jueves, 3 de mayo de 2018

LA CRUZ DE LOS CERROS




En los andes centrales  se celebran en estos primeros días del mes de Mayo la Fiesta de las Cruces con bastante fe y tradición. En Pampas igualmente, nuestro cerro San Cristóbal, es testigo de este acto religioso en los meses de mayo. Aun, los que estamos lejos, recordamos a los valerosos “kirmas”  o los cargadores, que heroicamente bajaban la enorme cruz del San Cistóbal para luego de algunos días de homenajes , rezos y devociones, ser devuelto cuesta arriba, hasta la cumbre del cerro, para que desde allí nos proteja a todos los habitantes del lugar.

Publicamos un extracto, de un estudio realizado por el antropólogo Bernardino Ramírez Bautista, sobre este tema, para una mejor comprensión del origen de esta tradicional costumbre

LA CRUZ DE LOS CERROS
La presencia de la Cruz de Cristo en los pueblos y comunidades del Ande peruano, simboliza en lo ideológico-religioso el dominio occidental sobre la mayoría de los pueblos de esta parte del mundo. Como sabemos la fe cristiana fue impuesta por los conquistadores españoles en el siglo XVI quienes con la cruz, los santos, las vírgenes y los cristos lograron dominar la vida y las conciencias de los indígenas.

Fue un proceso largo y difícil, la evangelización y el adoctrinamiento, la fundación de pueblos indígenas en las reducciones toledanas y bajo la advocación de algún santo, los concilios limenses, el Santo Oficio, la Inquisición y la extirpación de idolatrías, fueron elementos que minaron hasta sus raíces la religiosidad aborigen que, no obstante, con sus mallquis, sus pueblos viejos, sus pacarinas, sus huacas, sus sacerdotes y sacerdotisas, sus dioses tutelares resistieron a la imposición hispana durante los siglos XVI y XVII.

 A partir de entonces, los diversos símbolos e íconos cristianos fueron reemplazando a las divinidades indígenas cuya significación religiosa-totémica se fue perdiendo irremediablemente; de esta forma, lo colonial se fue enraizando en el alma campesina, formando parte de su tradición,
de sus costumbres y de la cotidianidad de su vida, convirtiéndose estos elementos coloniales y de dominación en formas de vida popular.

Los antiguos peruanos no tuvieron motivaciones religiosas vinculadas a la cruz, no cabía en su mentalidad que podría elevarse en su cosmovisión hasta convertirse en un ser sagrado, más aún cuando «consideraban que sus dioses hablaban, se comunicaban con ellos y que esos dos palos no hablaban»; es cierto que veían a la constelación que los conquistadores europeos llamaron Cruz del sur, pero para ellos era la constelación de los tiempos vinculada a la experiencia y al calendario agrícola, pues afirmaban que «para comprender al cielo hay que mirar la tierra»
(Millones, 2009).

En Huamantanga encontramos a las cruces en las cimas de los cerros, en sus Apus o Jircas como en Luchuchana, en Huaripa, en los pueblos viejos o mallquis como Ripish, Purunmarca, Quishuar (Tayacaja), Racsa. A estos lugares ancestrales veneraban los antiguos, pero los curas les dijeron que ya no se acercaran a ellos porque los abuelos los agarran y de seguro se enfermarían y, para asegurarse que los indios no veneren más a sus mallquis, los hispanos destruyeron gran parte de los pueblos antiguos, práctica repetida en los años ochenta cuando los de Anduy destruyeron casi por completo al «Pueblo Viejo» para construir una laguna hasta hoy inservible.

Hay cruces en los caminos para proteger a los caminantes del pueblo y a los extraños que llegan o salen; las conopas o mallcos, ídolos para la protección y buena producción de los maizales y papales, también fueron reemplazados por la cruz; a las lluvias, el rayo y el trueno que hacían germinar y florecer los campos se los reemplazó con las cruces Lomeras; a las viviendas para su protección se colocaban cruces en los techos luego del zafacasa reemplazando a las cunuvas llenas de maíz y cereales para que en ese hogar nunca falten.

Fuente: “La Fiesta de las Cruces, expresión del Sincretismo Cristiano-indígena”
Autor: Bernardino Ramírez Bautista
Nota. Este es un extracto del Libro


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