Nuevamente extraemos un
artículo del libro de nuestro colaborador Carlos Zúñiga Segura, para ilustrar a
nuestros lectores sobre el origen de la Fiesta de Enero en Pampas, a propósito
de su Fiesta Tradicional en este primer mes del año.
ORIGEN
HISTORICO DE LA FIESTA DE ENERO
Culminada la batalla de
Ayacucho el 9 de diciembre de 1824, los integrantes del derrotado ejército
realista, iniciaron su retirada hacia la costa, en pequeños grupos con el fin
de embarcarse a España.
Una de esas fracciones,
al mando de Carratalá, optó su retorno hacia Lima tomando como ruta la que
tenía como punto de referencia la ciudad de Huancayo.
Tras agotadora jornada,
la tropa llegó a la localidad de Tocllacuri, perteneciente a la jurisdicción de
la provincia de Tayacaja, el día 19 de enero de 1825. En vista del cansancio,
Carratalá decidió pasar la noche en ese lugar, no sin antes comisionar a uno de
los soldados a dirigirse a la ciudad de Pampas y advertir a los pobladores que,
si no le entregaban un fuerte cupo, a su paso incendiarían la ciudad y harían
tocar degüello.
Los habitantes
pampinos, ante tal amenaza, decidieron salir al encuentro del soldado español
con el mayor de los argumentos, es decir, llevando en andas a la Santísima
Virgen Purísima, patrona de los Pampinos, en cuya misericordia confiaban
plenamente.
En efecto, el 20 de
enero, con el canto madrugador y alborozado de torcazas y jilgueros, los
pobladores se encaminaron al encuentro con Carratalá. La procesión de la Virgen
hizo un alto en el paraje denominado Rundo, lugar al que llegaron los realistas
españoles.
Carratalá, de primera
instancia mostró su “poder” y decisión; sin embargo al ver la imagen de la Virgen Purísima, se dice que,
comenzó a sudar frio. Bajó de su caballo, se arrodilló y persignó humildemente;
luego, con voz que ya no era de mando, dijo ”¡Devuelvanla inmediatamente a su
templo, no soy digno de que la Virgen salga a mi encuentro!”
Casualmente, la noche
anterior en que el español durmió en Tocllacuri, soñó a una bella mujer que le
decía: “Carratalá, ten cuidado con mis hijos, a ellos los protejo día y noche”.
En la procesión,
precisamente, el jefe realista identificó el rostro de la bella mujer que vió
durante su sueño con el de la Virgen Purísima, patrona de Pampas Tayacaja.
Carratalá y su tropa pasaron
por Pampas rumbo a Huancayo. Algunos memoriosos cuentan que en su breve
estancia en la ciudad, buscando un lugar donde asearse, llegando hasta el
barrio de Chalampampa y encontrando un puquial de aguas cálidas que ciertamente
les cayó bien en tiempos de frío como son los días de enero.
Los pobladores que
conocían el puquial, se asombraron ante la noticia de la tibieza de sus aguas,
pues, siempre las habían sentido frías, considerando a ese repentino cambio de
temperatura, como un milagro más de la Virgen.
Desde entonces, el
pueblo de Pampas, agradecido y conmovido por la protección de su venerada
patrona, decidió rendirle culto el 20 de enero de cada año, y los festejos de
fervorosa devoción que hasta hoy perduran, seguirán sin duda, mientras exista un pampino sobre la
tierra.
Autor: Carlos Zúñiga
Segura
Fuente: “Celebración de
la Virgen Purísima Patrona de Pampas Tayacaja”
Ediciones
Opamayo 2007
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