lunes, 28 de enero de 2008

HUACHOCOLPA


En nuestro afán de conocer más acerca de los distritos de Tayacaja, les presentamos esta segunda entrega. Esta vez se trata de una pequeña reseña del distrito de Huachocolpa y un video sobre su artesanía textil.

La creación política del distrito de Huachocolpa se logró mediante el Decreto Ley Nº 11585, promulgado el 31 de Enero de 1951 por el presidente Manuel Odria (según acta de inauguración del 19 de marzo de 1951, redactado en Huachocolpa).

El acontecimiento inaugural del nuevo distrito generó una apoteósica celebración organizada por todo el pueblo que se organizó de manera muy especial con todos los requerimientos que el caso ameritaba, recibiendo con una ceremonia y fiesta de recepción a toda la comitiva que retornaban desde Lima, el 19 de marzo de 1951.
La fiesta duro tres días, las calles se convirtieron en un lodazal intransitable por la participación masiva de visitantes a caballo y otros tantos a pie. Ni las torrenciales lluvias del crudo invierno pudieron apagar el fervor cívico de los entusiastas pobladores de Huachocolpa y de sus anexos.

Turismo
La presencia de los bosques ecológicos, el servicio de paseo a caballo hacia los miradores naturales, danzas y comidas típicas, artesanías, además de la acogida de la población, son elementos que esperan incentivarse con un mejor desarrollo de la actividad turística en el distrito. Sin embargo, es necesario mejorar la carretera, los caminos con vías de acceso a diversas zonas turísticas y poner en operatividad el aeropuerto.

Lugares exóticos para visitar son Yuncapampa, Pirhuayocc, Yanamito, Pichiusa, Chonta Ccasa, Sara Ccocha, Llaccta Pata, Campanayocc, Uchcu Rumi y Llaccta Ccolloy

Fuente: Web Site de Telecentros Rurales de Inictel
Editado por SAPOSAQTA

Artesania textil en huachocolpa

domingo, 20 de enero de 2008

PREMIO DE YAURI EN "EL COMERCIO"


EL SUEÑO DE UNA MADRE

Por Antonio Muñoz Monge

Con una obra hiperrealista titulada Sueño de una madre, el pintor peruano César Yauri Huanay ganó el pasado 21 de noviembre del 2007 el primer lugar del XVI Premio López-Villaseñor de Artes Plásticas, Ciudad Real, capital de la provincia del mismo nombre (Castilla La Nueva). Esta obra, donde aparece una mujer tendida sobre un diván que percibe en sueños la llegada de su hija, destacó entre otras 111 piezas que se presentaron al concurso. No es el primer galardón conseguido en España por este pintor nacido en el anexo de Ahuaycha, distrito de Pampas, provincia de Tayacaja, departamento de Huancavelica, pues hace dos años recibió su bautizo triunfal europeo al conseguir el primer premio de pintura en la IX Exposición Internacional de Pintura y Fotografía Ciudad de Alcázar de San Juan 2005, Ciudad Real, con la obra Quijote pensando en Dulcinea. Curiosamente para estas dos obras utilizó la misma modelo: Noelia Recuero de La Muñoza.

Los diarios de Ciudad Real abundan en elogios. Se dice por ejemplo: "El gran impacto visual. Y es que cualquiera que haya tenido la oportunidad de contemplar el cuadro puede comprobar su enorme similitud a una fotografía. Destaca el dominio del hiperrealismo. Es muy accesible al mismo tiempo que el autor demuestra desarrollar con gran dominio la técnica".

TEJIENDO EL AIRE
Recordemos algo del origen de este valioso pintor. Una tarde de febrero, después de coger guindas por las chacras de su pueblo, el niño César Yauri regresó a su casa bajo una tierna llovizna. A lo lejos la música reciente de un huayno se extendió como vibración alegre y maternal. Eso lo llevó a pintar repetidas veces el recuerdo de esa lejana tarde.

Una circunstancia inicial le entrega una sensación que nunca lo ha dejado. La soledad ante la gran urbe y esa misma soledad que le da bríos para transponer puertas con la creación en el arte: El ritual en la danza, la sombra desdoblada del bailarín, el dejo triste de una máscara, la insinuación de un cuerpo como una luz dibujada, esa sensación de lluvia tenue que no lo deja, la triste y monocorde música, fueron apareciendo en el fervor de su pintura, como una necesidad de urgente respuesta a la eterna interrogante de la vida diaria, de lo que somos y en qué recodo estamos junto con nuestros semejantes.

