martes, 26 de mayo de 2009

HUANCAVELICA EN LAS TRADICIONES DE PALMA


El escritor Carlos Zúñiga Segura nos presenta su última publicación (2009) referida a relatos del gran escritor Ricardo Palma sobre el departamento de Huancavelica.

Tradiciones peruanas, obra cumbre de Ricardo Palma, es una fuente iluminadora que nos permite abordar y desarrollar trabajos de carácter integral o temático, toda vez que sus páginas semejan un prisma cuyas aristas apuntan en múltiples direcciones de la actividad humana para recoger la pulsación individual o colectiva de la sociedad de su tiempo.
D esta vasta y enriquecida estancia, hemos reunido las tradiciones y crónicas referidas al departamento de Huancavelica, textos en los que Ricardo Palma cuenta episodios cuyos protagonistas son naturales o afincados en las diversas localidades que configuran la geografía andina del departamento, integrado por sus siete provincias, vale decir: Huancavelica, Acobamba, Angaraes, Castrovirreyna, Churcampa, Tayacaja y Huaytará.

En su obra, Ricardo Palma presenta seis tradiciones con esencia huancavelicana. La primera es “Palla-huarcuna”, incluida en las tradiciones del Perú incario y de la conquista (1533), como la romántica introducción a un país legendario. Continúan “La mina de Santa Bárbara” (1564); “La desolación de Castrovirreyna (crónica de la época del décimo octavo virrey del Perú, 1661-1666)”; “Lucas el sacrílego” (crónica de la época de vigésimo nono virrey del Perú) (1743); “Como San Jinojo” (1759); y finalmente “Un fraile suicida”, cuya escritura data de 1780.

Acobamba, Angaraes, Castrovirreyna, Huancavelica (provincia), Izcuchaca y Tayacaja son las ciudades escenario en las que ocurren los acontecimientos que Palma relata con su peculiar estilo, el mismo que lo califica merecidamente como un clásico de nuestras letras.

A través de los textos, se advierte el gran conocimiento de Palma respecto a la geografía del departamento, de su historia y de las vivencias de su gente; referencia o acotaciones que se plasman incluso en otras tradiciones, es decir, en las no referidas específicamente al departamento de Huancavelica. Los relatos “El peje chico”, “Las querellas de Santo Toribio”, “El tamborcito del pirata”, “Los duendes del Cuzco” “Una vida por una honra”, “El virrey limeño”, “El resucitado”, “Un obispo de Ayacucho”, y “Los buscadores de entierros” son ejemplos de lo señalado.

Vista la creación integral de Palma, podemos afirmar que el departamento de Huancavelica no solo está presente en las tradiciones, lo está asimismo, en “Anales de la Santa Inquisición”, obra incluida en Tradiciones peruanas, que nos sirve de guía en el presente trabajo, por Editorial Aguilar de Madrid (1968), a cargo de Edith Palma, nieta del autor.

Entre los personajes huancavelicanos que sufrieron el castigo del temido Santo Oficio se encuentran Antonio Rodríguez Correa, de oficio minero, buhonero o vendedor de baratijas y principalmente “forjador de herejes”; María Barreto Navarrete, de 36 años de edad, acusada de hechicería; Pedro Sigil, oficiante de cultos de los ídolos; Antonio negrete, subdelegado de la provincia de Angaraes, calificado como asiduo lector de obras prohibidas; y Eusebio Jaime, presbítero de la provincia de Tayacaja, procesado por expresar su opinión en el sentido de que no constituía pecado alguno el desatenderse de las publicaciones del Santo Oficio.

