La región central
peruana tiene su fisonomía especial, su característica peculiar en cuanto a
costumbres, creencias, fiestas, supersticiones se refiere; porque todavía se
mantiene en muchos pueblos todo ese matiz de emociones populares, con mas
nitidez y pureza que en otros. En cuanto a las fiestas, sobre todo a los
bailes, por influencia de otras importadas se ha ido perdiendo o fusionándose
en forma tal que no han conservado en su primitivo estado.
El 25 de julio de cada
año, se realiza la fiesta del santiago, fiesta que no es sino del ganado de los
pastores, teniendo como base la superstición de considerar al TAITA HUAMANI,
como dios y señor de los cerros.
Conviene describir un
poco acerca del origen de esta fiesta. Podríase tal vez adelantar en decir que
no la han introducido los conquistadores españoles, sino mas bien a la venida
de éstos los indios trataron de seguir festejando a sus animales bajo la
advocación del apóstol Santiago. Decimos esto porque si es verdad que en
lugares mas cercanos a las grandes poblaciones, por ejemplo Huancayo, los
nativos veneran a este apóstol encendiéndole ceras en la víspera de la fiesta y
conservando la imagen en bulto, en muchos casos con su típico caballo blanco,
con su sombrerito de vicuña y ponchito que muy bien ha estudiado, desde el
punto de vista de la historia, el acusioso investigador y diplomático Rafael
Heliodoro Valle.
En cambio en otras
comarcas, pueblos o comunidades de Tayacaja, también festejan con el nombre de
Santiago pero lo que mas les interesa es realizar la “pagapa” u ofrenda que le
deben rendir al cerro mayor, o a la tierra, porque aún obran con criterio
panteísta pensando que dentro del cerro o en el fondo de la tierra está el
TAITA HUAMANI o TAITA ORCCO, o señor de los cerros que no es sino un hombre
alto de dientes de oro, que usa botas y que reside en un suntuoso palacio,
cuyos designios a favor o en contra depende de la forma cómo los moradores de
dicha comunidad se comportan con él.
Para el etnólogo José
Matos Mar es interesante el estudio de esta fiesta ganadera porque a través de
ella se puede percibir claramente la persistencia de los elementos culturales
antiguos, conocer cómo en el proceso de transculturización se han fusionado las
formas culturales indígenas y alienígenas, cómo han buscado una nueva
configuración que está dando por resultado un mestizaje que caracteriza la
nueva cultura.
Se conoce con el nombre
de “herranza”, continúa Matos Mar, a la fiesta que se realiza anualmente para
marcar el ganado, costumbre introducida por los españoles; cada dueño debe
poner con un hierro caliente sus iniciales en el anca de las reses; es la
señalización de la propiedad individual. Los antiguos peruanos no conocieron
esta forma de marcar sino otra: hacer una señal en los auquénidos, los únicos
animales por ellos conocidos, que consistía en colocar lana de colores (cintas)
en las orejas cortadas.
Esto hace pensar que
nuestros aborígenes dedicaban determinados días del mes de julio a festejar a
sus animales y pastores después de las cosechas de sus productos. A estos
indicios de la última clasificación social -casi parias- que pasaban y pasan su
vida cuidando y pastando el ganado de sus patrones en las punas y en algunos
lugares inhóspitos y como lenitivo a su dolor y angustia, el día de Taita
Huamani o Santiago obtenían y obtienen estos, como regalo de fiesta algunas
prendas indumentarias de inmediata necesidad: ojotas, lliclla, manta, etc.
Como un ablandamiento a
su tragedia esperan con ansias el 25 de julio por ser tanto su fiesta y la de
sus animales a los que están intimamente ligados de alma y corazón. En esta
fecha experimentan las dolorosas gotas de sus sentimientos a través de las
letras de los cantos que el ingenio de sus mentes creadoras han tejido con
exquisita sensibilidad, recogiendo el maravilloso encanto de bello colorido
poético, el eco de la misma naturaleza que convertidos en emotivos poemas
sirven de solaz a sus almas nobles y puras como las aguas de sus puquiales.
Autor: Sergio Quijada
Jara
Fuente: Extracto
literalmente tomado de "Taita Shanti fiesta del ganado y pastores"
(separata).
Revista Hispanoamérica
de Literatura Nº1, Lima, Mayo de 2002.
Imagen:
Filmacion documental en Yananyac (Surcubamba) Tayacaja
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