, el Ovalo de Rumichaca, la Alameda Grau, el Mirador del Cerro San Cristóbal entre otros. Cada 21 de junio alberga a todas las autoridades y pobladores de Tayacaja para celebrar la fecha de su creación política.

Tayacaja cuenta con exquisitas riquezas turísticas, naturales y culturales que se refleja en los hermosos parajes que se encuentran en la provincia. Cuenta con 16 distritos con variados climas por su ubicación en distintos pisos ecológicos.

Son famosos los carnavales de Ahuaycha donde se danza el tipaki tipaki, los caminos del inca y la ciudadela de Ayaorcco en el distrito de Daniel Hernández, las verdes y hermosas campiñas en Acraquia, la Central Hidroeléctrica del Mantaro y la Represa de Tablachaca en Colcabamba, que además cuenta con hermosas cataratas y restos arqueológicos, o en el distrito de Pazos considerado como la cuna de las papas nativas, contando además con cuevas con pinturas rupestres formando un milenario circuito turístico.

Igualmente el distrito de Acostambo, tierra del escritor Sergio Quijada Jara, cuenta con las cataratas de Paccha, la cueva de Tambo Machay y rocas con restos de fósiles marinos. Destaca Salcahuasi por su variado paisaje de montañas y bellas colinas, y la riqueza de su folklor propio del lugar.

Casi todos los distritos de Tayacaja guardan restos arqueológicos de importancia como Quishuar, Ñahuinpuquio, San Marcos de Rocchac, Salcabamba, y Surcubamba. También se pueden apreciar hermosas lagunas como la de Huari en San Marcos de Rocchac, y la laguna de Ocllacocha en Huaribamba.

Y si se trata de belleza, está el distrito de Huachocolpa, el cual guarda en su territorio recursos turísticos importantes ligados al ecoturismo y al turismo de aventura, encontrándose en este distrito el Bosque Amaru, considerado el paraíso de las orquídeas. Uno de los distritos del nororiente de Tayacaja es Tintaypuncu, considerado la reserva ecológica de Huancavelica, famoso por sus hermosos parajes y bosques naturales, donde albergan animales en extinción como el oso de anteojos o la nutria.

A continuación un video donde se describe en imágenes, la belleza de la provincia de Tayacaja.




Los datos del video en: http://es.youtube.com/watch?v=P18Zbsd6VsY

martes, 21 de octubre de 2008

SAPOSAQTA: PRIMER AÑO


Hace un año nacio Saposaqta, apelativo tradicional de los nacidos en Pampas Tayacaja. Nuestro objetivo es difundir el arte, el conocimiento y la cultura de Tayacaja publicando diversos artículos, que –en un inicio- ya existían, y solo necesitábamos agruparlos en este blog. Luego fue surgiendo la necesidad de la creación propia, así como la investigación más acuciosa. Es así que en todo este año hemos podido mantener actualizado el blog.

Nuestro agradecimiento a todos los que colaboran con el blog y hacen posible la renovación constante de este espacio virtual, así como los que han sabido valorar este esfuerzo.

En este segundo año, esperamos profundizar en las investigaciones sobre temas poco conocidos de las diversas expresiones artísticas de Tayacaja. Asimismo presentaremos obras de la literatura tayacajina, tanto de sus representantes ya consagrados como de los que recién empiezan. Es por ello, que Saposaqta (es) será un medio para la difusión, y lo que buscamos es precisamente que la mayoría conozca más acerca de todo el acervo cultural de Tayacaja.

Hoy publicamos un resumen del artículo que presentamos el año pasado titulado: “El Sapo en la Cultura Andina”. Creemos que su lectura nos permitirá conocer aspectos importantes sobre este batracio muy común en Tayacaja.

EL SAPO EN LA CULTURA ANDINA

Visión y Función del Hamp’átu [Sapo] en la Cultura Indígena Andina: Una Lectura de Simbologías y Significados.

Al sapo en el ande, lingüísticamente los quechuas, denominan como hamp'atu (sapo), y éste es un batracio que goza de muy buena estimación, porque, en la visión de la cultura andina, tiene un significado simbólico, cuya lectura la podemos hacer a partir de seis aspectos:

Primero en el campo de la representación espacial, el sapo simboliza a la Pachamama (Madre Tierra). La madre tierra es simbólica y mitológicamente es representada por tres animales, el sapo, el lagarto y el puma.

Por lo tanto, la representación mitológica del sapo es de reproductor, por simbolizar a una de las deidades andinas de máxima potencialidad reproductiva como la tierra.

Existen testimonios que dan cuenta que el sapo vive dentro de la tierra y que solo salen cuando es tiempo de lluvias, para cuidar las chacras, porque es el espíritu de la misma Pachamama (Madre tierra).

