lunes, 26 de octubre de 2020

TODOS LOS SANTOS ... Pinceladas

 


Día de Todos Santos

Referirse al mes de noviembre, en Pampas Tayacaja, es retrotraer el tiempo, es recordar la tradicional conmemoración de TODOS LOS SANTOS, es realizar la visita de rigor al campo santo al principio del día, es transitar por el popular barrio de Chalampampa, es recordar a los seres queridos que emprendieron el viaje sin retorno.

Visita de recuerdos cargados de evocaciones, de gratitudes, de nostalgias, de llantos, de lamentaciones tardías, por algo que al deudo en vida no se le pudo o no fue posible brindar; en fin, se vive una suerte de entrevista espiritual, traducida en reminiscencias, en sentimientos contrastados, en oraciones fervorosas, acompañadas de ofrendas diversas, de arreglos florales, de sentidas dedicatorias, responsos y eventualmente hasta coreadas tonaditas que habrían sido del agrado    de aquellos seres físicamente ausentes. 

Pero también, el día de TODOS LOS SANTOS, pasada la vista de rigor al lecho de los seres queridos, se convierte en motivo de reencuentros inevitables con familiares, amigos y relacionados, reencuentros emotivos y conmovedores; que como tales, terminan en placenteras  celebraciones al son de tertulias sin final, brindando a vaso lleno, en ambiente amical bajo el acogedor cielo azul pampino, disfrutando del aire puro, del abrazador y  brillante sol del día, o en torno a una acogedora mesa, bajo la protección de una pintoresca carpa creativamente acondicionada para la ocasión.

Todos los santos en Pampas Tayacaja; además, se identifica por las costumbres y tradiciones practicadas desde siempre, como no recordar por ejemplo el placer de deleitarse de la variada y exquisita gastronomía, personificada por el picante de cuy, al inigualable estilo de Tayacaja, donde la figura que nítidamente destaca es la de “Mama Urpi”; asimismo, contentarse con  la destreza de la panificación ancestral, caracterizada por presentaciones originales muy vistosas, que además, incluyen conceptos de género; es decir, sabrosos y coloridos bizcochos en forma de muñecas “wawas” para las damas y de caballos para los varones, sumándose la chicha de jora, de maní, la infaltable cerveza helada al natural y como si fuera poco, para matizar la celebración en ambiente festivo, se practica la entretenida competencia del “tejo”, (sapo),  se regocija con variada música, en tanto que, entrada la noche, el tradicional ponche, los calientitos, el “machu chuirur” son bebidas de consumo obligatorio.  

Amenas vivencias que se pierden en el tiempo……

Magno Gutiérrez Enríquez

viernes, 8 de mayo de 2020

LA CRUZ DE LOS CERROS




En esta época de PANDEMIA ocasionado por un microscópico virus en el mundo entero, las  fiestas tradicionales de nuestros pueblos, han sufrido la postergación o el cambio de fecha, sin embargo queremos seguir trasmitiendo por estos medios virtuales, las costumbres ancestrales de los pueblos andinos, como es el propósito de este Blog. 


En los andes centrales  se celebran en estos primeros días del mes de Mayo la Fiesta de las Cruces con bastante fe y tradición. En Pampas igualmente, nuestro cerro San Cristóbal, es testigo de este acto religioso en los meses de mayo. Aun, los que estamos lejos, recordamos a los valerosos “kirmas”  o los cargadores, que heroicamente bajaban la enorme cruz del San Cristóbal para luego de algunos días de homenajes , rezos y devociones, ser devuelto cuesta arriba, hasta la cumbre del cerro, para que desde allí nos proteja a todos los habitantes del lugar.

Publicamos un extracto, de un estudio realizado por el antropólogo Bernardino Ramírez Bautista, sobre este tema, para una mejor comprensión del origen de esta tradicional costumbre

LA CRUZ DE LOS CERROS

La presencia de la Cruz de Cristo en los pueblos y comunidades del Ande peruano, simboliza en lo ideológico-religioso el dominio occidental sobre la mayoría de los pueblos de esta parte del mundo. Como sabemos la fe cristiana fue impuesta por los conquistadores españoles en el siglo XVI quienes con la cruz, los santos, las vírgenes y los cristos lograron dominar la vida y las conciencias de los indígenas.

Fue un proceso largo y difícil, la evangelización y el adoctrinamiento, la fundación de pueblos indígenas en las reducciones toledanas y bajo la advocación de algún santo, los concilios limenses, el Santo Oficio, la Inquisición y la extirpación de idolatrías, fueron elementos que minaron hasta sus raíces la religiosidad aborigen que, no obstante, con sus mallquis, sus pueblos viejos, sus pacarinas, sus huacas, sus sacerdotes y sacerdotisas, sus dioses tutelares resistieron a la imposición hispana durante los siglos XVI y XVII.

 A partir de entonces, los diversos símbolos e íconos cristianos fueron reemplazando a las divinidades indígenas cuya significación religiosa-totémica se fue perdiendo irremediablemente; de esta forma, lo colonial se fue enraizando en el alma campesina, formando parte de su tradición, de sus costumbres y de la cotidianidad de su vida, convirtiéndose estos elementos coloniales y de dominación en formas de vida popular.