Fuente: “Huancavelica en las tradiciones de Palma”
Autor: Carlos Zúñiga Segura
Editorial San Marcos, Primera Edición 2009
Imagen: Carátula del libro.

miércoles, 20 de mayo de 2009

PICCHIU HUACHOCOLPA

Presentamos un relato sobre un viaje a Huachocolpa realizado en octubre de 2003 por integrantes de Andex Perú, grupo de personas dedicadas al deporte de aventura y al conocimiento de la geografía y los ecosistemas agrupados en la asociación Andex perú. Aquí el relato:


Huancavelica es un departamento olvidado y desconocido y en el que todos tienen la idea que es de geografía alto andina. Pero no, el 30 por ciento de su territorio es tropical, ubicándose la provincia de Tayacaja dentro de esta zona. Asimismo es la zona por el que los misioneros del convento de Ocopa, trataron de ingresar a la región conocida por entonces como las montañas del Mantaro y Apurimac.

Es por algunas de estas razones que decidimos emprender esta exploración, partiendo de la ciudad de Huancayo.

Pasamos por los pueblos de Pampas y Colcabamba (2965 msnm), ingresamos a Campo Armiño, lugar donde se ubica la hidroeléctrica del Mantaro, descendimos con el bus al río Mantaro pasamos un puente y ascendimos al pueblo de Picchiu (2120 msnm), alrededor de las tres de la tarde. El calor era sofocante por lo que decidimos empezar a caminar al atardecer, mientras tanto nuestra presencia produjo mucha curiosidad en los pobladores.

Empezamos a caminar a las cinco de la tarde sobre un camino en forma ascendente y con la Luna como compañera, hasta llegar luego de cuatro horas al pueblo de Andaymarca (2950 msnm), acampando en el campo deportivo del colegio. Por la mañana las autoridades del pueblo se acercaron a darnos la bienvenida, así como pobladores a ofrecernos los servicios de sus acémilas. En la plaza de armas que estaba siendo remodelada destaca una gran araucaria, sobre sus ramas crecían muchas bromelias y tillandsias.

Partimos del pueblo de Andaymarca y empezamos a ascender llegando al pueblo de Salviapampa (3245 msnm), y al pasar por una escuela en donde se encontraban los pobladores, profesores y niños, nos llamaron y de inmediato nos invitaron a almorzar. Aprovechamos para obsequiar a los niños lápices, borradores y tajadores. Subimos por la arista de la montaña hasta un desvió (3505 msnm), el de la derecha llega a Tastacucho y el de la izquierda a la Laguna Quiullacocha, por donde seguimos llegando a acampar cerca de la Laguna (4110 msnm). Partimos, pasamos la laguna, se sube una cuesta y se baja a la Laguna Morococha Chico, se sube otra cuesta y se puede observar un conjunto de lagunas en donde la más grande es Judascocha, las otras son Judas Chico y Llavecocha. Aquí nos despedimos de nuestro arriero con sus acémilas y empezamos nuevamente a cargar nuestras mochilas.

Llegamos a un abra (4250 msnm) y empezamos el descenso hasta acampar antes de la quebrada Parionacocha por un camino que no desciende al fondo del valle (4025 msnm). Por la mañana antes de partir se nos acerco un campesino, el Sr. Blas Romaní quien nos invito papas y ocas hervidas envueltas en huevo. Iniciamos la caminata acompañados por el Sr. Blas quien nos mostró y contó que varias casitas de los antiguos o de los gentiles se encuentran en la cima de la montaña y otras en el valle. Llegamos a la Laguna Parianococha (4165 msnm) de aguas azules turquesas, rodeado de pampas verdes. Seguimos ascendiendo hasta el paso (4230 msnm), pasamos al costado de la laguna Morococha (4130 msnm), descendiendo luego a la laguna Huarmicocha, hasta este lugar nos acompaño el Sr. Blas. La Laguna Huarmicocha es enorme, su orilla es tan amplia que parece una playa. En la arena hay una gran variedad de aves. Seguimos camino hasta llegar a una casa albergue, que recibe visitantes y que tiene algunas comodidades. La vista de la laguna desde este lugar es preciosa.