Quizás de ahí el nombre de una de sus muestras, allá por 1992, Ahuaycha, Huayrata Awaspa, en castellano Tejiendo el aire, que es como tejer el tiempo, es el "Intihuatana" incaico o "amarrar el sol". Pero el tiempo no es que se haya escapado de la conciencia del pintor, sino que ha ido creciendo y abarcado otras latitudes.

Así dejó su tierra natal y partió a Lima, la gran ciudad, la urbe tantas veces soñada, donde lo primero que preguntó fue por la Escuela Nacional de Bellas Artes. Los vendedores de cuadros "para turistas" lo orientaron dándole la dirección y cuando llegó a las puertas del local, sintió que sus sueños de estudiar allí comenzaban a hacerse realidad. Logró su objetivo al aprobar los exámenes de ingreso. Este momento feliz no pudo compartirlo con sus seres queridos y volvió a caminar por las calles, palpando en el aire su soledad y felicidad. Tenaz, calmo y esforzado, egresa de la Escuela en 1989 con el Primer Premio.

El crítico de arte, el español José Luis Marchante Araque escribe: "Cuando César Yauri toca una composición donde la figura humana es el tema principal, es sin duda su mayor aporte a la pintura, consiguiendo algo realmente difícil, plasmar la personalidad y el parecido. Tiene agilidad en el trazo, es taxativo en el color, tiene grandes conocimientos y facilidad para plasmar distintos planos, en ocasiones superpuestos con la dificultad que conllevan, su perspectiva es tratada con precisión con un gran dominio lineal".

El Hiperralismo, técnica que ha utilizado Yauri en este su cuadro ganador, es un realismo casi fotográfico donde el pintor busca poner los más mínimos detalles, hasta el polvo que llega con el airecillo leve o la respiración relajada de la modelo.

Suplemento 'El Dominical' del diario El Comercio, 6 de enero de 2008.

lunes, 7 de enero de 2008

COMO LLEGÓ LA VIRGEN PURÍSIMA A TAYACAJA


Todo comenzó cuando don Feliz La Torre no encontró en su habitación a la empleada de su casa.

Era entonces una de aquellas mañanas de la década de 1780, en la andina ciudad de Pampas Tayacaja, de la circunscripción territorial de Huancavelica.

El sol ya estaba más arriba de la cumbre de los cerros Yanapadre y San Cristóbal. Pero el desayuno aún brillaba por su ausencia. Y la empleada, que ayer nomás había iniciado su trabajo, tampoco se dejaba ver en ese momento. Contrariado por la situación, el hombre se dirigió a la habitación de ella. Tocó insistentemente la puerta. Y, al ver que no abría ni contestaba desde el interior, decidió llamarla, pero ¿cómo se llamaba?, ¡maldición!, ni siquiera le había preguntado su nombre. ¿Cómo la llamo, por señorita, señora, doña? Hum, mejor la llamaré, con respeto y cariño: mamita, por favor, abra la puerta, ¿me escucha?, ya es muy tarde para quedarse dormida hasta estas horas del día, ¿me está escuchando?, ¡abra, por favor!, ¿no se encuentra bien?, ¡conteste, mamita! o tendré que derribar la puerta! … Sin embargo, la puerta de la habitación seguía como al principio cerrada.

Vencido por la impaciencia, de un feroz tacazo con el pie zurdo, derribó la puerta y, al ver que no había nadie en la habitación y las cosas se hallaban en el mismo lugar de siempre, dijo: ¡Virgen Santísima!, ¿se la habrá tragado la tierra?, pero ¿por qué se marchó sin decirme nada?, ¿y por dónde habría salido si yo mismo cerré la puerta de calle, con la única llave que está en mi poder?; hum, ¿no será que este asunto ya me fue avisado muchas veces en mis sueños? Comparándola con la señora que vi en sueños, ella resulta, cada vez más, igualita a aquella dama de semblante maternal y angelical: la Virgen Purísima.

La Torre, desde que se estableció en Pampas, soñaba frecuentemente con una hermosa mujer que llegaba a la puerta de su casa y le solicitaba posada a cambio de trabajo. Ella le decía que venía de ultramares visitando a los pueblos andinos, y quería quedarse definitivamente en Pampas, y cuidar a los pampinos como si fueran sus hijos verdaderos, y velar permanentemente por ellos.