Esta expresión que nos hace el runa indígena andino no es otra cosa que producto de la capacidad de observación de la conducta del batracio, y realmente tiene el sapo una capacidad de resistir un período de hibernación prolongado dentro de la tierra, para salir en temporadas propicias como cuando es tiempo de lluvias.

Por lo tanto, el sapo en los andes, es un símbolo de la tierra que participa activamente en los procesos de producción de los frutos de las chacras, es decir esta articulado al proceso de trabajo campesino a modo de un potencial hortelano, con la misión de cuidar el fruto que da la Pachamama (Madre Tierra). Por esta razón que el sapo es objeto de ofrendas rituales y representaciones en monumentos, como las halladas en algunas localidades o ciudades como Oruro en Bolivia, Pampas en Tayacaja (Huancavelica) Es también representado en los tejidos tradicionales como en Taquile.

Segundo: El sapo oníricamente representa “qollqi” (dinero), es decir, el runa que sueña con muchos sapos, es porque va ha tener dinero.

Si el sapo es representante de la Pachamama, la que alimenta a sus hijos runas con sus hierbas, sus frutos y su carne, con su agua y sus materiales, también en construcción de sus viviendas para el abrigo de sus hijos, es lógico pensar que toda riqueza para nuestro sustento viene de ella; también la plata y la suerte, especialmente en el negocio. Todos estos aspectos a las claras nos muestran que el sapo en la cultura andina es motivo de reverencia ritual y simboliza a la Pachamama como riqueza y bienestar económico.

Tercero: En la dimensión ritual, el sapo es uno de los inspiradores y motivadores rituales que se distribuye y se difunde a nivel latinoamericano, así por ejemplo, en el Santuario de la Virgen de Copacabana, en ese lugar en la festividad del 5 de Agosto, los peregrinos adquieren el sapo con fines benéficos, como tener bienes duraderos, plata o dinero, trabajo, el sapo es confeccionado de arcilla o de piedra envuelto con serpentina y por lo general es atado a un objeto pequeño de la figura votiva.

Cuarto: El sapo interviene a través de su actitud, como uno de los indicadores de la conducta del tiempo, es decir como un agente meteorológico, en la que los runas andinos se fijan con mucha atención para programar sus actividades y labores cotidianas en su chacra.

Por estas razones el sapo se presenta al runa andino como un agente sagrado inspirador de una fuerza simbólica y su eficacia ritual para la producción en los procesos de la economía andina.

Quinto: El sapo en el sistema médico indígena andino tiene presencia de dos formas: a.- Como medio negativo, porque es portadora de brujerías, por lo general lo usan para representar a la misma víctima. b.- Como medio benéfico o positivo, el sapo en el sistema de la medicina indígena andina, interviene como remedio en los procesos de terapia. Como se puede observar, el sapo es un medicamento, pues se le usa para frotaciones corporales. Estas frotaciones se le denomina como “limpia”, o “muda”, que tienen la función de ser profilácticos – ordenadores, y tienen la función de succionar la enfermedad.

Sexto: El sapo simbólicamente es integrante de la constelación de nubes oscuras de la astronomía de los indígenas andinos quechua hablantes contemporáneos. El éxito de los cultivos, y con ello la supervivencia de las comunidades indígenas andinas, depende de la interpretación correcta no solo de algunos indicios aparentes tales como el volumen de lluvias, temperatura y patrones eólicos, sino también de aquellos mensajes más sutiles trasmitidos día y noche por los cuerpos celestes. Por consiguiente los runas proyectan la figura y forma del hamp’atu [sapo] sobre las estrellas en el ordenamiento de estrellas en constelaciones.

Finalmente, un dato que alarma, durante mis últimos trabajos de campo, vengo recolectando información que sostiene, que el sapo esta desapareciendo. Esta información primero la hallé en Llalli, Melgar – Puno, luego en Santa Rosa, Melgar – Puno. Así también en las comunidades indígenas andinas de Yanaoca, Canas – Cusco. Ahora en las comunidades indígenas andinas de Pampas, Tayacaja – Huancavelica. Hallamos la misma información de la desaparición del sapo, en Huamanga – Ayacucho y finalmente en las comunidades indígenas del Pitumarca, Canchas – Cusco.

En Pampas provincia de Tayacaja en Huancavelica, lugar considerado zona ecológica del sapo y a la que la municipalidad le hizo incluso un monumento, allí también registramos que los sapos están desapareciendo, la razón nos dice una enfermera de Tayacaja, se debe a que se esta usando o se ha abusado de mucho componente agroquímico que afectó el organismo de los sapos. (Pampas, Tayacaja – Huancavelica 12 de Junio de 2006).

