El 5 de octubre de 1914
en el fundo Magdalena de la comprensión del distrito de Acostambo en la
provincia de Tayacaja nace Sergio Quijada Jara. Su primera obra Suspiros
del silencio aparece en 1939, Reliquias
de madre (prosa lírica) en 1941 y ese mismo año publica la novela Deshojando la rosa.
En 1942 obtiene una distinción en los Juegos Florales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos con uno de sus libros más representativos Estampas Huancavelicanas.
En 1942 obtiene una distinción en los Juegos Florales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos con uno de sus libros más representativos Estampas Huancavelicanas.
Había anunciado la
publicación de la novela Los pongos y
el cuento La tragedia de Apanjoraicha que
no las publicó, motivado fundamentalmente por sus trabajos de investigación del
folklore como son leyendas, tradiciones, costumbres, canciones y fiestas,
correspondientes al departamento de Huancavelica y Huancayo lugar de su
residencia habitual.
Sergio Quijada Jara nos
ha legado libros que con verdadera luz para el conocimiento del folklore peruano
y esto sustenta su permanente vigencia, pues, ha sabido sentir y captar la vida
de la comunidad y desde ese espíritu abierto escribir con la honda palpitación
de la existencia humana.
El 28 de marzo de 1957
Quijada Jara publica Canciones del ganado
y pastores con el valioso prólogo
del sabio francés Paul Rivet quien señala que este libro integrado por 200
cantos en quechua y su correspondiente traducción es “sin la menor duda, una
contribución de valor excepcional y no sólo para los estudios folklóricos, sino
también para la lingüística”.
A las palabras de Rivet se unen las valoraciones de Ralph Steele Boggs fundador de la Sociedad Folklore of the Americas, Augusto Malaret filólogo portorriqueño, el italiano Paolo Tosel y el notable estudioso del folklore Félix Coluccio de la Argentina.
A las palabras de Rivet se unen las valoraciones de Ralph Steele Boggs fundador de la Sociedad Folklore of the Americas, Augusto Malaret filólogo portorriqueño, el italiano Paolo Tosel y el notable estudioso del folklore Félix Coluccio de la Argentina.
En 1959 publicamos en
Ediciones Capulí Kantuta flor nacional
del Perú, estudio minucioso y documentado de esta bella flor que realiza
Sergio Quijada Jara, quien en la década del 60 sugiere a su amigo el acuñador y
diseñador de monedas Armando Pareja plasmar la cantuta en
las monedas de 25, 10 y 5 centavos, que todos conocemos.
Importancia y técnica del folklore y la contribución del
indígena (l946),
La coca en las costumbres indígenas (1950), Lenguaje del trago (1965), Las
aves en la tradición popular
(1970),y Taita Shanti (1974) son alguno de los títulos publicados, además de
sus numerosas colaboraciones en diarios y revistas de la capital de la
República, el interior del país y el extranjero.
La vigencia y
florecimiento permanente del patrimonio folklórico expresa nítidamente el pulso
cotidiano de una colectividad. Danzas, canciones, costumbres y tradiciones
asumen el rol propiciador de presentarnos dentro de este concepto, la aptitud
vital de hombres y mujeres en establecer una comunicación venturosa.
En esa perspectiva, el itinerario vital de Sergio Quijada Jara constituye un trascendente testimonio de su amor por lo nuestro, de su pasión en asumir la vocación de recopilar y dar a conocer todas esas expresiones del colectivo andino; por ello, en gratitud a su aporte, una calle en Pampas capital de la provincia lleva su nombre y su recuerdo permanece inalterable en la memoria y el corazón de todos los que lo conocimos y a cien años de su nacimiento, valoramos su obra consagrada a la vigencia de nuestra identidad, capaz como lo es, de permitirnos establecer una comunicación venturosa con el tiempo y la vida.
En esa perspectiva, el itinerario vital de Sergio Quijada Jara constituye un trascendente testimonio de su amor por lo nuestro, de su pasión en asumir la vocación de recopilar y dar a conocer todas esas expresiones del colectivo andino; por ello, en gratitud a su aporte, una calle en Pampas capital de la provincia lleva su nombre y su recuerdo permanece inalterable en la memoria y el corazón de todos los que lo conocimos y a cien años de su nacimiento, valoramos su obra consagrada a la vigencia de nuestra identidad, capaz como lo es, de permitirnos establecer una comunicación venturosa con el tiempo y la vida.
Carlos Zúñiga Segura
Colaborador exclusivo de Saposaqta
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