El 17 de Setiembre se celebra en el Perú el DIA DEL GEOLOGO, aquel
profesional importante para el desarrollo de los pueblos, aquel que
estudia las riquezas que genera la madre
tierra. Los geólogos se especializan en minería, en petróleo y otros de
geotecnia, es decir estudiando el comportamiento de la materia rocosa en
grandes obras civiles como puentes, represas, túneles, centrales hidroeléctricas.
Nuestra provincia de Tayacaja ha contribuido con estos profesionales quienes
brindaron sus conocimientos en grandes proyectos mineros, petroleros y geotécnicos.
Este Blog Saposaqta quiere rendir un sentido homenaje al Ingº Cèsar Landa
Tovar quien elaboró el estudio “Geología del Cuadrángulo de Pampas” para el
Servicio de Geología y Minería en el año 1964. Este valioso documento sirvió
para elaborar el proyecto de la Central Hidroeléctrica del Mantaro. Aquí se
utilizaron aerofotografías donde se mostraban las quebradas y montañas por
donde discurría el Río Mantaro y se pudo conocer que entre las localidades de Kichuas
y Campo Armiño había un desnivel que podía utilizarse para poder trazar un tunel
de 20 Km. para llevar las aguas
represadas entre estos dos puntos y crear una caída de 800 metros para generar
mediante las turbinas una gran energía eléctrica para alimentar a muchos departamentos
del Perú.
Pampas ha dado muchos geólogos al Perú como el ingº César Landa quien nos
adelantó en el viaje al más allá. A ellos nuestro homenaje y gratitud eterna en
este día 17 de Setiembre. Nos permitimos ofrecer esta semblanza de este
profesional.
EL GEÓLOGO
El geólogo es un ser con distintas
personalidades, porque en esta profesión se conjugan vidas difíciles de
compatibilizar: el campo con la ciudad, la naturaleza con la sociedad, el
bullicio con la soledad y las rocas con la realidad.
El geólogo padece frío y calculador, aunque en el fondo es un bohemio
soñador. Mezcla de científico telúrico con aventurero explorador. Pragmático y
viajero, desaliñado y dicharachero.
Apasionado incurable, ermitaño irremediable.
El geólogo es naturalista por vocación, aunque disfruta del fútbol y la televisión. Antisociable y gruñón,
también le gusta la fiesta, el vino y los amigos en reunión. Extrovertido en su
actitud, más prefiere el silencio y la quietud. Tosco, rudo y machista,
aunque tiene sensibilidad de artista. Se
emociona al hallar un fósil o un mineral, pero más lo conmueve la alegría de su
hijo al verlo regresar.
El geólogo lleva múltiples pasiones en sus intimidades, con ellas
mantiene controladas las necesidades, las dolencias, las frustraciones
y las voluntades. Con ellas soporta la
soledad interminable de una huella, en el cansino traqueteo de un mular o en
agobiantes jornadas en solitario
caminar. Con ellas soporta la desazón al dejar la familia, los amigos y el
cómodo sillón.
Prescindir de las fechas, fiestas y cumpleaños para dedicarle al campo los
mejores años. Ausentarse largos períodos
por un salario fijo, demasiado
tiempo para no ver a sus hijos. Y cuando
está tranquilo en su casa con los que ama, siempre está pensando en volver a la
Pachamama.
El campo es su laboratorio, unas rocas le sirven de escritorio, la carpa o
el trailer es su oficina, allí le pone el cuerpo al clima. Sobrevive en el
desierto, en la selva o en el hielo.
Duerme en un catre, en una lona o en el suelo, se aguanta el frío y la aridez,
el viento y la tierra, le da lo mismo el calor, si llueve o si nieva.
El geólogo se desempeña en toda nuestra geografía. En el frente de una
cantera o en el fondo de una mina, en un dique o en una usina. En la Antártida
o en la Puna, en el Aconcagua o en la Payunia. En el fondo del mar o junto a
una máquina de perforar. Y cuando está en el laboratorio o en la oficina, añora
aquellas dosis de adrenalina. Y cuando vuelve del trabajo estresado, extraña
las noches bajo un cielo estrellado, con la mirada perdida frente al fogón
extasiado.
El geólogo es multifacético por
necesidad, le hace a todo oficio ante la
adversidad. Escalador y montañista, mecánico y electricista, capataz y obrero, fotógrafo, cantor y guitarrero. Técnico
y matemático, dibujante e informático, baqueano y naturalista, poeta y artista,
psicólogo y enfermero, cocinero y curandero.
Muchos geólogos dieron la vida por esta arriesgada profesión: un desplome
en la mina por una inesperada explosión, un barranco traicionero por escapar
del aguacero, un vuelco en la huella por mirar una estrella. Una
descompensación en altura por trabajar con premura, un accidente caprichoso por
un descuido azaroso. Una grieta, un derrumbe o una nevada fueron su última
morada.
Así es el geólogo, mi amigo, muchos personajes lleva consigo, y si tienes
ganas, a brindar un trago, te obligo, por ese geólogo que siempre llevas
contigo.
Blog SAPOSAQTA
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