FUENTE: "Volveré" Revista Electrónica de la Universidad Arturo Prat de Chile. Nº 24 Marzo de 2007, Año IV.
AUTOR: Efraín Cáceres Chalco, Antropólogo y Comunicador Social
Versión Editada por SAPOSAQTA

viernes, 17 de octubre de 2008

Sergio Quijada - Recopilaciones

Dos audios inéditos, recopilados por Sergio Quijada en la década de los 60, de propiedad de la familia Quijada Jara, cedidos gentilmente para este blog.

MEMORIA DE UNA PASION


Existe un desconocimiento prejuicioso sobre la manera de ser del poblador andino, a quien generalmente se le considera parco, huidizo, melancólico, patéticamente triste. Sin embargo, el humor andino posee una especial e ingeniosa ironía, una enjundiosa manera de utilizar las palabras, de entregarles una intención juguetona, fundamentalmente cuando se habla en quechua, que es riquísimo en recursos metafóricos, en sugerencias y sobreentendidos.

Ejemplo de lo que afirmamos son los trabajos del gran estudioso de nuestra cultura popular Sergio Quijada Jara con sus adivinanzas e insultos en quechua, su trabajo Lenguaje del trago publicado en 1965. En 1944 entregó su fundamental libro Estampas Huancavelicanas, hermoso y vital compendio del espíritu de este pueblo, con sus fiestas, costumbres, leyendas. En 1955, La coca en las costumbres indígenas, reivindica la hoja sagrada.


Luego vino en 1958 su monumental trabajo Canciones del ganado y pastores, con prólogo del insigne americanista francés Paul Rivet, quien escribió emocionado “Estos 200 cantos en quechua, son una gran contribución al folclor, a la lingüística y al conocimiento del alma india. Dos años después, su libro Cantuta flor natural del Perú, exterioriza su gran amor por esta flor símbolo patrio, que cultivaba en su huerto familiar.

Artículo de Antonio Muñoz Monge en el diario La Primera del 15 de octubre del presente, con ocasión de inaugurarse una exposición fotográfica en su homenaje (del 15 al 30 de octubre en la galería Yachay de Independencia - Lima). Esta exposición reúne fotografías de su archivo personal y se presentan en formato ampliado. Esta es una oportunidad de conocer aspectos claves de su vida y obra. (Fin)


Sirley Ríos Acuña es historiadora del arte y curadora de la muestra. Ella escribió respecto a Quijada Jara lo siguiente: “Uno de los intelectuales más representativos del siglo XX en la sierra central del Perú fue don Sergio Quijada Jara, quién asumió la defensa y revaloración de la cultura popular andina a través del registro escrito, fotográfico y sonoro de las diferentes manifestaciones del patrimonio cultural material e inmaterial. Fue un incansable viajero y cronista de su época. Este ilustre abogado, asentado en la ciudad de Huancayo, dedicó su vida a investigar los diversos aspectos artísticos y culturales del ámbito rural y citadino, principalmente de Junín y Huancavelica, las zonas donde transcurrieron sus vivencias. Su aporte se encuentra en sus escritos donde recopiló las informaciones de los propios protagonistas y plasmó sus reflexiones teóricas en un momento en que no se valoraba la cultura popular andina. Esto lo hace merecedor de innumerables reconocimientos.”

La producción intelectual de Sergio Quijada se dio a conocer en libros, folletos y artículos periódisticos publicados en el Perú y el extranjero. La mayor parte de sus escritos estaban dedicados a las manifestaciones culturales consignadas por entonces dentro del folklore. Sus estudios sobre el folklore tuvieron acogida entre quienes defendían el indigenismo y en nacionalismo, y sentarían las bases para el desarrollo teórico y metodológico de esta disciplina (Sirley Ríos).

martes, 14 de octubre de 2008

EL GALGO DE UYSUS


Saposaqta presenta esta vez una obra nueva en el género narrativo. Se trata de un cuento de Miguel Ángel Alarcón León (40). Él es pampino de nacimiento, profesor de Matemática y Física, graduado en la Universidad Nacional del Centro del Perú, y actualmente se desempeña como especialista en Educación de la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) de Tayacaja. Alarcón publicó en 1986 un poemario titulado “Amor en primavera”. En setiembre de este año publicó su libro “Cuentos Andinos y Poesías”, del cuál extraemos “El galgo de Uysus” donde se aprecia su capacidad narrativa, la misma que describe la historia con un lenguaje sencillo y profundo en contenido.

EL GALGO DE UYSUS

De cualquier parte de Pampas, si elevas la mirada hacia el norte, observarás un alcor de singular performancia, parece un picacho, concluye en una puntita, y hasta alguna vez confundieron con un volcán; ese cerrito que a la distancia se ve, se llama Uysus. Por sus al rededores en las partes bajas bufandean lugares como Ccasapata, Qonchapallana, Pueblo Libre, etc.

