La tradicional Fiesta del Santiago del mes de
Julio, celebrada en la provincia de Tayacaja, es la fecha de la marcación del
ganado mediante cintas de colores colocadas en las orejas de los
animales.
Mientras los concurrentes bailan al
son de cornetas de cacho o aluminio llamados waqra pucus, los invitados
disfrutan bebiendo el warapo de la caña traída de pequeños fundos lejanos, o
los diferentes preparados de la caña, como el “upito” hecho a base de kiwicha,
brebaje muy temido por conocedores.
También en este valle todavía, por
suerte, la fiesta es acompañada por un instrumento muy peculiar llamado longor
o lluncur como se le conoce en el oriente tayacajino.
Justamente queremos mostrar en esta
pequeña nota, los diferentes instrumentos usados en esta Fiesta del Ganado y
los pastores, como decía el estudioso tayacajino Sergio Quijada Jara,
Instrumentos del Santiago
EL LONGOR
El Longor o lluncur es un instrumento de viento, confeccionado con una caña especial
que crece solo en lugares determinados de la provincia. Para tocarlo se
necesita bastante destreza, energía y fuerza. Su sonido, al escucharlo muy
cerca o a lo lejos, trae a la memoria vivencias y recuerdos inolvidables
El Longor es el viento del Santiago.
Su intérprete es el campesino de los distritos ubicados en el nor oriente de la
provincia de Tayacaja: Salcabamba, Surcubamba, Huachocolpa y Tintaypuncu,
Dicho instrumento se obtiene de un
carrizo llamado MAMAC. En la época prehispánica de este grueso carrizo también
se fabricaban armas para la lucha cuerpo a cuerpo. Por ser un instrumento
típicamente nativo, el longor fue prohibido durante la extirpación de
idolatrías, porque era utilizado en fiestas paganas.
Felizmente los pobladores de estas
zonas, han logrado conservarlo. Y dominan el instrumento por tradición. La
música es creada por el pueblo y enriquecida por la vida diaria del campo. Esta
fiesta de homenaje al ganado tiene una antigüedad de siglos.
LA TINYA
Sin el pequeño tambor llamado “tinya”
no hay Santiago. Puede haber trago, coca, orquesta, ganado, abundancia, pero si
no hay Tinya no hay Santiago.
Este Tambor tan humilde, hecho con
cuero de gato o carnero, es un instrumento poderoso cuando se trata de hacer
Santiago. Basta aguzar el oído para saber donde hay Santiago.
En ningún momento cesa la
Tinya. Dura hasta el fin de las octavas y las octavillas. Así ha
conseguido un lugar de honor en la fiesta campesina más importante del ganado.
La Tinya incita además al canto, el
quechua, la risa, y el amor Las letras parecen de carnaval al que no
conoce Santiago. La mayoría de las canciones son de autor anónimo.
Las que cantan son solo mujeres de
voces agudas. Pero después de un momento se abre un nuevo horizonte de música,
con la Tinya como si fuera un dulce corazón que pone el ritmo al Santiago.
Otro instrumento que todavía conserva
vigencia es el “Waqrapucu”, instrumento construido con cuernos o cachos de
ganado vacuno. El instrumento es circular de dos o tres vueltas, y los “tocadores”
son expertos en arrancarle melodías agudas y graves acompañando a la cantoras
que entonan canciones de agradecimiento a la Pachamama por su protección
al ganado.
Todo este gran acontecimiento festivo
se puede gozar todavía en Tayacaja, aunque la penetración del Santiago huanca
ha sido fuerte. Un Santiago que rompe todo lo hermoso de esta fiesta, sin
respetar lo tradicional. Incluso, el uso de orquestas con saxos y clarinetes
desdicen a esta fiesta costumbrista. Esa penetración del Santiago huanca donde
las mujeres emiten gritos y frases burlonas y groseras, los brazos en alto de
las y los bailarines de una comparsa, hacen que esta manifestación huanca sea
peligrosa por tergiversar lo auténtico y hermoso del Santiago tayacajino.
Fotografía:
Teófilo Hinostroza
Texto:
Saposaqta
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