lunes, 25 de agosto de 2008

ESCRITORES DE TAYACAJA

Visión permanente del hombre y del mundo

Un caso singular de entrega a la obra propia y a la divulgación de la creación ajena es el de los escritores nacidos en la provincia de Tayacaja, cuya virtual tradición literaria se vertebra desde 1926 con la publicación del libro Los espejos envenenados de Serafín Delmar.

Aquí nacieron los hermanos Bolaños Diaz (Delmar y Petrovick), quienes asumen el movimiento vanguardista, la poesía social, el cuento y la novela proletaria, y editaron las revistas Flechas, Trampolín, Timonel, Hangar y Rascacielos, además de colaborar activamente en Amauta de José Carlos Mariátegui.

Sergio Quijada Jara, en la línea de Arguedas, rescata y difunde con fidelidad los frutos de la sabiduría andina a través de sus libros memorables, entre ellos, Estampas Huancavelicanas.

El escritor y periodista Antonio Muñoz Monge, por su parte, funda y dirige las revistas “Coliseo” y “Festival”, dedicadas al folclore y a las instituciones provinciales; asimismo, José Oregón Morales funda el grupo de arte Tuky para difundir las costumbres y rituales que él rescata y preserva para las novísimas generaciones.

En esa misma admirable asunción de la vocación creadora se sitúan Horacio Monge, César Rodríguez, Zeín Zorrilla, Dida Aguirre, Néstor Taipe, Miguel Martínez Bernardo, Carmela Abad Mendieta, Carmela Morales, Pelayo Lezama y Juana Abad, escritores nacidos en Tayacaja y cuyas obras han merecido el reconocimiento de la crítica nacional e internacional.

Este hecho significativo no solo se traduce en los espacios de la literatura, lo es en el arte, sin duda gracias al ejemplo cardinal del maestro Daniel Hernández, fundador y director de la Escuela Nacional de Bellas Artes nacido en la modesta aldea de Urpay, en el distrito de Salcabamba.

Pintores como Damian Guerrero, Julio y Emilio Cámac, Elias Latoure Zúñiga y César Yauri, valor de la plástica nacional, consolidan esta saludable realidad cultural, que bien dice cuanto hay que trabajar en el Perú para crear espacios culturales y hacerlos perdurar a través de obras que son finalmente el mejor testimonio.
Si como dice Miguel Hernández: "Los escritores son viento de pueblo. Nacidos para pasar soplando a través de sus poros y conducir sus ojos y sentimientos hacia las cumbres más hermosas”, los escritores tayacajinos están vinculados a su tierra con una clara visión universal en el destino solidario del hombre.

Artículo publicado en el Diario La República (21 Feb.1995)
Por Carlos Zúñiga Segura, escritor y poeta tayacajino.

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