Uysu, para los quechuas, es el codo que forma el mango de la chaquitaclla en su parte más alta. Los antiguos lo llamaron así, por tener el cerro la forma de codo; pero castellanizado lo llamaron Uysus; pareciera tocar el cielo. Por su singular forma se ve cual atalaya, del que se domina todo el valle y hasta se controla la imagen del majestuoso Yanapadre; en cuyas laderas reposa el ancestral e inolvidable Viñas. Los antiguos pobladores ocuparon las zonas más altas en su propósito de controlar sus ganados y siembras; de ese modo, también no eran vulnerables a las inundaciones y huaycos, además infranqueables para las épocas de guerra.

Al caer el imperio Wari en los albores del siglo XII D.C.; los Chancas entraron en apogeo; poblaron principalmente las regiones de Apurímac, Ayacucho y gran parte de Huancavelica. A diferencia de los waris que tuvieron ciudadelas; los Chancas vivieron en pequeñas comunidades proliferadas en las partes más altas de los lugares que estaban bajo su dominio; tenían dos jefes de comunidad, uno para la época de paz y otro para la guerra; tal es así que en su intento de querer expandir sus dominios hasta la región Cuzco, fueron derrotados en una cruenta batalla por los Quechuas; quienes al mando de Pachacútec sometieron todos los dominios Chancas, desapareciendo para siempre esta cultura en los epílogos del siglo XIII; cuando en el viejo mundo, La Santa Inquisición hacía de las suyas.

En Uysus existen vestigios de pobladores antiguos; hay ruinas de construcciones circulares de piedra y barro; tan igual que en Ayaorcco; cuevas donde sepultaban sus muertos en las partes inaccesibles, con restos humanos y de vasijas de barro; hasta un enorme molino de piedra; posiblemente de la Cultura Chanca. Los lugareños que tientan llegar a esos lares, hacen sus pagas para evitar los daños y rendir pleitesía al Apu, dios tutelar de la cultura andina. Al llegar los españoles, lo consideraron como dominio de los gentiles y para librar al gran Uysus del espíritu de los demonios, obligaron a muchos indios de la zona y a fuerza de sometimiento hicieron colocar una enorme cruz de madera en la misma cumbre como señal de aplastamiento, un dios sobre otro. Hasta hoy los pobladores de Hualhuayocc veneran cegados por la fe católica y levantan todos los años llevados por los quirmas a tan accidentado lugar como prueba de fe, valor y fortaleza.

Entre esos riscos cubiertos de espinos, charamuscas, tayas, cactus y abundante ichu que han cubierto casi por completo las ruinas; se chamuscan muchas historias y cuentos repletos de tetricidad y aventuras como la que sucedió hace algunas décadas atrás, cuando por entonces las cosechas de cebada, trigo y otros cereales se hacia mediante el pisoteo de baile, llamado Huaylas de trillar; hombres y mujeres de toda edad se reunían en las noches de luna y bailaban sobre el producto tendido en las pampas preparadas especialmente, llamadas “eras”; cantando los festivos jarawis y calentados por algún licorcito de la zona.

Era una de esas noches de plenilunio, el viento de la tarde otoñal había dejado límpido de nubes el cielo andino; en esa cumbre cubierta de frío serrano se habían apagado los trinos y encendido los grillos. A lo lejos se oían uno que otro alarido monótono traídos por alguna ligera ráfaga de viento viajero que se perdía en las crestas de los abismos del gran Uysus.

Todo estaba en calma, los jóvenes iniciaron con la faena de trillar la cebada del viejo Abraham; los varones provistos de palos curvos para golpear la cebada y las mujeres con unas horquetas para voltear la paja. El silenció se alejó del lugar por los cantos y jarawis propios de la costumbre ancestral, se formaron las rondas y todos a triscar. La noche estaba despierta en aquel pequeño lugar del planeta; el disco plateado de la luna se arrimaba hacia el cenit borrando cada vez más la pálida sombra de las montañas orientales. Los macctas seguían con su faena infatigable y las pasñas cantaban hasta ronquear sus gargantas que solo se remediaban con un trago de caña.

Era preciso un descanso, todos se pusieron a picchar su coquita, entre risas y chascarrillos; en un instante el silencio empezó a reinar, sin presagiar que a esa hora de la noche, cuando la luna ya se colgaba en lo más alto de la bóveda estrellada, se oyó de pronto por las crestas de Cullcusmoqo un silbido agudo y profundo que hizo resonar a los cerros con su eco; todos estremecidos empezaron a temblar por el extraño y horrible chiflo que por los oídos penetraba hasta sentirlo en la médula de los huesos; el aire empezó a zumbar y chocar estrépitamente contra el tejado de las casas y como en fracción de segundos desapareció. De pronto y ya más cercano se levantó un alarido tremendo que parecía un grito de dolor arrancado de las entrañas de la humanidad con horror, hasta formar los ecos lastimeros en las montañas. Los perros de las casas aledañas al camino saltaban en jaurías a destrozar al “viajero”, pero extrañamente volvían a sus casas gañendo como si pegados por una pedrada. El ambiente se tornó tétrico, nadie decía nada, sus cabellos estaban hirsutos de horror; en unos instantes todo pareció animarse, pero con un movimiento galvánico que imprime a la muerte contracciones que parodian a la vida y como si entre sueños se volviera a la calma; todos se miraron unos a otros – imataq chayqa- ¿Qué cosa es eso? – se decían; mezclando sus sentimientos entre asombro y horror observaban atónitos la entrada del camino que sigue a Cheqchecancha a pocos metros de la “era”, separado por una acequia.