Y aquella mañana, cuando él se topó con la dama, que le preguntó si requería que le limpiara y arreglara la casa, no dudó un instante en aceptarla impulsado por una extraña fuerza que parecía como que, el hilo de sus sueños, continuara desovillándose en la vida real, ahora en el barrio de Chalampampa. Pase, pase, por favor, digna dama, la casa es suya; comience a realizar sus correspondientes laboreos, dijo el hispano, mientras ayudaba a llevar las pequeñas maletas de la visitante a la habitación que, sin habérselo propuesto previamente, ya le tenía asignada.

Don Feliz, en su natal España era acuñador de monedas y sus ingresos apenas cubrían sus gastos diarios. Por ello, decide viajar al Perú a tentar fortuna. Eligió nuestra ciudad como centro de sus actividades. Poco tiempo después ya tenía fama de ser un hombre con mucha suerte. Los pampinos solían decir: a don Feliz siempre se le ve feliz. Efectivamente, nuestro hispano había logrado obtener una buena situación económica. Viéndolo así, sus vecinos lo comparaban, guardando distancias, por supuesto, con el célebre romano que dijo al cruzar el Rubicón: veni, vidi, vici. Además, él era enemigo de la avaricia; acostumbraba brindar ayuda a los desvalidos, acudiendo a ellos con las manos llenas de bondad efectiva para aliviarlos de sus necesidades más apremiantes. Así se comportaba con sus prójimos, porque era hombre con mucha fe religiosa y espíritu caritativo. Por eso, un necesitado, que recibía apoyo de nuestro personaje, le decía a otro necesitado: vaya donde don Feliz que su buen corazón le hará a usted feliz. La imagen generosa de don Feliz La Torre, con el correr del tiempo, se iría impregnando en la memoria popular de los tayacajinos, pasando a ser un ícono de felicidad y bondad, como una demostración palmaria de que en la sociedad se puede ser rico y, a la vez, bueno.

La desaparición de la misteriosa forastera no lo llevó a pensar mal de ella; no le preocupó si ella se hubo llevado consigo alguna cosa de valor de su casa. Don Feliz, más bien, se convencía, cada vez más, que la hermosa dama que tomó posesión de su casa y la limpió y arregló, como una madre solícita con el hijo puesto a vivir en este mundo que es un valle de lágrimas, apremios y requerimientos, no era sino aquella dama que se le aparecía en sus sueños. Y, siguiendo el hilo de sus inducciones y deducciones, llegó a ver clarito que la dama de sus visiones tenía el mismo semblante de la Madre de Jesucristo. Entonces se convenció que la forastera que ayer nomás había llegado a su casa era la imagen exacta de la mismísima Virgen Purísima, de quien él era fiel devoto y oraba ante Ella allá en la madre Hispania.

Seguro de sus convencimientos, alegre y entusiasta por las circunstancia que estaba viviendo en aquellos momentos, el bueno de don Feliz tomó dinero de su arca, buscó a un amigo suyo, que viajaba a España, y pidió que le hiciera el favor de comprar una imagen de la Virgen Purísima y se la trajera a su regreso. Simultáneamente, mandó construir la iglesia, cuyas paredes, según dicen los testimonios, por aquel entonces tenían dos varas de espesor y estaba ubicada en la misma plaza a poca distancia de la actual iglesia Matriz.

Tan devoto era don Feliz que, finalmente, decidió hacerle los correspondientes festejos a nuestra Virgen Purísima. Al respecto, un documento del 29 de octubre de 1785, que obra en los Legajos del Archivo de la Nación, sostiene que el protagonista de nuestra historia envió a Lima al vecino Rafael Bictoria (así con B alta, no de uve) con el encargo de comprar licores sexa, incluyendo pañuelitos de seda, “para la fiesta de la Virgen Purísima”.

Años van, años vienen entre siembras y cosechas. El agua del río de los tiempos ha ido pasando, indetenible, por debajo del puente de la vida. Y, paralelamente, la maravillosa memoria oral fue tejiendo, en torno a la historia de la Virgen Purísima de Tayacaja, hermosos mitos y leyendas e historias verdaderas como esta de don Feliz La Torre.

