Una
historia común y corriente
En uno de mis viajes por la
provincia, llegué a Locroja para indagar respecto de algunos acontecimientos
ligados a nuestra historia. En el Juzgado de Paz encontré una denuncia
formulada por una autoridad en torno al caso de un Hombre disfrazado de mujer.
El denunciante don
Sinforiano señala que hace un tiempo se presentó en su casa una muchacha
simpática, llena de gracia y aparentemente hacendosa, ofreciéndose para
trabajar en lo que se le mandase. Don Sinforiano sin pensarlo mucho, la aceptó y encomendó las labores de pastoreo
de su numeroso ganado, proporcionándole todo lo necesario para el
cumplimiento de su tarea, incluso le habilitó una choza en medio del campo.
Pasado un tiempo, cuando todos habían
congeniado con ella, es decir, con Victoria Quispe que así se llamaba la
muchacha, esta le solicitó a don Sinforiano que le enviasen a su hija Tomasa,
pues tenía mucho miedo de dormir sola. En efecto, asi fue. Los padres miraban
complacientes la relación entre ambas
muchachas plenas de felicidad y colaboración mutua.
A los dos meses de iniciado el trabajo de
Victoria, don Sinforiano observa que la
barriga de Tomasa crecía, por lo que hizo todo lo posible por averiguar lo que
sucedía, sin dar oídos a las explicaciones que le daba su hija, quien
aducía a cólicos y empachos.
En esas indagaciones se
encontraba don Sinforiano, cuando un dia se aparece por su casa un individuo de Pampa Coris en busca
de un caballo que había desaparecido hace tiempo o que se lo habían robado. Don
Sinforiano le comunicó que el animal estaba en su corral.
Ante esta situación el afuerino
enlazó a su caballo para llevárselo,
recibiendo a cambio la protesta de Victoria, quien en forma airada reclamaba su
propiedad. En esa circunstancia el afuerino encolerizado quiso golpear a la
muchacha y entre los forcejeos se descubrió que no era mujer sino hombre.
Descubierta y sin defensa
alguna, a Victoria no le quedó sino aceptar que era Victor, estratagema
utilizada para abusar de las muchachas y cometer sus robos.
Este descubrimiento causó
asombro e indignación en don Sinforino y su familia, quienes comunicaron a los
caseríos cercanos, avecinándose entonces muchas mujeres para denunciar a Víctor
por los abusos y demandando la paternidad de sus hijos.
Puesto entre rejas Victor seguía luciendo
atuendo de mujer según las autoridades para ejemplo de la comunidad.
Esta historia verídica
sucedida en Locroja en 1942 fue sumamente comentada, y aquí les cuento tal cual
figura en el expedientillo.
Carlos Zúñiga Segura
Colaborador exclusivo de
Saposaqta .
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