Una vez calmado el ambiente, comenzó a oírse un acorde lejano de pisadas sigilosas que pudiera confundirse con el zumbido del aire; pero que cada vez se hizo más perceptible y apareció tras una sombra, una silueta casi inofensiva de un enorme perro galgo de color negro; sus largas orejas y colgantes era vistoso a la luz lunera; detuvo por un instante sus patas largas y continuó misteriosamente su camino después de echar una mirada brillosa. Teodomiro; el de la barba roja, se levantó como impulsado por un resorte, cogió su palo curvo y se fue tras el “animal” ante la mirada atónita y espantada de los trilladores.

En el recodo del camino ya estaba por alcanzar a la enorme “bestia” para golpearlo, cuando éste se detuvo; empezó a sentir temor el osado gañán; pero su miedo luchaba aún con su valentía de ebrio, se acercó más, pero, fue grande su horror al ver el rostro del “galgo”, sus blancos colmillos sobresalían de sus descarnadas mandíbulas, de las oscuras cavidades de los ojos de su calavera brillaba una extraña luz de fuego y tenía un olor nauseabundo. Sus nervios saltaron por una emoción tétrica, chocaron sus dientes, le asaltó un temblor corporal imposible de controlar, hasta sentir un frío profundo que caló sus huesos, con violencia latió su corazón y al zumbar agudamente sus oídos, cayó a tierra sin conocimiento y no vio más…

Al ver que Teodomiro no volvía, sus compañeros llenándose de valor fueron en su búsqueda y hallaron tirado en el camino sin conocimiento, pálido y botando espuma por la boca sumido en un delirio profundo. Le acudieron con los auxilios primeros, pero se recuperó de los delirios al cabo de unos días.

La noticia se supo en todo ese lugar; pues al día siguiente encontraron por el camino, muchos perros mordidos el cuello por enormes colmillos, desde entonces los lugareños temieron por los perros finos y es costumbre hasta ahora por ese lugar no criarlos. Si vas por Qasapata solo encontrarás en todas las casas, perros chuscos dedicados a la ovejería…

Autor: Prof. Miguel Ángel Alarcón León
De : Cuentos Andinos y Poesías
Edit. Septiembre del 2008

Imagen: "Isla de perros", óleo de Fernando Aceves Humana

viernes, 10 de octubre de 2008

FIESTAS DE ORIGEN HISPÁNICO


La primera parte del libro [de Sergio Quijada: "Estampas Huancavelicanas"] ofrece una reseña de las fiestas patronales de los puebbs de Huancavelica: las del Niño Callaocarpiño, del Niño Ojje, del Niño Perdido, de la Navidad, de San Sebastián, de la Semana Santa y de las cruces, celebradas en la misma capital; y del Señor de Acoria, Virgen de Lircay, Virgen de lzcuchaca, señor de Jechjamarca, etc. Lo que más llama la atención de estas descripciones es que se trata de cultos instituidos por los españoles, muchos de los cuales fueron reelaborados, adaptados, reinterpretados y refundidos por el pueblo andino; y, otras veces, simplemente yuxtapuestos.

El origen de estos cultos lo explica el pueblo mediante leyendas que difieren unas de otras. Según estas versiones, las fiestas, habrían sido promovidas no solamente por los sacerdotes sino también por los dueños de las minas, como el caso del Niño CaIlaocarpiño, junto con su negrito Jacobo Illanes o Puca uchucha, hizo que el cerro de Santa Bárbara y sus adyacentes brindasen las ingentes riquezas mineras que guardan en sus entrañas (p. 20). San Roque, el patrón de Castrovirreyna, está igualmente relacionado con la minería; según la leyenda, es dueño de una rica mina de oro (p.104). Algunas ceremonias como la adoración de los Reyes Magos o la del Niño Ojje, conservan todavía el antiguo libreto de su dramatización (que, muy bien, pudiera ser una reproducción de las Natividades de Juan de Encina o Gil Vicente), reescrito, claro está, una y otra vez, por los fieles. Lo mismo puede decirse de los villancicos, reinvenciones populares, desde su origen en la Europa medieval.