Carlos Zúñiga Segura
"Celebracion de la Virgen Purisima Patrona de Pampas Tayacaja"

miércoles, 2 de enero de 2008

SURCUBAMBA


Antiguamente el pueblo de Surcubamba existía solamente en el lugar llamado Chicyac. Se estima que en 1540 en la época colonial solo existía un puente colgante que era de cabuya, llamado maromas (cabuya trenzada). En aquella época en la parte nor oriental de Tayacaja solo existían cinco pueblos: Surcupampa, Uchuysiwis, Yananyac, Huachocolpa y Tintay. Según cuenta la historia, el virrey del Perú solicita al Rey de España el envío de Jesuitas (sacerdotes italianos) [a Surcubamba]. Es así que Su Majestad mandó a diez Jesuitas a Chicyac con la finalidad de enseñar la religión católica. Éstos construyeron su convento a la orilla del río Mantaro, convocando a toda la comunidad. La mayoría fueron mujeres, las mismas que luego de un tiempo de permanencia en el convento salieron embarazadas. A estas mujeres los pobladores las denominaron chiquiccaras (mujeres que tenían relaciones con los jesuitas).

[...]

En 1824, en la época de la independencia, Simón Bolívar proclamó [a Surcubamba] como distrito. Desde entonces adopta el nombre de Surcubamba, anteriormente llamado SURCUPAMPA. Este nombre se debe a la labor realizada en el campo por los pobladores antiguos que consistía en "hacer surcos en las pampas". En la actualidad, esta labor es realizada por yuntas.

Restos Arqueológicos
La existencia de poblaciones antiguas [en Surcubamba] se constata con la presencia de viviendas circulares construidas en piedra y barro, con una altura aproximada de dos metros, y techos de paja. Estos restos arqueológicos se encuentran ubicados en los centros poblados de Sachacoto, Lindomoya, Millpo. En este último encontramos también algunos andenes ubicados en los parajes de Chicquiac, Surcubamba y Huacache. Una capilla de la época colonial fundada por los Jesuitas en el siglo XIV adorna el distrito. También existe un aeropuerto artesanal denominado Ucucha pampa y Andenes de Patería que se extienden por más de 1 km2 a orillas del Río Mantaro en el centro poblado de Sachacoto. No podíamos dejar de mencionar las orquídeas que se presentan adornando todas las quebradas del centro poblado de Sachacoto.

Creencias y Costumbres
Las costumbres y creencias se aprecian fuertemente cuanto más lejanos están ubicados los centros poblados. La práctica de rituales es una costumbre muy establecida. Tal es el caso de la juramentación de los cargos de [alguna] autoridad que se hace mediante la postración en la tierra, a la cual besan. Esta actitud representa el compromiso público y brinda garantía a la población.

Turismo
El majestuoso Puente Colgante Peatonal de Chiquiac, construido por los Incas, declarado Patrimonio Cultural, hasta el año 2000 ha servido por más de 700 años como el único medio para el paso sobre el caudaloso río Mantaro para caminantes de los distritos de Surcubamba, Tintay Puncu y Huachocolpa en la Provincia de Tayacaja y del distrito de Ayahuanco en la provincia de Huanta, hacia la ciudad de Huancayo.

En los parajes de Chonta Huaycco (2384 msnm) del Centro Poblado de Sachacoto, lugar denominado Torre Huaccta, se encuentran las hermosas orquídeas que los lugareños denominan INKIL MORADO, que es motivo para inspirar canciones de santiago, cantadas por las surcubambinas.

[También] El distrito de Surcubamba tiene restos de construcciones pre hispánicas de Chiquiacc y Sinuahuayqo, mas conocido como Pateria. Esta se encuentra en el anexo de Sachacoto.

Artesanía
[Los surcubambinos] Se dedican al tejido de mantas, balletas, huallquis (bolsa pequeña donde guardan su dinero), usadas especialmente por las mujeres; las alforjas (mantas elaboradas con lana de ovino con bolsillos) forman parte de la vestimenta del varón y en ocasiones es utilizada para cubrir el lomo de los animales de carga.
Además, confeccionan monturas y frenos para el caballo; también delanteras que son utilizadas por los pobladores para trabajar con el Wuiri (herramienta hecha del tronco de quinual, de forma curva con una pala de metal y un pisador a la altura del pie con un mango).

Fuente: Web Site de Telecentros Rurales de Inictel
Editado por SAPOSAQTA

Video sobre artesanía textil en Surcubamba