jueves, 26 de mayo de 2016

EMBAJADOR MUSICAL TAYACAJINO



César Ochoa Sánchez nació en Pampas, Tayacaja. Cursó estudios de Primaria en la Escuela N° 521, la secundaria en el Colegio Nacional Daniel Hernández y en el Ramón Castilla de Huancayo, y los Estudios Superiores en la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión de Cerro de Pasco.

Desde niño sintió en su corazón el influjo de la vocación artística que determinó su camino. El 18 de Octubre de 1986 se integra a la famosa “Estudiantina Perú” del inolvidable Panchito Leyth, conjunto donde permanece por espacio de 18 años, plenos de éxitos a nivel nacional e internacional.

Entre sus grabaciones para el sello IEMPSA se encuentra su primera producción titulada “Acuérdate de mí”. En 1990 graba “Desde el corazón del Pueblo” y “Camino de Amores”. Recorre todo el territorio Nacional con la Estudiantina Perú e internacionalmente tiene exitosas presentaciones en Bolivia, Chile, Ecuador y Estados Unidos.

Al fallecimiento de Panchito Leyth dejan de usar el nombre de Estudiantina perú y cambian por “Internacional Perú” con el que sigue triunfando desde hace 6 años. Ha apoyado las grabaciones de los grupos Astros del Perú, Los Idolos del Perú, Los Caballeros del Perú y Son del Perú. ¡Tayacaja se siente orgullosa de su presencia musical ¡

Texto: Revista “TAYA” Boletín del Círculo Cultural Tayacaja,  Julio 2015 (N°2)
Imagen: Antonio Muñoz Monge, César Ochoa Sánchez y Manuel Suárez Flores 

sábado, 21 de mayo de 2016

LA MARCHA DE LOS 200



La infausta guerra entre Perú y Chile tuvo consecuencias fatales para la integridad de nuestro territorio patrio, Fueron 6 largos años de cruenta lucha en la que se inmolaron nuestros héroes Miguel Grau, Francisco Bolognesi y una serie de personajes que defendieron el honor nacional.

Finalizada la guerra con el tratado de Ancón denominado  “Tratado de Paz y Amistad” el 21 de octubre de 1883 y firmado en el balneario de Ancón. En dicho Tratado el Perú pierde definitivamente la provincia de Tarapacá y cede a Chile  las provincias de Tacna y Arica por un periodo de diez años , Este tratado es ratificado en todo sus términos  entre el 12 y 13 de enero de  1884.

 El tratado no se cumple, pues los chilenos se negaron a entregar Tacna y Arica y los diez años de plazo se prolongan por 35 años en la que se firma el “Tratado de Lima” el 3 de junio de 1929. Este Tratado es firmado por el Dictador Augusto B. Leguía y en él, cede a perpetuidad la Provincia de Arica y se restituye Tacna al Perú. 

Los chilenos no quieren entregar Tacna y pretenden realizar un plebiscito para que Tacna decida  su incorporación a Perú o Chile. Para cumplir este cometido los chilenos tratan de chilenizar Tacna, amedrentando a los habitantes y cometiendo una serie de abusos a los patriotas tacneños.

Ante este estado de hechos, el Gobierno de Augusto B. Leguía  designó a un batallón de caballería de la Guardia Civil del Perú para recuperar el territorio de Tacna, entre los que figuraron los valientes pampinos Julio Pacheco Chávez con el grado de Sargento Primero, Fortunato Chávez (le decían Tayta Chávez), , Mariano Parco de Acraquia,  Bonifacio Aroni Bujaico, y Basilio Acevedo Guillermo.

Estos 200  valerosos efectivos del Batallón de Caballería de la Guardia Civil del Perú, armados únicamente con sus bayonetas tomaron la ciudad de Tacna sin que se produzca ni un solo disparo por parte de los chilenos el histórico día del 29 de setiembre de 1929. Las damas tacneñas confeccionaron una gran Bandera que fue paseada por las calles de Tacna cubriendo a los 200 valerosos guardias que lograron esa hazaña.
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Estas hechos que  vivieron permanentemente en el recuerdo de los protagonistas fueron narrados por los señores Electo Pacheco Ames y Alberto Acevedo Aroni, hijos de los protagonistas y que nosotros ponemos en conocimiento de nuestros lectores para reconocer a los personajes que hicieron historia- El Estado Peruano nunca los reconoció a los valerosos Guardias Civiles de Caballería , solo el Club Tacna .les otorgaba un  diplomas de honor en cada aniversario de la Marcha de la Bandera del heroico pueblo de Tacna

Escribe: Hernán Canales Acevedo
Colaborador de Saposaqta

miércoles, 4 de mayo de 2016

LA CRUZ DE MAYO Los Kirmas



El Blog SAPOSAQTA en este mes de Mayo, conocido también en la zona central del Perú como "mes de las cruces" publica un artículo de nuestro colaborador Amilcar Torres Tristan, quien nos relata paso a paso el desarrollo de esta hermosa tradición, para recordar con nostalgia esas épocas vividas. 