Entre este abundante material sobre fiestas religiosas, el interesado podrá encontrar, de paso, elementos para explicar la historia de la región. La adoración del Niño Perdido, por ejemplo, es una representación simbólica del problema racial y social del negro. Cuenta la tradición que este niño se habría desprendido de los brazos de la Virgen para dirigirse a una hacienda donde trabajaban esclavos de origen africano. La fiesta es, por eso, una exaltación étnica del negro, sobre todo, de sus bailes y canciones (pp. 41-43). La festividad de San Sebastián, la más celebrada en Huancavelica, no es más que la secular escenificación de la batalla de moros y cristianos, que se practica todavía en muchas lugares de México y Centroamérica. En esta danza los actores terminan, a veces, en una feroz pelea.

La fase más importante de todas estas celebraciones es, desde luego, la corrida de toros, que da lugar a una serie de ritos que duran dos y tres días (la recepción de los toros, el velakuy, el arreglo de las enjalmas y la corrida misma).

En algunos pueblos, como Caja Espíritu (Prov. de Acobamba), la epifanía de la Navidad está fuertemente penetrada por el espíritu nativo. Las competencias entre los conjuntos de bailarinas -el pascuachkuson, por ejemplo- no son sino una versión del atipanakuy prehispánico (p.1tK). En estas fiestas, además, es frecuente escuchar hayllis, en vez de villancicos (Cf. Heraclio Vivanco Allende, 17 villancicos quechuas del folklore peruano, Lima, s/f, pp. 54-57).

También aquí tiene una presencia relevante el negro que, por intermedio del conjunto de "los negritos" simula llegar de la costa, con su cargamento de vino y pisco. Su intervención destaca igualmente en la fiesta de Navidad de Acobamba. Un grupo de danzantes se disfraza de negro y actúa en forma jocosa y cómica. Lo que hace suponer que esta costumbre fue promovida por los comerciantes que ejercían el arrieraje entre la costa y la sierra o por las esclavos llevados a las minas (p. 117).

La fiesta es una reconstrucción histórica y social de las formas de trabajo, practicadas en la época colonial, donde están presentes "Los caporales" (que obviamente, personifican a los administradores del mismo nombre), "los chutos" (o sea, los campesinos) y los "negritos": Los mayordomos son, por cierto, los propietarios de las haciendas y de las minas (pp. 117-118).
La fiesta de las cruces es, evidentemente, de origen hispánico y católico. Sin embargo, en ella también puede verse la modificación que sufre la cultura dominante en contacto con la cultura subalterna. Los organizadores del culto (que, por lo general, son las familias más pudientes de la localidad) toman esta celebración como diversión y medio de obtener recursos económicos; en tanto que la masa campesina la asume con una veneración y "una abultada credulidad", según dice el autor, "con la seguridad de que ella representa el santo custodio de las buenas cosechas, la que calma las iras de las agentes de la naturaleza, la que defiende la salud y en la que el arriero deposita su confianza para que durante el viaje no tenga percances ni sea dura la fatiga; para que no le parta el rayo o no sea obstaculizado por los malos espíritus" (p. 62).


Este culto tiene un enorme arraigo en los países andinos, según lo registra el libro La cruz en América de Adán Quiroga. Respecto a esta misma devoción, Josafat Roel Pineda ha dejado valiosas transcripciones musicales de filiación netamente indígena. Hay un caso muy singular en que el mismo culto es practicado en dos fechas diferentes y por grupos sociales opuestas. Es la fiesta de la Virgen Purísima que se celebra en Pampas. La misma imagen es venerada por los indios en diciembre y en enero por los notables. En aquella prevalecen los ritos andinas. En ésta, se reproduce la tradición hispánica feudal. Carvallo-Neto habría podido encontrar aquí un rico material para su estudio sobre las relaciones de castas y clases sociales en el folklore.

El carnaval es otra de las grandes fiestas que se celebran en la sierra y que ha arraigado profundamente en el mundo andino. Hasta ahora, nadie ha estudiado la forma cómo esta antiquísima costumbre (de origen románico y pre-románico), introducida por las españoles durante la colonia, logró fundirse con las fiestas nativas. En muchos lugares del país, el carnaval está totalmente indigenizado, según puede verse en los estudios de Víctor Navarro del Águila, Chalena Vásquez y Abilio Vergara, dedicados al carnaval andahuaylino y ayacuchano, respectivamente. Quijada Jara se ocupa de esta fiesta en varias estampas.
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Manuel Baquerizo: Sergio Quijada Jara y la cultura popular andina.
Imagen 1: Óleo, Titulo: Fiesta patronal, Autor: Hercilia Ylarreta, 1994 / Imagen 2: Óleo, Título: Fiestas patronales, Autor: Vicente Alonso 2007 / Imagen 3: Óleo, Título: Retablo de Jesús, Autor: Alfredo Gramajo, 1930.

martes, 7 de octubre de 2008

35 AÑOS DE LA HIDROELÉCTRICA DEL MANTARO


Ayer, 6 de octubre del 2008, se cumplieron 35 años de funcionamiento ininterrumpidos de la Central Hidroeléctrica "Santiago Antúnez de Mayolo", comúnmente conocida como la hidroeléctrica del Mantaro. Es por ello que nos permitimos reponer este artículo publicado anteriormente en el blog, el cual describe en forma clara y precisa aspectos esenciales sobre esta importante obra de la ingeniería peruana.

