El
Santiago es una fiesta costumbrista que se celebra en toda la sierra
central con motivo de la herranza o la marca del ganado. Es una costumbre ancestral que data de la
época de la colonia y que ha sido absorbido por los campesinos, pues el aporte de las dos grandes culturas han
dado como consecuencia el proceso de la transculturación en una bella estampa
del folklore andino. Se han realizado muchos estudios acerca de la
trascendencia, origen y significado de esta costumbre ancestral que se celebra
bajo diferentes formas y matices.
En
lo que respecta a la provincia de Tayacaja, la fiesta de Santiago tiene su
inicio en el mes de junio, cuando en las noches de plenilunio se escucha el
sonido característico de las cornetas de cacho o waqrapuku, un
instrumento musical elaborado íntegramente con los cuernos de los toros; estos
son cuidadosamente cortados, pulidos y armados en espiral de dos vueltas hasta
darles la forma de una corneta que al ser tocados emiten un sonido melancólico,
profundo y nostálgico y la música es
especial: es una mezcla de
tristeza, añoranza y romance.
Las
cornetas también son elaboradas con un a especie de maguey llamado lonqor
o llunqur que crece en forma silvestre en las quebradas. Es un tallo hueco de 3 a 4 metros de longitud, que
es cuidadosamente limpiada y pulida para luego colocársele una boquilla, y tiene un sonido parecido al waqrapuku y finalmente algunos fabrican
sus cornetas de lata que tiene un sonido mas agudo, vibrante y estridente. Esta música es acompañada por la tinya, instrumento musical de percusión, tiene la forma de un
tamborcito pequeño y es elaborado con el
cuero de chivo.
Al
escuchar el sonido de la corneta los jóvenes se reúnen para iniciar el pasiakuy o recorrer los caminos bailando,
en cuyo recorrido se van integrando
todos los jóvenes de la comarca y de esa forma, recorren todos los caminos
bailando, cantando y tomando sus tragos hasta el amanecer. Se escucha el coro
de las voces femeninas que cantan:
Chisi
tuta purisqaypim /Chisi
tuta pasiasqaypim /Anilluyta wischuruni /Aritiyta wischuruni /Piraq mayraq
tarikurqa/ Piraq mayraq suarurqa, /Casaduchuch solteruchuch /Viuduchuch,
veladuchuch (En mi caminata de anoche / En mi paseo de anoche / He
perdido mi anillo / He perdido mi arête / Quien lo habrá encontrado / Quien lo
habrá robado / Tal vez un casado o un
soltero / Tal vez un viudo o un comprometido)
Entre
canto y canto suena la corneta
induciendo al romance y las parejas se declaran su amor en la claridad
de la luna y bajo los efectos del alcohol algunas chicas caen rendidas al
embrujo del momento y se pierden en la noche a gozar plenamente de su encuentro
amoroso para luego integrarse nuevamente al grupo y seguir cantado:
Utuschay,
utus kurucha /Utuschay utus kurucha, / Pim willasurqanki sapay
kasqayta /Pim willasurqanki kuyakusqayta (gusanito del maíz/gusanito del maíz/quien te ha contado que estoy solo/quien
te ha contado que la quiero mucho)
Y
con los primeros albores de la madrugada el grupo se va disolviendo poco a poco
después de haberse entregado plenamente a los placeres de la juventud y haber
consolidado algunas parejas su relación y otras simplemente al goce de un
romance pasajero y muchas veces las pasñas ni se acuerdan con quien o quienes han estado
La
noche de San Juan que es el 24 de junio, es una fecha muy especial para los
pueblos rurales, pues los habitantes de
todas las casas preparan una
hoguera que prenden en la noche y comienza el qayanakuy, que es una costumbre que consiste en llamarse a gritos entre todos los vecinos,
pidiendo que se cuiden de las fieras y
los ladrones, que tengan buena suerte en las cosechas, dándoles consejos o
previniéndoles de los peligros
Este
es el tipo de paseos que se acostumbra realizar generalmente en
las poblaciones rurales. En el área urbana también se ejecutan estas danzas nocturnas, para lo cual, se
convoca a todas las personas que quieran participar, se contratan a los mejores tocadores de corneta de la zona (sean
los waqrapuku o de longor
o maman) y a las tocadoras de tinyas; las mujeres se disfrazan de
campesinas con sus walis, monillos, llicllitas y sombreros y los varones
con sus ponchos, bufandas y sombreros y
salen bailando por todas las calles de la ciudad, entonando canciones de Santiago
y libando sus tragos, y al igual que en
las áreas rurales, se producen los romances y muchas parejas aprovechan
de la oportunidad para perderse en las sombras de la noche y entregarse a sus pasiones
voluptuosas.