Ingresamos al abra (4310 msnm) y continuamos hacia el norte por un camino empedrado, por la cuesta de la montaña, el atardecer en este tramo fue espectacular. Llegando a acampar al lado de una lagunita luego de once horas a una altura de 4115 msnm. Este fue un día muy duro de caminata, teniendo en cuenta que estábamos cargando nuestra mochila. Al día siguiente pasamos la laguna Huashuacocha (4070 msnm), llegando al abra el Milagro (3950 msnm), en este lugar nos encontramos con personas que venían caminando varios días y que se dirigían al pueblo de Huachocolpa a la celebración de un año de construcción de su Iglesia Evangélica. Los acompañaba también una banda de músicos. Nos invitaron papa sancochada y cancha, nos contaron que nos venían observando estos días desde las alturas de las montañas. Dos chicas que estaban también en el grupo se dirigían al pueblo con la meta de ver televisión por primera vez.

Pasamos por el paso Patajajasa (3780 msnm), por los pueblos de Sarcopampa y Vista Alegre (3125 msnm), donde ya existe pista carrozable. Seguimos y pasamos por la parte superior del pueblo de Surcubamba, llegando al pueblo de Ucushpampa (3100 msnm), en donde corría un viento que levantaba una polvareda dando la impresión de un pueblo fantasma. Hasta hace poco no llegaba la carretera por lo que los hacendados de la zona llegaron a construir una pista de aterrizaje, la cual fue abandonada luego de un accidente. Estando en el pueblo llego una camioneta que nos trasladó al pueblo de Huachocolpa (2907 msnm). Las autoridades del pueblo nos dieron la bienvenida y nos ofrecieron hospedaje en una habitación del municipio a los cuatro miembros de esta travesía. Por la mañana lo que nos llamo la atención fueron las pobladoras quienes en sus cabellos y sombreros llevaban como adorno orquídeas de la zona. Desayunamos en el restaurante de la plaza y partimos con mochila de ataque, ingresando por la quebrada Yacupanahui y siguiendo al norte de Quero Sunto.

Estuvimos ascendiendo por la arista de una montaña cubierta de vegetación y neblina. Llegando hasta el Mirador (3800 msnm), que esta al borde la quebrada Potrerohuico, desde donde se puede observar a lo lejos el rió Mantaro. Decidimos no avanzar hasta el Bosque Amaru ya que no era época de floración de las orquídeas, regresando por otro camino por el borde de la montaña, pasando por el pueblo de Villasol y llegando al anochecer al pueblo de Huachocolpa. Partimos de Huachocolpa al amanecer en una camioneta de doble tracción, pasamos por Ucushpampa, Surcubamba y empezamos a descender al rió Mantaro, hasta donde esta el puente colgante de Chiquiac, famoso por ser el antiguo pase a la margen derecha del rió Mantaro y que fue descrito por los misioneros del Convento de Ocopa y por el sabio Italiano Antonio Raimondi.Actualmente existe un puente moderno, por lo cual el puente colgante de Chiquiac se encuentra totalmente abandonado. Seguimos, pasando por los pueblos de San Antonio, Acobamba, para llegar finalmente luego de nueve horas a la ciudad de Huancayo.

Tomado de: http://www.andexperu.com/relatos.html

miércoles, 13 de mayo de 2009

EL CHUÑO


Desde junio hasta julio, tiempo en que la temperatura es superior de 0 Cº e inferior a 7 Cº y los campos de cultivos amanecen con sus mantos blancos y el agua de los manantiales se convierte en plataformas de hielo, es el momento ideal para iniciar con la elaboración del chuño, primer alimento que el hombre andino procesó de forma natural.

En las siguientes líneas enterese del proceso de elaboración de este legendario alimento, lo que hasta hoy se conserva como una costumbre tradicional e ideológica mágico-ritual en el distrito de Pazos - Tayacaja y otros pueblos de los Andes.

El distrito de Pazos se encuentra a una altitud de 3840 m.s.n.m., por esta época hay intensas caídas de helada, en la noches y madrugadas, los campos se convierten en inmensas congeladoras, y esta condición climática es aprovechada por los agricultores.