Central Hidroeléctirca del Mantaro

La Central Hidroeléctrica del Mantaro es la más grande e importante del país. Esta majestuosa obra está ubicada en el distrito de Colcabamba, provincia de Tayacaja. Representa aproximadamente el 40% de la energía del país y alimenta al 70% de la industria nacional que está concentrada en Lima. A continuación un breve, pero muy preciso artículo informativo acerca de la historia del Complejo Mantaro, compuesto por las centrales hidroeléctricas Santiago Antúnez de Mayolo y Restitución.

Por la década de los cuarenta, el sabio peruano Santiago Antúnez de Mayolo, inició sus investigaciones sobre el aprovechamiento de los recursos hídricos de la zona del Pongor en la sierra central del país.

En 1945, luego de intensa investigación, Antúnez de Mayolo presentó el estudio para la explotación hidroeléctrica de la llamada primera curva del río Mantaro, en la provincia de Tayacaja, Huancavelica.

Entre 1954 y 1961, se realizaron diversos estudios preliminares, a cargo de consultores de EE UU, Japón y la República Federal Alemana, quienes confirmaron el planteamiento de Antúnez de Mayolo.

Es así que en diciembre de 1961 se crea la Corporación de Energía Eléctrica del Mantaro (CORMAN), empresa pública encargada de desarrollar y explotar el potencial hidroeléctrico del río Mantaro.

La Corporación inicia sus funciones en 1963, realizando un estudio comparativo de las propuestas de diversas empresas internacionales. Como resultado, se resolvió iniciar negociaciones formales con el Gruppo GIE Impregilo de Italia, las que se llevaron a cabo entre marzo y junio de 1966.

El Contrato de suministro, construcción y financiamiento del Proyecto del Mantaro se firma el 1 de setiembre de 1966, comenzando a llegar los equipos para la construcción, entre enero y junio de 1967, con lo que se iniciaron las obras civiles.

Dichas obras deberían de comenzar por los trabajos que permitieran viabilizar el complejo en la zona. Un aspecto importante de estos trabajos, lo constituyó la construcción de nuevos caminos que permitieron transportar los materiales y equipos necesarios. Asimismo, la mejora de los caminos existentes, permitió que estos soporten el paso de material pesado requerido.

Se tuvieron que construir grandes campamentos en Mantacra, Villa Azul y Campo Armiño, con el objeto de albergar a los miles de trabajadores que laboraron en la obra. Estos campamentos llegaron a albergar hasta 10,000 personas entre trabajadores y familiares.

La primera etapa del Complejo Mantaro contempló la construcción de una represa en la Encañada de Vigapata, de donde partiría un túnel de 20 KM hasta Campo de Armiño, luego del cual una tubería de presión llevaría las aguas hasta el lugar donde se construiría una casa de máquinas para tres unidades de generación de 114 MW cada una. Esta etapa se inauguró el 6 de Octubre de 1973.



En la segunda etapa del proyecto se instalaron cuatro grupos generadores adicionales a los tres ya existentes y se aumentaron dos tuberías de presión, con lo que se logró alcanzar una potencia total de 798 MW. Esta etapa se inauguró el 1º de Mayo de 1979.

Cinco y medio años después, el 10 de Noviembre de 1984, se inauguró la tercera y última etapa del Proyecto Mantaro, consistente en la Central Hidroeléctrica Restitución. Esta etapa aprovecha las aguas turbinadas provenientes de la central Santiago Antúnez de Mayolo para generar, a través de esta segunda central ubicada en cascada, 210 MW adicionales, con los que se completan 1008 MW en todo el complejo.

Han pasado más de 36 años desde que se iniciaron las obras del Proyecto Mantaro y aunque las obras principales han concluido, se continúan realizando obras de afianzamiento hídrico en la cuenca del río Mantaro y otras obras de mejoramiento del sistema, con el fin de garantizar un buen servicio y llevar más energía eléctrica y con ella el progreso a los muchos pueblos del país.

Las obras del Proyecto Mantaro fueron realmente espectaculares por lo agreste de la geografía y el duro clima reinante en la zona. Más de una víctima cobró este proyecto en su realización y aún hoy, al recorrer las instalaciones del complejo, uno siente el estremecimiento propio de apreciar las grandes obras del género humano.