Los antiguos peruanos no tuvieron motivaciones religiosas vinculadas a la cruz, no cabía en su mentalidad que podría elevarse en su cosmovisión hasta convertirse en un ser sagrado, más aún cuando «consideraban que sus dioses hablaban, se comunicaban con ellos y que esos dos palos no hablaban»; es cierto que veían a la constelación que los conquistadores europeos llamaron Cruz del sur, pero para ellos era la constelación de los tiempos vinculada a la experiencia y al calendario agrícola, pues afirmaban que «para comprender al cielo hay que mirar la tierra»

En Huamantanga encontramos a las cruces en las cimas de los cerros, en sus Apus o Jircas como en Luchuchana, en Huaripa, en los pueblos viejos o mallquis como Ripish, Purunmarca, Quishuar (Tayacaja), Racsa. A estos lugares ancestrales veneraban los antiguos, pero los curas les dijeron que ya no se acercaran a ellos porque los abuelos los agarran y de seguro se enfermarían y, para asegurarse que los indios no veneren más a sus mallquis, los hispanos destruyeron gran parte de los pueblos antiguos, práctica repetida en los años ochenta cuando los de Anduy destruyeron casi por completo al «Pueblo Viejo» para construir una laguna hasta hoy inservible.

Hay cruces en los caminos para proteger a los caminantes del pueblo y a los extraños que llegan o salen; las conopas o mallcos, ídolos para la protección y buena producción de los maizales y papales, también fueron reemplazados por la cruz; a las lluvias, el rayo y el trueno que hacían germinar y florecer los campos se los reemplazó con las cruces Lomeras; a las viviendas para su protección se colocaban cruces en los techos luego del zafacasa reemplazando a las cunuvas llenas de maíz y cereales para que en ese hogar nunca falten.

Fuente: “La Fiesta de las Cruces, expresión del Sincretismo Cristiano-indígena”
Autor: Bernardino Ramírez Bautista
Nota. Este es un extracto del Libro

viernes, 6 de marzo de 2020

BOSQUE AMARU de Orquideas




A raíz de la visita al Bosque Amaru en días pasados, de autoridades del Gobierno Regional presidido por su Presidente el Sr. Maciste Díaz Abad y el biólogo Benjamín Collantes me permito publicar esta nota.


Este es un extracto del Libro "Amaru Paraíso de Orquideas"  del biólogo Benjamin Collantes Meza, donde se plantea a la autoridades regionales y nacionales, la necesidad de contar con una estación científica del bosque Amaru, para la protección de las especies nativas de este maravillosos lugar.

Dando una mirada en la periferia departamental colindante al Bosque Amaru, se puede ver las gigantescas áreas deforestadas, sobre todo mirando hacia las laderas de las montañas de Satipo; frente a esta situación, de milagro se mantiene el Bosque Amaru.

En vista de la gran importancia del Bosque Amaru, las autoridades respectivas no han hecho el esfuerzo debido para lograr una eficiente protección del bosque; solo nominalmente se le ha declarado como Bosque de Reserva Municipal.

Por la envergadura de la riqueza en biodiversidad, el gobierno central y regional, deberían aunar esfuerzos para declarar al Bosque Amaru no solo Reserva Regional o Patrimonio de la Nación, pudiendo serlo también Patrimonio de la Humanidad.

Consideramos que hay la básica información de la evaluación de la diversidad de las Orquidáceas con la tesis de los Ingenieros Forestales Gissela Alegría y Reden Suárez y el presente libro, para que las autoridades respectivas tomen cartas en el asunto.

En vista que solo se ha estudiado el transecto del camino de herradura hacia el Bosque Amaru, quedan muchas otras áreas del bosque y las demás áreas anexas como las de Chihuana para completar la evaluación de las especies y tener un listado que cubra por lo menos el 90% de la totalidad de estos magníficos bosques.

Por la extensión del Bosque Amaru, estimado en 8 Km. de longitud siguiendo la cuchilla de la montaña a través del camino de herradura, y con la debida colaboración de la gente local, para rescatar las especies que se caen de los árboles y similares y acondicionándolas en ambas márgenes  del camino de herradura, se tendría  el mayor transecto-vitrina que permitiría gradualmente apreciar la mayor parte de la diversidad de orquídeas.

Por lo expuesto,  a futuro debería hacerse el esfuerzo por lograr la plasmación  de una ESTACION CIENTÍFICA DE AMARU, con el apoyo de entidades  nacionales y del extranjero, para conseguir fondos que permitan sufragar más estudios en relación a la dinámica de poblaciones, la polinización, rol de las orquídeas en el ecosistema del bosque; inclusive paralelamente estudiar la riqueza florística y de fauna; pudiendo participar inclusive especialistas del extranjero.


Fuente: “Amaru Paraíso de Orquídeas”
Autor: Biólogo Benjamín Collantes Meza