Todos cargamos una cruz
La Cruz "Calvario" que nos contempla día y noche desde lo alto de la cumbre, nos recuerda la vieja canción:
 "Cerro de San Cristobal,
 subida y bajada,
 rodeadito de tus lindas flores".

Año tras año, durante los primeros días del mes de Mayo, la Cruz de los cerros es motivo de celebraciones en la ciudad de Pampas Tayacaja . La labor de bajar y subir la cruz la realizan los "Kirmas" que son los campesinos cargadores, comprometidos por siete años para esta abnegada labor.

El tronco de la cruz tiene una longitud de 50 metros aproximadamente; el brazo unos 30 metros con un diámetro aproximado de 50 cm. La Cruz está pintada de color verde y cuelgan de sus brazos un paño blanco de seda.

El grupo de cargadores o Kirmas, son dirigidos por el Caporal Eloy, quienes orondos surcan el cerro al compás de quenas y tinyas, llevando cada uno de ellos palos de cinco metros, soguillas y sogas largas y gruesas. Cada cierto tramo descansan pikchando hojas de coca para adquirir resistencia, continuando, luego la marcha hasta llegar al pie de la cruz.

Una vez culminada la meta, el grupo de cargadores se arrodillan sombrero en mano y renuevan su fidelidad al todopoderoso. Encienden velas, oran, lloran y piden perdón por sus pecados. Estos fieles devotos que se portaron mal durante el año, son azotados para borrar sus pecados. A los nuevos cargadores o kirmas los "bautizan" con cuatro latigazos en las nalgas, comprometiéndoles a cargar la cruz durante siete años. Luego, al son de la tinya y la quena bailan y zapatean abrazados en señal de satisfacción.

Luego de estos ritos religiosos, los kirmas inician el desarme de la cruz, para la cual trepan hasta lo alto para desarmar y bajar el brazo, luego inclinan poco a poco el tronco hacia el suelo para iniciar la preparación amarrando los palos de cinco metros transversalmente sobre el tronco.
Los kirmas en yunta se sujetan de los palos con mantas en la espalda para amortiguar el peso de la enorme cruz. Igualmente atan sogas muy largas para poder controlar la velocidad de la tarea durante el descenso.

En este recorrido los kirmas descansan cada cierto trecho formando un círculo para pikchar sus hojas de coca matizados con copas de caña.
Es el momento que el caporal Eloy con voz de mando ruge:
¡¡ Una wapeadita Kirmas !!
¡¡ Chuuuuujuy !!

Una y otra vez repiten este grito de fuerza para reiniciar la bajada de la cruz. Mientras el músico acompañante, tambor y pinkullo en mano, entona la melodía característica de esta fiesta de mayo. Melodía pegajosa entre marcha militar y huayno que acompañará durante la bajada y subida de la pesada cruz. En este recorrido la cruz se desliza por inercia, siendo la velocidad controlada con los talones de los píes de los kirmas. Hay tramos de suelo resbaloso y arcilloso y los kirmas avanzan a rastras sudorosos y dando gritos característicos en grupo.

Otro grupo de kirmas controla la pesada cruz con las enormes sogas amarradas al tronco, cuando en algún momento desvíe su camino o cambie la velocidad de bajada, de esta manera avanzan a un solo ritmo al compás del tambor.

En el recorrido tienen que sortear zonas peligrosas como zanjas de cinco metros de ancho por cuatro de fondo y es el caporal quien advierte el peligro gritando a voz en cuello:

¡¡ Sayaichik !!  (alto)
¡¡ Sayaichik !!

Detienen la cruz y avanzan muy lenta y cuidadosamente. La adrenalina se apodera de ellos. No hay escapatoria. Están sujetos al tronco. Cruzan la zanja, los pies quedan a la intemperie. El tambor sigue sonando tu...tum...!!! ...tu ... tum...!!! Los que están adelante, por fin ponen los pies sobre la tierra. Dejan que fluya el peso que avanza por inercia. y finalmente cruzan la zanja.
Después de haber pasado lo peor en el descenso, descansan y seguidamente rugen:

¡ Una wapeadita Kirmas ¡
¡ Chuuuuujuy !

Por fin bajan al llano, luego de sortear muchas dificultades llegan a la ciudad. Orondos se dirigen hacia la Iglesia Matriz cargando la pesada cruz, ante la mirada y admiración de la población que se ha agolpado a lo largo de las calles para verlos a estos bravos cargadores. En cada esquina rugen:
¡Una wapeadita kirmas !

¡Chuuuujuy !

Es una verdadera peregrinación, cansados, sudorosos, con el cuerpo lleno de espinos, llegan a la Plaza Principal de la ciudad terminando su periplo.

Finalmente guardan la pesada cruz en la Iglesia para el culto respectivo. Queda la satisfacción de haber cumplido parte de su promesa.

Luego de unos días, después de cumplir con los rituales religiosos, vuelven a subir la cruz a su pedestal ubicado en la cumbre del Cerro San Cristóbal permaneciendo imponente vigilando la ciudad hasta el siguiente año.

Autor: Amilcar Torres Tristán
Colaborador de Saposaqta