domingo, 18 de julio de 2010

DESEMPOLVANDO RECUERDOS


DESEMPOLVANDO RECUERDOS DE ANTAÑO

Viajando en la máquina del tiempo mental, me sitúo en los años cincuenta, etapa de la transición de la niñez a la adolescencia, cuando cursábamos nuestros estudios en nuestra querida escuela pre vocacional de varones número 521, recuerdo que nuestro director era don Jesús Acevedo al que le decíamos “ Quillo”, cuyo castigo era darnos un jalón de orejas a jalarnos de las patillas de la sien, nuestros profesores eran don Francisco “Pancho” Ortega, Zacarías Oregón, la inefable y muy temida señorita Isaura Tovar, cuya aula era de propiedad permanente y pasaban los alumnos del segundo año, la profesora Guillermina Vilcahuamán, la profesora Adelina Sánchez de Matamoros, el “Chino” Gálvez y algunos mas que en este momento no recuerdo. En esa edad de dicha la vida se presentaba en temporadas de juegos, se iniciaba el año escolar jugando a los ñocos con bolitas de cristal, seguía el “mundo” en que se tenia que trasladar una rodaja de piedra o teja con la punta del pie a través de un sendero trazado y saltando en un solo pie. luego venían los trompos con sus púas especiales y se jugaba a los “quiñes” o a sacar monedas, después era el runrún con sus bordes bien afilados jugando al “cuchuchi”, en las vacaciones de agosto se hacían volar cometas en Yanama o en Rumichaka, para luego seguir jugando a la “chalaquita” o “cara y sello” con monedas de chico, gordo, medio, real o peseta o en su defecto trozos de loza, luego se ponía la moda las “pelis” y finalmente el bolero. El fútbol se jugaba en todos los recreos y era allí donde destrozábamos los zapatos y ensuciábamos la ropa.


El horario de clases era partido: mañanas y tardes, en que generalmente nos hacíamos la “vaca” por las tardes, para ir a nadar al rio Opamayo, en algunos remansos hondos como el “morro de Arica”, o “la playa de los vaqueros” ; y los policías, que a falta de ocupación iban a perseguir a los “vaqueros”, siendo uno de los mas famosos el muy temido por la niñez de Pampas el guardia Abraham Ávila que se le concia con el apelativo de “Loqchimber” quien los llevaba a la comisaria y entregado a sus padres, previa azotaina . En los recreos nos poníamos a jugar a la “convoyada”, en el local de la cárcel de Pampas que estaba en construcción, cuyas obras se paralizaron durante muchos años.


Algunas veces, era un espectáculo ver a Carlos Martínez mas conocido por el apelativo de “cojo Lacha” premunido de la corneta mayor de la escuela y seguido por los chiquillos que seguíamos al Bando Municipal, en cada esquina se detenía la comitiva y el pregonero leía en voz alta el comunicado del Alcalde a la ciudad.


En esa edad de la vida, en que comienza a formarse la personalidad, se comenzaba también a cimentar grandes amistades del futuro, como no recordar las fiestas del mes de enero en que estábamos al cuidado de la caída de los globos aerostáticos, si caía uno, toda la chiquillada nos abalanzamos y el globo desaparecía, pues cada uno cogía su trofeo, un pedazo de papel de cometa y que lo utilizábamos después para pintar de negro las cara de algún amigo descuidado, protagonizábamos también la lucha de alpuntos, para lo cual llenábamos nuestros bolsillos con las semillas de las papas llamados alpuntos y con nuestros jebes hacíamos la guerra, o en su defecto, cortábamos un tallo hueco de la cicuta y lo convertíamos en cerbatana y los dardos eran los frutos verdes de las guindas, con nuestra cerbatana jugábamos a la guerra en la casa de Abad, una inmensa mansión a medio construir que habíamos convertido en nuestro cuartel general.


Recuerdo muy claramente algunos “opas” que formaban parte del folclore pueblerino tales como Antanco que al decir de los mayores era temido por su descomunal fuerza, pues decían que cargaba costales de papas de cien kilos de peso y que era capaz de pelear fácilmente contra un toro; el otro opa famoso era Mariano que se pasaba la vida haciendo mandados y en las corridas de toros era el torero principal, pues se lanzaba temerariamente al ruedo con un pedazo de tela, que en sus orígenes fue posiblemente poncho, como capa para torear a los ejemplares taurinos, muchas veces fue corneado y revolcado por el animal, pero parece que la suerte siempre le acompañaba, ya que nunca pasó de leves rasguños; otro personaje que llamaba la atención era “Media vida”, nadie sabia su nombre, era un tipo de talla mediana, extremadamente delgado, de ahí su apelativo, no tenia un domicilio conocido y tenia la habilidad de hacer candelabros y ceniceros de lata, para lo cual se agenciaba de latas de leche o aceite y como herramientas tenía una tijera, un cautín y un alicate que le servían no solo para hacer sus trabajos de ojalatería, sino para parchar las ollas, platos y tazas, de muchos hogares que requerían sus servicios.


En aquella época, el rio Viñas traía agua todo el año y las lavanderas lavaban la ropa utilizando, además del jabón, unas palmetas con la que golpeaban la ropa sobre una piedra, mientras nosotros jugábamos en el resbaladero del puente que era el plano inclinado de cemento pulido, después de haber visto con asombro como acerraban los troncos en el aserradero de Enrique Latoure y finalmente, terminábamos la tarde en la piscina de don Eudolfo “Ucuco” Sánchez.


Como no recordar las famosas tardes futbolísticas en la que brillaban Lucho “Chenqo” Monge, Rubén “Chacra” Hurtado, el “Moño” Gutiérrez, Luchito Lazo, Juvenal Monge, Antonio Cano, Víctor Cósser, Eli Pacheco, el “Chico” Torres, el “Negro” Córdoba, el “Chino” Gustavo Monge (recientemente desaparecido) los grandes arqueros que eran nuestros ídolos el “Cachca” Candiotti y Paco Chávez, el primero defendía el arco del equipo “Daniel Hernández” y el segundo del “Centro Unión Tayacaja”. Además de estos dos equipos el “Club Impuestos” y el “San Juan de Pillo” conformaban el firmamento futbolístico de Pampas. Don Gustavo Gamarra, fue siempre líder y pionero del deporte en Pampas y César “La vieja” Morales el primer arbitro que usó muy orondo el uniforme oficial de los árbitros.


Titulo: Desempolvando recuerdos de antaño
Autor: Hernán Canales Acevedo
Imagen: Fundadores del Colegio Nacional San Pedro de Tayacaja

2 comentarios:

camacme dijo...

Mis felicitaciones mi apreciado amigo HERNAN (cullo) CANALES,espero que sigas escribiendo hechos y recuerdos de nuestro querido PAMPAS, un ABRAZO.
V. Raul Cámac Merino (Chipchi)

Raúl Alberto dijo...

Igualmente te hago llegar mis felicitaciones por tu vaklioso artículo. En especial tambien porque se menciona a mi querido padre Paco Chávez, quien siempre comentó a sus hijos sobre su faceta deportiva en Pampas. Apreciaría mucho si tuvieras la amabilidad de tener algunas fotos de aquellos recuerdos.

Saludos cordiales,
Raúl Chávez
nuevaoran@hotmail.com