Antes de lamentarse, los pobladores de este lado del Perú, le sacan el jugo a este tiempo e inician con una actividad ancestral, la elaboración del chuño en base a un tubérculo, la papa. Los tubérculos pequeños son procesados mientras los más grandes son vendidos a los principales mercados. Así, las familias garantizan su subsistencia para todo el año, almacenando este alimento que puede durar más de cien años.

Son las 10:40 de la mañana, pero parece ser de madrugada, el frio es intenso, el viento que sopla nos hace tiritar, pero de cuando en cuando el solcito nos regala algunos breves rayitos de calor.
En Yashapampa; decenas de familias, como ensayando el huaylarsh, pisan la papa, que un día antes había sido llevado a los campo. Tambaleándose de un lado para otro, con los pies descalzos, mujeres, varones y adolescentes pisan la papa que fue congelada por el hielo.

Pero antes de iniciar con esta actividad, se hizo el pago a la tierra. Manuel Cenzano, agricultor que elabora desde hace varios años el chuño comenta:

- "Antes de iniciar el trabajo y masticar la coca, primero escogemos la coca quinto, luego lo enterramos debajo de la tierra, rogando que el chuño salga bien. Y si hay trago, cigarro también le damos a la tierra".

Luego de que las papas han sido pisados, estas son trasladadas en recipientes hasta el riachuelo, donde se ha preparado una cama especial de ichu, en el mismo afluente. Las papas son sumergidas en el agua y permanecen en este lugar durante una semana; los agricultores constantemente están removiendo con sus pies y palas, a fin de que las cáscaras se desprendan totalmente.

Tras el reposo en el agua, tenemos a la papa completamente deshidratada. Ya tenemos chuño. Ahora, queda secarla. estudios en el distrito de Pazos manifiestan que del 100% de la papa solo el 20% se obtiene como chuño. Sin embargo pese a ello, el producro que obtenemos está dotado de grandes bondades alimenticias, como alto contenido de calcio, cero colesterol, dietético, de fácil digestión y muy económico. Un kilo de chuño equivale a seis de papa, no por nada es considerado como el alimento privilegiado al alcance de las familias peruanas.

Dicen que los chuños más deliciosos son aquellos elaborados a base de papa blanca y la amarilla. Pero, también está la variedad de chuño en base al Shiri, una especie de papa pero de gusto muy amargo, así se le considera uno de los mejores para la transformación de chuño por mantener en su proceso un color muy blanco que responde a la alta demanda del mercado.

Julio César Romero Riveros, de 24 años, el más joven del grupo de los agricultores que procesan la papa, manifiesta que desde que tiene cinco años aprendió los secretos de hacer chuño, "Esta preparación del chuño, viene desde nuestros antepasados, mis abuelos enseñaron a mi padres y nosotros continuamos con esta costumbre. Además porque es necesario para poder intercambiar con diferentes productos como maíz, calabaza, ropa, frazadas".

Esta actividad de procesar la papa trascendió del ámbito local hacia lo nacional a través del folklore. Representando sus labores cotidianas, los pobladores, en especial los jóvenes del distrito de Pazos, crearon el huaylarsh "Chuño Saruy" danza que en los diversos concursos donde se presentan obtienen los primeros lugares.

Escrito por: Aydeé Palián
Fotografia: Kelly Solis Soto
Tomado de: http://www.educared.pe/periodismoescolar/blogs/inkarry/

miércoles, 6 de mayo de 2009

EL PERÚ PROFUNDO DE TEÓFILO HINOSTROZA


En febrero de este año, se publicó en Huancayo ‘El Perú profundo de Teófilo Hinostroza’, libro elaborado por Servais Thissen, fotógrafo belga radicado en Perú desde hace 40 años. En esta publicación se busca rescatar del olvido al gran fotógrafo peruano Teófilo Hinostroza (1914-1991), quien dedicó su vida, a promover la cultura, captando imágenes de ese "Perú profundo" que tanto amaba. Apasionado por el arte de la fotografía abre su propio estudio en 1937 en Huancayo. Desfilaron por su lente personajes folclóricos, festividades religiosas, entre muchas otras. A Hinostroza le interesaban las imágenes "del Perú profundo".

