Publicamos un interesante artículo de la pluma e investigación del escritor Carlos Zúñiga Segura sobre esta hermosa Fiesta de Enero en homenaje a la Santísima Virgen Purísima Patrona de Pampas.
En Pampas capital de la
provincia de Tayacaja se vive un sentimiento de profunda devoción a la Virgen
Purísima. Se manifiesta en el entusiasmo intenso con que se encara la
celebración de la fiesta y el denuedo con que se la organiza, ese encanto que
la envuelve toma fuerza de la relación secreta entre la Santa Patronas y las
realizaciones espirituales de las personas en su vida cotidiana.
La base de su alegría es la búsqueda de belleza en su más arraigada
expresión. Los hombres y mujeres del ámbito tayacajino requieren gozar de las
cosas apreciadas por ellos y ellas. Y, así, se encarnan sus aspiraciones en la
infinita devoción de los fieles en la liturgia religiosa, en sus vestimentas
elegantes, en los aperos de cabalgaduras, en las enjalmas coloridas hechas con
primor por manos reconocidas, en la calidad de las bandas de música y la
orquesta, que suscitan el deleite de personas cuya sangre hierve, el gusto de
bailar incansablemente.
El calendario religioso nos
presenta dos conmemoraciones en torno a su sagrada imagen: la primera, es
festejada el 8 de diciembre y la segunda el 20 de enero.
El origen de los festejos el
20 de enero se realiza en razón que
culminada la Batalla de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824 los realistas
se retiran en grupos. Uno de esas facciones al mando de Carratalá optó
por retornar a Lima tomando como ruta la que tenía como referencia la ciudad de
Huancayo. Tras agotadora jornada llegó a la localidad de Tocllacuri el día 19
de enero de 1825. Decidido a descansar
Carratalá ordena pasar la noche en este lugar, no sin antes comisionar a
uno de sus soldados dirigirse a Pampas y advertir a los pobladores que, si no
les entregaba un fuerte cupo incendiaría la ciudad.
Ante tal amenaza los
habitantes decidieron salir al encuentro del soldado español con el mayor de
los argumentos, es decir, llevando en andas a la Virgen. En efecto, el día 20
de enero la procesión hizo un alto en el paraje denominado Rundo, allí llegaron
los realistas. Carratalá de primer instancia mostró su “poder”, sin embargo, al
ver a la imagen comenzó a sudar frío.
Bajó de su caballo, se
arrodilló y persignó humildemente: “Devuélvanla inmediatamente a su templo, no
soy digno de que la Virgen salga a mi encuentro”, dijo muy contrito.
Casualmente, la noche en que el español durmió en Tocllacuri soñó que una mujer
bella le decía: “Carratalá, cuidado con mis hijos, a ellos los protejo día y
noche”. Carratalá y su tropa pasaron por Pampas rumbo a Huancayo sin hacer nada
de sus amenazas.
Desde entonces, el pueblo
agradecido y conmovido por la protección de su venerada patrona, decidió
rendirle culto el 20 de enero de cada año y los festejos de fervorosa devoción
que hasta hoy perduran seguirán sin duda
mientras exista un pampino en la Tierra.
Texto: Carlos Zúñiga Segura
Colaborador exclusivo de Saposaqta
Fotografía: Manuel Suárez Flores.
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