“MORISQUETA”
Allá por los
años de mil novecientos cincuenta y tantos, arribó a la bella ciudad de Pampas un personaje de estatura
mediana, porte atlético a pesar de los años, con una calvicie avanzada y cuya
principal característica era un tic
nervioso que consistía en guiñar un ojo
y voltear la cabeza hacia un lado por cuyo motivo obtuvo el significativo
sobrenombre de “Morisqueta”.
Mientras
transcurría el tiempo, nos enteramos que el sujeto de marras era un boxeador
retirado y que quería formar una academia de boxeo, para cuyo objeto solicitó licencia al Alcalde
para utilizar el local de la municipalidad y de esa forma armar su ring de box de acuerdo a los cánones
de ley. Obtenida la licencia, invitó a la juventud a inscribirse y tuvo muchos
discípulos que quisieron emular a Mauro
Mina en el difícil deporte del box.
Fueron largos días de entrenamiento a
los discípulos, con calentamientos, trotes, salto de sogas y técnicas de
ataques y defensa en el difícil y viril deporte
del boxeo...
Entre los
alumnos que más destacaba había un joven
de 20 abriles, de talla regular, cuerpo atlético, nariz prominente y un moño curioso,
cuyo sobre nombre era “Dondeloro”. Este personaje que era miembro activo de la
juventud pampina, se caracterizaba por tener una magnifica voz para cantar
rancheras y huapangos, emulando a Migue Aceves Mejía que lo imitaba perfectamente
hasta en los falsetes, por ese motivo era muy solicitado para llevar serenata a
las bellas pampinitas de la época.
Hasta que
llegó el día de presentar al público los avances de los discípulos de
“Morisqueta” y para ello, nuestro entrenador programó
una exhibición de box entre el instructor y el alumno más aplicado que
justamente era “Dondeloro”. Había un lleno total en el patio de la
municipalidad y los contrincantes hacían sus últimos movimientos de
calentamiento.
En seguida se produjo el ingreso de Kid “Dondeloro” que fue
ovacionado multitudinariamente, se dio una vuelta por el Ring y luego a su
esquina, seguidamente fue el ingreso de “Morisqueta” imbuido por un protector de boxeo que ocasionó críticas por
los entendidos, por lo que no tuvo más remedio que quitarse el protector. El
torneo fue pactado en 10 rounds de tres minutos por uno de descanso.
El primer
round fue de reconocimiento, con conatos
de ataque y danzando, en el segundo ínter cambiaron algunos golpes y el tercero
un poco más, en cuarto round el pugilato
se encendió y hubo un intercambio de golpes por parte de los dos púgiles, que
se daban golpes fuertes y la exhibición pasó a ser una demostración de golpes
demoledores que el ´árbitro tuvo que parar la exhibición y dar por finalizada
el torneo pactado.
Fue una
experiencia muy interesante para los pampinos y los primeros pinitos de boxeo y
la primera vez que se inició la práctica del deporte de box impartida por un boxeador profesional, el
famoso y nunca bien ponderado “Morisqueta”.
Autor:
Hernán Canales Acevedo
Colaborador
de Saposaqta
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