Ubicación y descripción

La Cuenca Hidrográfica del Mantaro está ubicada en la región central del país y abarca los departamentos de Pasco, Junin, Huancavelica y Ayacucho.

El río Mantaro se origina en el Lago Junín, el cual está regulado por la presa de Upamayo, el reservorio de regulación estacional más importante del país.

Ubicado a 4080 msnm, el Lago Junín tiene una capacidad total de 556 MMC y un volumen útil máximo regulable de 441 MMC.

Debido a la variación del caudal del río Mantaro entre las épocas de estiaje y de lluvias, se hace necesaria la construcción de obras de regulación con el objeto de minimizar el riesgo de escasez de agua y al mismo tiempo optimizar el uso de la capacidad instalada del complejo.

Los excedentes de agua durante las épocas de lluvia pueden ser almacenados y utilizados durante los meses de estiaje, entre mayo y octubre, para aumentar el caudal del río hasta el nivel requerido de 96 m3/seg, cubriendo así los déficits de agua para la generación de energía.

Fuente: Sitio Web de Electro Perú
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jueves, 2 de octubre de 2008

CHALAMPAMPA


CHALAN CHALAN CHALAMPAMPA

Sobre el origen del nombre del barrio de Chalampampa, existen versiones y rumores grandilocuentes. Tierra de artistas, poetas y pintores ¿Qué poemas, y donde están las pinturas? Yo no lo sé, digo: habrá que hacer algo para que brille la cultura.

El tayacajino Ciro Gálvez en su texto “Peruanismo Revolucionario” manifiesta: que Chalampampa es una mezcla de chalán que en castellano significa jinete, y pampa: llanura, o valle.

Al respecto, rescato y recreo los vientos de antaño, porque cuenta que hace tiempo, allá en un año sin fecha, habitaba en Pampas una familia que por tradición eran herreros, los Ruiz; familia que habitaba ese lugar en tiempos en que no habían avenidas ni muchas casas, la pampa era risueña y silenciosa, no había bulla como ahora, con decirles que hasta el aullido del perro podía tener eco y ser oído en todo el valle.

Cada día desde el este al oeste, desde el norte al sur, en todos los rincones del valle, los habitantes oían constantemente el golpeteo de los fierros del herrero, quien fabricaba desde azadones, picos, aldabas y herraduras para los potros que abundaban en aquel entonces. Siempre se oía ese ruido convertido hoy en pueblo, sonaba chalán – chalán – chalán … cuando el herrero golpeaba con su combo los fierros en medio del calor y el cansancio, en el afán de darle forma a sus inventos. Por la persistencia del ruido los oyentes de aquel entonces por humor o por molestia, la llamaron Chalampampa, indicando el lugar de donde provenía el famoso ruido chalán – chalán – chalán … y chalampampa.

Y ésta es otra versión misteriosa de los que solían hablar los ancianos y las abuelas, del barrio con puquial que con su agua fresca calmaba la sed por largas centurias.

Cuentan que una vez, un forastero de estrafalarias y sorprendentes vestiduras, caballero con poncho de vicuña, y sombrero de alas anchas o macora, con espuelas de plata en las botas, un día sombrío de invierno, cuando en toda la pampa, cantaban libertad los sapos en sus dominios, y el río Opamayo se estaba revelando por su silencio, el jinete misterioso solicitó los servicios de un herrero conocido, para que disponga los herrajes de su caballo, de color negro azabache como la sombra.

Cuentan que a partir de esa noche, cuando cabalgaba el jinete desconocido, se escuchaban por esos lugares, y en todo el valle, un ruido espantoso y tétrico; chalán – chalán – chalán . Y aquellos que lo vieron en las noches de luna llena, contaban asustados, como si hubieran escapado de la muerte, que cuando galopaba el jinete salían chispas candentes de las patas de su caballo negro, y del poncho de vicuña y macora del misterioso jinete, antorchas de fuego que iluminaban la noche.

Todos temían transitar durante la noche por estos lugares y aseguraban que se trataba de un misterioso condenado. Decían que cabalgaba arrojando candela y las noches lóbregas de velas y mecheros de aquella apacible zona, se volvieron espantosas.

Desde aquel entonces, los lugareños quedaron marcados y sentenciados con el maléfico ruido: chalán – chalán – chalán … del misterioso jinete condenado.

Cuando cesaron los sonidos años mas tarde, comentaban que el condenado ya había completado su penitencia.

Y así desapareció aquel forastero del otro mundo; pero su herencia vivirá para siempre, chalán – chalán – chalampampa.

FUENTE: “Historias, Mitos y Leyendas en Tayacaja”
AUTOR: Prof. JUAN TABOADA MENDEZ
Tayacaja, Marzo del 2006