A través del hilado ancestral denominado Puchka, las mujeres de nuestros
pueblos andinos demuestran sus habilidades y destrezas especiales, en tanto
expresión de su sensibilidad espiritual, sustentada fundamentalmente en las
enseñanzas recibidas de sus abuelas y madres, respectivamente.
Es preciso señalar, que el arte de la Puchka, es ejecutada mayoritariamente
por mujeres; sin embargo, la presencia
de varones en menor escala, le confiere un panorama singular. A los ejecutantes
hombres se les denomina JariPuchkajMachaj.
Por constituir un legado ancestral y ser expresión viva del arte genuino,
es imperiosa la tarea que debemos asumir
en revalorar esta cultura costumbrista, a fin de que no desaparezca del
escenario integral identitario de nuestras comunidades. En esta
perspectiva, son imperiosas las acciones
que debemos asumir sea institucional o personalmente, es decir, convocar concursos a nivel de pequeñas comunidades y regionales,
procurando la participación de nuestras jóvenes como ejecutoras y la
supervisión de los mayores para no alterar su autenticidad.
En el desarrollo de este arte ancestral
se utiliza el Puchkatullu o
Huso, de aproximadamente 15 a 30
centímetros obtenido del tallo de laChecchira
y su grosor deberá corresponder a la mano de la tejedora a fin de que la
habilidad no tenga tropiezos o cauce malestar.
La otra pieza importante es el Piruro o rueca que le confiere el peso
necesario al huso o puchkatullu. Esta pieza redonda con un hueco en medio se
obtiene de la madera denominada Llamapañahuin. En ocasiones se utiliza
en reemplazo del anterior la pieza denominada Checco que viene a ser de piedra pulida o preparada a propósito. Complementa
las herramientas la llamada Callapa u
horquilla que sirve para envolver la lana.
El arte de hilar la puchka se inicia
con el vellón de lana obtenido de oveja,
llama, paco, alpaca o vicuña. El procedimiento de limpiar la lana o quitar los
elementos ajenos impregnados en el animal durante el pastoreo se denomina Escarmentar y su ejecución debe ser
minuciosa, por lo tanto lenta.
A continuación se ahueca el vellón y estira hasta formar un ovillo suelto
que permita holgura en el hilado. Estirando uno de los extremos de la lana se
debe dar dos vueltas alrededor del huso que será sujetado por la mano izquierda
en tanto que la derecha va estirando la lana escarmentada al hacer girar el
uso. En esta ejecución, entre las yemas de los dedos pulgar e índice se ejerce
fuerte presión para que el huso gire en el aire haciendo fibra, mientras que
con la otra mano se va confiriendo delgadez al hilo. Este hacer mágico es una
expresión de arte.
Es evidente que en el constante girar del huso la lana se convierte en hebra
retorcida, fina y grosor constante gracias a la destreza de la hiladora.
Autor:
Carlos Zúñiga Segura
Colaborador
exclusivo de Saposaqta
Imágen: Manuel Suárez
Flores
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