sábado, 21 de agosto de 2010

ARGUEDAS EN PAMPAS TAYACAJA



ARGUEDAS Y LAS HUERTAS DE CAPULI

La vida y la obra de José María Arguedas constituye un prisma cuyas aristas apuntan entre diferentes direcciones para luego interrelacionarse y establecer un estadio cargado de significaciones donde es posible develar las pulsaciones fundamentales de la experiencia humana, enfocadas desde la dilucidación respecto al sentido de la vida, para afirmar al ser que ejercita su diaria aventura de estar en permanente dialogo con el mundo.

Así, en Los ríos profundos los hilos de su memoria nos revelan recuerdos enhebrados cual imágenes de piedra y río. De piedra como base del mundo, pues “la piedra es como hizo Wiracocha al hombre y lo que hace a los cerros” como bien señalan Gladys Marín y Fernando García en “la experiencia americana de José María Arguedas” ; y de río, como gran comunicador “en una ciudad que ya es un privilegiado de la comunicación con lo divino” al que alude Madeleine Gladieu en “Del niño y del rio en Los ríos profundos”.

Los recuerdos de Arguedas en Pampas, capital de la provincia de Tayacaja datan de 1928. Tenía entonces 17 años y cursaba el tercero de media en el Colegio Santa Isabel de Huancayo, cuando su padre decide ejercer la profesión de abogado en Pampas. En un acápite de su relato (Parte II. Viajes) de Los ríos profundos Arguedas relata los acontecimientos ocurridos durante su estadía.

Un pasaje de matiz sentimental nos hace saber de la existencia de “una joven alta, de ojos azules (….) varias noches fui a cantarle huaynos que jamás se habían oído en el pueblo (…) aquella joven que parecía ser la única que no miraba con ojos severos a los extraños”. Hemos indagado al respecto y tal parece que esta joven merecedora de elogios y serenatas con huaynos en primicia sería María Jesús Olano que a la fecha tenía 25 años.

Además de este relato Arguedas escribió dos artículos relacionados con la provincia: El layk'a (Brujo) y La fiesta de la cruz (La Cruz de Pampas) ambos publicados en el diario La Prensa de Buenos Aires en 1941 y 1943, y recogidos en “Indios, mestizos y señores” (Ed. Horizonte, 1989). Existe asimismo una particular interpretación de la canción Trilla de arvejas en Pampas que recoge el casete «Arguedas canta y habla» editado por el Centro de Folklore que lleva su nombre con una presentación del notable charanguista Jaime Guardia.

La relación de Arguedas con Pampas prosigue en el vínculo amical con Sergio Quijada Jara (natural de Tayacaja) «uno de los mejores folkloristas del Perú y amigo íntimo de Arguedas» como señala Alonso Cueto en un artículo referido a la supuesta hija de Arguedas que se publica en El Dominical de El Comercio el 16 de mayo de 1996. Cierto, en un reportaje a Sergio Quijada Jara publicado en La República el 21 de agosto de 1985 dimos a conocer el problema que la profesora Vilma Catalina Ponce Martínez planteó, señalando a Arguedas «como el culpable del embarazo y como tal tenía que asumir su responsabilidad». Quijada Jara en su condición de abogado y amigo, respondió a la confianza depositada por Arguedas y asumió la defensa solucionando el caso favorablemente.

Este vínculo de Arguedas una de las voces mas extraordinarias de las letras peruanas con Tayacaja constituye un sentimiento hecho río en permanente peregrinación hacia las entrañas de la mama pacha del que surgimos cada día para asumir con mayor vigor las coyunturas cotidianas de la experiencia humana.

Autor: Carlos Zúñiga Segura
Fuente: Pampas Tayacaja en la memoria de Arguedas
Oleo de Bruno Portuguéz

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