lunes, 16 de noviembre de 2009

COLCABAMBA



COLCABAMBA EN LA HISTORIA

Hace 126 años, el 22 de noviembre de 1883 el corazón de hombres, mujeres, jóvenes y niños de Colcabamba palpitaron en el mágico esplendor del patriotismo. Eran tiempos de guerra con Chile. Este sentimiento, se había puesto de manifiesto con anterioridad en el combate de Pucará escenificado el 16 de agosto de 1883. Aquí, la participación de valerosos colcabambinos junto a los naturales de Huayllabamba, Pampas y Pazos formando una montonera a órdenes del coronel Amis es notab le en el enfrentamiento a la hueste de Urriola, con procedimientos y armas nativas como son lanzas, hondas o boleadores.

Como se sabe, la División comandada por Urriola había dejado Huanta el 15 de agosto, pasando por Mayoc el 16 después de sufrir hostilidades por todo el camino. El 16 y 17 permaneció en Churcampa, para continuar la retirada hacia Paucarbamba el día 18. El 19 reemprendió la marcha hacia Huanchos, el 20 a Tocas soportando sorpresivos ataques en todo el trayecto. El 21 Urriola cerca de la localidad Pilcos se enfrenta a un gran número de patriotas comandados por un religioso cuyo nombre se llevó el viento.

Al respecto, un documento memoria de parte chilena señala: “En todo el trayecto tuvimos que sufrir tiros enemigos. La 5ª compañía (de Miraflores) que iba a vanguardia tuvo que desalojar un gran número de indios que estaba en la cumbre de un cerro muy alto y que probablemente tendrían galgas para la división… Un fraile andaba con ellos, con un crucifijo en la mano exhortándolos a la defensa… Ferrari (jefe de la vanguardia) le dio alcance y de un hachazo con su sable lo abrió en dos partes. El crucifijo se encuentra en poder de Barahona. Por último llegamos, a 4.p.m. a Colcabamba”.

Luis Alayaza Paz-Soldán afirma que “Esta detallada relación proveniente del enemigo, hace ver cuánto heroísmo desplegó la raza aborigen, y hasta dónde despreciaba la existencia cuando tratábase de defender el suelo patrio. Y hace conocer el episodio del cura mártir de Tocas, cuyo nombre no ha recogido la Patria.”

Como se señala en las primeras líneas el 22 Colcabamba es un templo de patriotismo, pues, en ningún instante se dio tregua al enemigo. Desde las cumbres que dominan el pueblo y los caminos. con lanzas, galgas, boleadoras y otras armas nativas acosaron al enemigo, haciéndolos correr hasta Punas a donde llegaron a las 8 de la noche llenos de pánico. Aquí habrían de descansar pues “la tropa estaba cansada y molesta por no haberse enfrentado a otro ejército y sin poder resistir mas la agotadora acción guerrillera de todos los días empezó a degradarse mortalmente”. De este punto pasarían luego a Pampas.

Es bueno recordar este 22 de noviembre y hurgar en las páginas de la historia la presencia de Colcabamba y otros pueblos de la gran nación Tayacaxa. Señalar por ejemplo que el 6 de setiembre de 1866 el naturalista Antonio Raimondi estuvo en Colcabamba para decirnos que: “El pueblo de Colcabamba se halla situado en una quebrada que baja al río grande de Mayoc. Su temperamento es delicioso, pues no se siente ni frío ni calor. El pueblo es pequeño. Sus casas forman una callejuela con acequias. Tiene una plaza de regular tamaño que está adornada en su centro por un hermoso y añejo cedro. La iglesia está muy desmantelada, principalmente en su interior. Colcabamba no carece de recursos; y sus habitantes fueran algo mas activos, podrían holgar en la abundancia pues esta población cuenta con hermosos terrenos cultivables y con bastante agua. Esta corre por dos acequias y solo se emplea para el regadío, porque tiene m al sabor por la cal y óxido de fierro en disolución que contiene, materias que va depositando y que origina una especie de tufo, semejante al de Huancavelica, que sirve como piedra de construcción”.

Carlos Zúñiga Segura

Foto de portada: colcabambaperu.blogspot.com

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