El extenso valle de Pampas, capital de la provincia de Tayacaja, tiene un sistema hidrográfico cuyo rio
principal es el Opamayo que nace en las punas de Sumabamba y se desplaza hacia
el oriente en forma silenciosa y recibe como tributarios algunos riachuelos
como el Santa Rosa, Viñas, Atoq y el Wisus, pero los caudales son
insignificantes y secos durante los meses de estío, por lo que, el agua que
consume la población es muy escasa y solo cubre un porcentaje mínimo de los
servicios en la capital.
El valle de Pampas, tiene una longitud
aproximada de 12 kilómetros de largo por cuatro de ancho y dividido
políticamente en cuatro distritos, Acraquia, Ahuaycha, Pampas (Capital) y
Daniel Hernández con una población que supera los 20 mil habitantes y su
problema principal es la falta de agua.
Los centros poblados que forman todo el valle son muchos, tales como
Pillo, Maraycucho, Santa Rosa. Acraquia, Wanupampa, Ahuaycha, Huancaykucho, Kahun Wasi, Yarqa
Kancha, Purhuay, Pampas, Qarhuaturku,
Allpa Wasi, Pampa Blanca, Rundo y La Colpa y ninguno de ellos cuenta con un
saneamiento de agua y desagüe, solo parcialmente en la Capital.
Para cubrir esta necesidad
prioritaria del valle de Pampas, es necesario realizar un estudio integral para
ver el abastecimiento del líquido vital, hubo algún proyecto de un ingeniero
hidrógeólogo pampino de obtener agua del subsuelo mediante molinos de viento
colocados estratégicamente a lo largo del valle
utilizando la fuerza eólica, además de otros estudios para encausar el Río Opamayo desde San
Juan de Pillo a reservorios distribuidos
convenientemente a lo largo del valle, así como fue encausada la vertientes de Rio Viñas, y hacer lo propio
con el Rio Atoq.
Es hora de que las autoridades
locales, Regionales y Nacionales, se junten con un solo propósito, de resolver
el problema álgido que sufre nuestro pueblo, que se muere de sed y sin embargo,
todos ponen oídos de mercader a la solución de esta necesidad prioritaria.
Se ha construido muchas obras
intrascendentes como los monumentos al Qarqaria, al sapo, piscinas, etc., etc.,
pero debemos pensar que el problema número uno es la falta de agua, líquido
esencial para la vida, no solo del hombre, sino de los animales y de las
plantas.
Elevemos nuestra voz de protesta
para que nuestras autoridades se avoquen a solucionar este problema álgido, no
es justo que la Capital Energética del Perú se
muera de sed.
Hernán Canales Acevedo
Colaborador de Saposaqta
Fotografía: Alexis Suárez
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