EL CHAMBI DEL CENTRO
Teófilo Hinostroza nació en Colcabamba (Tayacaja) en 1914. En los años 30 fue aprendiz del estudio del fotógrafo Fortunato Pecho. Después empezó a viajar por toda la sierra central y captó imágenes costumbristas, paisajes y faenas campesinas. "Dicen que es el Chambi del centro y comparto esa idea. Tiene un gran valor antropológico, muy buen manejo de la composición, del encuadre, sentido de la estética y conocimiento del lenguaje. Es un buen complemento de Chambi, quien solo recorrió el sur del Perú", comenta Servais. Por increíble que parezca Teófilo Hinostroza no figura en ningún registro de fotografía del Perú.

"Hinostroza fue muy amigo de José María Arguedas y su objetivo fue captar la riqueza del Perú profundo. Si bien tomó fotografías hasta entrados los años 80, no hay ninguna imagen que revele violencia terrorista. Tampoco encontramos en su vasto archivo imágenes miserables. Él se propuso rescatar el aspecto positivo y la belleza", culmina Servais Thissen, curador de la exposición de 34 fotografías que revelan que la historia de la fotografía en el Perú está por descubrirse. (Exposición llevada a cabo en mayo del 2007).

Teófilo Hinostroza murió en 1991. No solo fue un incansable fotógrafo y viajero. Fue también un gran músico y compositor. Comenzó a tocar la quena a los 5 años, obtuvo diversos premios y asumió la dirección de instituciones culturales, como el Departamento de Música de la Casa de la Cultura de Huancayo. Integró la Escuela Nacional de Música e incluso la BBC grabó parte de su repertorio. Pero además filmó documentales en 16 mm, material que hasta hoy, salvo uno, sigue inédito.

Más de Hinostroza en SAPOSAQTA: http://saposaqta.blogspot.com/2008/02/teofilo-honostroza-1914-1991.html

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Para saber más de Teófilo Hinostroza, a continuación transcribimos un artículo publicado recientemente por Liliana Cisneros.


El legado fotográfico de Teófilo Hinostroza
“Hace unos años, visité la casa de Zoila Hinostroza, quién me habló de la obra de su padre Teófilo, cuyas fotografías pude admirar en las paredes de la vivienda, pero de quién, lastimosamente, nadie se acordaba. El falleció en 1991, dejando un importante archivo, de miles de negativos. Me comprometí a rescatar esa obra y hacerla conocer al público. Zoila puso el archivo a mi disposición, con mucha confianza y amistad. Aquí va esta publicación ´El Perú profundo´, como un merecido homenaje al eximio artista que fue Teófilo Hinostroza, para que tenga un sitial de honor en la historia de la fotografía peruana”(1), confiesa Servais Thissen.

El Perú profundo de Teófilo Hinostroza ha sido elaborado por Servais Thissen, fotógrafo belga que lleva viviendo en Perú 40 años. Cuenta que llegó a la obra de Teófilo Hinostroza por casualidad, cuando intentaba hacer un registro de fotógrafos peruanos. El Perú profundo, que ha sido auspiciado por importantes instituciones nacionales y extranjeras, contiene poco texto, pero lo suficiente como para tratar de entender y conocer a Hinostroza. Lo que abunda, como es de esperarse, son fotos y más fotos bellísimas.

Es inevitable no asociar las fotos de Teófilo Hinostroza con las de Martín Chambi, el más universal fotógrafo peruano, algunos hasta le han llegado a llamar el Chambi del centro. Servais señala que “la comparación es valedera, porque tienen características comunes: los dos son de origen popular y campesino, y de habla quechua; siendo jóvenes, salen de sus pueblos respectivos para enrolarse como asistentes en estudios fotográficos, uno en Arequipa, el otro en Huancayo. Además de sus trabajos como retratistas, les interesaba mucho las vivencias del pueblo, con una visión indigenista original. Y se podría añadir que los dos, después de su muerte, pasaron al olvido durante muchos años, antes de ser reconocidos.”(2)

