jueves, 3 de julio de 2008

EXTINCION DE SAPOS EN TAYACAJA


Tayacaja es conocida a nivel regional por la calidad de las papas que producen sus fértiles campos. Ya en 1866 el sabio italiano Antonio Raimondi, en su recorrido por la provincia hacía referencia a las bondades de las papas de la zona de Tocllacuri, como un producto de calidad solo comparable con las de Carabaya (Puno).

Para obtener esta calidad, un pequeño batracio jugó un rol muy importante. Nos estamos refiriendo al sapo, animalillo de piel áspera de color verde, de ojos saltones y extremidades cortas, convertido en el amigo del agricultor por el rol que cumplía al exterminar a los atacantes de las plantas: gusanos diversos, insectos en fases larvarias, gorgojos en sus muchas variedades.

Sin embargo por la década del sesenta, las tiendas que comercializaban fertilizantes sintéticos se multiplicaron en los diferentes pueblos de la región. El agricultor que antes usaba productos orgánicos tipo la bosta de vaca como fertilizante se convirtió en un usuario más de estos centros comerciales que ofrecían sus productos para combatir las plagas de las plantas, además de ofrecer mayor rendimiento y mejor calidad en el producto final.

Los productos químicos utilizados en la elaboración de los fertilizantes sintéticos, con el transcurrir del tiempo, fueron los causantes de la progresiva disminución de los sapos, quedando su población muy diezmada por esta causa.

Y por si esto fuera poco, el diario El Comercio denunció no hace mucho la captura indiscriminada de sapos para fines comerciales como el consumo de supuestos tónicos para combatir enfermedades como la tuberculosis, el malestar cerebral, el cansancio y últimamente la disfunción eréctil.
De esta manera Tayacaja -y algunos pueblos de la sierra central- se han convertido en proveedores de estos batracios para su comercialización en la ciudad de Lima.

Esta práctica de la venta de brebajes en Lima, originalmente se realizaba con las ranas de nuestra serranía, pero que al ir éstas desapareciendo del mercado, comerciantes inescrupulosos optaron por cazar sapos.

Los falsos “naturistas” dedicados a expender estos “preparados”, se llenan los bolsillos a costa de cientos de ingenuos seguidores que creen en las bondades curativas de este inofensivo batracio. El éxito es tal que se expenden un promedio de 200 vasos diarios por puesto de venta en la ciudad de Lima, los que son comercializados por inescrupulosos cazadores a un promedio de medio nuevo sol la unidad.

Esta práctica es inhumana y empieza con los animalillos mostrados uno encima otro en peceras pequeñísimas en los puestos de venta en mercados de Lima y algunas ciudades de provincia. Para preparar la bebida estos sujetos agarran a los sapos de las patas y los lanzan contra la madera para aturdirlos con un fuerte golpe en la cabeza; luego son introducidos al agua hirviendo para poder pelarlos vivos; así moribundos son arrojados a una licuadora que espera impaciente poder triturarlos ante la total insensibilidad de los presentes. Este preparado es acompañado con un poco de jugo de maca y miel de abeja, produciendo un espumoso brebaje, listo para ser consumido sin ninguna mueca por individuos que creen en sus bondades curativas. Algunos “expertos” solicitan agregar a la licuadora en funcionamiento, un huevo crudo, un poco de kiwicha, y una pizca de aguardiente para incrementar su “mágico poder”.

Los campesinos manifiestan que los sapos han sido y son excelentes controladores biológicos, manteniendo los cultivos limpios de insectos que causan enfermedades a las plantas. La desaparición de estos batracios está alterando el equilibrio ecológico con el consiguiente perjuicio para la actividad agrícola.

Solicitamos a las autoridades de Tayacaja dictar dispositivos de protección a favor de estos indefensos y emblemáticos batracios, por su importancia en la conservación del ecosistema y en la cultura local. (MSF)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En Pampas los sapos son parte de la tradición, de la cultura, hasta un monumento tienen. Es una pena que se estén extinguiendo por la mano del hombre. Propongo que el municipio destine un área reservada de protección para estos batracios. Se puede comenzar con una pequeña área piloto, una especie de criadero con la colaboración de los agricultores de la zona. Es solo una idea!!!

Blog Cultural dijo...

Interesante propuesta, sería bueno detallarla para presentar algo más orgánico y estructurado, un proyecto.

Blog Cultural dijo...

Interesante propuesta, sería bueno detallarla para presentar algo más orgánico y estructurado, un proyecto.