Estos
paseos, tanto rurales como urbanos son los preludios de la fiesta
principal de Santiago cuyo día central es el 26 de julio y a partir de esa
fecha cada familia que se dedica a criar animales domésticos,
especialmente vacunos, realizan la
fiesta de la herranza, que tiene una serie de incidentes y características muy especiales,
prolongándose hasta el 15 de agosto.
Los
organizadores de la fiesta invitan a toda la comunidad para lo cual se han
preparado con mucha antelación, pues han tenido que apertrecharse de
aguardiente de Machu Chiurur o de Llaqato, preparar la
chicha de qora y el warapu o
jugo de caña de azúcar fermentada, elaborar las wallqas, que son unos
collares confeccionados con panes, bizcochos y frutas, conseguir buena coca,
conseguir las flores de lima lima huayta, que son unas orquídeas rojas
que crecen en la cordillera, conseguir el waylla ichu o paja brava , para armar los corralitos y
aprovisionarse de todo tipo de licores, cigarrillos, gaseosas y preparar la
sopa de mondongo y el picante de cuyes para invitar a los asistentes.
Se
inicia la fiesta con la llegada Tayta
Cura que es caracterizado por un personaje jovial y ameno a quien lo
disfrazan con un atuendo estrafalario, con un mantel blanco a manera de chal,
el sombrero volteado tipo Clavillaso, unos lentes confeccionados con alambre, e
ingresa presidido por el sacristán, también vestido en forma estrafalaria y sahumando
a los asistentes con un “incensario” a base de bosta de vaca y ají , y luego de
hacer su entrada, el sacristán lo presente ante los asistentes a la fiesta.
El
Taita Cura toma el hisopo sumergido en agua bendita (léase: aguardiente) y les da la
bendición a todos los asistentes, salpicando el trago a diestra y siniestra,
para luego dirigirle a los fieles y exhortándoles a que gocen de la fiesta de
Santiago.
Una
vez culminado la “bendición” del Taita
Cura, los dueños de casa o anfitriones, que lucen sus mejores prendas,
con una manta nueva terciada en el
pecho en forma elegante donde portan las hojas de coca y una flor de lima
lima huayta adorna su sombrero. Luego empieza con la primera fase: el mesa
mastay, que consiste en tejer una serie de cuadritos de paja brava o
waylla ichu sobre la superficie de una
larga mesa y poner en cada cuadrito un puñado de coca, cada cuadrito
representaba un corral de vacas que es asignado a cada uno de los concurrentes.
La coca representa el ganado, los asistentes se acercan a la mesa y cogen la
coca de cada cuadrito, recibiendo como
premio una copa de aguardiente de caña. Luego viene la segunda parte de la
fiesta: el kintu acllay: consistente en que los asistentes escogen las hojas de coca enteras y perfectas, las
hojas grandes representan a los toros, las medianas y gordas a las vacas y las
pequeñas a los becerros, una vez que terminan de escoger las mejores hojas,
hacen entrega al dueño de casa.
El
dueño de casa coge las hojas de coca y las colocaba en un azafate que contiene
una capa de harina de maíz cuyo significado es la abundancia y la buena
suerte para la crianza del ganado. Así cada uno de los pastores, hace la
entrega del coca quinto, previo diálogo y
premio, consistente en una copa de aguardiente de caña, guarapo o pito, que es una bebida especial que preparan
para esta fecha a base de chicha hervida mezclado con guarapo, algunos licores
más y hachita tostada.
En
caso de que el dueño encuentre alguna hoja malograda o defectuosa, entonces el
pastor se va a la cárcel que es una barreta hundida y una soga, el “preso” es
amarrado por la cintura y para salir tiene que pagar una multa que consiste en
beber una copa de aguardiente de caña.
Viene
la tercera parte de la fiesta del
Santiago que consiste en pegar las cintas a los ganados para lo cual, los
jóvenes y hombres maduros demuestras su arrojo y valentía. El acto de tomar a los animales por las astas
se le llama ratay y al acto de colocarle
las cintas de le llama laqay, todo
esto se realiza con el marco musical de las cornetas y tinyas.
A
las personas que han demostrado su valor y fuerza, cogiendo a los animales los
dueños de los animales les premian con
las ya mencionadas wallqas, y todos los invitados pasan a la casa de los dueños, para
disfrutar de la fiesta hasta las últimas consecuencias.
Autor:
Hernán Canales Acevedo.
Del
libro: Pampas de Leyenda 2 (en preparación).
Imagen: Catálogo de la Exposición en homenaje a Segio Quijara Jara