Así como hay similitudes también hay diferencias entre ambos, sostiene Servais. “Por ejemplo, el lograr primeros planos de rostros que no sean hechos en estudio, paisajes casi abstractos con predominio de líneas; otros con grises tenues, así como toma de detalles de vestimenta. Pienso que los dos son grandes fotógrafos, con amplio dominio de la técnica, pero sobre todo, por su enfoque novedoso del mundo andino, destacando la dignidad de las personas y los valores culturales del momento, aportando testimonios visuales de gran valor documental, etnográfico e histórico.”(3)

El estilo fotográfico de Hinostroza además me ha provocado una asociación con otros dos fotógrafos, el francés Henri Cartier-Bresson (1908-2004) y el mexicano Juan Rulfo (1917-1986).

El rescate de la obra de Teófilo Hinostroza la inició Thissen hace más de dos años, con dos exposiciones que precedieron al libro. La primera, en la galería de la Universidad Ricardo Palma (mayo 2007), y la segunda, unos meses después (noviembre), en la galería de la Universidad Católica. En ambas exposiciones Hinostroza nos impresionó, a Rici y a mi, y nos dejó ávidos por conocer más sobre su obra, y para eso llegamos hasta Servais, con quien ahora nos une una amistad.

El Perú en el lente de Hinostroza
Teófilo Hinostroza (1914-1991) nació en Colcabamba (Huancavelica), pero la mayor parte de su vida transcurrió en Huancayo, la capital del departamento de Junín. Llegó a la fotografía a los 15 años, como aprendiz del fotógrafo huancaíno Fortunato Pecho. A los 23 años (1937) abrió su estudio Foto El Arte, en el que trabajó durante 48 años, hasta 1985, pocos años antes de su muerte. Su estudio, fue, no sólo el local fotográfico más concurrido, sino un centro cultural por donde pasaban personalidades locales y nacionales, entre ellos, su amigo, el escritor José María Arguedas.

Hinostroza recorrió el centro y sur del Perú, registrando paisajes, fiestas tradicionales y religiosas, personajes locales y actividades agrícolas. Hasta ahora no han podido cuantificar el archivo fotográfico, pero Thissen cree que podía llegar a unos 10,000 negativos en blanco y negro, sin incluir los numerosos retratos de estudio. Hinostroza, además produjo documentales en 16mm y a color, en la década de los 50. Varios de ellos son material inédito, excepto Tarpuy (1959), en el que muestra la siembra de la papa en Ñahuinpuquio (Huancavelica), y que fue exhibido, por única vez, en el Museo Nacional de la Cultura Peruana (Lima).

A Teófilo Hinostroza le encantaba la música, aprendió a tocar quena cuando tenía 5 años. En sus fotos se puede observar la predilección que tenía por plasmar a músicos en festividades populares y con diferentes instrumentos, como las que se observan arriba.

“Era una tranquila y soleada media tarde de octubre de 1966. Yo caminaba por la calle Real de Huancayo, entonces no tan bulliciosa como ahora. El sonido del yaraví ´La colina´ en quena inundó mi alma. Subí por una escalera y di con una sala grande llena de fotos murales en blanco y negro. La música emanaba de una quena tocada por un hombre solo, sentado, con los ojos cerrados, en una actitud de dulce ensoñación y gozo místico.”(4), recuerda Leo Casas Ballón, su amigo y discípulo.

Hinostroza dio recitales en varios departamentos de Perú, fue profesor de música y danzas en la Universidad Nacional del Centro y director del Departamento de Música de la Casa de la Cultura de Huancayo. En 1975 la BBC de Londres difundió varias de sus interpretaciones, y fue reconocido como mejor músico del Perú.

Notas
(1) El Perú profundo de Teófilo Hinostroza. Servais Thissen. Sic Ediciones (2008). Pag. 7.
(2) Ibid. Pag. 31.
(3) Ibid. Pag. 31.
(4) Ibid. Pag. 175.
Foto: Autorretrato de Teófilo Hinostroza (publicado en el mismo blog)